jueves, 29 de octubre de 2009

COLABORACIÓN: 500 DÍAS JUNTOS ((500) Days of Summer de Marc Webb, 2009)

Como anunciábamos, ha sido imposible realizar la sección semanal de recomendaciones (esperemos que se resuelvan los problemas y podamos continuar con nuestro ritmo normal). Sin embargo tenemos la suerte de poder leer un estupendo post que nos ha envíado nuestro amigo y colaborador Dexter, que lo disfruten:


La sombra de Woody Allen es alargada y sobrevuela de principio a fin este 500 días juntos, simpática comedia romántica que supone el debut en el mundo del largometraje del director Marc Webb.



La opera prima de este antiguo realizador de videoclips parece ser una revisitación y conveniente puesta al día del clásico alleniano Annie Hall no solamente en sus fondos- la historia de los vaivenes sentimentales de una pareja en el transcurso de los 500 días citados en el título- sino en las formas. Webb parece alejarse por momentos de las trilladas sendas del género y dotar a su obra de cierta personalidad a base de un desarrollo que sin ser del todo original sí resulta estimulante y vistoso. En este sentido, es posible destacar algunos hallazgos narrativos y visuales salteados a lo largo y ancho del metraje y quizá se antoje un tanto artificioso el diseño de los personajes a quienes se insufla de cierto aíre supuestamente independiente e intelectual acorde con el medio urbano en el que se mueven.

Tom es un atractivo joven de Los Angeles aspirante a arquitecto que hasta que llegue su oportunidad trabaja en una agencia publicitaria rellenando tarjetas de felicitación. El chico está enamorado perdidamente de Sommer, su nueva compañera de oficina que, lamentablemente para él, no cree ni el amor eterno ni en la pareja. Con semejante sinopsis cualquiera diría que estamos ante una comedia romántica más, que al final vivirán felices y comerán perdices pero…




Es posible que 500 días juntos no sea una historia de amor a pesar de ser la típica historia de chico conoce a chica como reza el rótulo que se nos aparece a modo de prólogo justo antes de los títulos de crédito. Es posible, pero sólo es posible, tal vez el envoltorio y el celofán sólo escondan la misma historia de siempre. Que no nos engañemos, lo del “chico conoce a chica” tan viejo como el mismo tiempo siempre tiene necesariamente el mismo final. Tras el último beso, después de el the end o la bajada del telón llegan los auténticos problemas, la convivencia y la rutina, y perdonen que me ponga pragmático, también la hipoteca, los hijos o la suegra. 500 días juntos no es una película de amor, es una película sobre el amor ¿ Y quién demonios sabe qué es eso? Según la película es algo que se sabe cuando se siente, pero la definición tampoco nos saca mucho del atolladero. Demasiadas dudas y misterio en torno a este loco sentimiento… Sabe usted por ejemplo cuánto dura y si tiene fecha de caducidad como los yogures. Webb intenta responder a todas esas preguntas y más, plantea todo lo que usted siempre quiso saber sobre el amor y tal vez nunca se atrevió a preguntar. Y siento destriparles el final, pero no nos resuelve nada, acaba la película y nos quedamos como estábamos. No nos quedará otro remedio que seguir estrujándonos los sesos, a los románticos empedernidos seguir confiando en poder construir un verano sin fin para que nunca llegue el otoño; al resto aferrarse al amor o a lo que quiera que sea que estén dispuestos a dar. Mientras la cosa les funcione ¿porqué no?

Dexter.

Ver el comentario de Caperuzzita y su visión cinéfila del amor

jueves, 22 de octubre de 2009

SILENCIO SE... GRABA (Semana del 23 al 29 de octubre de 2009)

Otra buena semana de cine la que se nos presenta cuando se agotan los días de este mes de octubre, ahora sí, lluvioso. Entre obras maestras incontestables como La Noche del Cazador o El Hombre que mató a Liberty Valance tenemos una oferta de lo más variada: discurre entre películas de aventuras, filmes del oeste, dramas, comedias o cintas bélicas. Casi todos los géneros figuran en la siguiente tabla donde siempre me gusta destacar la inclusión de algunas películas españolas, en este caso tan atractivas como La Tía Tula o La Buena Estrella. Mientras buscan su filme preferido nosotros vamos a comentar dos cintas que confirman que la calidad y lo comercial no tienen por qué estar reñidos.

Pinchar en la tabla para verla mejor (las películas resaltadas no tienen por qué ser las mejores; las de color azul ya han sido comentadas anteriormente, pueden acceder a la reseña en la lista alfabética del lateral del blog; las de color rojo se comentan más abajo)


Comentarios de algunas de las cintas recomendadas:

El Nombre de la Rosa (Le Nom de la Rose de Jean-Jacques Annaud, 1986). Sean Connery, Christian Slater, F. Murray Abraham. (Canal Sur, viernes 23 a las 23:45)

Elaboradísima película del director francés Jean-Jacques Annaud que se deja la piel en cada proyecto que realiza –con independencia del resultado final-. Fueron necesarias 17 versiones y cuatro guionistas para llevar a la gran pantalla el best-seller de Umberto Eco; al no encontrar una localización adecuada se tuvo que construir un monasterio entero para decorar la historia; además, el rodaje fue tan accidentado que casi le cuesta la vida al propio Connery (el actor consiguió el papel prácticamente en contra de todos, realizador y escritor).

A pesar de los contratiempos, la cinta que narra las pesquisas de dos monjes, que intentan resolver los asesinatos en una abadía aislada en plena Edad Media, funciona muy bien. Y lo hace porque la trama, con la dosis de tensión suficiente, se encuentra acompañada de muchos matices enriquecedores. En primer lugar, Annaud elige una fotografía y una ambientación adecuadas para que la historia encaje perfectamente en su lugar en el tiempo. El aislamiento del monasterio, el duro invierno, la austera, pero enorme torre que preside la trama y que esconde los secretos que ayudarán a resolverla, son todos elementos ideales para introducir al espectador en aquellos días en los que Europa le dio la espalda al progreso y se abandonó en el oscuro medievo.

El realizador envuelve la acción principal (la de la investigación) con una crítica abierta hacia el clero. Y no sólo por presentar la inquisición más radical y sangrienta, sino por sacar a relucir siempre que puede el eterno debate del uso poco caritativo de las posesiones materiales de la Iglesia. Es decir, se une a la cruzada de Umberto Eco, que llegó a reconocer que se decidió a escribir la novela porque “tenía ganas de envenenar a un monje”. Realmente Annaud va más allá en su censura cuando presenta a unos frailes caricaturizados al máximo con rostros que no parecen humanos. Son seres deformes, pálidos y enfermizos, ciegos o tullidos, los que pueblan el particular y amenazante universo del monasterio.

Con un espíritu claramente comercial, la pareja de héroes resulta muy bien elegida. El maestro y el aprendiz. El primero (Sean Connery), un franciscano de nombre William de Baskerville (clara referencia a Sherlock Holmes), es un cura tolerante y a la vez crítico con la comunidad religiosa; consciente de que los libros son lo más importante del mundo tenebroso que le ha tocado vivir. El segundo personaje, Adso de Melk, interpretado por un jovencísimo Christian Slater (15 años), asume el papel de narrador de la historia sin abandonar, en ningún momento, su expresión de sorpresa. Los dos religiosos se adentran en un misterio que va a cambiar sus vidas. Y nosotros, los espectadores, como en las novelas de Conan Doyle, nos identificamos con Watson/Adso y nos dejamos llevar por las deducciones del maestro sin parpadear.



Terminator 2. El Juicio Final (Terminator 2: Judgment day de James Cameron, 1991). Arnold Schwarzenegger, Linda Hamilton, Edward Furlong. (TVE 1, viernes 23 a las 22:00)

Una de las pocas secuelas que superan al original. Cameron vuelve a realizar una película de éxito con el "musculitos" Schwarzenegger como reclamo seguro, pero esta vez cambia al personaje de bando (una de las pocas veces que esto se ha hecho en el cine) y lo sitúa en el lado bueno. El golpe de efecto le salió redondo consiguiendo una recaudación espectacular. Además la cinta supera la media, en cuanto a calidad se refiere, convirtiéndose en un clásico del género en tiempo record.

La trama sigue la línea argumental de Terminator (The Terminator, 1984) y arranca de la misma forma, con un salto en el tiempo: del futuro viene un robot de la clase T-1000, prácticamente indestructible, que puede imitar cualquier cosa, incluyendo los seres humanos. Su misión consiste en eliminar a John Connor, el que será líder de la resistencia en la lucha contra las máquinas, pero que ahora es sólo un niño. Simultáneamente también llega un androide para todo lo contrario: para proteger a John.


Uno de los méritos del largometraje es que Cameron consigue que los efectos especiales no sean los protagonistas (a diferencia de lo que ocurre en la mayoría de las actuales películas comerciales). El director los utiliza para acompañar a la acción, para subrayar los aspectos que le interesan. En este caso su propósito es dar al T-1000 esa impresión de invencible y a la vez dotarle de unos poderes que le convierten en un ser terrorífico.

El filme logra con creces el objetivo de entretener gracias a unas secuencias de acción muy bien rodadas, como la persecución en la rambla o la lucha final en la fábrica. Tampoco falta el aspecto sentimental. Aquí, el típico debate de si las máquinas pueden tener afecto por los seres humanos, Cameron lo resuelve de una forma entrañable que ha pasado ya a la historia de la ciencia-ficción.

jueves, 15 de octubre de 2009

SILENCIO SE... GRABA (Semana del 16 al 22 de octubre de 2009)

No terminan de caer las hojas en este extraño comienzo del otoño; eso es lo que ocurre aquí, en el Sur, donde el calor se niega a abandonarnos. Al menos tenemos buen cine en las distintas cadenas de televisión en abierto. Así, cintas ochenteras y clásicas conviven con películas modernas de David Cronenberg, Steven Soderbergh o Andrew Jarecki. Obras maestras del cine mudo y del Neorrealismo se programan junto a filmes de aventuras, comedias legendarias o largometrajes españoles tan buenos como El Sur o Secretos del Corazón. Que las disfruten.

Pinchar en la tabla para verla mejor (las películas resaltadas no tienen por qué ser las mejores; las de color azul ya han sido comentadas anteriormente, pueden acceder a la reseña en la lista alfabética del lateral del blog; las de color rojo se comentan más abajo)


Comentarios de algunas de las cintas recomendadas:

El Perro del Hortelano (Pilar Miró, 1996). Emma Suárez, Carmelo Gómez. (Canal Extremadura TV, sábado 17 a las 21:50)

Brillante adaptación de una de las mejores obras de Lope de Vega. Pilar Miró dirige con maestría la conocida historia de los celos que tiene una condesa (Emma Suárez) por el amor que se profesan su secretario y su dama de compañía. Al sentirse enamorada del primero (Carmelo Gómez) intenta estorbar la relación que envidia; cuando consigue atraer a su empleado también interrumpe su romance con él debido a la diferencia de clases. Ni come ni deja comer.

La versión es tan fiel al texto de Lope que los diálogos son en verso, sin embargo Pilar Miró huye, cuando puede, de la teatralidad. También utiliza su experiencia como realizadora de programas dramáticos para no caer en la trampa de dirigir una adaptación televisiva de la comedia. Con las primeras secuencias no lo consigue del todo, pero pronto descubrimos que es cine lo que tenemos ante nuestros ojos cuando rueda un larguísimo travelling de los actores principales; cuando “airea” una conversación y la sitúa en un paseo en góndola; o cuando utiliza el texto de Lope como voz en off de uno de los amantes mientras nos muestra bellas imágenes del contrario.



En su afán cinematográfico, la directora no pierde la oportunidad de presentar escenas cotidianas de la época, como juegos infantiles, labores de jardinería y tertulias en los parques, siempre aprovechando al máximo los paréntesis de la historia. Con ello consigue una ambientación ganadora de premios (un Goya que acompaña a seis más en otras categorías) e inunda de color la simpática trama. También utiliza el aspecto cromático para separar las secuencias, para dividir el filme en capítulos diferenciados. Elige a la condesa -que realmente dirige el argumento con sus actos- y la pinta de un color distinto cada vez que la trama cambia. Así, los vestidos de Emma Suárez se suceden del amarillo al naranja y del azul pastel al rojo, pasando por el morado.

Con unos actores que no desentonan (quizás Fernando Conde se exceda en su papel picaresco y muestre ramalazos de su paso por el grupo "Martes y Trece") y con un decorado de excepción (palacios y parques de Lisboa y Setúbal) firma Pilar Miró una de sus mejores películas, un disfrute para la vista y para el oído que además tiene la virtud de ganar con los años.



Vacaciones en Roma (Roman Holiday de William Wyler, 1953). Gregory Peck, Audrey Hepburn. (Canal 9, domingo 18 a las 23:45)

Cuento de Cenicienta al que Dalton Trumbo le da la vuelta para convertirlo en la historia de una princesa que se despierta en casa de un periodista, y que decide tomarse el día libre para descubrir Roma como una turista anónima más. El guión fue merecedor del oscar, pero el escritor no pudo recogerlo al estar perseguido por el comité de asuntos antinorteamericanos, razón por la que su nombre no aparece en los créditos.

El caso es que Roman Holiday es una deliciosa comedia que supuso un gran cambio en las vidas de aquellos que la realizaron. Por un lado, William Wyler se aleja momentáneamente del drama, y de Estados Unidos, para rodar en Roma- dicen que también para poner distancia entre él y el comité de McCarthy-; Gregory Peck por fin puede participar en una comedia romántica, y descubre que se le da muy bien, pronto volverá al rol de periodista en la mejor de las comedias de Vincente Minnelli: Mi desconfiada esposa (Designing Woman, 1956); y, sobre todo, para Audrey Hepburn. La “mujer gacela” rompe con el prototipo de actriz ideal que se llevaba en las décadas anteriores gracias a su espontánea actuación, su figura delgada y su elegante belleza. A partir de la interpretación de la princesa Ana –y del oscar- su carrera se lanza imparable hacia el estrellato.

La película contiene secuencias inolvidables. Destacan la que inicia el enredo en la casa del periodista o el viaje en moto por Roma. Además, todas ellas repletas de anécdotas en el rodaje, algunas tan graciosas como la conocida de la escena en la Bocca Della Veritá.

Vacaciones en Roma inició una desigual serie de películas, digamos turísticas, muy inferiores en calidad donde sólo Cómo casarse con un millonario (How to marry a millonaire de Jean Negulesco, 1954) se salva de la quema.

jueves, 8 de octubre de 2009

SILENCIO SE... GRABA (Semana del 9 al 15 de octubre de 2009)

Asistimos estos días a un derroche publicitario impresionante de la que dicen es la película más cara del cine español. Carteles por toda la ciudad anunciando el nuevo proyecto de Amenábar se unen a entrevistas en la televisión y avances en todos los telediarios. Demasiado bombo siempre me provoca el efecto contrario. De todas formas habrá que esperar lo mejor de este buen director. Mientras tanto nosotros a lo nuestro. A entresacar lo más destacable de la oferta televisiva en forma de tabla de recomendaciones: Pinchar en la tabla para verla mejor (las películas resaltadas no tienen por qué ser las mejores; las de color azul ya han sido comentadas anteriormente, pueden acceder a la reseña en la lista alfabética del lateral del blog; las de color rojo se comentan más abajo)  
Comentarios de algunas de las cintas recomendadas:

El Bello Antonio (Il Bell’Antonio de Mauro Bolognini, 1960). Marcello Mastroianni, Claudia Cardinale. (Castilla-La Mancha TV 2, sábado 10 a las 00:30) Una de las películas de mayor calidad de Mauro Bolognini, de su mejor etapa como director: aquella que transcurre entre finales de los cincuenta y primeros de los sesenta, donde dirige adaptaciones (en este caso la novela es de Vitaliano Brancati) escritas por, nada menos, que Pier Paolo Pasolini. De esta época, Pasolini llegó a decir que algunos de sus guiones para Bolognini fueron las obras literarias de las que se sentía más orgulloso. La cinta narra el regreso de Antonio (Marcello Mastroianni, un pusilánime sencillamente magnífico) a su pueblo natal. La llegada es todo un acontecimiento, debido a la fama que le precede. Para la villa, Antonio es una especie de Don Juan por el que suspiran todas las mujeres. Lo que nadie puede imaginarse es el “terrible” secreto que esconde el personaje y que sólo desvelará a su primo y a su prometida con la que finalmente se casa: Antonio es impotente. Al no consumarse el matrimonio todo se viene abajo: la Iglesia interviene anulando el enlace, el prestigio de la familia de Antonio cae por los suelos y la presión que todos ejercen contra él hace que finalmente tome una decisión descabellada. En Il Bell'Antonio, el dúo Bolognini-Pasolini recoge el testigo de un movimiento neorrealista casi finiquitado, y lo transforma en una visión más crítica hacia la sociedad, los estamentos y sus arcaicas reglas y tradiciones. Los prejuicios de un pueblo encerrado en sí mismo, denunciados por los cineastas, son los que provocan que la comedia -propuesta inicial- finalmente se transforme en drama. 

  Buenas noches, y buena suerte (Good night, and good luck de George Clooney, 2005). David Strathairn, George Clooney. (TV3, lunes 12 a las 23:25) Hay decisiones que, antes de tomarlas, ya sabes que van a cambiar tu vida. A principios de los cincuenta, en Estado Unidos, y en plena "caza de brujas", si un periodista se embarcaba en la peligrosa aventura de denunciar los métodos y las injusticias cometidas por el senador McCarthy, sabía que él y todos los que le apoyaran pronto serían el blanco del comité inquisidor. Eso fue lo que le pasó a Edward R. Murrow, el director de informativos de la cadena CBS, cuyo programa "Cara a cara" tenía los mayores índices de audiencia. Geoge Clooney aprovecha la historia real de Murrow para denunciar las trabas que aún tiene la libertad de expresión. Lo hace trasladándose a la época de los hechos, sumergiéndose en una acertada fotografía en blanco y negro, pero usando una moderna cámara que persigue los gestos, las miradas y los silencios que preceden a situaciones extremas como un despido o la inevitable llamada de atención por parte del responsable de la cadena. Los contrastes entre lo viejo y lo nuevo; eso es lo que hace de este filme una bandera eficaz contra la intolerancia en el mundo de la política; y en el de la prensa. La mezcla de documentos reales (entrevistas a victimas de la persecución, declaraciones del propio senador o vistas del comité de asuntos antinorteamericanos) con secuencias entre bastidores, mientras se rueda el programa televisivo, resulta muy atractiva y aporta el grado preciso de suspense y tensión para que la cinta, en principio árida, pase como un suspiro. La interesante trama, la eficaz interpretación de David Strathairn, secundado por un elenco de lujo, y el rodaje con sentido de un primerizo George Clooney (su segunda película), midiendo las pulsiones de los personajes en todo momento, consiguieron que la cinta fuera nominada a seis estatuillas de la Academia y ganara multitud de premios.

domingo, 4 de octubre de 2009

SI LA COSA FUNCIONA (Whatever Works de Woody Allen, 2009)

Woody Allen, después de dos pasos fallidos hacia adelante (El Sueño de Casandra y Vicky Cristina Barcelona, sobre todo este último) ha dado un salto de calidad, desde atrás, con su nueva comedia.



Y es que Whatever Works es un antiguo proyecto de Allen, escrito para Zero Mostel (Los Productores, Golfus de Roma) que fue abandonado cuando el humorista falleció en 1977. Tuvieron que pasar tres décadas para que el director lo recuperara del fondo del cajón y lo transformara para Larry David.

La cinta narra la situación absurda que se plantea cuando un sabio cascarrabias (Larry David) retirado de todo (del trabajo, de su mujer y casi de la vida después de un intento de suicidio) convive con una ignorante adolescente que queda hipnotizada por su verborrea pesimista. El contraste es total entre la pueblerina que acaba de llegar a la gran ciudad y el viejo con el colmillo retorcido unas cuantas vueltas.

La historia se aleja de la relación entre el hombre maduro y la jovencita, que Allen nos proponía en Manhattan (1979), para situarse entre una sátira de Pigmalión y una versión bufa de Lolita. Además, el cineasta neoyorquino se apoya en el vodevil para las situaciones cómicas cuando se plantea la trama como si fuera una obra de teatro, al menos en sus giros de guión. Así, utiliza dos llamadas a la puerta del apartamento donde se desarrolla la acción para cambiar drásticamente la historia. O se vale de únicamente dos secuencias (una para cada personaje secundario) para darles la vuelta totalmente a los padres de la adolescente. Una demostración de habilidad y soltura que hacía tiempo no le veíamos.


Woody Allen, como en sus mejores películas, no pierde la ocasión de hablar de sí mismo con el público -literalmente-, esta vez utilizando como intermediario al cómico Larry David, con el que ya había trabajado brevemente en Días de Radio (Radio Days, 1987) e Historias de Nueva York (New York Stories, 1989). Aprovechando que el director no actúa, los diálogos son más ácidos que de costumbre; sin embargo David no consigue –a lo mejor ese es el propósito- que nuestra mente deje de pensar en la figura del realizador cuando su personaje aparece en pantalla.

Esa, digamos, falta de responsabilidad del director en la interpretación se une a la relajación que le supone volver a dirigir en los barrios y parques de Nueva York. No sólo se nota lo cómodo que Woody Allen se siente en su ciudad, también uno intuye, de las escenas de la película, que en una reunión de amigos para tocar el clarinete, o en la visión de una película clásica pueden hallarse argumentos suficientes para la definición de felicidad.


Ver Ficha de Si la cosa funciona.

jueves, 1 de octubre de 2009

SILENCIO SE... GRABA (Semana del 2 al 8 de octubre de 2009)

Si las lluvias de este final de septiembre, y comienzo de octubre, anegan nuestras ciudades nosotros hacemos lo propio con las recomendaciones televisivas e inundamos de buen cine la siguiente tabla. Antes de consultarla hay que hacer un par de precisiones: a partir de hoy las películas que han sido comentadas previamente aparecerán resaltadas en azul. Los lectores que quieran acceder a dichas reseñas sólo tendrán que buscarlas en el lateral del blog, donde figura una lista por orden alfabético. Como siempre, la cinta o cintas que resaltamos en rojo son las que se comentarán ese jueves; serán filmes que nos apetece reseñar, pero que no tienen por qué ser los mejores de la tabla.

Pinchar en la tabla para verla mejor

Comentarios de algunas de las cintas recomendadas:

55 días en Pekín (55 days at Peking de Nicholas Ray, 1963). Charlton Heston, Ava Gardner, David Niven. (La 2, viernes 2 a las 01:45)

Una superproducción de Samuel Bronston, de esas que hacía en España con grandes directores, separado del sistema de producción americano que agonizaba frente a la todopoderosa televisión. Nicholas Ray, un director de culto, autor de por lo menos media docena de obras maestras, aquí no llega a cuajar uno de sus filmes mayores en parte por problemas con el productor (que llegó a despedirlo dos veces) y de la producción en sí, amén de fallos de casting (los personajes orientales son actores occidentales, y a veces regular maquillados). Pese a todo, si no la tuviera en mi videoteca y se me presentara la oportunidad de grabarla, lo haría sin dudarlo. La cinta entretiene y mucho. Las escenas de acción están muy bien conseguidas, como la del ataque de los boxers (esos chinos con mala leche); o la del arranque de la película, con un Heston con mucha sangre fría. Además la cinta cuenta con la presencia de Ava Gardner y David Niven, dos motivos más para ver la película.



Libertarias (Vicente Aranda, 1996). Ana Belén, Ariadna Gil, Victoria Abril. (Aragón Televisión, lunes 5 a las 01:05)

Viejo proyecto de Vicente Aranda, dirigido 15 años más tarde de haberlo ideado, sobre un argumento suyo y de José Luis Guarner. Nominada para seis Goyas, la cinta destaca por encima de la media de las que se han hecho sobre la Guerra Civil Española, aunque hay mucha gente que opina que todavía no se ha realizado la película definitiva sobre la contienda, probablemente por falta de la suficiente objetividad que dan los años. Precisamente esa falta de imparcialidad es lo que impide que Libertarias sea la mejor obra de Aranda –creo que la trilogía formada por Amantes, Intruso y Celos está por encima, sobre todo la primera-. Sin embargo, el largometraje está brillantemente dirigido, con escenas de gran belleza y diálogos muy bien estudiados que forman parte de un excelente guión.

La trama se desarrolla en los primeros días del conflicto. Dividida en dos partes, en la primera (una amplia introducción) la acción se localiza en Barcelona, recién estallada la Guerra. Allí unas milicianas anarquistas, con Pilar a la cabeza (Ana Belén), “liberan” un burdel y reclutan mujeres para la causa. Entre ellas se encuentra María (Ariadna Gil), una monja refugiada por casualidad en el prostíbulo. Esta circunstancia anuncia otra paradoja más importante: la lucha interior del personaje que se debate entre sus creencias religiosas y la revolución.


La segunda parte transcurre en el frente de Zaragoza, cuando el grupo de mujeres se une a la columna de Buenaventura Durruti –al que Aranda respeta tanto que se niega a descubrir su rostro-. Si en el prólogo Aranda muestra como el caos convive con la ilusión revolucionaria, en el resto de la película va introduciendo el pesimismo y las disputas en el seno del bando republicano hasta la derrota final. Es durante ese largo desarrollo cuando el filme gana en profundidad de los personajes y calidad visual. Así, Aranda rueda una incursión en las líneas enemigas como si fuera un cortejo fúnebre; o realiza una secuencia final terrorífica, propia del mejor cine de género, precedida de una clara metáfora acerca del sacrificio humano.

Pero, sin duda, lo mejor es el tratamiento de los personajes. Todo gira alrededor de María. Los combatientes que se reúnen en torno a ella son, entre otros: un cura, ayudante de Durruti (Miguel Bosé, bastante soso); una prostituta, aburrida de hacer tanto el amor; un expresidiario, que lleva dos años sin acostarse con una mujer; dos milicianos, padre e hijo, que temen que se les pare el reloj; y una anarquista coja que puede comunicarse con los espíritus (Victoria Abril, estupenda), a la que Aranda regala los mejores diálogos. Todos bajo el mando de Pilar que asume una importante misión: proteger a la religiosa en medio del horror de la Guerra.

Cada acción se analiza desde el punto de vista de los inocentes ojos de María. Al principio se somete al grupo desde una especie de síndrome de estocolmo, pero a medida que avanza el metraje va sintiendo verdadero amor hacia Pilar y, por extensión, hacia su causa que pasa por ser una reivindicación feminista más que una militancia anarquista. Ariadna Gil ayuda a que María sea creíble, consiguiendo una de sus mejores actuaciones; dando vida a la religiosa que es capaz de recitar de memoria tanto versículos del Evangelio como párrafos de la obra de Bakunin. Y es que la monja es el ojo imparcial que necesitaba la cinta. Un ojo que finalmente hace que el personaje se quede tuerto por culpa, o gracias, a un brillante plano final.
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