Nos adentramos en el otoño, una estación para disfrutar, aquí en el Sur, donde ya se puede pasear sin que corras el riesgo de una insolación o un golpe de calor. Para las tardes, noches y madrugadas de la próxima semana proponemos la siguiente tabla de películas recomendadas. Allí podemos encontrar varias cintas ya comentadas en el blog y otras que desarrollan historias como aquellas en donde una carta revela un amor en secreto; un cazador de recompensas adiestra a un sheriff imberbe; o un periodista vuelve, una y otra vez, a vivir el mismo día. Que las disfruten.
Pinchar en la tabla para verla mejor (las películas en rojo no son necesariamente las mejores, son las que se comentan más abajo)
Comentarios de algunas de las cintas recomendadas:
El Desierto Rojo (Il Deserto Rosso de Michelangelo Antonioni, 1964). Monica Vitti, Richard Harris. (
Canal 7 Región de Murcia, viernes 25 a las 04:55)
Filme importante de Antonioni que continúa con sus indagaciones sobre la falta de comunicación en las relaciones, pero esta vez con un uso experimental del color que proporciona a la película el atractivo que sin duda tiene. El expresionismo aquí es con letras mayúsculas cuando el director italiano abandona el blanco y negro, las sombras y las luces, y se decide a ensayar con el color y a utilizar las tonalidades cromáticas con el objetivo de anunciar el estado de ánimo de los personajes. Para conseguir sus propósitos expresionistas, casi de manera enfermiza, Antonioni mandó pintar una fábrica entera, y hasta un bosque.
De la pareja de actores elegida, Monica Vitti sigue en la misma línea que la famosa trilogía de la incomunicación (
La Aventura,
La Noche y
El Eclipse), mientras el que sorprende es el casi

siempre histriónico Richard Harris, que aquí se somete a Antonioni y obtiene un nuevo registro interpretativo. Un trabajo que realizó muy a pesar suyo, tal como se desprende de los problemas que tuvo con el director italiano. Antonioni retrasó tanto el rodaje que el actor británico decidió abandonarlo antes de perder su siguiente trabajo en
Mayor Dundee (Sam Peckinpah, 1964). Al parecer, Antonioni se vio obligado a utilizar un doble para finalizar la película.
De cualquier forma, tanto Monica Vitti como Richard Harris consiguen fundirse con el desasosiego de un entorno de niebla, frío y contaminación, consiguiendo la extraña armonía que preside la cinta. De ella destacan la secuencia dentro de una especie de caseta encarnada donde “juegan” los personajes, mientras en el exterior llega un siniestro barco que se declara en cuarentena (Antonioni no desperdicia ningún elemento para subrayar la sensación de aislamiento). Pero, sobre todo, las escenas de Monica Vitti vagando por la fábrica desierta, muy cercanas a las del final de
El Grito (
Il Grido, 1957), una cinta que, en parte, resulta casi un borrador de
El Desierto Rojo, pero que no llega a su altura a la hora de hipnotizar al espectador; ni a la de profundizar tanto en la soledad que casi consigue atravesarla con sus magníficas imágenes.
Raw Deal (Anthony Mann, 1948). Dennis O’Keefe, Claire Trevor, Marsha Hunt. (
Popular TV, viernes 25 a las 17:15)
Sorprendente película de Anthony Mann, una joya del cine negro para descubrir con muchísimos aspectos destacables.
Raw Deal es una muestra de lo que ya era capaz de hacer Mann en la década anterior a su explosión definitiva como realizador.
Mann transforma en una trama más compleja la manida historia del delincuente que se fuga de la cárcel para ajustar cuentas con su antigua banda. Primero porque la evasión ha sido preparada por los gangsters como parte de un complot para acabar con él. Y segundo por la intervención de dos mujeres que competirán por el amor del protagonista: la letrada que lleva su caso, Ann (Marsha Hunt) y su amante, Pat (Claire Trevor, qué gran dama, poco reconocida, pero con una carrera ejemplar a sus espaldas, siempre interpretando a mujeres con carácter, recordemos
La Diligencia,
Kayo Largo,
Historia de un detective, y un largo etcétera).
Precisamente, la voz en
off de Claire Trevor conduce la trama, pero lo hace de forma lineal, sin apoyarse en el típico
flash-back del género, esto hace que se mantenga el suspense hasta el final sin que el espectador sepa lo que va a suceder. Además la película está muy bien estructurada en dos partes: una primera, de mayor duración, tiene una clara forma de
road movie, con los tres fugitivos acercándose a San Francisco desde la prisión; mientras que la segunda se desarrolla en la gran ciudad para concluir de forma espectacular. La definición inicial de los personajes –nadie es del todo bueno, como en las mejores películas negras- va cambiando a lo largo de la angustiosa ruta para llegar a clarificarse al final. La que no cambia es la del “malo” –Raymond Burr, de una violencia desatada- al que Mann presenta con una secuencia que anticipa la famosa de Lee Marvin en
Los Sobornados (
The Big Heat de Fritz Lang, 1953).

Pero si el guión y el tratamiento de los personajes son casi perfectos, la fotografía y la puesta en escena pueden situarse entre lo mejor que se ha hecho nunca en el cine negro. Mi afirmación podría parecer exagerada pero es que la forma de rodar de Mann y la maestría de su director de fotografía, John Alton, no me deja más remedio que mantener lo dicho. Veamos por qué:
El director, y el operador, se plantean una película de serie B como un ejercicio de estilo. Mann suple los escasos recursos disponibles con efectivas elipsis y una admirable puesta en escena que ahorra tiempo y dinero (en las escenas de acción todo sucede rápido, muy rápido). Un ejemplo: la fuga. Mann dirige la secuencia alternando el primer plano de Pat con un plano muy general de la muralla de la prisión (punto de vista de ella), donde la acción, electrizante, se acerca a toda velocidad hasta alcanzarla de lleno. En las tomas de interior, el virtuosismo técnico alcanza momentos difíciles de superar cuando John Alton maneja las sombras y

Mann rueda como si estuviera inventando el
Cinemascope (que luego dominaría como nadie). Así, cuando vemos un teléfono que suena en primer término, en la esquina del encuadre, el personaje que contesta se aproxima desde el fondo para llenar con su rostro toda la pantalla. Hay un plano, que abre la conclusión de la cinta, donde Claire Trevor, de perfil, deja espacio para que se vea un reloj que anuncia la posible muerte de Ann. El velo que le cubre la cara, y su rostro parcialmente iluminado por un portillo (allí estaba Alton), son premonitorios de lo que va a suceder. Scorsese consideraba a John Alton como un maestro y recomendaba efusivamentre su manual de fotografía en el excelente documental que realizó sobre el cine norteamericano.
Sólo me queda por decir que se dejen llevar por Claire Trevor a través de un viaje que quiere terminar en una vida digna -“donde uno pueda dedicar su vida a trabajar en algo decente que se pueda hacer a la luz del día”-; que noten esa neblina que no presagia nada bueno; que se maravillen de la secuencia de la playa, donde se repiten los planos de un personaje y de otro para concluir unidos; y que se adentren en Corkscrew Alley, un callejón sin salida, iluminado por un único farol, que va a ser testigo de una venganza.
Vacaciones sin novia (The Perfect Furlough de Blake Edwards, 1959). Tony Curtis, Janet Leigh. (
Televisión de Canarias, domingo 27 a las 01:25)
Comedia de Blake Edwards con uno de sus actores fetiches Tony Curtis, que aquí aparece con su mujer en la realidad: Janet Leigh, padres ambos de Jamie Lee Curtis. No es de los mejores trabajos de Edwards, pero ofrece situaciones bastante graciosas, y descubre a Curtis como un gran actor de comedias; posteriormente haría con el mismo director
Operación Pacífico (
Operation Petticoat, 1959) y
La carrera del siglo (
The Great Race, 1965), ambas mejores que ésta.
Julio César (Julius Caesar de Joseph L. Mankiewicz, 1953). Marlon Brando, James Mason, John Gielgud, Louis Calhern, Deborah Kerr. (
Veo TV, martes 29 a las 16:30)
El más "dramaturgo" de los directores, Mankiewicz, realiza un homenaje al mayor dramaturgo de todos los tiempos…
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