Henri-Georges Clouzot fue un director de cine francés conocido por sus películas de
suspense y por sus thrillers (El salario del miedo, Las
diabólicas…), aunque su fama también procede, de forma injusta, de las
acusaciones de colaboracionista que se vertieron sobre él tras la ocupación
alemana en la Segunda Guerra Mundial, y de las críticas y la marginación que
sufrió más tarde por culpa del lobby formado por los cineastas de la nouvelle
vague.
La
culpa de tales imputaciones suele asociarse a raíz del estreno de su excelente película
El cuervo (Le courbeau, 1943), una cinta producida por la compañía
alemana Continental. Para colmo de males, el filme le gustó especialmente al
mariscal Pétain. Antes y después de rodar El cuervo, Clouzot
realizó dos películas no tan célebres, pero si dignas de tener en cuenta. La
primera de ellas, El asesino vive en el 21, a la sazón su debut
como director en solitario, se trataba de la adaptación de una novela de
Stanilas-André Steeman.
En
realidad, el largometraje era la secuela de una cinta escrita, pero no dirigida,
por Clouzot: El último de los seis (Le dernier des six,
Georges Lacombe, 1941). Tanto esta como El asesino vive en el 21
contaban con los mismos protagonistas: el inspector Wens (Pierre Fresnay) y su pizpireta
compañera Mila Malou, interpretada por un descubrimiento del propio Clouzot: la
actriz y cantante Suzy Delair.
El asesino vive en el 21 se puede considerar un antecedente del cine negro, similar a las películas adaptadas de las novelas de Dashiell Hammett para la
serie The Thin Man, a la que dieron vida la pareja formada por William
Powell y Myrna Loy. Es decir, más comedia que thriller, con unos
personajes disparatados, pero con un crimen por resolver suficientemente
enrevesado. En este caso, el asesino del título era un serial killer que
se permitía el lujo de dejar la tarjeta de visita en cada asesinato. Y el “número
21” era la dirección de una pensión donde vivían todos los sospechosos.
Aún
bastante lejos del género negro galo, el polar, la película, no obstante,
es muy francesa, y se diferencia de sus primas hermanas estadounidenses en su
carácter de vodevil, donde los personajes se introducen en habitaciones de unos
y otros, con puertas que se abren y cierran por doquier. Un whodunit
típico, con los sospechosos confinados en un mismo ámbito y con un final, eso
sí, sorprendente.
En
legítima defensa (Quai des Orfèvres, 1946)
Como se ha citado, después
del escándalo sin justificación de El cuervo (película que conoció
una versión hollywoodense también de bastante éxito), Clouzot sufrió el destierro
cinematográfico por haber sido más que simpatizante del régimen de Vichy; circunstancia
del todo increíble cuando la cinta denunciaba de forma soterrada ––y muy dura––
la ocupación nazi. Terminada la prohibición de dirigir, la primera película de
Clouzot tras la depuración fue En legítima defensa.
La cinta pertenece también
al género policíaco, se basa de nuevo en una novela de Stanilas-André Steeman y
cuenta otra vez con la colaboración de Suzy Delair, que prácticamente repite
papel de corista algo ligera de cascos, capaz de lo que sea con tal de llegar a
ser estrella. Lo que cambia es el actor protagonista, el que da vida al
policía, en este caso se trata del siempre magnífico Louis Jouvet.
El entorno de la película también
difiere al centrarse el filme en el mundillo del music-hall parisino. La
cinta es, si se puede decir así, mucho más francesa que la anterior, y más dramática
que cómica; con un Jouvet que recuerda al inspector Maigret, por un lado, y al
realismo poético, por otro. No en vano, el actor fue una de las figuras más
representativas de aquel movimiento de los años treinta.
Si comparamos con el cine
que se hacía al otro lado del charco, y por seguir con el mismo criterio
anterior, En legítima defensa es más Raymond Chandler que Dashiell
Hammett. Donde el recurso cómico ahora se convierte en patético por culpa de
una trama dramática. El guion escrito por Clouzot se centra en una pareja formada
por un músico (Bernard Blier) y su casquivana mujer (Suzy Delair), que flirtea
con un promotor. Cuando este aparece asesinado, es inevitable que las sospechas
recaigan sobre el cornudo pianista. Clouzot dirige a Jouvet para que resuelva
el caso, pero en el ínterin deja que ciertas historias pequeñas se dejen
entrever con no poca gracia.
La película resulta sensiblemente
más conseguida que El asesino vive en el 21, más madura, con
mejor puesta en escena y de mayor mérito al haber sido dirigida tras un período
forzoso de ostracismo.
Hace poco tuve la ocasión de ver "Las diabólicas" y Henri-Georges Clouzot, me parece un magnífico realizador.
ResponderEliminarEstoy contigo, gracias a Dios su memoria ha sido restablecida y hoy en día es considerado como uno de los grandes directores franceses.
EliminarQue tal Ethan!
ResponderEliminarPues mira, precisamente estos dias de puente me he visto "El asesino vive en el 21" y me ha encantado. Tiene ese maravilloso sabor añejo, me mantuvo de principio a fin pegado a la pantalla, no fui capaz de adivinar quien estaba detrás de los asesinatos (tenia una hipótesis pero falle...), como bien dices el desenlace es de lo mas sorprendente, una de esas peliculas que descubres y te deja un estupendo sabor de boca. La otra no la he visto pero me la anoto.
Por cierto, y sin animo de desviar el asunto principal. Sobre esas criticas hacia Clouzot, si nos ponemos a escarbar y analizar el papel de la resistencia se podría venir abajo mas de un mito, pero bueno...
Un saludo y feliz semana!
"El asesino vive en el 21" es más ligera y, digamos, que tiene el frescor de una ópera prima. Mientras que "En legítima defensa", tiene más empaque, es más madura y creo que, en general, mejor película.
EliminarSaludos!
No he visto la segunda, pero sí "L'assassin habite au 21" (http://cinefiliasantmiquel.blogspot.com/2017/11/el-asesino-vive-en-el-21-1942.html). En París, también tuve ocasión de visitar la tumba de Clouzot en el cementerio de Montmarte: no es que yo sea muy dado a este tipo de homenajes necrófilos, pero sirva como ejemplo de mi admiración por el director de "Les diaboliques".
ResponderEliminarSaludos.
He léido tu reseña, siempre interesante, de "El asesino vive en el 21", es verdad que Clouzot ya había codirigido alguna película, pero se enfrentaba solo a su primera cinta con esta secuela que, por otro lado, conocía bien, pues él había sido el guionista de la primera entrega de la serie del inspector Wens.
EliminarSaludos!
Hola.
ResponderEliminarQué entrada tan estupenda. Nombras pelis que me encantan, autores que me gustan y has logrado removerme recuerdos, como consumidora de este cine especialmente en la adolescencia. Y me ha hecho gracia la expresión"algo ligera de cascos", tan de mi adolescencia también.
Muchas gracias y feliz martes.
Pues me alegro que la entrada te haya evocado esos buenos recuerdos. Siempre viene bien ese "remover", como dices tú, y más con la que está cayendo.
EliminarFeliz martes para ti también.
¿Buenas tardes todo bien? Soy brasileño y estoy buscando nuevos seguidores para mi blog. Yo también puedo seguirte. https://viagenspelobrasilerio.blogspot.com/?m=1
ResponderEliminarSi me sigues, envía el enlace a mi blog y te seguiré de vuelta.
Todo bien, Luiz, bienvenido. Me pasaré por tu blog para echar un vistazo.
Eliminar"El salario del miedo" es una de mis películas preferidas. Vi "El asesino vive en el 21", y no sabía lo de la marginación que sufrió Clouzot después de la guerra, al igual que otros directores como Autant-Lara a pesar de que no realizaron películas propagandísticas.
ResponderEliminarPor ciero que esta noche me dispongo a ver una de la misma época "La bataille du rail"
Saludos, Ethan!
Borgo.
Es verdad que hay cierto paralelismo en las carreras de Autant-Lara y de Clouzot, sobre todo por las acusaciones que vertieron sobre ellos acabada la contienda mundial. "La batalla del raíl" es una película estupenda, seguro que vas a disfrutar. Saudos!
EliminarDe nuevo me pillas "in albis", pero te leo y aprendo, Ethan of course. Gracias.
ResponderEliminarBuen confinamiento, y sesiones de buen cine. Y cuidate mucho, amigo.
Un abrazo
Bueno, en realidad en eso consiste esta sección "dos por uno": en dar a conocer títulos no tan conocidos y que, además, tengan alguna relación entre sí en la filmografía de un director determinado, de tal forma que se pueda hacer una hipotética "sesión doble".
EliminarCuídate tú también. Abrazos.