Sin
olvidar algunos notables antecedentes como Ossessione de Visconti (1942), casi
todos los críticos le dan a Roberto Rossellini y al guionista Cesare Zavattini,
la autoría, el arranque, del neorrealismo italiano. Fue la llamada trilogía de
Rossellini la que marca el inicio del movimiento (Roma, ciudad abierta, Paisà
y Alemania,
año cero, 1945, 46 y 47, respectivamente).
Pronto,
otros directores siguieron el ejemplo de Rossellini y continuaron con tramas
realistas que también tuvieran que ver con la guerra recién terminada. Fueron
esos argumentos los que priorizaron los primeros años del neorrealismo, aunque,
como veremos, no fue, ni mucho menos, la única temática. Uno de los
realizadores que probó con la nueva forma de hacer cine fue Luigi Zampa. El
cineasta en un solo año (1947) ofreció un díptico que no se distanciaba mucho
de la citada trilogía de Rossellini:
La
primera película, Vivir en paz, reflejaba como ninguna otra el sentir del pueblo
italiano respecto al conflicto que se desarrollaba en su país. Sin el
consentimiento de los ciudadanos, muy a pesar suyo, los granjeros, ganaderos,
la gente del campo, sufría las idas y venidas de una guerra que no tenía nada
que ver con ellos. Zampa lo vio con claridad y eligió vestir a su filme con los
ropajes de la comedia para finalizar con un giro de tragedia y mostrar al
público la cruda realidad.
La
trama se centra en un pueblo que, como dice el título, vive en una paz
relativa. Solo un alemán se ocupa de controlar a la aldea gobernada por un
alcalde fascista. Todo discurre con tranquilidad, como si la guerra no existiera,
hasta la llegada de dos soldados americanos, uno de ellos herido, que piden
ayuda a los hijos de un granjero (Aldo Fabrizi). El cabeza de familia en un
principio se niega a prestarles ayuda, pero poco a poco toma conciencia de la
realidad y opta por arriesgarse, por cuidar a los soldados y ocultar el hecho
al cacique fascista y al resto del pueblo; siempre bajo la amenaza del germano,
que promete pena de muerte a todo aquel que dé cobijo a los aliados.
La
historia de Vivir en paz bien podía haber sido de Zavattini, sin embargo,
la firma otra gran valedora del neorrealismo como fue Suso Cecchi D’Amico (Ladrón
de bicicletas, Rocco y sus hermanos, Rufufú, etc.). La escritora colaboró
con Luchino Visconti en todas sus obras desde que lo conoció en 1951, pero también
fue guionista de De Sica, Antonioni, Comencini, Zeffirelli, Monicelli,
Blasetti… y Luigi Zampa.
Noble
gesta (L’onorevole Angelina,
1947)
El neorrealismo, con la
citada trilogía de Rossellini y otras películas como Vivir en paz, al
principio se centró en el conflicto mundial y en las consecuencias directas de
la inmediata posguerra, pero enseguida se diversificó en lo que se llamó la “Etapa
de la crónica”. En ella los cineastas italianos retrataban aspectos de la vida
cotidiana donde los personajes se asociaban en torno a un suceso común. Las
típicas películas donde se hacia una disección de un barrio, o de una calle,
eran obras derivadas de esta importante rama del movimiento. Quizás Crónica de los pobres amantes (Carlo Lizzani, 1954) sea el paradigma de
este tipo de cine, pero de nuevo Luigi Zampa fue uno de sus impulsores. El
mismo año de Vivir en paz, el director romano dirigió la que puede ser una
de las primeras películas de dicha etapa: Noble gesta.
En el filme de Zampa, Anna
Magnani se convierte en la heroína de un barrio cuando se enfrenta a los
promotores de viviendas con tal de salir de la miseria. Su lucha tiene tanta
repercusión que funda un partido y la proponen como candidata al parlamento.
Enseguida los caciques intentan sobornarla lo que provoca que el pueblo le dé
la espalda. Es entonces cuando se recrudece su lucha. Esta vez ella sola se
enfrentará a todos: al poder establecido, a sus vecinos y a los carabineros (su
marido es uno de ellos).
De nuevo con la
colaboración de Suso Cecchi D’Amico en el libreto, y con otra intérprete destacada
del movimiento, Anna Magnani (recordemos que tanto ella como Aldo Fabrizi, el
protagonista de Vivir en paz, fueron los actores principales de Roma,
ciudad abierta), son con las que Zampa aborda esta excelente película, que se llevó el premio a la mejor actriz (Magnani) en el festival de Venecia.
Igual que en Vivir en paz, el director usa en Noble
gesta la comedia como reclamo popular para, a continuación, enlazarla
con el drama. De esta forma, Zampa lograba denunciar algunos de los problemas
sociales y políticos del momento como eran la carencia de viviendas dignas y la
corrupción. En tan solo un año, Luigi Zampa había ofrecido dos obras que,
prácticamente, podían resumir el inicio del neorrealismo italiano.
Guardo un buen recuerdo de esta película con Aldo Fabrizi que estaba estupendo en la coproducción "El maestro". Su trama me recordó a la magnífica "Todos a casa" de Comencini. Inolvidable la escena en la que Alberto Sordi comparte una polenta con una família campesina y el piloto americano que tienen escondido. Quizá en "Vivir en paz" desentona un poco ese final tan dramático.
ResponderEliminarSaludos!
Borgo.
Es cierto que el contraste -y la sorpresa- es mayúscula con ese final tan trágico (no lo vamos a contar porque es posible que alguien no la haya visto), pero también es verdad que lo que pretendía Luigi Zampa, el dar la correcta dimensión al conflicto recién vivido por el pueblo italiano, surtió efecto. Saludos.
Eliminar¡Qué grande Magnani! Creo que era Visconti el que decía que era la mujer del cine italiano.
ResponderEliminarSí, es verdad, no sé si dijo la "mujer" o la "madre" cuando rodó "Bellísima", en cualquier caso la representante del neorrealismo desde aquella escena de "Roma, ciudad abierta". Inolvidable "Nanarella", como la llamaban en Italia.
EliminarVivir en paz me parece una película reveladora. Trataré de buscarla.
ResponderEliminar-----
Por cierto ya envié el libro de cuentos a tu correo, dale un vistazo por favor
En mi opinión, "Vivere in pace" es una de las películas importantes del neorrealismo, y en su primera parte un antecedente de lo que se llamó "neorrealsimo rosado", verdadero filón del movimiento.
EliminarRecibi el archivo, ¡muchas gracias!
Hola Ethan!
ResponderEliminarMe encantan estas entradas sobre el cine italiano, gracias. Por cierto, te dejo un enlace de un programa de radio (es en italiano) sobre Vittorio de Sica en el cual sale la hija de De Sica contando una anecdota segun la cual su padre Vittorio se referia al nacimiento del neorrealismo: http://www.radio24.ilsole24ore.com/programma/falcogabbiano/vittorio-sica-grande-narratore-144344-gSLA0iYCTC
A partir del minuto 15:30 mencionan el asunto, por cierto, si tienes dificultades te mando la transcripción sin ningun problema, precisamente ayer volvi de nuevo a las clases de la escuela oficial de idiomas, es mi 5 año con el italiano, me encanta esa lengua.
Lo dicho, genial el post y tremendamente interesante como de costumbre.
Saludos!
Muchas gracias por el enlace, espero no tener problemas con el idioma, en cualquier caso tengo un hijo que vive en Italia y podría traducirmelo sin problemas. Gracias.
EliminarMe gusta mucho el cine italiano, y el de esas épocas en especial.
ResponderEliminarEstas no las vi. Me las anoto entre todas las que te debo
http://frodorock.blogspot.com/2013/03/los-carnavales-nostalgicos-de-fellini.html
Abrazo!
Poco a poco, que hay tiempo para todo. Una película al día es una buena dieta, o un buen tratamiento para cualquier cinéfilo. Yo suelo seguirlo y me va bien jajaja.
EliminarAbrazos.