sábado, 11 de junio de 2022

EL AUTOREMAKE EN EL CINE. CAPÍTULO V (IX)

5.2. Nada de hamlets en la jungla.

5.2.1. Objetivo: Birmania (Objective, Burma! de Raoul Walsh, 1945).

 Raoul Walsh se mostró muy eficaz en todos los géneros, y si bien brilló especialmente en el western y en los policíacos, también en las películas de aventuras y en las bélicas ofreció obras importantes. Como sucedió con parte de sus cintas del oeste, algunos de los filmes de guerra realizados por Walsh pertenecen más al género de aventuras que al bélico; al menos la trilogía protagonizada por Errol Flynn entre 1942 y 1944,[1] una serie de producciones de propaganda a favor de los aliados y centradas en la guerra que se estaba librando en Europa. 

Con su siguiente película, Objetivo: Birmania, Walsh no sólo cambió de teatro de operaciones, sino que inició una evolución —y revolución— en el género, en cierto modo un regreso a la parte más cruda de su éxito mudo, What Price Glory? (1926), y al de otras cintas pacifistas posteriores a la Gran Guerra. Se puede decir, con la perspectiva que dan los años, que Objetivo: Birmania fue un anticipo de las últimas películas bélicas de Walsh, un enlace entre la citada trilogía de los cuarenta y sus dos cintas críticas de los cincuenta: Más allá de las lágrimas (Battle Cry, 1955) y, sobre todo, Los desnudos y los muertos (The Naked and the Dead, 1958).

Aunque se diferencie de sus tres filmes contemporáneos, lo cierto es que Objective, Burma! también nació con el propósito de aumentar la moral de los estadounidenses en lo que quedaba de guerra. La “niña mimada” de Jerry Wald, como la llamaba el propio Flynn (2003, p.291), pronto se convirtió en la producción estrella de la Warner. Wald, guionista de la empresa, fue ascendiendo de categoría hasta la de productor de estudio, y en 1944, ya sin Hal Wallis,[2] era el activo más importante de la compañía. 

Wald consiguió hasta ocho localizaciones distintas para otras tantas ambientaciones que simulaban con realismo la selva birmana.[3] Además, se hizo con un asesor de lujo: el mayor Watkins.[4] Un héroe de guerra británico que había participado en la campaña de Birmania y que había sido herido de gravedad en ella. También se dejó aconsejar por Walsh que, en esta ocasión, participó activamente en la producción colaborando con Wald en el guion. Ambos, productor y director, se unieron al equipo formado por los escritores Ranald MacDougall y Lester Cole[5] para elaborar el cuidado texto de Objetivo: Birmania:

 El capitán Nelson (Errol Flynn) y su compañía de paracaidistas se lanzan detrás de las líneas enemigas en Birmania para destruir una estación de radar que posibilite la posterior invasión de los aliados. Al grupo de Nelson se le une Williams (Henry Hull), un periodista veterano que quiere dar testimonio de lo que ocurre en la selva. Todo sucede como estaba planeado: destruyen las instalaciones y acaban con la guarnición japonesa. La cosa se complica cuando son sorprendidos por el enemigo en el punto de reunión previsto para ser recogidos por los aviones. Nelson ordena abortar la evacuación y divide sus fuerzas para tener más oportunidades de llegar a salvo al siguiente punto de reunión. Mientras el pelotón de Nelson llega al rendez-vous, el otro grupo, liderado por el teniente Jacobs (William Prince), es torturado y aniquilado por los japoneses. Nelson recibe la orden de seguir a pie hasta la base por la imposibilidad de la recogida en una jungla infestada de fuerzas del bando contrario. Diezmados por un enemigo que se esconde detrás de cada árbol, de cada arbusto, en cada aldea, y agobiados por las altas temperaturas, la humedad, las enfermedades y los insectos, los pocos supervivientes consiguen llegar a un punto del mapa en el que les han ordenado esperar. Allí, atrincherados en la cima de una colina y tras una angustiosa batalla nocturna, descubren, al alba, el motivo de tal orden: acaba de comenzar la invasión de Birmania. Los japoneses son rechazados por el ejército y Nelson y sus hombres por fin rescatados.

La historia original en la que se basa el guion fue obra de Alvah Bessie, pero no fue la única fuente de inspiración. Las hazañas del pelotón del capitán Nelson se apoyan en hechos reales como la incursión de los Merrill’s Marauders;[6] la operación “Loincloth” de los Winget’s Riders o Chindits en 1943;[7] e incluso epopeyas tan antiguas como las de los Roger´s Rangers, que originó el argumento de la película Paso al Noroeste (Northwest Passage de King Vidor, 1940), esto último reconocido por el propio Jerry Wald.



[1] Nos referimos a Jornada desesperada (Desperate Journey, 1942), Northern Pursuit (1943) y Uncertain Glory (1944). Aunque también habría que tener en cuenta la colaboración de Walsh en Acción en el Atlántico Norte (Action in the North Atlantic de Lloyd Bacon, 1943), protagonizada por Humphrey Bogart.

[2] Hal Wallis abandonó la Warner después de la humillación en la noche de los Óscar de 1944 cuando Jack Warner se apropió de su premio a la mejor producción por Casablanca.

[3] Los exteriores se rodaron en las afueras de Los Ángeles, en el rancho de Santa Anita, en Whittier Park, en el rancho Providencia en Glendale, en los jardines Busch, en el County Arboretum, en el jardín botánico de Los Ángeles y en el rancho Warner de Calabasas.

[4] Así se llamaba el asesor militar según Errol Flynn (2003, p.291), aunque en los créditos figure un tal Mayor M.H. Whyte del 8º ejército británico en la India.

[5] Resulta paradójico que tras el patriótico guion, un par de años después, el escritor Lester Cole fuese incluido en la famosa lista de los diez de Holly­wood, en la caza de brujas del Comité de Actividades Antiamericanas.

[6] Un hecho histórico que dio pie a otra película bélica que se desarrollaba en Birmania detrás de las líneas japonesas: Invasión en Birmania (Merrill’s Marauders de Samuel Fuller, 1962). Los famosos Merrill’s Marauders son nombrados en la introducción documental de Objetivo: Birmania.

[7] Fuerza británica de operaciones especiales compuesta de guerrilleros birmanos, soldados ingleses y los temibles gurkhas. En Objetivo: Birmania, en el pelotón de Nelson, hay dos soldados que representan a los Chindits: un guerrillero nativo y un gurkha, una especie de homenaje de Walsh a la operación “Loincloth”.





22 comentarios:

  1. Hola Ethan, no he visto estas películas
    Hace poco escuché una historia sobre la guerra anglo-Birmana, (un siglo antes de la ambientación de estas películas), y me quedó grabado que fue ahí donde se destacó la actitud de los "cipayos indios", y que hoy por extensión se usa la palabra "cipayo" (al menos acá en Argentina, no sé si uds. allá en España también) para todo aquel que traiciona a su país y apoya al extranjero, o que simplemente se vende o se regala a los intereses foráneos.

    Un abrazo.

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    1. Sí, "cipayo" se usa tal como dices, pero creo que menos que en tu país. En cualquier caso, la palabra la define la Real Academia de la Lengua Española en una segunda acepción como "(despectivo) Secuaz a sueldo"
      Abrazos.

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  2. Esa parte de la guerra en Birmania es algo que desconozco y por tanto trataré de ver esa película

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    1. Aunque el argumento se basa en hechos reales, Raoul Walsh lleva la película a lo que le interesa: al sufrimiento de los personajes, a la lucha, no solo contra el enemigo, sino contra la naturaleza. Iremos desgranando poco a poco todo esto.

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  3. Walsh logra transmitirnos una sensación de sufrimiento de la que hace partícipe al espectador. Y lo logra, en ocasiones, a través de lo anecdótico, porque son esas cosas pequeñas y no los actos de heroísmo sublime lo que constituye el núcleo de la película.

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    1. Tienes razón, Walsh consigue que nos metamos en la pantalla y suframos junto a ellos atravesando la jungla y, en especial, en los combates nocturnos, en la espera antes de la acción.

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  4. Gracias ethan por la clase de cine y por incluir esos siete puntos finales. El cine bélico sería propicio para los remakes e incluso los justificaría en la época actual por el avance de la técnica. El próximo 8 de julio creo recordar se estrena en cines españoles La batalla del lago Changjin, película china, y con cierta expectación entre los aficionados al género.
    Un abrazo.

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    1. Suena bien esa película que nombras, estaré atento. Me recuerda a otra oriental de hace unos años, la coreana "The Admiral: Roaring Currents", del 2014, una cinta épica que recrea la batalla naval de Myeong-ryang, una superproducción en toda regla.
      Abrazos.

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  5. Hola, Ethan
    Mi esposo creo que ha visto todos los films de Raoul Walsh, habla bastante de él.
    “Objetivo: Birmania”, según tu relato iba muy bien hasta que los pillan, pero la mitad llegan a un final feliz. Sé que en los conflictos bélicos de antes, se comunicaban por radio; qué fácil ha sido ahora con los teléfonos móviles y satelitales; pero las estrategias y armas son mucho más letales. Tengo entendido que en ese tipo de guerras, no solo deben luchar en contra del enemigo, sino que deben seguir a pesar de la misma naturaleza y clima ¡qué horror!
    “Jack Warner se apropió de su premio a la mejor producción por Casablanca”. ¿Cómo pudo ser eso, robó el trofeo?
    No hagas caso, sucede que me meto en el relato y hago preguntas absurdas. Todo muy interesante. Millones de gracias.
    Cordiales saludos

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    1. Hola, Rud, te explico: Jack Warner era el presidente de la Warner Brothers en aquella época, mientras que Hal Wallis era uno de sus subordinados encargado de la producción del estudio en el que se rodó Casablanca. Estos productores eran los responsables directos de la película. Los premios -y los fracasos- eran para ellos. En la ceremonia de los Óscar, Jack Warner se apropió del premio a la mejor película, que es lo mismo que decir a la mejor producción, cuando debería haber recaído en Hal Wallis. Para entendernos, es como si Florentino Pérez se apropia del premio a mejor entrenador, si es que lo hubiera, cuando debería ser para Ancelotti.
      Saludos!

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  6. Durante la mili nos proyectaron esa película como ejemplo de lo que una unidad del ejército tiene que hacer en territorio enemigo. Seguro que ese reportero Williams está inspirado en Ernie Pyle, el famoso corresponsal. muy buena "Invasión en Birmanis" con el gran Jeff Chandler, mi Cochise preferido.
    Saludos!
    Borgo.

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    1. La película está muy bien rodada, y es muy realista, ya veremos por qué. No me extraña que sirviera como recurso pedagógico en la mili o en el reclutamiento.
      Invasión en Birmania es muy recomendable también.
      Saludos!

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  7. Hola Ethan!
    Una de mis películas bélicas favoritas de todos los tiempos, de esas que no te cansas de ver.
    Saludos!

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    1. Tienes razón, yo la habré visto media docena de veces por lo menos, y siempre me encanta.
      Saludos!

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  8. Hola.
    Muchísimas gracias por esta reseña y clase magistral de cine.
    De las que nos traes he visto "Objetivo Birmania", aunque hace ya mucho tiempo.
    Muy feliz día.

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    1. Aunque, como siempre, haremos referencias a otras películas, en el capitulo nos centraremos en "Objetivo: Birmania" y, luego, en "Tambores lejanos", remake encubierto de la primera.
      Feliz día para ti también.

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  9. Hola, ethan
    ¡La de años que hace que vi esa película!, me llevó mi hermano al cine de barrio que había cerca de casa. Creo que no he vuelto a verla, no sé si la han pasado alguna vez aquí por tv.
    Saludos.

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    1. La han pasado varias veces por televisión. De hecho, la primera vez que la vi fue en la pequeña pantalla cuando era un niño. A esa edad, desde luego me impresionó bastante.
      Saludos.

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  10. "Objetivo Birmania" fue un título tan icónico que en los ochenta hasta dio nombre a un grupo musical (me temo que no tan bueno como la película, aunque eso va a gustos).

    Saludos.

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    1. Es un título que ha pasado a la historia del cine con toda justicia.
      Me acuerdo del grupo de la movida de los ochenta. ¿Qué sería de él?
      Saludos.

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  11. Me gusta mucho Raoul Walsh, pero reconozco que Objetivo Birmania no la tengo nada fresca en mi memoria, pero nada. Así que no me importará volver a ella, más habiéndote leído. La última película de género bélico que me ha parecido una pasada ha sido: Los vencedores (The Victors, 1963), de Carl Foreman.
    Y de Raoul Walsh adoro El último refugio, Perseguido o Los violentos años 20.
    Beso
    Hildy

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    1. Estaremos unos cuantos capítulos más desgranando la película.
      La película de Foreman no la he visto, pero la tengo grabada, así que caerá pronto.
      En efecto, las tres que nombras de Walsh son algunas de sus mejores películas. De El último refugio y su remake Juntos hasta la muerte hemos hablado en capítulos anteriores.
      Abrazos.

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