En plena batalla del Atlántico, durante la Segunda Guerra Mundial, el aparato de propaganda de los Estados Unidos se planteó realizar un documental destinado al reclutamiento de personal para la Marina Mercante. Finalmente se tomó la decisión de hacer una película de ficción, pero con algunas imágenes de combate reales. El resultado fue la entretenida Action in the North Atlantic.
Lloyd Bacon, un reputado artesano de la Warner fue elegido para dirigirla. Sin embargo, fue Byron Haskin quien la terminó por la negativa del jefe del estudio, Jack L. Warner, a renovar el contrato de Bacon hasta ver el resultado final. Bacon no aguantó la incertidumbre y abandonó. Aún así la cinta se muestra compacta y de muy buena factura.
Es, probablemente, el paradigma de las películas bélicas de propaganda. En este caso, para ensalzar la labor de la Marina Mercante. Seguía la línea marcada por el Reino Unido en filmes tan buenos como Sangre, Sudor y Lágrimas (In Wich We Serve de David Lean y Noel Coward, 1942) en el que el objetivo era elogiar a la Navy.
Acción en el Atlántico Norte se divide en tres partes. En primer lugar, un prólogo trepidante, que se corresponde más con el final de cualquier película bélica que con el arranque, donde el capitán (Raymond Massey), el segundo (Humphrey Bogart) y parte de la tripulación de un carguero sobreviven al hundimiento de su barco por parte de un submarino alemán.
Le sigue una fase central en la que se presenta a los marineros en tierra y donde el guión acude a las inevitables consignas propagandísticas. Entre ellas las de incentivar el alistamiento o alertar a la población civil para que no comente en público los movimientos de tropas y buques. Bacon utiliza a Bogart para subrayar esta última advertencia en una secuencia negra que no parece formar parte de la cinta: la estrella, vestido al uso del film noir, acude a un tugurio donde canta una rubia de voz grave, y donde un bocazas se va de la lengua. Inevitable el uso del actor al servicio del panfleto. Aunque —tenemos que admitir—, la escena resulta más que atractiva.
Y el tercer acto, que a su vez tiene la estructura de un filme completo, donde la trama narra la nueva misión de los protagonistas: todos han vuelto a embarcar y forman parte de un convoy que se dirige a Murmansk con armamento para el frente ruso. De esta fase cabe destacar el buen asesoramiento naval que permite un tratamiento del guión muy cercano a las operaciones reales de la Batalla del Atlántico. La jauría de submarinos atacando el convoy, los problemas en las maniobras dentro de la formación naval y las muy buenas maquetas ayudan a conseguir un verismo casi documental.
Sólo la última parte se aparta de la realidad cuando el convoy es dispersado y el indefenso mercante se las tiene que ver —¡él solo!— contra un submarino y dos bombarderos. A pesar de todo, se agradece la licencia de ficción para redondear una película muy entretenida donde no falta la acción ni la emoción y donde Lloyd Bacon demuestra que no sólo se le daba bien el cine musical.
Ver Ficha de Acción en el Atlántico Norte.
lunes, 22 de noviembre de 2010
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Creo que has dado con el apelativo que mejor le va: Entretenida.
ResponderEliminarSupongo el año marca definitivamente el tono de la pelicula. No vamos a negar que estaban metidos 'hasta el cuello' en la 2ª Guerra Mundial y la propaganda era parte del guión si o si...
ResponderEliminarBogart ideal para esos papeles y tengo que decir que en ésta no le he visto. Pero francamente escribes de maravilla asi que el resumen de la pelicula te ha quedado francamente bien.
Un saludo y gracias por pasar por el apartamento. ;-))
Sobre la marina mercante hay otro film, pero más en plan de comedia como fue "Escala en Haway" de Ford y LeRoy, aunque aquí la acción brille por su ausencia
ResponderEliminarQuizás la primera película de guerra que recuerdo haber visto en aquellas sesiones de sábado por la tarde en la tele. La verdad es que parece basada en aquel famoso cartel de propaganda que dice "Shhh! Hablar puede hundir barcos". Borgo.
ResponderEliminarNo la conocía Ethan. Me parece curioso poder ver a Massey y a Bogart juntos...¡vaya dos gigantes!.
ResponderEliminarUna cinta bélica de las de pasar la tarde del sábado como dice Miquel, y desde luego entretenida, Trecce, que no te despegas del sofá.
ResponderEliminarLa propaganda, vista hoy, desluce algo este tipo de pelis, por su descaro, abril. Pero es verdad que el mensaje en aquel momento era verdaderamente importante.
"Escala en Haway" se puede decir que es una comedia, basada en una obra de teatro, que también interpretó Henry Fonda. Queda un poco lejos de esta película, Pepe.
Marcos: Massey esta vez de bueno (con los buenos malos que ha dado para el cine!)
Saludos!
Siempre merece la pena volver a ver a Bogart, ese hombre arquetípico.
ResponderEliminarSaludos.
Hoy ver una peli fechada en un año tan decisivo como 1943 te da qué pensar. En aquel año la guerra aún no estaba decidida del todo y el cine tenía que moverse en terreno propagandístico.
ResponderEliminarDe cualquier forma es muy interesante ver estas pelis como un documento de la época, y si encima hay buenos intérpretes, fenomenal.
Un abrazote.
Tengo buenos recuerdos de esta película, pero hubiera dado mi mano derecha por que era una de submarinos, así que creo que me estoy liando con alguna otra de la época (Destino Tokyo?). Es que el cine de submarinos es de mis favoritos.
ResponderEliminarBogart está fantástico, Licantropunk. No sé como hay gente que dice que era un mal actor. Alguien que ha creado personajes inmortales nunca puede ser mal actor.
ResponderEliminarSi ves el trailer, la propaganda está ahí. Pero, efectivamente, ANRO, el filme es muy interesante por las dos cosas que apuntas.
Un abrazo a los dos!
Hay submarinos por todos los lados (hasta una jauría, que era como atacaban a los convoys), pero son los malos. Los protagonistas son marinos mercantes. Destino Tokio sí que era de submarinos con Cary Grant y John Garfield, también muy buena. Algunos secundarios son comunes a las dos, como Alan Hale.
ResponderEliminarSaludos, Ricar2
¿Cuánta gente es capaz de postear sobre Acción en el Atlántico Norte en 2010? Estas pelis las consumo sin parpadear y ésta la recuerdo.
ResponderEliminarMuy bien los comentarios, entre ellos el final, un solitario mercante contra la Kriegsmarine entera.
Por cierto, que bien podría hacerse una película sobre ese crucero de guerra, el Indianápolis, hundido en mares de tiburones.
Saludos.
La ví hace mucho y no la recuerdo bien pero entonces encontré que la parte panfletaria estropeaba en parte la película pero, a la vez, es lo que hace que, años después, la veamos con cierto cariño. Al menos por mi parte...
ResponderEliminarY, por supuesto, ¡Bogart es siempre el gran Bogart!
Demasiado para un mercante solo, casi sin armas, pero esto es cine de entretenimiento, y la peli cumple su propósito con creces.
ResponderEliminarHace poco he visto otra de Bogart en ambientes marinos y con la Segunda Guerra Mundial a punto de empezar, Guionista. Otra vez estupendo, salvando una peli que dejó a medias John Huston (hay una anécdota muy buena en el libro de memorias del realizador que dice que dejó a Bogart atado a una silla a merced de unos japoneses, entonces se alistó y dejo la peli sin concluir diciendo: "tranquilos es Bogart, ya saldrá él solo de esa situación"). Se trata de "Across The Pacific", con los mismos protagonistas de "El Halcón Maltés".
Saludos a los dos!