domingo, 14 de diciembre de 2025

LA MUJER PIRATA (Anne of the Indies de Jacques Tourneur, 1951)

La célebre cinta de Jacques Tourneur se basa en la pirata Anne Boney, aunque el personaje principal no tiene mucho que ver con la legendaria filibustera:

Anne Providence (Jean Peters) es una pirata que al mando del “Reina de Saba” saquea barcos ingleses para vengarse de la muerte de su hermano. Tras hundir a uno de esos navíos, rescata de la bodega a un prisionero, un corsario francés llamado Pierre Francois (Louis Jourdan) al que recluta como piloto. Pierre es en realidad el capitán LaRochelle, espía forzoso al servicio de las autoridades británicas, que mantienen su barco, el “Molly O’Brien”, requisado en Port Royal. Para ganarse la confianza de Anne, el corsario francés le hace creer que está enamorado de ella y que posee el mapa del tesoro de Morgan...



El argumento original de Herbert Ravenel Sass es el resultado de un brainstorming donde nombres de personajes, buques y lugares correspondientes a la historia real se combinan para dar con una entretenida trama de ficción: En la película no sólo aparece Anne Bonny, conocida con toda la intención como el capitán Providence (vivía allí), sino también el pirata Barbanegra con su buque el “Revenge”. Lo original del argumento de La mujer pirata es que ahora es la protagonista la que domina la acción y el supuesto héroe es el que bascula alrededor de ella. Eso sí, el habitual papel femenino, el de víctima, no desaparece del todo ya que hay otra mujer en la historia: Molly, la esposa de Pierre, que ocupa ese lugar vacante.

En La mujer pirata el realizador se permite jugar con la fotografía para conseguir el efecto dramático deseado, en este caso con el excelente tecnicolor de la Fox. El contraste es manifiesto dentro de la taberna donde se emborrachan los piratas, y donde Anne y Barbanegra desentonan con los azules de sus vestidos entre un mar de beiges, marrones o colorados. Lo mismo sucede en el club donde Pierre acude a entrevistarse con los ingleses. Ellos van de un azul intenso, frío, mientras la gama cromática ambiente es de tonos cálidos. Otro ejemplo: cuando Barbanegra ya supone una amenaza, a partir de su visita a la isla donde los piratas están limpiando fondos, Tourneur lo viste con una casaca de un color rojo chillón que ya no abandonará hasta el final.


Además de dominar el color, Tourneur era un maestro en gestionar el ritmo de la película. Un ritmo que no decae en ningún momento: con las elipsis adecuadas y la acción continuada, el director no deja un instante de respiro. Sólo descansa en las muy bien llevadas escenas de amor entre Anne y Pierre, pero siempre con la tensión latente que lleva implícito el fuerte carácter de la capitana Providence.

El éxito de la cinta de Tourneur animó a las productoras a repetir personaje. La Universal probó con Maureen O’Hara en La isla de los corsarios. Otra película destacada con una bucanera al mando fue La isla de las cabezas cortadas, filme célebre por el dudoso honor de estar en posesión del récord Guiness al mayor fracaso económico. Largometraje que no es tan malo como se dijo y que contaba con Geena Davis en el papel estelar. 

Lo que está claro es que ninguna de las dos “islas” ha podido igualar a La mujer pirata. La dirección del gran Tourneur, y la interpretación de Jean Peters, estelar en las secuencias de acción, tienen la culpa. La escena final cuando Anne arremete contra sus propios hombres que quieren rendirse, y cuando desafía a Barbanegra desde la tabla de jarcia es una de las joyas del cine de aventuras de siempre.




El post es un extracto corregido para la ocasión del capítulo dedicado a La mujer pirata en mi libro: CINE Y NAVEGACIÓN. Los 7 mares en 70 películas





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