
El realizador estadounidense elige, para su denuncia directa, el drama de un desertor de la Primera Guerra Mundial que es sometido a un consejo de guerra. El soldado realmente no ha traicionado a su Patria, sólo "ha dado un paseo" después de un mal trago en la batalla; sin embargo, para el ejército, su trastorno pasajero es técnicamente una deserción. Con la pena de muerte planeando sobre su la celda improvisada, el militar se aferra a la vida -una mísera existencia- y confía en el oficial que le han asignado para defenderle. Pero el letrado no alberga esperanza alguna; ni Losey tampoco.
Sólo hay que mirar el escenario elegido: trincheras escavadas en vano por culpa de una tierra nada firme, donde sólo se asienta la podredumbre; donde la lluvia que no cesa alimenta un barro infinito que cubre todo de mugre y engulle por igual a los cadáveres hinchados de los combatientes y a los animales de carga. Para Joseph Losey, es la propia conciencia humana la que nutre de fango este lodazal; un limo que todo lo contamina -incluyendo, literalmente, la sentencia del consejo de guerra- que hace inútil el intento del asistente por limpiar las botas del coronel; y que convierte los impactos de los proyectiles de gran calibre en piscinas de arenas movedizas.

El director no se conforma con este decorado expresionista, también busca que la propia trama sea impactante, que el espectador no olvide nunca el objetivo final del largometraje. Para ello alterna la historia convencional, la que se puede encuadrar en el subgénero de juicios dentro del cine bélico, con otra paródica que subvierte el drama principal intencionadamente: los compañeros del desertor buscan una rata que ha mordido la oreja de uno de ellos mientras dormía. El juicio del asqueroso roedor y su linchamiento coincide en el tiempo con el que se celebra en el derruido cuartel general. Metáfora e historia discurren simultáneamente y llegan a confundirse cuando la sentencia es firme y los compañeros juegan con el reo a la gallina ciega.
En King & Country destacan la fotografía en blanco y negro y el casting. Aquí se encuentran algunos de los intérpretes más característicos de la nueva ola inglesa: Dirk Bogarde, en el papel del abogado defensor, y Tom Courtenay que da vida a Hump, el cabo desertor. Un personaje que bien podría ser antepasado de otro de similar corte e interpretado por el mismo actor: el inadaptado Colin Smith de La Soledad del Corredor de Fondo (The Loneliness of The Long Distance Runner de Tony Richardson, 1962). El resto del elenco cumple a la perfección su cometido de estirados y falsos militares que buscan no implicarse demasiado en el caso mientras sobreviven a la contienda. Todo sea por el Rey y la Patria.
Ver Ficha de Rey y Patria.
Como bien dices, una peli muy dura y plagada de metáforas pero bien explícitas.
ResponderEliminarUna de las que me quedan de este gran director a veces extrañamente algo olvidadillo.
ResponderEliminarNo la he visto (sí la del corredor de fondo solitario que mencionas al final).
ResponderEliminarLa conozco y siempre he sentido curiosidad por ella. Algun amigo me la recomendó cuando hablábamos de "Senderos de gloria" hace ya años, pero no he tenido oportunidad de verla todavía.
Un saludo.
Sin duda interesante de las que te dejan una amargura importante por lo que cuentas, pero hay que tener el dia para soportar tanta miseria. Recuerdo a Tom Courtney en Dr. Zhivago tambien un personaje torturado con aquella cicatriz y su fria mirada...
ResponderEliminarUn saludo
No la he visto, aunque siempre puedo hablar de pollo, o doradas, poularda.
ResponderEliminarO palomitas...
Caperuzzita
Desconozco la obra de este director. Habrá que ponerle remedio a esta carencia.
ResponderEliminarSaludos.
Para mí, junto con "Senderos de gloria", el mejor retrato de lo que es el mundo militar. Y de Losey, la mejor.
ResponderEliminarOye, gracias por la recomendación. No sabía de esta peli y me encantó y emocionó "Senderos de Gloria". Así que será cuestión de mirar atrás.
ResponderEliminarUn saludo.
Hola. De Losey solo he visto una película, creo, El Mensajero. La recuerdo bastante bien, me gustó mucho la forma extraña, compleja, fascinante de abordar el desarrollo del guión y la adaptaión literaria. Tendré que hacerme con esta que recomiendas, si además tiene tintes expresionistas... uf! seguro que no me defrauda.
ResponderEliminarUn saludo
La simbología no puede ser más explícita, Trecce, pero creo que eso es lo que pretende el director: no ser nada sutil.
ResponderEliminarCierto, Cinemagnific, Losey es un director poco reconocido. Parece como si sólo hubiera hecho "El Sirviente" cuando en realidad tiene una bastantes películas interesantes.
David, Tomás Serrano (Bienvenido!) e Igor: tiene cierto parecido a "Senderos de Gloria", pero sólo en la temática, tanto la forma como el tratamiento del guión son muy diferentes.
Este personaje de Courtenay es casi el lado opuesto al que hace en Zhivago, Abril. Es el suyo característico del free cinema: el obrero de clase media baja que sobrevive en una sociedad egoista sin muchos ideales a los que agarrarse.
Ya sabes, Caperuza, que puedes hablar de lo que quieras. Y, como experta en palomitas que eres, estaré muy atento a lo que dices.
Merece mucho la pena el cine de Losey, Licantropunk. Es un cine singular, realista, con personajes misteriosos. Muy interesante.
Muy buena "El Mensajero", Babel. "El Criminal", "El Sirviente", "Eva", "El Otro Señor Klein" y ésta que comentamos, son algunas de sus pelis más recomendables.
Saludos a todos!
Esta no la he visto pero ahora que llevo un tiempo aficionandome al cine clásico (filmoteca y demás) me la apuntaré ,saludos!
ResponderEliminarMuy buena afición, Angel, muy saludable si señor!
ResponderEliminarDesgraciadamente pocas películas nos muestran el otro lado de las guerras,la de aquellos que tras contemplar el horror deciden no seguir luchando y abandonar las armas.
ResponderEliminarNo conozco el cine de Losey pero nunca es tarde para empezar.
Saludos.
Como he dicho anteriormente, es un cine muy singular, que te va a sorprender, Yuri. Películas muy diferentes a todo lo que se hacía entonces. En principio realistas, pero que poco a poco van distorsionando esa realidad hasta conseguir transmitir lo que el director opina de sus personajes y de la situación que viven.
ResponderEliminarSaludos!
Más para bajar, que de El sirviente no he pasado y siempre es de agradecer un alegato antibelcista de buen reparto, fotografía e incorporado al free cinema
ResponderEliminarPues la encontrarás en la red, yo la conseguí gracias a cierto elefante hace unos meses. Saludos, Ibán!
ResponderEliminarEthan,
ResponderEliminarno la he visto, pero quería pasar a saludarte.
Un beso violeta,
Maribel
Hola Maribel! Como siempre una alegría tenerte por aquí. Un beso.
ResponderEliminarEs curioso, amigo Ethan, me viene al magín, ahora, una recurrente referencia de alguna crítica de tipo ideológico (¡esa peste!) sobre el énfasis marxista de Losey en su etapa europea, tras la huida del acoso macarthista, como bien dices. Ahí tenemos "El sirviente" o "El criminal" pero yo, la verdad, es que después de todo lo llovido y tronado, no veo (ni quiero ver) nada de "ismos", sólo una aguda, perspicaz y sublime crítica de ciertos estamentos, clases, instituciones...y, sobre todo, una defensa del individuo y su condición ineluctable. Por eso es tan oportuna tu referencia a esa magistral (otro) trabajo de Courtney con Toni Richardson ("La soledad...") o, quiero recordar pues hace lontano que la vi, su excelente "Un sabor a miel" con la soberbia actriz Rita Tushingham.
ResponderEliminarPor cierto que este filme, obra maestra absoluta, es uno de los grandes de Losey junto a su, tal vez olvidado de forma inadmisible (y "made in Hollywood"): "The Prowder", con un sensacional Van Heflin. Estas cosas del cine maravilloso...
Un abrazo.
Estoy contigo, Mariano. Ese respeto por el ser humano, por su condición de libre pensador. Esa defensa es lo que le atrae a Losey que, curiosamente, comenzó su carrera con un título singular: "El Muchacho de los cabellos verdes", donde ya apuntaba dicha diferenciación.
ResponderEliminarUn abrazo.