domingo, 18 de diciembre de 2022

2 X 1: "ATRACO SIN HUELLAS" y "EL RASTRO DEL ASESINO" (Joseph Pevney)

Atraco sin huellas (Six Bridges to Cross, 1955) 

En los años cincuenta después de la crisis de los grandes estudios, solo la Universal seguía produciendo al viejo estilo de “fabricación en serie”. Uno de los directores que más se prodigó en esa época fue Joseph Pevney. Realizador incansable, organizado y metódico, pero relajado en el plató, se le daba igual de bien el cine negro, las películas bélicas o las cintas de aventuras. 

Durante la segunda mitad de la década destacaron en su filmografía dos policíacos protagonizados por uno de los actores de moda: Tony Curtis. Pevney ya había trabajado con Curtis en la interesante historia de boxeo Flesh and Fury (1952), pero con Atraco sin huellas y, más tarde, El rastro del asesino, mejoró sensiblemente la primera colaboración entre actor y cineasta. 

El argumento de Atraco sin huellas sigue la vieja trama de la amistad entre un policía y un criminal. El filme repasa la vida del ladrón Jerry Florea (Sal Mineo en la adolescencia, y Tony Curtis en la juventud y en la posterior madurez) al que el agente Ed Gallagher (el soso George Nader) dispara en un atraco y le deja estéril de por vida. Esa circunstancia hace que ambos tengan una peculiar relación de amistad en la que, mientras Jerry hace de confidente y Gallagher se aprovecha de los chivatazos para subir en el escalafón, el primero obtiene gracias al policía las coartadas necesarias para sus fechorías.

 

Película atractiva, narrada de forma detallada, al estilo de La ciudad desnuda (The Naked City, Jules Dassin, 1948) o de Atraco perfecto (The Killing, Stanley Kubrick, 1956), para reforzar el hecho de estar presentando una historia real, que tiene un final excelentemente rodado. Un clímax que se ve venir, pero no por ello es menos logrado. 

Aunque interpretada por Sal Mineo en el primer tercio, en lo que sería su debut cinematográfico justo antes de Rebelde sin causa (estrenada el mismo año), la película se puede decir que está protagonizada por Tony Curtis, que se encarga del resto del largometraje con un registro muy alejado de aquel más cómico por el que sería recordado después. 

 

El rastro del asesino (The Midnight Story, 1957) 

Dos años después de Atraco sin huellas, Joseph Pevney vuelve a dirigir a Tony Curtis en El rastro del asesino, otro policíaco, mezcla entre drama y cine negro, pero con cierta dosis de suspense que también le acerca al thriller

Curtis interpreta a Joe Martini, un agente de policía italoamericano que insiste en que le den el caso del asesinato de un sacerdote en San Francisco. Su interés radica en que el cura fue su cuidador en el orfanato y su mentor, gracias al cual pudo ingresar en el cuerpo de policía. Las pistas que sigue Martini le llevan a sospechar de Silvio Malatesta (Gilbert Roland), un pescador de la bahía con el que comienza a relacionarse. Martini se integra tanto en la familia de Malatesta que llega a enamorarse de la hermana del sospechoso y a querer casarse con ella. El conflicto está servido cuando las sospechas son cada vez más fuertes y la amistad con el supuesto asesino es cada vez mayor. 

La trama del filme es como una montaña rusa: hay tensión cuando todas las pistas indican que el sospechoso es el culpable, y relajación cuando aparece una coartada que demuestra su inocencia. Lo que en principio parecía una obsesión personal por detener al culpable, ahora se transforma en un deseo de probar su inocencia. Ese ir y venir del argumento es acaso lo más destacado de la película.

 

De nuevo toda la cinta se desarrolla bajo el punto de vista del personaje interpretado por Tony Curtis, que en su registro, digamos serio, parece especializarse en estos retratos dramáticos, a veces biopics de personajes de otras razas, como la del indio en El sexto héroe (The Outsider, Delbert Mann, 1961) o la del ladrón, también de ascendencia italiana que hemos visto en Atraco sin huellas.

Personajes duros, que luchan por sobrevivir en un país hostil hacia los extranjeros o, en el caso de El rastro del asesino, con tintes casi autobiográficos cuando el propio Curtis viene de una familia de inmigrantes húngaros, con una dura infancia de orfanato en orfanato junto a su hermano, muerto arrollado por un camión, igual que sucede en la película.


Deseo a todos los lectores de este blog unas ¡muy felices fiestas! Un fuerte abrazo.





domingo, 4 de diciembre de 2022

LORD JIM (Richard Brooks, 1965)

Igual que ocurrió con Moby Dick y John Huston, también había un director que se encontraba obsesionado con la idea de llevar “Lord Jim” a la gran pantalla (Richard Brooks), y también existían antecedentes en los años veinte que lo había intentado con resultados discretos (Lord Jim de Victor Fleming, 1925). Así que la historia se repetía con la misma reticencia de los grandes estudios por llevar adelante un proyecto tan complicado como ese. Sólo cuando Brooks firmó con la Columbia pudo hacer realidad su sueño. El que fuera reputado guionista, ya llevaba una década realizando películas y se enfrentó a la producción como un verdadero autor, llevando los sombreros de productor, director y escritor para embarcarse en una aventura tan intensa como el propio filme:


Jim (Peter O’Toole) es el flamante segundo comandante del “Patna”, un barco mercante que en alta mar sufre un fuerte temporal. Debido a la inutilidad del capitán, Jim se hace cargo de la situación, pero se contagia del miedo de la tripulación y finalmente salta al bote salvavidas abandonando barco y pasajeros. Apartado de la marina por los remordimientos y la sensación de culpa, Jim vaga por los puertos malayos ofreciéndose para trabajos tan peligrosos como el de llevar un cargamento de explosivos y fusiles a Patusán. Las armas son para derrocar al “General” (Eli Wallach), un tirano que trata a los nativos como esclavos en la explotación del estaño. Jim lidera la revuelta y logra restaurar la paz en el territorio. Una paz pasajera ya que Cornelius (Curd Jürgens), el lugarteniente del General, ha contratado al capitán Brown (James Mason) para acabar con Jim...

El guion de Richard Brooks es bastante fiel al libro y la estructura de la película sigue tres partes muy bien diferenciadas: la primera centrada en el “Patna”, la segunda transcurre en la jungla hasta derrotar al General, y la última narra el enfrentamiento con Brown. Aunque la cinta, salvo el primer tercio, casi no discurre en la mar, ésta se encuentra presente a lo largo de todo el metraje. El “Patna”, su acto de cobardía, persigue a Jim y es el eje que soporta al filme. De hecho, Patusán es casi un anagrama de Patna, como el propio Jim dice casi al final del largometraje. En ese poblado perdido en la jungla se acrecienta la obsesión del protagonista por expiar su culpa, más por él mismo que por el resto de la sociedad, y se evidencia lo estrecha que es la línea que discurre entre el valor y el miedo. 


Una década más tarde, otra cinta volvió sobre "Lord Jim", al menos sobre una parte de ella. Me refiero, por supuesto, a Apocalipsis Now (Apocalypse Now, Francis Ford Coppola, 1979). El filme de Coppola también nació como resultado de adaptar una obra de Conrad: “El corazón de las tinieblas”, un cuento que el autor escribió de resultas de la experiencia en el Congo belga, cuando mandaba un barco fluvial y vio las atrocidades que los europeos estaban cometiendo allí. Las similitudes entre Apocalipsis Now y Lord Jim son abundantes: el remontar ese amenazante río, los horrores de la guerra, los nativos torturados y, sobre todo, los diálogos filosóficos entre el General y Jim, que recuerdan a los de Apocalipsis Now entre el coronel Kurtz y el capitán Willard.

Lord Jim fue la película más cara de Richard Brooks y también la más complicada de rodar. Lo que Brooks quería recrear era el interior de la península de Malasia donde se encuentran los mayores yacimientos de estaño del mundo. Los exteriores de Lord Jim no se filmaron en Malasia, sino en la selva de Angkor Wat, Camboya, en una época especialmente complicada para los estadounidenses dadas las malas relaciones entre los dos gobiernos, con el conflicto de Vietnam a la vuelta de la esquina. A la sensación incómoda por culpa de la tensión política, había que añadir los sobornos que tuvieron que pagar a las autoridades, y los precios elevados que exigían las empresas de servicios que se aprovechaban del aislamiento del equipo de rodaje. Mala alimentación, calor sofocante, enfermedades y picaduras de mosquitos aderezaron la difícil estancia de todo el personal. Para Peter O’Toole aquello se convirtió en “Una condenada pesadilla”.

A pesar de todo, Lord Jim fue una de las mejores películas de Richard Brooks, una cinta muy de los años sesenta por el derroche de medios para combatir a la televisión, y por el contexto social y político perfectamente reflejado en el filme: Patusán, la comunidad donde Jim restaura la paz, es muy afín a los ideales de libertad de la juventud de esos años; por otro lado, el conflicto de Vietnam, en auge en el momento del estreno de la película, se encuentra muy presente, no sólo porque se rodase allí la película, sino porque la colonización del sudeste asiático era otro de los temas tratados en el largometraje.



El post es un extracto corregido para la ocasión del capítulo dedicado a Lord Jim en mi libro: CINE Y NAVEGACIÓN. Los 7 mares en 70 películas





domingo, 20 de noviembre de 2022

2 X 1: "ANTWONE FISHER" y "EL GRAN DEBATE" (Denzel Washington)

Antwone Fisher (2002)

Procedente del teatro y de la pequeña pantalla, Denzel Washington triunfa en el cine a finales de la década de los ochenta, ganando el Óscar al mejor actor secundario con Tiempos de gloria (Glory, Edward Zwick, 1989), aunque el espaldarazo definitivo se produce en 1992 cuando da vida a Malcolm X, dirigida por Spike Lee. Una década más tarde, con el caché del actor por las nubes, Denzel Washington prueba como realizador con Antwone Fisher.

En el debut del actor detrás de la cámara, Washington interpreta a un psiquiatra de la Navy que tiene que tratar a un marinero, que se revela contra todo y contra todos a causa de los malos tratos recibidos cuando era un niño. Un tema muy afín al director, que desarrollará ampliamente, años después, en su mejor película hasta la fecha: Fences (2016).

Antwone Fisher se basa en una historia real, escrita por el propio Fisher, con el racismo como telón de fondo (otro asunto recurrente en la filmografía de Washington), pero con el tratamiento que el médico ejerce sobre el paciente como argumento central del largometraje.

 

El flamante realizador crea cierto suspense en el desarrollo del filme cuando el facultativo se afana en descubrir el motivo por el que el marinero se comporta de esa manera para, de paso, poder curar su dolencia mental. Algo, si se quiere no muy original en este subgénero médico-paciente, pero que Washington estructura muy bien al tiempo que se vale de una más que adecuada puesta en escena para un director novato. 

Como curiosidad hay que decir que Fisher trabajaba en la Sony, en el departamento de seguridad, cuando su historia comenzó a sonar en el estudio. El interés fue creciendo tanto, que los directivos de la compañía quisieron comprar los derechos para llevar la vida de Fisher al cine. El guardia accedió, pero puso como condición que él mismo fuera el guionista.  



El gran debate (The Great Debaters, 2007) 

Cinco años pasaron hasta que Denzel Washington volvió a ponerse detrás de la cámara. En esta ocasión también al frente del reparto, seguramente, igual que en la película anterior, para conseguir más fácilmente la financiación necesaria. 

El gran debate, que así se llamó la cinta en España, es otra película basada en hechos reales, donde un profesor (Denzel Washington), activista sindical, elige a un grupo de alumnos afroamericanos para concursar en los debates universitarios. Entre los elegidos se encuentra un estudiante conflictivo, con un pasado traumático y un presente más que problemático. 

De nuevo el tema de las infancias traumáticas y el del racismo sobrevuela la cinta. Esta vez en lugar de médico-paciente, la relación que se establece es la de profesor-alumno. Es, por tanto, una cinta de aprendizaje, pero con la misma tendencia que en Antwone Fisher: la de ahondar en el pasado del joven para intentar resolver sus problemas actuales y su incierto futuro.

 

La diferencia entre ambos filmes radica en que en El gran debate hay varias subtramas que enriquecen la cinta. Los personajes principales no se reducen solamente a dos, hay también otros compañeros que tienen cierto peso en la historia. Además, el personaje interpretado por Washington tiene una vida aparte de la docente, la de la lucha sindical frente a los poderes empresariales. Es decir, hay también una parte importante de denuncia social. 

Esas secuencias, las del activismo político, y la violencia que incluso amenaza la integridad del protagonista, compiten con otro tipo de lucha: la de las discusiones entre los universitarios, que son en las que el director pone el acento; y las que dominan el metraje de esta atractiva película, que recrea el célebre debate entre una pequeña escuela de provincias contra la todo poderosa universidad de Harvard.





domingo, 13 de noviembre de 2022

PALMARÉS DEL XIX FESTIVAL DE CINE EUROPEO DE SEVILLA 2022

Última jornada del festival donde toda la atención se centró en el reparto de premios por parte de los distintos jurados. Galardones en los que, en general, estamos de acuerdo, luego lo veremos, pero que no nos impidieron ver la nueva película del veterano cineasta polaco, Jerzy Skolimowski, tan importante como Roman Polanski, ambos de aquella generación de directores del Nuevo Cine Polaco en los primeros años sesenta. 

Eo, que así se llama la cinta de Skolimowski es una especie de road movie donde el viajero es un burro (el del título), que se apodera del punto de vista del largometraje para retratar a los seres humanos como son: amantes de los animales, trabajadores, pero también violentos y maltratadores de otras especies. Acierta la organización del festival al comparar la cinta del realizador polaco con la excelente Al azar de Baltasar (Au hasard Balthazar, Robert Bresson, 1966). Insólito filme, Eo, en la filmografía de Skolimowski, leyenda del cine polaco y, por extensión, del cine europeo. 

Y ahora sí, vamos con el palmarés del festival:
 

SECCIÓN OFICIAL


Giraldillo de Oro a la mejor película

Saint Omer (Alice Diop)


Gran premio del jurado

Ex aequo para Close (Lukas Dhont) y Fogo-fátuo (João Pedro Rodrigues )


Premio a la mejor dirección

Pietro Marcello (Scarlet )


Premio al mejor actor

Eden Dambrine (Close)


Premio a la mejor actriz

Ex aequo para Julie Ledru (Rodeo) y Zar Amir Ebrahimi (Holy Spider)


Premio al mejor guion

Alice Diop, Amrita David y Marie Ndiaye (Saint Omer)


Premio al mejor montaje

Géraldine Mangenot (Los hijos de otros)


Premio a la mejor fotografía

Mauro Herce (Matadero)


LAS NUEVAS OLAS


Premio a la mejor película de Las Nuevas Olas

Aftersun (Charlotte Wells)


Premio a la mejor película de Las Nuevas Olas No Ficción

Viagem ao sol (Susana de Sousa Dias y Ansgar Schaefer)


Premio Especial Las Nuevas Olas

A noiva (Sérgio Tréfaut)


REVOLUCIONES PERMANENTES


Premio a la mejor película de Revoluciones Permanentes

Afterwater (Dane Komlijen) 


PANORAMA ANDALUZ


Premio a la mejor película

Como ardilla en el agua (Mayte Gómez Molina y Mayte Molina Romero)


Premio Rosario Valpuesta al mejor cortometraje

Mothertruckers (Paula Romero)


Premio Rosario Valpuesta a la contribución técnico-artística

Menudo viaje. El sueño torcido del arte contemporáneo (María Cañas)


PREMIOS DEL PÚBLICO


Premio del público de la sección Historias Extraordinarias

Blue Jean (Georgia Oakley)


Gran Premio del público a la mejor película de Selección EFA

Tori y Lokita (Jean-Pierre Dardenne y Luc Dardenne)


OTROS PREMIOS


Premio AC/E (Acción Cultural Española) a la mejor dirección de película española:

Carlos Pardo Ros (H)


Premio a la mejor dirección de primer o segundo largometraje europeo

Nikola Spasić (Christina)


Premio Cinéfilos del Futuro

Rodeo (Lola Quivoron)


Premio Europa Junior

Las vacaciones de Yoko (Juanjo Elordi)


Premio ASECAN a la mejor película de la Sección Oficial

Siete Jereles (Pedro G. Romero y Gonzalo García-Pelayo) 


Premio Ocaña a la Libertad

Skin Deep (Alex Schaad)


Premio AAMMA Women in Focus

Blue Jean (Georgia Oakley) 


XV Premio Europeo de Cine-Guion Cinematográfico Universidad de Sevilla en categoría de Ficción

En recuerdo de Lupi (Silvia Mares García) 


XV Premio Europeo de Cine-Guion Cinematográfico Universidad de Sevilla en categoría de No Ficción

Erosión (Jesús Minchón Rodicio)

 

Premios, como decía, en general merecidos, siempre refiriéndome a la Sección Oficial y a la de la EFA, que son las dos secciones que más hemos seguido. Este año, además, hemos tenido suerte con la elección de cintas a ver ⸺no se puede ver todo⸺, ya que la mayoría han obtenido algún galardón. La ganadora indiscutible del certamen ha sido Saint Omer, que se ha llevado el Giraldillo de Oro por "la gran confianza otorgada, en el contexto de un juicio, al poder de la palabra para entender la realidad sin dejar de mostrar a través de ella la bruma de lo inexplicable", en palabras del jurado. La película de Alice Diop también ha conseguido el premio al mejor guion. 

La otra triunfadora del certamen ha sido Close. El filme de Lukas Dhont se ha llevado el premio al mejor actor, Eden Dambrine, para mí estaba cantado, y, además el Gran Premio del Jurado. Otros largometrajes destacados han sido Holy Spider, con el galardón a la mejor actriz (otro muy merecido, aunque en nuestra opinión el trabajo de Vera Gemma en Vera, podía también haber sido recompensado) y Scarlet, premio a la mejor dirección al realizador Pietro Marcello, viejo conocido en el festival.


Miembros del jurado de la Sección Oficial

En cuanto al premio del público (competían los largometrajes de la Selección EFA), ha recaído en Tori y Lokita, de lo cual nos alegramos mucho, ya hemos confesado nuestra debilidad por los hermanos Dardenne, y eso que tenían una dura competencia con películas tan buenas como El triángulo de la tristeza de Ruben Östlund, que al final se ha ido de vacío.

En fin, eso ha sido todo lo que ha dado de sí el festival, y desde este portal lo hemos contado. Como siempre, nos alegramos de la tendencia ascendente de este certamen sevillano, y esperamos que siga igual el año que viene, que, si Dios quiere, estaremos aquí para contarlo. 

Un fuerte abrazo a todos los lectores que nos han seguido estos días. 





sábado, 12 de noviembre de 2022

VERA (Tizza Covi y Rainer Frimmel, 2022)

Recta final, aquí en Sevilla, en el XIX Festival de Cine Europeo y, en especial, en la Sección Oficial donde ayer asistimos a la proyección de Vera de los directores Tizza Covi y Rainer Frimmel, italiana y austríaco respectivamente, que llevan varios años filmando juntos, sobre todo documentales. La propia directora se encargó de la presentación en la sala de cine.

 

De hecho, Vera se ha rodado así, como un falso documental donde la cámara de los realizadores sigue a la protagonista, Vera Gemma ⸺que se interpreta a sí misma⸺, hija del célebre actor italiano del spaghetti western, Giuliano Gemma. Vera es una mujer madura que se resiste al paso de los años y le cuesta abandonar la vida de lujo que tenía cuando vivía su padre, algo que ya no se puede permitir. Múltiples operaciones, ropa llamativa y sombrero del oeste son sus señas de identidad, pero no bastan para que las productoras se fijen en ella. 

Como un juguete roto, pues, nos la presentan los realizadores. El punto de inflexión de la película se produce cuando el chófer de Vera, último reducto de su otrora vida de opulencia ⸺chófer y diva recuerdan mucho a la pareja Erich Von Stroheim-Gloria Swanson en la obra maestra El crepúsculo de los dioses⸺, tiene un accidente y deja herido a un niño de ocho años que vive con su padre y su abuela en un barrio humilde. A partir de aquí, la actriz se implica en la vida de esa familia, como una Ingrid Bergman rediviva en Europa’51 de Rossellini.

 

Siguiendo con las referencias cinematográficas, Vera se comporta más como Giulietta Masina en Las noches de Cabiria, que como la Swanson o la Bergman en los filmes citados. En efecto, la sincera bondad de Vera raya en la inocencia extrema, lo que la convierte en blanco ideal para los que quieran aprovecharse de ella. Y son unos cuantos.

Película simpática, mitad comedia mitad drama, de Covi y Frimmel, que hacen un ejercicio de estilo donde prima el realismo sobre todas las cosas. Donde los personajes que giran alrededor de Vera también se interpretan a sí mismos (la directora y actriz Asia Argento, amiga íntima de Vera en la vida real; la hermana de la protagonista, Giuliana Gemma, etc.), donde la sombra de Giuliano Gemma planea por todo el metraje, y donde el espectador asiste a la proyección con una sonrisa permanente, aunque al final, como en Cabiria, lo que quede sea un regusto amargo.





viernes, 11 de noviembre de 2022

FAIRYTALE (Aleksandr Sokurov, 2022)

Ayer se cumplió una semana desde el comienzo del XIX Festival de Cine Europeo de Sevilla y pudimos ver dos películas que compiten por el Giraldillo de Oro en la Sección Oficial. Dos filmes muy diferentes con una sola cosa en común: ambos se han realizado con técnicas de animación. El segundo de ellos, My Love Affair With Marriage, de la directora letona Signe Baumane, que presentó el largometraje en una sala abarrotada, es una cinta, medio musical, medio comedia, medio ¿autobiográfica?, que resulta divertida, desde luego feminista, pero con excesiva información biológica y algo maniquea: todos los hombres son unos monstruos, excepto aquel que se siente mujer. 

En cuanto a la primera película, tenemos que decir que, si bien la esperábamos con ganas por ser la última propuesta del gran director Aleksandr Sokurov, la verdad es que salimos un poco decepcionados de la sala de cine. Fairytale, que así se llama el filme, resulta interesante, pero no deja de tener defectos, algo que nos llama la atención en una cinta del que nos maravilló en El arca rusa o nos sobrecogió en Madre e hijo.

 

La cinta parte de una premisa llamativa, aunque no original ⸺ya se usó en La isla de los tiranos, novela de G. H. Guarch⸺: en una especie de limbo o purgatorio se encuentran Hitler, Mussolini, Stalin y Churchill. Conversan entre ellos, se asoman a un portón enorme por el que no les dejan entrar (¿el cielo?) y observan una masa informe de personas (¿los millones de muertos que ellos provocaron?) como un océano revuelto. Un lugar de pesadilla, desdibujado, en blanco y negro y con una bruma permanente. 

La idea del filme es buena, pero no da para un largometraje (aunque la duración no es excesiva: 78 minutos). Un corto sería lo ideal para representar lo que el director quiere enseñar en su flamante película, que sería algo así como el colofón a la tetralogía del poder de Sokurov sobre Hitler (Moloch, 1999), Lenin (Taurus, 2001), Hirohito (The Sun, 2005) y Fausto (2011). 

Más que el contenido de los diálogos, a veces sin sentido, otras sobre cuestiones domésticas, las menos sobre política, lo que destaca de la obra de Sokurov es la forma, la puesta en escena. Con un formato cuadrado, como los documentales de la Segunda Guerra Mundial, el realizador ruso se vale de la técnica deepfake (la que gracias a la inteligencia artificial se puede animar digitalmente rostros y movimientos labiales a partir de imágenes reales o fotografías) para resucitar a tales personajes mientras esperan de forma indefinida un posible indulto (atravesar el portón). Lo más curioso es que entre ellos aparece Jesucristo, también a la espera (¿del juicio final?).   






jueves, 10 de noviembre de 2022

TORI Y LOKITA (Tori & Lokita de Jean-Pierre y Luc Dardenne, 2022)

En el ecuador del XIX Festival de Cine Europeo, aquí en Sevilla, hemos podido asistir a un evento que siempre es un acierto: a una película de los hermanos Dardenne. Los directores belgas este año presentan su último largometraje a la Selección EFA (European Film Academy), ya que su cinta, Tori y Lokita, está nominada a los premios de la Academia de cine europea. No se conforman los realizadores con su flamante galardón en Cannes con motivo del 75 aniversario de ese certamen.

 

Reconocemos nuestra debilidad por las producciones de los Dardenne, pero es que todas sus películas nos parecen fundamentales para conocer por donde va el cine europeo del siglo XXI. Tori y Lokita no podía ser menos: dos menas inmigrantes intentan sobrevivir en Bélgica como pueden. Lokita asegura que Tori es su hermano pequeño, pero no acierta a demostrarlo en el interrogatorio al que es sometida la adolescente. De ahí que no lleguen los ansiados papeles que le permitan quedarse y trabajar en el país. Además tiene que mandar dinero a su madre, le debe dinero a los mafiosos que la trajeron a Europa y necesita efectivo para conseguir unos papeles falsos. Demasiada carga para los pequeños que no ven otra solución que trapichear con drogas y aceptar un trabajo que solo les traerá más problemas… 

Los Dardenne abordan el tema de la inmigración ilegal desde el realismo, como siempre, con un cine casi documental y una cámara que sigue muy de cerca a los dos niños, sin dejarles un segundo para no perder nada de lo que acontece. Tanto es así que los directores tienen que ingeniárselas para que el espectador tampoco se pierda lo que ocurre fuera de campo, ya sea con el sonido, con la voz en off, o apoyándose en la imaginación del espectador que puede cubrir ese vacío de la imagen.

 

Porque todo, hasta el más pequeño detalle, importa en una cinta que es, de nuevo, un thriller disfrazado de drama social como ocurre en varias películas de su ya extensa filmografía: El hijo, El joven Ahmed, La promesa, etc. Todas ellas con protagonistas menores de edad, con los que los Dardenne se manejan estupendamente, y a los que eligen como objetivos de sus películas por ser más indefensos, por facilitar que los mensajes de sus filmes calen más hondo.

En Tori y Lokita lo que se denuncia son las carencias de los inmigrantes a los que una negación de papeles por parte de las autoridades es casi lo mismo que una invitación a delinquir. Lo que se ve en la película es ficción, pero a nadie se le escapa que esto mismo les está ocurriendo a muchos como ellos, que Tori o Lokita pueden ser perfectamente cualquiera de los miles de migrantes que llegan a Europa de forma ilegal.






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