lunes, 8 de noviembre de 2010

LA MUJER CON LA NARIZ ROTA (Zena sa slomljenim nosem de Srdjan Koljevic, 2010)

Hoy hablaremos de nuestra primera visita a la Sección Oficial, la del día de ayer. Y la verdad no estuvo mal. Por dos motivos: porque la película tenía cosas muy interesantes (ahora veremos); y segundo, por la presencia del director en la sala, Srdjan Koljevic. Con sólo dos películas en su haber, el realizador bosnio se mostró bastante simpático y dio algunas (pocas) pistas acerca del largometraje. Además ya sabe lo que es ser premiado por la Academia de Cine Europeo; veremos si consigue llevarse algún galardón de su paso por Sevilla. Desde luego ya tiene el calor del público, que aplaudió al final su filme, aunque no con mucha insistencia, todo hay que decirlo.



La cinta se desarrolla en Belgrado, y arranca de forma impactante: una mujer, con una herida en la nariz, coge un taxi en el puente que divide la ciudad, en medio de un atasco, pero cuando el conductor le increpa por mancharle la tapicería, la mujer sale del automóvil y se tira al río. El taxista, y dos mujeres, presencian el suicidio y se dan cuenta de que la joven se ha dejado algo en el coche: un bebé.

Este comienzo, que engancha rápidamente al espectador, da paso a una trama donde los tres personajes (el chófer bosnio y las dos testigos: Anica y Biljana) darán un cambio a sus vidas gracias al suceso que acaban de presenciar. El taxista se hará cargo del niño y pedirá ayuda a Jadranka, la única mujer que conoce, prostituta de profesión. Mientras, Anica, profesora de instituto, y Biljana, farmacéutica, se unen para hacer frente a sus problemas: la reciente muerte de dos seres queridos y las proposiciones de un estudiante y un cura, que desequilibran aún más sus vidas.

La cinta habla de la evolución en la vida de las personas. De las caídas y las recuperaciones. Además lo hace en una ciudad que se ha derrumbado 46 veces –y otras tantas se ha levantado-, Al menos eso afirma el simpático locutor de una emisora de radio que vive sus últimos días en las ondas. La música, pop, antigua, pero emotiva, acompaña a las imágenes emulando aquel “Hombre Lobo” de American Graffiti (George Lucas, 1973).

En La Mujer con la nariz rota, Belgrado no deja de llorar mientras los personajes se cruzan una y otra vez bajo la lluvia. El puente, testigo del suicidio, funciona como alegoría de la existencia. Es el cordón umbilical que une la vieja capital con la nueva Belgrado. El recién nacido también acompaña a la metáfora en el otro sentido: el de la esperanza de vivir. Mantenerlo con vida es la motivación para que el resto de protagonistas sigan respirando.


El director no se resiste a incluir alguna referencia al conflicto de los Balcanes -aún no superado por lo que se ve-; como la naturalidad con que los personajes manejan las armas o comercian con ellas; o la significativa alusión al pasado reciente de Yugoslavia, cuando la única persona que acude a la tumba de Tito, el día de la República, es Jadranka, la puta.

Vemos, por tanto, que la película de Koljevic tiene un interés especial para los espectadores que se sientan atraídos por las tramas cruzadas, mitad drama, mitad comedia. Pero también para aquellos que les guste sacarle partido a la simbología de las imágenes. Estos últimos saldrán más satisfechos de la sala de cine.


Ver Ficha de La Mujer con la nariz rota.

Y el trailer (en serbio, lo siento)


5 comentarios:

  1. Qué envidia, Ethan, la de cine que estás viendo estos días... Un saludo.

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  2. Interesante y bien rodada, la película de Koljevic, Cinemagnific.

    Hasta ahora con bastante suerte, Guionista. También es verdad que estoy seleccionando las películas a las que voy, ya sea por el director, la temática, o los premios conseguidos. Claro que eso no quiere decir que tengan que ser buenas, pero hasta el momento no va nada mal la cosa.

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  3. Ir a un festival tiene que estar bien. Pero compartir sala con el director ya tiene que ser la leche. Todas estas películas balcánicas me han gustado siempre y cuánto más cercanas a la guerra más me han emocionado. Esta es un uno en la quiniela, fijo.
    Saludos.

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  4. No lo hacen todos, ni mucho menos. Es de agradecer el contacto del director con el público.

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