jueves, 12 de junio de 2008

LOS CUATRO JINETES DEL APOCALIPSIS (The Four Horsemen of The Apocalypse de Vincente Minnelli, 1962)

La Guerra, la Peste, el Hambre y la Muerte, Los Cuatro jinetes del Apocalipsis, todos son invocados al principio y al final de esta versión de la famosa novela de Vicente Blasco Ibáñez. La adaptación corresponde a la potente Metro-Goldwyn-Mayer en una época de vacas flacas para el cine. Y es que los años sesenta marcaron el declive de la industria norteamericana por culpa de la televisión y de las medidas anti-trust. Para hacer frente a la crisis era habitual que las grandes productoras se embarcasen en megaproyectos como el que nos ocupa. De duración a veces interminable, tenían un reparto espectacular y un formato de pantalla acorde a la grandeza del largometraje (Cinemascope, Vistavisión, etc.). Todo esto ocurrió con Los cuatro jinetes... Además la Metro ya realizó una primera adaptación dirigida por Rex Ingram en 1921. Allí se convirtió en estrella un tal Rodolfo Valentino y la película fue de las más aclamadas de todo el periodo mudo. Con ese precedente la producción no podía salir mal.

La dirección corrió a cargo de uno de los grandes activos que poseía la MGM: Vincente Minnelli. Como otros colegas en esos años, Minnelli se comprometió en realizar una superproducción que se le iba de las manos, o mejor dicho se la quitaban de las manos. En este caso Walter Wanger, a la sazón el productor de Los cuatro jinetes..., impuso su criterio para forzar al director a aceptar el casting y el peculiar guión. Los responsables de la adaptación llevaron la historia original a la Segunda Guerra Mundial y decidieron que el protagonista -Glenn Ford, que parece todo menos argentino- se alistara en la Resistencia en vez de en el ejercito.
El reparto resultó algo irregular y curioso: mientras el nazi que encarnaba Karlheinz Böhm pronto hacía olvidar a su personaje de almibarado príncipe en Sissi; el líder de la resistencia, Paul Henreid, insiste en el mismo papel de Casablanca, no sólo por el aspecto bélico sino también por la dudosa fidelidad de su mujer (otra Ingrid, esta vez Ingrid Thulin), lo cual hace que se nos escape una ligera sonrisa cuando realmente asistimos a una terrible tragedia.

A pesar de todos estos contratiempos, el “rojo” Minnelli –apodo otorgado por los críticos debido a su obsesión por ese color- consigue un trabajo más que aceptable. Es cierto que Los cuatro jinetes del Apocalipsis se sitúa lejos de sus excelentes musicales Melodías de Broadway o Un americano en París, y de los dramas especulares Cautivos del mal o Dos semanas en otra ciudad, por poner solo algunas de las casi una docena de obras maestras que realizó; pero no es menos cierto que el encargo de entretener al público fue llevado a cabo de forma eficaz. Así el dibujo psicológico de los personajes es correcto y la dirección artística, brillante. La prueba de que la cinta funciona es la cantidad de veces que ha sido repuesta por su peor enemigo: la televisión.

Ver Ficha de Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis.

2 comentarios:

  1. Ethan, opino de forma muy similar a tu crítica: no se puede decir que sea una mala película, porque cuando estas compañías hacían super producciones metían una serie de elementos que evitaban su naufragio, pero sí es evidente que no es una película para recordar ni de lejos. He intentado analizar diversos aspectos y siempre encuentro otros títulos bastante mejores en cada ámbito. Una lástima.

    PD: te importa se adjunto tu crítica en un link dentro de la mia??? suelo hacerlo con crónicas que me gustan especialmente o que pueden completar mi visión, suele ser positivo para gente que busca temas similares de forma que no tengan que bucear mucho

    Un abrazo!

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  2. Por supuesto que puedes poner ese enlace si quieres.
    Un abrazo!

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