lunes, 2 de septiembre de 2019

2 X 1: "DEMASIADO TARDE" y "LE CHÂTEAU DE VERRE" (René Clément) (I)

Demasiado tarde (Au dela des grilles, 1949)

Igual que los grandes pintores o literatos, existen directores cuya obra evoluciona claramente pasando por etapas muy diferentes entre sí. Creemos que este es el caso del realizador francés René Clément que, después de una dilatada experiencia como director de cortos y documentales, debutó en el largometraje con películas que narraban historias de la Segunda Guerra Mundial recién acabada.

La siguiente fase de su carrera tenía mucho que ver con una especie de revival del realismo poético francés, pero a caballo entre ese movimiento y el neorrealismo que triunfaba en Italia en aquel momento. De hecho, la primera cinta que vamos a comentar, Demasiado tarde, es una coproducción franco-italiana que cuenta con elementos de una y otra corriente.

Solo ver a Jean Gabin al frente del reparto ya sería suficiente para encuadrar el filme en el realismo poético. El gran actor galo interpreta a uno de aquellos antihéroes tan reconocibles, de oscuro pasado, que se arrastran por los barrios bajos de las ciudades. En este caso, Gabin es un polizón huido de la justicia, que desembarca en Génova para comenzar una nueva vida al lado de Isa Miranda.


Con una estructura casi de western (el forastero recién llegado revoluciona la vida insulsa de una madre divorciada y su hija, y además se enfrenta al ex de ella), pero igual de fatalista que el primo hermano del movimiento, el cine negro, discurre esta magnífica cinta de Clément donde todo se vuelve en contra de la pareja, incapaz de librarse de su pasado. Hasta la hija de Isa Miranda, que admira a Gabin, supone un contratiempo para los dos protagonistas. La culpa la tiene la crisis adolescente que sufre la joven cuando cree haberse enamorado del recién llegado.

Calles húmedas, entorno tenebrista, adhesión a los principios neorrealistas, trama pesimista y estilización máxima es lo que propone René Clément en una de sus películas menos conocidas, pero más interesantes de su segunda etapa.

Le château de verre (1950)

El siguiente largometraje de Clément es otra historia de amor que tampoco termina bien. Un triángulo compuesto por el matrimonio Bertal (Michèle Morgan y Jean Servais, en la versión francesa, y Michèle Morgan y Fosco Giachetti en la italiana) y el joven Rémy (Jean Marais). Los problemas vienen cuando la esposa adúltera decide ir a París, donde vive el amante, para consolidar el romance extramatrimonial.

Por las prisas y los sinsabores de la última cita de la pareja, la segunda parte de Le château de verre recuerda en muchos aspectos a Breve encuentro (Brief Encounter, David Lean, 1945). Sin embargo, el guion no adapta una obra de Noel Coward, sino una novela de la escritora de bestsellers, Vicky Baum.

De nuevo con actores emblemáticos del realismo poético francés (Michèle Morgan), el realizador ofrece una trama repleta de simbolismos que nos dicen lo imposible de la relación pecaminosa. Que el marido cornudo sea juez no es gratuito. Así, el caso que lleva el magistrado es el de un homicidio donde la acusada quiere proteger al verdadero asesino, que a su vez la engaña con otra. Un feo asunto que se inserta en la historia principal como un mal presagio.



Tampoco auguran nada bueno señales como la del castillo del título: un pequeño souvenir de cristal que se hace añicos en el nido de amor y causa heridas a los amantes. Oportunidades perdidas por la pareja para descubrir el adulterio, y de esta manera poder vivir juntos, se suceden continuamente, pero siguen sin llevar a ninguna parte.

Muy bien rodado por René Clément, el filme propone algunas escenas memorables como la del reloj que ella avanza de forma manual para simular que lo peor ha pasado, que ya se ha separado de su marido y se halla de vuelta con el amante; o las distintas secuencias recorriendo un París en blanco y negro, deprimente, de calles mojadas por la lluvia. Se trata de una población alternativa a la que el espectador está acostumbrado a ver. Se nos antoja que Clément no filma ningún monumento emblemático de la llamada “ciudad de la luz” o “ciudad del amor” con toda la intención del mundo.


16 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Es verdad, las dos son tramas de lo más pesimistas. Casi todo el cine de René Clément tiene un trasfondo revestido de cierta desazón, hasta las comedias. Prometo volver algún día con este interesante realizador, entonces se podrá comprobar lo que comento. Saludos!!

      Eliminar
  2. Que tal Ethan!
    Interesante la sesión doble que nos propones. Son muchisimas las joyas del cine frances que desconocemos. Se agradecen las reseñas.
    Hace un año mas o menos le perdi el Kindle a mi mujer, me lo olvide en una cafeteria y hasta ahi puedo leer...
    Venga, saludos y feliz semana!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me encanta el cine francés, bueno en realidad todo el cine de calidad jajaja, pero el francés siempre tiene algo que me atrae. Saludos!!

      Eliminar
  3. Ya casi ni me acordaba, pero al leer la entrada he recordado con agrado el primero de los films, que vi hace mucho tiempo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La verdad es que la película se disfruta doblemente: desde el lado formal, tan estilizado; y por la trama tan bien llevada por los actores, que están estupendos.

      Eliminar
  4. Muy pesimista empezamos amigo Fernando, al menos con las dos propuestas.
    Desconozco su existencia pero con solo mencionar a Breve Encuentro que me parece maravillosa aunque no tenga un final feliz ya despierta mi interés.
    Tambien me atrae el cine francés, es más tiene un tono de frescura y realismo que no tiene el americano, con excepciones por supuesto.

    Bienvenido al nuevo curso. Septiembre ya nos ocupa.;D

    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Conforme estaba viendo la segunda mitad de "Le chateau de verre", me vino a la mente el final de "Breve encuentro". Aquellos minutos tan preciosos para la pareja y a esa pesada que se presentó para robárselos. En cualquier caso, la película de David Lean es mucho mejor, una obra maestra, vaya.
      Abrazos.

      Eliminar
  5. Una dupla tan oscura como interesantes. Por las reseñas ambas me dan ganas de verlas.
    Como siempre, te quedo debiendo.

    Anotamelo en la libreta, ya pasaré a saldar.

    Abrazo Ethan!

    ResponderEliminar
  6. Quizás no estén a la altura de sus obras mayores ("Juegos prohibidos", "A pleno sol"...), pero sí destacan dentro de una filmografía, la de René Clément, más que interesante.
    Abrazos.

    ResponderEliminar
  7. Tengo el lejano recuerdo de haber visto "El castillo de cristal" en la 2 y reparé en una puesta en escena onírica como la de la foto que has puesto que tiene un estilo a "La bella y la bestia".
    Hace poco vi una curiosa coproducción americana de Clément "La mansión bajo los árboles", una de suspense con Faye Dunaway.
    Saludos, Ethan!
    Borgo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es cierto que el cine de René Clément tiene mucho de Jean Cocteau, al menos el de esos años. En todo caso, muy atractivas las filmografías de ambos autores.
      Saludos.

      Eliminar
  8. ¡No! No la vi en la 2. Fue en TV-3, los domingos por la noche emitían cine clásico en V.O.
    Saludos!
    Borgo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿Qué fue de aquellos programas de madrugada como "Cine club"? Ahora vuelven algunos clásicos en la 2, mil veces vistos, pero se agradece. Eso sí, programar películas tan buenas, como las dos que proponemos hoy, pero menos conocidas, ya es harina de otro costal.
      Saludos.

      Eliminar
  9. No he visto ninguna, ni creo que las vea, pero entrar aquí es bueno porque siempre se aprende algo. Eso sí, el cine francés me encanta.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A mí también, tiene algo que lo hace diferente al del resto de países. Los géneros en el cine francés se adaptan al estilo de vida galo, las películas se vuelven costumbristas y no resultan tan artificiosas como las del cine americano, por ejemplo.

      Eliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...