Antwone Fisher (2002)
Procedente del teatro y de la pequeña pantalla, Denzel Washington triunfa en el cine a finales de la década de los ochenta, ganando el Óscar al mejor actor secundario con Tiempos de gloria (Glory, Edward Zwick, 1989), aunque el espaldarazo definitivo se produce en 1992 cuando da vida a Malcolm X, dirigida por Spike Lee. Una década más tarde, con el caché del actor por las nubes, Denzel Washington prueba como realizador con Antwone Fisher.
En el debut del actor detrás de la cámara, Washington interpreta a un psiquiatra de la Navy que tiene que tratar a un marinero, que se revela contra todo y contra todos a causa de los malos tratos recibidos cuando era un niño. Un tema muy afín al director, que desarrollará ampliamente, años después, en su mejor película hasta la fecha: Fences (2016).
Antwone Fisher se basa en una historia real, escrita por el propio Fisher, con el racismo como telón de fondo (otro asunto recurrente en la filmografía de Washington), pero con el tratamiento que el médico ejerce sobre el paciente como argumento central del largometraje.
El flamante realizador crea cierto suspense en el desarrollo del filme cuando el facultativo se afana en descubrir el motivo por el que el marinero se comporta de esa manera para, de paso, poder curar su dolencia mental. Algo, si se quiere no muy original en este subgénero médico-paciente, pero que Washington estructura muy bien al tiempo que se vale de una más que adecuada puesta en escena para un director novato.
Como curiosidad hay que decir que Fisher trabajaba en la Sony, en el departamento de seguridad, cuando su historia comenzó a sonar en el estudio. El interés fue creciendo tanto, que los directivos de la compañía quisieron comprar los derechos para llevar la vida de Fisher al cine. El guardia accedió, pero puso como condición que él mismo fuera el guionista.
El gran debate (The Great Debaters, 2007)
Cinco años pasaron hasta que Denzel Washington volvió a ponerse detrás de la cámara. En esta ocasión también al frente del reparto, seguramente, igual que en la película anterior, para conseguir más fácilmente la financiación necesaria.
El gran debate, que así se llamó la cinta en España, es otra película basada en hechos reales, donde un profesor (Denzel Washington), activista sindical, elige a un grupo de alumnos afroamericanos para concursar en los debates universitarios. Entre los elegidos se encuentra un estudiante conflictivo, con un pasado traumático y un presente más que problemático.
De nuevo el tema de las infancias
traumáticas y el del racismo sobrevuela la cinta. Esta vez en lugar de
médico-paciente, la relación que se establece es la de profesor-alumno. Es, por
tanto, una cinta de aprendizaje, pero con la misma tendencia que en Antwone
Fisher: la de ahondar en el pasado del joven para intentar resolver sus
problemas actuales y su incierto futuro.
La diferencia entre ambos filmes radica en que en El gran debate hay varias subtramas que enriquecen la cinta. Los personajes principales no se reducen solamente a dos, hay también otros compañeros que tienen cierto peso en la historia. Además, el personaje interpretado por Washington tiene una vida aparte de la docente, la de la lucha sindical frente a los poderes empresariales. Es decir, hay también una parte importante de denuncia social.
Esas secuencias, las del activismo político, y la violencia que incluso amenaza la integridad del protagonista, compiten con otro tipo de lucha: la de las discusiones entre los universitarios, que son en las que el director pone el acento; y las que dominan el metraje de esta atractiva película, que recrea el célebre debate entre una pequeña escuela de provincias contra la todo poderosa universidad de Harvard.