domingo, 15 de mayo de 2022

LAS TRES NOCHES DE EVA (The Lady Eve de Preston Sturges, 1941)

El caos que se desataba en la vida organizada de un hombre tímido a causa de la irrupción de una joven de vida alegre, generalmente implicada en algún turbio asunto, era muy típico de las comedias alocadas o screwball comedies. Howard Hawks fue el director que más se prodigó en tales historias: La fiera de mi niña (Bringing up Baby, 1938), obra cumbre del género, o Bola de fuego (Ball of Fire, 1941), son claros ejemplos de una fórmula que despertó la taquilla para sorpresa de las productoras.












Gracias a un guion excelente de Preston Sturges, en Las tres noches de Eva se dan prácticamente todos los supuestos afines a la screwballEl libreto arranca en una jungla tropical, en algún lugar de Sudamérica, con Charles Pike (Henry Fonda) de despedida después de una larga estancia en la selva. Charles es un multimillonario dueño de una fábrica de soda y además es un estudioso de las serpientes. Cuando embarca en un trasatlántico de lujo, ya de vuelta a su país, todas las mujeres solteras quieren cazarlo. Una de ellas es Jean (Barbara Stanwyck) que junto a su padre, el “coronel” Harrington (Charles Coburn), forman una pareja de estafadores cuyo objetivo es desvalijar a Charles... 

El director tomó como base la historia “Two Bad Hats” de Monckton Hoffe y la convirtió en una parodia de Adán y Eva desde los créditos animados hasta el final. La serpiente que guarda Charles en su camarote no hace nada más que escaparse y es la excusa perfecta de Jean (luego se llamará Eva por si había alguna duda) para refugiarse en los brazos del cándido Charles. El fruto prohibido que es una devastadora Barbara Stanwyck no deja en paz al personaje interpretado por Henry Fonda y lo hipnotiza con su perfume y sus encantos. En la larga escena donde ella le acaricia el cabello, la más sensual de la película, Fonda parece a punto de derretirse.

La actuación de Bárbara, y la química con Fonda, en Las tres noches de Eva resultaron tan bien en pantalla que repitieron en Me perteneces (You Belong to Me, Wesley Ruggles, 1941) donde perseguidor y perseguido se intercambiaban los papeles, si bien Fonda insistía en su rol de joven multimillonario al que todas las mujeres quieren cazar. Ese mismo año, en la citada Bola de fuego, Bárbara volvía a triunfar con el registro de mujer ligera que pone patas arriba la vida de un inocente literato. La víctima era Gary Cooper, pero se parecía mucho al Henry Fonda de Las tres noches de Eva.


Sturges procedía de Broadway como tantos otros escritores que se pasaron al cine cuando éste comenzó a hablar. Sus comedias para la gran pantalla eran o adaptaciones de obras de teatro suyas, o ideas originales, pero siempre con un punto de crítica social (más de un punto en muchas ocasiones). Aunque el tono de sátira y el estilo realista de sus cintas era toda una innovación en aquellos años, Sturges no renunciaba a elementos tradicionales de las películas de humor de toda la vida, las que él había visto en los cines desde joven. De hecho, le encantaba el slapstick y sabía cómo introducirlo en sus largometrajes para provocar las carcajadas del público sin que pareciera anticuado.

En Las tres noches de Eva, Charles no hace más que tropezarse con todo lo que se encuentra a su paso, hechizado por la presencia de Jean/Eva. En cualquier caso, lo mejor del largometraje es la acidez y sutileza de los ingeniosos diálogos. Frases que se reparten tanto los protagonistas como los secundarios, con especial mención a Charles Coburn, un brillante actor de comedia. “Es tan rico que le sale el dinero por las orejas”, “pues aquí estoy yo para recogerlo”, le dice el “coronel” a su hija; o “has tardado mucho para volver con el mismo vestido”, comenta el timador cuando ve que Jean vuelve del camarote con Charles ya en el bote.

Las mejores escenas también son aquellas en las que Coburn tiene una presencia destacada, como la partida de cartas en la que intenta desvalijar al pardillo de Charles, pero su hija no le deja, cambiándole la mano continuamente. Otra secuencia notable es la del arranque, con Henry Fonda vestido de blanco en el comedor del “Reina de Brasil”, que no es otra cosa que una jungla llena de serpientes en forma de mujeres casaderas. Fonda lee un ejemplar de “¿Son las serpientes necesarias?” (un guiño a “¿Es el sexo necesario?”, el best seller de James Turber y E.B. White que a su vez parodiaba los manuales de sexo de la época) bajo la atenta mirada de todas las féminas del barco que se le insinúan de las más variadas formas. Mientras eso sucede, Barbara Stanwyck observa a su víctima a través del espejo de su polvera. La escena reproduce una secuencia de cine dentro del cine que la propia Stanwyck se encarga de doblar para el público.

La cinta de Sturges resultó ser la primera de su trilogía de obras maestras. Las otras dos fueron:  Los viajes de Sullivan (Sullivan’s Travel, 1941), con Joel McCrea y Verónica Lake, y Un marido rico (Palm Beach Story, 1942), de nuevo con McCrea, pero en esta ocasión con Claudette Corbett de desenfrenada pareja. Tres largometrajes inolvidables en una filmografía escasa de tan solo doce películas si no contamos los innumerables guiones que escribió en la década de los treinta, colaborando con directores como Leisen o Hawks. Solo cuando se cansó de que otros dirigiesen —estropeasen— sus libretos, fue cuando se pasó a la dirección. No fue el único: cineastas como Billy Wilder o John Huston siguieron su ejemplo y dejaron la máquina de escribir por la batuta de realizador, con los brillantes resultados que todos conocemos.



El post es un extracto corregido para la ocasión del capítulo dedicado a Las tres noches de Eva en mi libro: CINE Y NAVEGACIÓN. Los 7 mares en 70 películas




16 comentarios:

  1. Barbara Stanwyck en el elenco. Es un buen motivo para ver una película. Y una vez más, haciendo de una mujer intrigante.

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    1. Cierto, la actriz está genial. La verdad es que Sturges siempre tuvo en mente a Barbara Stanwyck como protagonista. Director y actriz se conocieron durante la filmación de "Recuerdo de una noche" (Remember the Night, Mitchell Leisen, 1940), donde Sturges firmaría su último guion antes de pasarse a la dirección. En aquella película, Barbara era una ladrona que salía bajo fianza de la cárcel para pasar las Navidades en casa del fiscal. No hace falta decir que ambos terminaban enamorándose, y que la estrella estuvo al buen nivel acostumbrado. Durante el rodaje, Sturges le prometió a Barbara que escribiría una comedia para ella. Y cumplió lo prometido.

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  2. Buen reparto para una película muy divertida.

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    1. Si Barbara estuvo bien, Fonda borda su papel. El actor creó un personaje entre inocente y tímido, torpe con las mujeres y con los objetos, que funcionaba muy bien en la pantalla. Fue tan exitosa la película, que Fonda se dedicó casi exclusivamente a la comedia en la primera mitad de los cuarenta, demostrando a productores y directores que no sólo se le daban bien los dramas y las aventuras.

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  3. Qué buen recuerdo me trae esta película en particular y ese tipo de comedia americana dirigida por Sturges. Claro que Howard Hawks fue como el Dios de las screwball comedies como mencionas al principio. Sin duda, otra curiosidad fueron los variados títulos que llevaron el nombre de Eva.
    Gracias por el extracto del libro, ethan.
    Un abrazo.

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    1. Supongo que lo sabes, pero el nombre de screwball viene de una jugada de béisbol donde el pitcher lanza la pelota para que gire en el sentido contrario a las agujas del reloj, un lanzamiento especialmente propenso a las lesiones de codo.
      Abrazos.

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  4. Hola ethan
    No recuerdo haber visto la película pero es del estilo de las que me gustan.
    Aprovecho para decirte que tu libro de Cine y Navegación me ha encantado pues tiene un buen resumen de películas, algunas vistas y otras no pero que han despertado en mí la curiosidad por verlas desde que tenga ocasión.
    Saludos.

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    1. Gracias, me alegra mucho que te haya gustado el libro. Desde luego el complemento ideal de cada reseña es ver la película a continuación.
      Abrazos.

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  5. Me chifla el screwball comedy, y Preston Sturges era un crack en este tipo de comedia. Qué buena es esta comedia que reseñas: "Las tres noches de Eva". Tanto Barbara Stanwyck, como Henry Fonda, o ese secundario de oro que fue Charles Coburn están maravillosos y desprendiendo química.
    Tengo predilección por las comedias de Sturges, y hay dos más olvidadas que yo lloro de la risa cuando las veo: "Salve, héroe victorioso" y "El milagro de Morgan Creek".

    Beso
    Hildy

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    1. Hola, Hildy. He visto que repetías el comentario un par de veces más y los he borrado. Tengo seleccionado la opción de supervisar los comentarios antes de publicarlos, quizás por eso no veías tu comentario en el blog.
      Esas dos que nombras son muy buenas. Hace unos años publicaba un "dos por uno" con ambas películas. El post lo tienes en este enlace:
      https://elblogdeethan.blogspot.com/2018/05/2-x-1-el-milagro-de-morgan-creek-y_7.html
      Abrazos!

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  6. Hola Ethan querido, tu libro ya quedó fijo en mi biblioteca como libro de consulta para todo lo referido a navegación y cine.
    No hace mucho luego de ver un documental de Tahití fui a ver lo que habías escrito sobre el "Bounty", y volví a disfrutar de tus reseñas.

    Un abrazo

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    1. Menudo viaje de "placer" el de la Bounty hacia la paradisíaca Tahití, con su árbol del pan, planta que luego resultó ser un fiasco.
      Me alegro mucho de que el libro te sirva como referencia.
      Abrazos.

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  7. De Preston Sturges se decía que era el hombre peor vestido de Hollywood. Sus películas, en cambio, resultan de lo más elegante.

    Saludos.

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    1. Grande Sturges. Debía ser un tipo ingenioso si tenemos en cuenta la cantidad de estupendos guiones, con frases inolvidables, que escribió, para otros y también para él.
      Saludos.

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  8. ¡Qué buen rato se pasa con estas cintas! Y que falta hace distraerse de tantas cosas que pasan, como un respiro para seguir. Abrazo.

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    1. Es verdad, son superentretenidas y muy divertidas, para pasar un rato lejos de las malas noticias que por desgracia nos invaden.
      Abrazos.

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