Los Hermanos Marx fueron los primeros grandes cómicos del sonoro. La verborrea de Groucho Marx sacudió como un vendaval el cine que hasta entonces había permanecido callado. Aquellos diálogos no daban tregua a la risa, sobre todo cuando la réplica se la daba Chico, el mayor de la familia. Eran conversaciones tan sorprendentes para la época como para las generaciones que las descubren ahora, y tan devastadoras por lo absurdo de su contenido como las tropelías de su hermano Harpo, verdadero anarquista del humor.
Cuando los Marx fueron descubiertos por Walter Wanger, productor de la Paramount, ya llevaban unos cuantos años triunfando en el vodevil. De hecho, sus dos primeras películas eran prácticamente versiones filmadas de sus obras de teatro Los cuatro cocos (The Cocoanuts, Robert Florey y Joseph Santley, 1929) y El conflicto de los Marx (Animal Crackers, Victor Heerman, 1930). Ambas fueron realizadas en Nueva York y reproducían en la gran pantalla lo disparatado y anárquico de sus representaciones en las tablas. Los que los vieron actuar en directo siempre decían que eran infinitamente mejores que en el cine. Después del éxito de las cintas neoyorquinas, Pistoleros de agua dulce significó su primer filme rodado en Hollywood, y la primera película de los hermanos Marx escrita de forma deliberada para la gran pantalla:
En un trasatlántico que regresa a Estados Unidos viajan cuatro polizones (Groucho, Chico, Harpo y Zeppo) que han sido descubiertos por el segundo de a bordo porque “estaban cantando ‘Dulce Adelina’”. El capitán ordena que se les detenga inmediatamente. La caza de los polizones siembra el caos por todo el barco...
A diferencia de Los cuatro cocos y El conflicto de los Marx, en Pistoleros de agua dulce los cuatro hermanos disponen de la movilidad de una cámara que no se dedica a filmarlos como si estuvieran aún en el teatro, sino que les deja correr de un lado para otro y hacer que el caos se extienda por el interior, la cubierta y los camarotes. La anarquía de Harpo y la excesiva verbosidad sin sentido de Groucho se alían para subvertir la acción que se vuelve del todo descabellada, es decir, muy divertida.
Si la trama en algún momento adquiere un mínimo de lógica, entonces viene Harpo y vuelve a colocar las cosas en ningún sitio. Harpo puede actuar solo o puede hacerlo en compañía de Chico que por momentos parece querer controlarlo, aunque finalmente le sigue la corriente y hasta se contagia de su locura, como en la escena del ajedrez, la del bridge o, sobre todo, en la de la peluquería, una de las más recordadas del largometraje.
Consecuente con lo disparatado de la acción es el torrente de palabras sin control que salen por la boca mordaz y descarada de Groucho. El más inteligente y deslenguado de los hermanos Marx es capaz de enredar al capitán para que lo invite a comer, o de seducir a una rubia platino en la secuencia del armario. En una escena, asegura: “Míreme a mí, he conseguido subir de la nada a un estado de extrema pobreza.” A continuación le explica a un gánster cómo hacer para ahorrar dinero. Le propone atentar contra él y a la vez protegerlo como guardaespaldas: “Dígame cuando tengo que atacarle y estaré allí diez minutos antes para defenderlo.”
Con respecto a Chico, ya se ha mencionado que era el ideal para dar la réplica a Groucho o a Harpo. También era el único que se podía reír de las ocurrencias del primero y de controlar o disparar al loco del segundo, según conviniese. Mientras tanto, Zeppo era simplemente la comparsa de los otros tres, digamos el serio, o el galán de la sosa historia de amor con la que se quería completar un guion que en realidad carecía de argumento; al menos en las películas que los hermanos Marx hicieron para la Paramount.
El post es un extracto corregido para la ocasión del capítulo dedicado a Pistoleros de agua dulce en mi libro: CINE Y NAVEGACIÓN. Los 7 mares en 70 películas
Un tipo de humor diferente. en su estilo, no han sido duperados.
ResponderEliminarTienes razón, nadie como ellos. Nunca han tenido competidores a lo largo de los años; se puede decir que son únicos.
EliminarPodría decir que los Hermanos Marx fueron uno de mis enganches a la cinematografía desde que era un niño. Recuerdo sus películas a base de carcajadas que implicaban verdadero dolor de tripa e incluso ahogos. Tenía pocos años yo cuando mi hermana me llevó al antiguo 'Cine Bogart' de Madrid a ver una reposición de 'Una noche en Casablanca'. Respecto a la peli hoy reseñada pues es también muy gozosa sin importar el argumento o la construcción del libreto.
ResponderEliminarAbrazos.
"Una noche en Casablanca" es una buena película de los Marx ya lejos de la Paramount. Después de "Sopa de ganso", la obra maestra de los Marx, pero un fracaso en taquilla, los hermanos se pasaron de la Paramount a a la Metro, y perdieron parte de la libertad creativa de sus obras de teatro o de sus primeras cintas. Se reproducía lo ocurrido con Buster Keaton en aras de una supuesta mayor rentabilidad. No obstante, en esa segunda etapa, con Irving Thalberg de productor, aún realizaron algunas películas memorables ("Una noche en la ópera" o "Un día en las carreras").
EliminarAbrazos!
Es increíble cómo suelen ser una referencia actual. Viendo canales de video de noticia, un presentador que, apenas debe tener 35 primaveras, decía de Putín que era un marxista, pero no por lo del fulano escritor de El Capital, sino por Groucho Marx, a quien se le atribuye la frase de "estos son mis principios, pero si precisa de otros, se los puedo cambiar"
ResponderEliminarHay mucho marxista por ahí. Si es porque se comporta de forma errática, no me gusta, pero si es porque le gusta los hermanos Marx, entonces yo también soy marxista de pura cepa.
EliminarSus películas son muy divertidas. Te mando un beso.
ResponderEliminarSon comedias muy singulares las películas de los Marx, en especial las de su primera etapa en la Paramount.
EliminarAbrazos!
Soy fan de los hermanos Marx, muy muy fan. En casa todos lo somos. Tengo todas las pelis en DVD y en casa usamos muchas de sus frases en ocasiones.
ResponderEliminarFueron únicos, y unos grandes músicos y artistas.
Gracias por esta entrada y feliz semana.
Igualmente soy un admirador de los Marx, y como tú tengo todas sus películas, que no me canso de ver una y otra vez.
EliminarFeliz semana para ti también!
Desde luego, éste es el único "marxismo" que merece la pena...
ResponderEliminarSaludos.
Y las películas de los hermanos Marx son buenos elementos de proselitismo para ganar adeptos a la causa...
EliminarSaludos!
Mientras te leo, los imagino y ya me río.
ResponderEliminarLa cantidad de veces que me han hecho llorar de la risa... Y también dos huevos duros. Es difícil ser genial en el caos y ellos lo eran.
Tengo una foto de ellos enmarcada muy sencillamente en una habitación de casa... Y cada vez que la veo sonrío.
Jajaja, aunque tengo la sensación de que yo entre ellos hubiese sido una especie de Margaret Dumont... muerta de la risa. Si la vida es compleja, por lo menos soltar de vez en cuando una carcajada.
Por cierto "Pistoleros a agua dulce" no la tengo muy fresca. Voy a tener que ir a reírme.
Beso
Hildy
A mí me pasa como a ti: da igual las veces que veo sus películas, me sigo riendo a mandíbula batiente, a carcajada limpia. En esta película, mil veces vista y mil veces disfrutada, como he dicho, las locuras de los hermanos no tiene ningún hilo conductor, no hay trama, así es de moderna una cinta imposible de que envejezca igual que es imposible de mantener el tipo sin reírse al verla.
EliminarYo de ti, no esperaría mucho a repasarla de nuevo... y dos huevos duros.
Abrazos!
Pues sí, una de las primeras incursiones de los Marx en la pantalla. Salvajes, demoledores, incontrolables y tronchantes, exceptuando al soso Zeppo. La cinta, sin apenas estructura (en realidad, compuesta por dos largas set pieces), contiene momentos y réplicas memorables. Pero aún estaban por llegar SOPA DE GANSO y UNA NOCHE EN LA ÓPERA.
ResponderEliminarUn saludo.
En mi opinión, creo que la mejor cinta de los Marx es "Sopa de ganso", que sería a la postre la última película que rodaron los hermanos en la Paramount, pero luego le siguen estos "Pistoleros de agua dulce" a poca distancia junto a la mejor de la época Metro que fue "Una noche en la ópera".
EliminarSaludos.
Es curioso que al reincorporarme al blog lo primero que leo es tu post sobre los Marx y la Paramount, ya que el capítulo sobre Gaudí, el cine y ciertas productoras, es un tema sobre el que tengo recopilado casi un centenar de episodios.
ResponderEliminarMe ha interesado mucho la entrada. Saludos, Ethan.
Qué buen tema el de Gaudí y el cine. Me gustará leer tus posts sobre ese asunto, me interesan mucho.
EliminarSaludos!
A mi me divierten mucho sus películas. No me importa repetirlas.
ResponderEliminarSu humor absurdo me hace pasar un buen rato.
Un abrazo.
Feliz Pascua.
Son muy graciosos y totalmente actuales: sus películas siguen teniendo frescura a pesar de los años.
EliminarAbrazos!
Me encanta el cine clásico 🖤 muchas gracias por tu visita por mi blog 🤗
ResponderEliminarSaludos desde Plegarias en la Noche
Gracias a ti, Tiffany, ¡bienvenida!
EliminarSaludos!
Hay películas y personajes que no caducan, sobre todo en las que se encuentra más creatividad. Abrazos.
ResponderEliminarEs verdad, un ejemplo es cuando Harpo actúa en las múltiples secuencias de transición donde persigue a los pasajeros. Con Harpo la escena de transición adquiere de pronto un nuevo significado cuando convierte el respiro entre secuencias en otro desatino más.
EliminarAbrazos!
Tenían que ser todo un dolor de cabeza para los traductores.
ResponderEliminarY me imagino que también para el doblaje porque a veces los diálogos eran a velocidad de vértigo.
EliminarRecuerdo perfectamente de las películas de estos Hermanos allá por los 50/60, lo divertidas que eran, y como tu bien dices en tu introduccíon lo absurdo de sus diálogos. No recuerdo haber vuelto a ver desde entonces película alguna de ellos, por lo que me ha hecho mucha ilusión y me ha traído bonitos recuerdos de ellos, así como del cine de verano Santa Catalina, comiendo pipas y altramuces que es donde yo las veía.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Pues fíjate, hace relativamente poco, vi una de las películas de los Marx en Sevilla, en el parque de María Luisa, a la entrada por la calle Felipe II, la estaban dando al aire libre, creo que era Una noche en la ópera. La gente se seguía partiendo de risa.
EliminarAbrazos!
Locura es la palabra que mejor define a este grupo de "indocumentados". ¡Cómo nos han hecho reir! Tengo que encontrar tiempo para revisitar todas sus películas, porque la mayoría las tengo muy olvidadas.
ResponderEliminarEs verdad, les debemos muchos momentos de risas y carcajadas. Todos esos diálogos sin sentido, expresados en un contexto de crisis como eran los primeros años treinta, poseen sin duda un alto grado de acidez. Incluso el propio Groucho se arruinó completamente a causa del crack de la bolsa de 1929.
EliminarOtra de tus grandes reseñas que tuve el gusto de leer en papel, y de volver a repasar ahora.
ResponderEliminar¡Tan recomedable tu libro! En mi caso es un libro de consulta, cada tanto vuelvo a él cuando alguien me habla de alguna película de navegación.
En la novela que leí de Morris West hacen bastante referencia a las Pitcairn y el Bounty
Abrazos, querido amigo
Me gusta el nombre de "Pitcairn", de hecho se lo puse a un barco de vela de ficción, una goleta de velacho de dos palos, de una de mis novelas, "Visibilidad cero". Como sabes, allí se refugiaron los amotinados de la Bounty.
EliminarAbrazos!