domingo, 20 de noviembre de 2022

2 X 1: "ANTWONE FISHER" y "EL GRAN DEBATE" (Denzel Washington)

Antwone Fisher (2002)

Procedente del teatro y de la pequeña pantalla, Denzel Washington triunfa en el cine a finales de la década de los ochenta, ganando el Óscar al mejor actor secundario con Tiempos de gloria (Glory, Edward Zwick, 1989), aunque el espaldarazo definitivo se produce en 1992 cuando da vida a Malcolm X, dirigida por Spike Lee. Una década más tarde, con el caché del actor por las nubes, Denzel Washington prueba como realizador con Antwone Fisher.

En el debut del actor detrás de la cámara, Washington interpreta a un psiquiatra de la Navy que tiene que tratar a un marinero, que se revela contra todo y contra todos a causa de los malos tratos recibidos cuando era un niño. Un tema muy afín al director, que desarrollará ampliamente, años después, en su mejor película hasta la fecha: Fences (2016).

Antwone Fisher se basa en una historia real, escrita por el propio Fisher, con el racismo como telón de fondo (otro asunto recurrente en la filmografía de Washington), pero con el tratamiento que el médico ejerce sobre el paciente como argumento central del largometraje.

 

El flamante realizador crea cierto suspense en el desarrollo del filme cuando el facultativo se afana en descubrir el motivo por el que el marinero se comporta de esa manera para, de paso, poder curar su dolencia mental. Algo, si se quiere no muy original en este subgénero médico-paciente, pero que Washington estructura muy bien al tiempo que se vale de una más que adecuada puesta en escena para un director novato. 

Como curiosidad hay que decir que Fisher trabajaba en la Sony, en el departamento de seguridad, cuando su historia comenzó a sonar en el estudio. El interés fue creciendo tanto, que los directivos de la compañía quisieron comprar los derechos para llevar la vida de Fisher al cine. El guardia accedió, pero puso como condición que él mismo fuera el guionista.  



El gran debate (The Great Debaters, 2007) 

Cinco años pasaron hasta que Denzel Washington volvió a ponerse detrás de la cámara. En esta ocasión también al frente del reparto, seguramente, igual que en la película anterior, para conseguir más fácilmente la financiación necesaria. 

El gran debate, que así se llamó la cinta en España, es otra película basada en hechos reales, donde un profesor (Denzel Washington), activista sindical, elige a un grupo de alumnos afroamericanos para concursar en los debates universitarios. Entre los elegidos se encuentra un estudiante conflictivo, con un pasado traumático y un presente más que problemático. 

De nuevo el tema de las infancias traumáticas y el del racismo sobrevuela la cinta. Esta vez en lugar de médico-paciente, la relación que se establece es la de profesor-alumno. Es, por tanto, una cinta de aprendizaje, pero con la misma tendencia que en Antwone Fisher: la de ahondar en el pasado del joven para intentar resolver sus problemas actuales y su incierto futuro.

 

La diferencia entre ambos filmes radica en que en El gran debate hay varias subtramas que enriquecen la cinta. Los personajes principales no se reducen solamente a dos, hay también otros compañeros que tienen cierto peso en la historia. Además, el personaje interpretado por Washington tiene una vida aparte de la docente, la de la lucha sindical frente a los poderes empresariales. Es decir, hay también una parte importante de denuncia social. 

Esas secuencias, las del activismo político, y la violencia que incluso amenaza la integridad del protagonista, compiten con otro tipo de lucha: la de las discusiones entre los universitarios, que son en las que el director pone el acento; y las que dominan el metraje de esta atractiva película, que recrea el célebre debate entre una pequeña escuela de provincias contra la todo poderosa universidad de Harvard.





domingo, 13 de noviembre de 2022

PALMARÉS DEL XIX FESTIVAL DE CINE EUROPEO DE SEVILLA 2022

Última jornada del festival donde toda la atención se centró en el reparto de premios por parte de los distintos jurados. Galardones en los que, en general, estamos de acuerdo, luego lo veremos, pero que no nos impidieron ver la nueva película del veterano cineasta polaco, Jerzy Skolimowski, tan importante como Roman Polanski, ambos de aquella generación de directores del Nuevo Cine Polaco en los primeros años sesenta. 

Eo, que así se llama la cinta de Skolimowski es una especie de road movie donde el viajero es un burro (el del título), que se apodera del punto de vista del largometraje para retratar a los seres humanos como son: amantes de los animales, trabajadores, pero también violentos y maltratadores de otras especies. Acierta la organización del festival al comparar la cinta del realizador polaco con la excelente Al azar de Baltasar (Au hasard Balthazar, Robert Bresson, 1966). Insólito filme, Eo, en la filmografía de Skolimowski, leyenda del cine polaco y, por extensión, del cine europeo. 

Y ahora sí, vamos con el palmarés del festival:
 

SECCIÓN OFICIAL


Giraldillo de Oro a la mejor película

Saint Omer (Alice Diop)


Gran premio del jurado

Ex aequo para Close (Lukas Dhont) y Fogo-fátuo (João Pedro Rodrigues )


Premio a la mejor dirección

Pietro Marcello (Scarlet )


Premio al mejor actor

Eden Dambrine (Close)


Premio a la mejor actriz

Ex aequo para Julie Ledru (Rodeo) y Zar Amir Ebrahimi (Holy Spider)


Premio al mejor guion

Alice Diop, Amrita David y Marie Ndiaye (Saint Omer)


Premio al mejor montaje

Géraldine Mangenot (Los hijos de otros)


Premio a la mejor fotografía

Mauro Herce (Matadero)


LAS NUEVAS OLAS


Premio a la mejor película de Las Nuevas Olas

Aftersun (Charlotte Wells)


Premio a la mejor película de Las Nuevas Olas No Ficción

Viagem ao sol (Susana de Sousa Dias y Ansgar Schaefer)


Premio Especial Las Nuevas Olas

A noiva (Sérgio Tréfaut)


REVOLUCIONES PERMANENTES


Premio a la mejor película de Revoluciones Permanentes

Afterwater (Dane Komlijen) 


PANORAMA ANDALUZ


Premio a la mejor película

Como ardilla en el agua (Mayte Gómez Molina y Mayte Molina Romero)


Premio Rosario Valpuesta al mejor cortometraje

Mothertruckers (Paula Romero)


Premio Rosario Valpuesta a la contribución técnico-artística

Menudo viaje. El sueño torcido del arte contemporáneo (María Cañas)


PREMIOS DEL PÚBLICO


Premio del público de la sección Historias Extraordinarias

Blue Jean (Georgia Oakley)


Gran Premio del público a la mejor película de Selección EFA

Tori y Lokita (Jean-Pierre Dardenne y Luc Dardenne)


OTROS PREMIOS


Premio AC/E (Acción Cultural Española) a la mejor dirección de película española:

Carlos Pardo Ros (H)


Premio a la mejor dirección de primer o segundo largometraje europeo

Nikola Spasić (Christina)


Premio Cinéfilos del Futuro

Rodeo (Lola Quivoron)


Premio Europa Junior

Las vacaciones de Yoko (Juanjo Elordi)


Premio ASECAN a la mejor película de la Sección Oficial

Siete Jereles (Pedro G. Romero y Gonzalo García-Pelayo) 


Premio Ocaña a la Libertad

Skin Deep (Alex Schaad)


Premio AAMMA Women in Focus

Blue Jean (Georgia Oakley) 


XV Premio Europeo de Cine-Guion Cinematográfico Universidad de Sevilla en categoría de Ficción

En recuerdo de Lupi (Silvia Mares García) 


XV Premio Europeo de Cine-Guion Cinematográfico Universidad de Sevilla en categoría de No Ficción

Erosión (Jesús Minchón Rodicio)

 

Premios, como decía, en general merecidos, siempre refiriéndome a la Sección Oficial y a la de la EFA, que son las dos secciones que más hemos seguido. Este año, además, hemos tenido suerte con la elección de cintas a ver ⸺no se puede ver todo⸺, ya que la mayoría han obtenido algún galardón. La ganadora indiscutible del certamen ha sido Saint Omer, que se ha llevado el Giraldillo de Oro por "la gran confianza otorgada, en el contexto de un juicio, al poder de la palabra para entender la realidad sin dejar de mostrar a través de ella la bruma de lo inexplicable", en palabras del jurado. La película de Alice Diop también ha conseguido el premio al mejor guion. 

La otra triunfadora del certamen ha sido Close. El filme de Lukas Dhont se ha llevado el premio al mejor actor, Eden Dambrine, para mí estaba cantado, y, además el Gran Premio del Jurado. Otros largometrajes destacados han sido Holy Spider, con el galardón a la mejor actriz (otro muy merecido, aunque en nuestra opinión el trabajo de Vera Gemma en Vera, podía también haber sido recompensado) y Scarlet, premio a la mejor dirección al realizador Pietro Marcello, viejo conocido en el festival.


Miembros del jurado de la Sección Oficial

En cuanto al premio del público (competían los largometrajes de la Selección EFA), ha recaído en Tori y Lokita, de lo cual nos alegramos mucho, ya hemos confesado nuestra debilidad por los hermanos Dardenne, y eso que tenían una dura competencia con películas tan buenas como El triángulo de la tristeza de Ruben Östlund, que al final se ha ido de vacío.

En fin, eso ha sido todo lo que ha dado de sí el festival, y desde este portal lo hemos contado. Como siempre, nos alegramos de la tendencia ascendente de este certamen sevillano, y esperamos que siga igual el año que viene, que, si Dios quiere, estaremos aquí para contarlo. 

Un fuerte abrazo a todos los lectores que nos han seguido estos días. 





sábado, 12 de noviembre de 2022

VERA (Tizza Covi y Rainer Frimmel, 2022)

Recta final, aquí en Sevilla, en el XIX Festival de Cine Europeo y, en especial, en la Sección Oficial donde ayer asistimos a la proyección de Vera de los directores Tizza Covi y Rainer Frimmel, italiana y austríaco respectivamente, que llevan varios años filmando juntos, sobre todo documentales. La propia directora se encargó de la presentación en la sala de cine.

 

De hecho, Vera se ha rodado así, como un falso documental donde la cámara de los realizadores sigue a la protagonista, Vera Gemma ⸺que se interpreta a sí misma⸺, hija del célebre actor italiano del spaghetti western, Giuliano Gemma. Vera es una mujer madura que se resiste al paso de los años y le cuesta abandonar la vida de lujo que tenía cuando vivía su padre, algo que ya no se puede permitir. Múltiples operaciones, ropa llamativa y sombrero del oeste son sus señas de identidad, pero no bastan para que las productoras se fijen en ella. 

Como un juguete roto, pues, nos la presentan los realizadores. El punto de inflexión de la película se produce cuando el chófer de Vera, último reducto de su otrora vida de opulencia ⸺chófer y diva recuerdan mucho a la pareja Erich Von Stroheim-Gloria Swanson en la obra maestra El crepúsculo de los dioses⸺, tiene un accidente y deja herido a un niño de ocho años que vive con su padre y su abuela en un barrio humilde. A partir de aquí, la actriz se implica en la vida de esa familia, como una Ingrid Bergman rediviva en Europa’51 de Rossellini.

 

Siguiendo con las referencias cinematográficas, Vera se comporta más como Giulietta Masina en Las noches de Cabiria, que como la Swanson o la Bergman en los filmes citados. En efecto, la sincera bondad de Vera raya en la inocencia extrema, lo que la convierte en blanco ideal para los que quieran aprovecharse de ella. Y son unos cuantos.

Película simpática, mitad comedia mitad drama, de Covi y Frimmel, que hacen un ejercicio de estilo donde prima el realismo sobre todas las cosas. Donde los personajes que giran alrededor de Vera también se interpretan a sí mismos (la directora y actriz Asia Argento, amiga íntima de Vera en la vida real; la hermana de la protagonista, Giuliana Gemma, etc.), donde la sombra de Giuliano Gemma planea por todo el metraje, y donde el espectador asiste a la proyección con una sonrisa permanente, aunque al final, como en Cabiria, lo que quede sea un regusto amargo.





viernes, 11 de noviembre de 2022

FAIRYTALE (Aleksandr Sokurov, 2022)

Ayer se cumplió una semana desde el comienzo del XIX Festival de Cine Europeo de Sevilla y pudimos ver dos películas que compiten por el Giraldillo de Oro en la Sección Oficial. Dos filmes muy diferentes con una sola cosa en común: ambos se han realizado con técnicas de animación. El segundo de ellos, My Love Affair With Marriage, de la directora letona Signe Baumane, que presentó el largometraje en una sala abarrotada, es una cinta, medio musical, medio comedia, medio ¿autobiográfica?, que resulta divertida, desde luego feminista, pero con excesiva información biológica y algo maniquea: todos los hombres son unos monstruos, excepto aquel que se siente mujer. 

En cuanto a la primera película, tenemos que decir que, si bien la esperábamos con ganas por ser la última propuesta del gran director Aleksandr Sokurov, la verdad es que salimos un poco decepcionados de la sala de cine. Fairytale, que así se llama el filme, resulta interesante, pero no deja de tener defectos, algo que nos llama la atención en una cinta del que nos maravilló en El arca rusa o nos sobrecogió en Madre e hijo.

 

La cinta parte de una premisa llamativa, aunque no original ⸺ya se usó en La isla de los tiranos, novela de G. H. Guarch⸺: en una especie de limbo o purgatorio se encuentran Hitler, Mussolini, Stalin y Churchill. Conversan entre ellos, se asoman a un portón enorme por el que no les dejan entrar (¿el cielo?) y observan una masa informe de personas (¿los millones de muertos que ellos provocaron?) como un océano revuelto. Un lugar de pesadilla, desdibujado, en blanco y negro y con una bruma permanente. 

La idea del filme es buena, pero no da para un largometraje (aunque la duración no es excesiva: 78 minutos). Un corto sería lo ideal para representar lo que el director quiere enseñar en su flamante película, que sería algo así como el colofón a la tetralogía del poder de Sokurov sobre Hitler (Moloch, 1999), Lenin (Taurus, 2001), Hirohito (The Sun, 2005) y Fausto (2011). 

Más que el contenido de los diálogos, a veces sin sentido, otras sobre cuestiones domésticas, las menos sobre política, lo que destaca de la obra de Sokurov es la forma, la puesta en escena. Con un formato cuadrado, como los documentales de la Segunda Guerra Mundial, el realizador ruso se vale de la técnica deepfake (la que gracias a la inteligencia artificial se puede animar digitalmente rostros y movimientos labiales a partir de imágenes reales o fotografías) para resucitar a tales personajes mientras esperan de forma indefinida un posible indulto (atravesar el portón). Lo más curioso es que entre ellos aparece Jesucristo, también a la espera (¿del juicio final?).   






jueves, 10 de noviembre de 2022

TORI Y LOKITA (Tori & Lokita de Jean-Pierre y Luc Dardenne, 2022)

En el ecuador del XIX Festival de Cine Europeo, aquí en Sevilla, hemos podido asistir a un evento que siempre es un acierto: a una película de los hermanos Dardenne. Los directores belgas este año presentan su último largometraje a la Selección EFA (European Film Academy), ya que su cinta, Tori y Lokita, está nominada a los premios de la Academia de cine europea. No se conforman los realizadores con su flamante galardón en Cannes con motivo del 75 aniversario de ese certamen.

 

Reconocemos nuestra debilidad por las producciones de los Dardenne, pero es que todas sus películas nos parecen fundamentales para conocer por donde va el cine europeo del siglo XXI. Tori y Lokita no podía ser menos: dos menas inmigrantes intentan sobrevivir en Bélgica como pueden. Lokita asegura que Tori es su hermano pequeño, pero no acierta a demostrarlo en el interrogatorio al que es sometida la adolescente. De ahí que no lleguen los ansiados papeles que le permitan quedarse y trabajar en el país. Además tiene que mandar dinero a su madre, le debe dinero a los mafiosos que la trajeron a Europa y necesita efectivo para conseguir unos papeles falsos. Demasiada carga para los pequeños que no ven otra solución que trapichear con drogas y aceptar un trabajo que solo les traerá más problemas… 

Los Dardenne abordan el tema de la inmigración ilegal desde el realismo, como siempre, con un cine casi documental y una cámara que sigue muy de cerca a los dos niños, sin dejarles un segundo para no perder nada de lo que acontece. Tanto es así que los directores tienen que ingeniárselas para que el espectador tampoco se pierda lo que ocurre fuera de campo, ya sea con el sonido, con la voz en off, o apoyándose en la imaginación del espectador que puede cubrir ese vacío de la imagen.

 

Porque todo, hasta el más pequeño detalle, importa en una cinta que es, de nuevo, un thriller disfrazado de drama social como ocurre en varias películas de su ya extensa filmografía: El hijo, El joven Ahmed, La promesa, etc. Todas ellas con protagonistas menores de edad, con los que los Dardenne se manejan estupendamente, y a los que eligen como objetivos de sus películas por ser más indefensos, por facilitar que los mensajes de sus filmes calen más hondo.

En Tori y Lokita lo que se denuncia son las carencias de los inmigrantes a los que una negación de papeles por parte de las autoridades es casi lo mismo que una invitación a delinquir. Lo que se ve en la película es ficción, pero a nadie se le escapa que esto mismo les está ocurriendo a muchos como ellos, que Tori o Lokita pueden ser perfectamente cualquiera de los miles de migrantes que llegan a Europa de forma ilegal.






miércoles, 9 de noviembre de 2022

HOLY SPIDER (Ali Abbasi, 2022)

De vuelta a la Sección Oficial del XIX Festival de Cine Europeo de Sevilla, ayer pudimos ver una película coproducida por Dinamarca, Suecia, Francia y Alemania del director iraní, pero afincado en Dinamarca, Ali Abbasi. La cinta se titula Holy Spider, es la que presenta el país escandinavo a los Óscar, en la sección de habla no inglesa, y se trata del primer largometraje que el realizador rueda sobre su nación de origen.

 

La cinta se ocupa de la historia real acaecida entre los años 2000 y 2001 en Mashhad (ciudad santa iraní, lugar de peregrinación al santuario del imán Reza) donde un asesino en serie mató a 16 prostitutas. La protagonista de la historia es Rahimi (Zar Amir-Ebrahimi, premio a la mejor actriz en Cannes), una periodista que acude a Mashhad para investigar el caso totalmente abandonado por las autoridades y la policía, que asisten a la matanza de mujeres pecadoras con cierta simpatía por el asesino. 

Película cruda, thriller de violencia explícita difícil de soportar por el espectador, con características propias del género, pero con una diferencia clara al servir la historia para denunciar a un sistema laxo con la violencia machista y que niega los derechos de las mujeres. Así, el blanco principal de las criticas del filme es doble: por un lado la presentación de un asesino en serie de libro que, aunque se escuda en su labor “de limpieza” de la sociedad, asesinando mujeres sucias y pecadoras, en realidad es alguien con una adicción a matar, que disfruta haciéndolo, y que cada vez lo hace con mayor avidez, y menos control, cometiendo errores.

 

Por otro lado, el director subraya un hecho, quizás el más grave, del que se ocupa en el último tercio del largometraje, y es la actitud de una parte importante de los ciudadanos y de, lo que es peor, las altas instancias del poder, cuando ven en el criminal una especie de héroe. Actitud que se traslada a las nuevas generaciones, en concreto al hijo del asesino. 

El fundamentalismo religioso que ocupa todos los poderes del estado, entre ellos la justicia, tampoco sale bien parado en una película que ya ha sido condenada por las autoridades iraníes, que han puesto todas las trabas posibles para impedir su rodaje ⸺al final tuvo que filmarse en Jordania, después de varios intentos en Irán y Turquía⸺ y que, en palabras de la organización del festival, la han comparado con “Los versos satánicos” de Salman Rushdie.







martes, 8 de noviembre de 2022

LA OREJA (Ucho de Karel Kachyna, 1970)

Una de nuestras secciones favoritas, ya lo fue el año pasado, del festival de cine europeo de Sevilla es Hacia otra historia del cine europeo. Se trata de una retrospectiva de películas restauradas donde, como dice el título de la sección, se da una visión particular de la historia del cine. En el certamen de este año se proyectan cintas que fueron censuradas o ignoradas en su día por motivos políticos o por mala o nula distribución. Es el caso de La oreja del director checo Karel Kachyna. Prohibida cuando se estrenó en 1970 por el gobierno comunista prosoviético de Checoslovaquia, solo pudo ser estrenada en 1989 tras la caída del muro de Berlín y, posteriormente, formó parte de la sección oficial del festival de Cannes en 1990.

 

La trama de La oreja transcurre a lo largo de una noche después de una fiesta del partido. El matrimonio formado por el alto funcionario comunista Ludvik (Radoslav Brzobohatý) y por la alcohólica Anna (Jirina Bohdalová, ambos pareja en la vida real) regresan a su casa después de la fiesta y se dan cuenta de que sus llaves han desaparecido, de que han cortado la luz y el teléfono y de que alguien les espía desde un automóvil al otro lado de la calle. La noticia de que han arrestado a un ministro del partido les hace ponerse en lo peor: temen que el próximo que caiga sea Ludvik… 

Planteada como un diálogo a dos, la cinta, en su mayor parte a oscuras, como oscuros son los tiempos en los que viven, discurre mientras Ludvik intenta deshacerse de todos los documentos que puedan comprometerle al tiempo que tiene que soportar reproches de lo más ácidos y punzantes por parte de Anna. La sospecha de que la policía del partido los escucha (de ahí el título de la película) flota en el sórdido ambiente en el que también se tambalea el matrimonio.

 

El director gestiona el rodaje con una puesta en escena a base de contrapicados para subrayar aún más la tensión; y de insertos en flashbacks de tan solo unas horas antes, durante la fiesta, donde Ludvik recuerda ciertas conversaciones con miembros del partido, que no hacen si no acrecentar aún más las sospechas de que está a punto de ser purgado. De estas secuencias destacan los planos y contraplanos con miradas a la cámara, como si fuera el objetivo de un Yasujiro Ozu erguido. 

Angustiosa, incómoda, oscura, la propuesta de Karel Kachyna, demasiado osada en su tiempo como para pasar desapercibida. De hecho, tuvieron que transcurrir dos décadas para que finalmente pudiera ser vista. La vida real finalmente se confundió y superó a la ficción: Kachyna, como Ludvik, fue perseguido y censurado por el partido.






lunes, 7 de noviembre de 2022

CLOSE (Lukas Dhont, 2022)

Tercera jornada aquí en el XIX Festival de Cine Europeo de Sevilla y segunda película que vemos de la Sección Oficial, en esta ocasión un largometraje del director belga Lukas Dhont titulado con acierto Close.

 

La cinta se ocupa de la historia de dos niños de 13 años, Léo (Eden Dambrine) y Rémi (Gustav De Waele), íntimos amigos que disfrutan del campo y del verano juntos en casa de uno y de otro. Cuando terminan las vacaciones y van al colegio, sus compañeros de clase comienzan a murmurar si no hay algo más que una simple amistad entre ellos, lo que provoca que Léo comience a rechazar a Rémi. La vida de ambos da un giro que desemboca en tragedia.

Película muy bien rodada desde el aspecto formal, con largos travellings en la campiña belga muy logrados y escenas que subrayan la estación del año en la que se encuentran los personajes. Un ciclo completo desde un verano hasta la primavera siguiente que acompaña a la historia con acierto.

 

Trama, pues, muy delicada que el director gestiona de forma adecuada, paso a paso, con una cámara que sigue muy de cerca a los dos niños y, después de la separación, solamente a Léo, con intensidad creciente según transcurre la historia hasta el final; igual que hiciera en su película anterior Girl (2018) donde una adolescente de 15 años quería ser bailarina en un cuerpo de niño.

Con un estilo cercano al de los hermanos Dardenne, el realizador belga juega con las emociones utilizando los recursos que le proporciona el cine, entre ellos la excelente interpretación de los dos niños, con mención especial al joven Eden Dambrine, al que el director contactó en un viaje en tren. Según el realizador, a la hora de escribir la historia, se inspiró en el cuadro de David Hockney, We Two Boys Together Clinging.






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