miércoles, 9 de enero de 2008

HA NACIDO UNA ESTRELLA (A Star is Born de George Cukor, 1954)

“Nunca segundas partes fueron buenas”. Eso al menos se suele decir para las películas que son secuelas o remakes. Vamos a hablar de una excepción que confirma la regla; vamos a hablar de Ha nacido una estrella de George Cukor.

Se trata de una cinta basada en la que realizó –y escribió- William A. Wellman en 1937. Narraba la historia de Norman Maine, un actor en decadencia y alcohólico que descubría a Vicki Lester, una joven promesa con la que posteriormente se casaba (Fredric March y Janet Gaynor en la película original, James Mason y Judy Garland en la que nos atañe); todo se torcía cuando la carrera de Norman tocaba a su fin y no tenía más remedio que acostumbrarse a ser la sombra de Vicki. Aquel largometraje parecía difícil de superar, dado el éxito y los numerosos premios que cosechó, sin embargo, diecisiete años más tarde, el productor Sydney Luft intentó un nuevo proyecto ideado para relanzar la carrera cinematográfica de su mujer; la carrera de Judy Garland. Aunque dicho objetivo no se consiguió -debido a otros factores- el resultado final fue excelente y hoy podemos decir que se trata de una de las mejores películas de la historia.


Y todo gracias a su director. George Cukor afrontaba su primer musical y además lo tenía que realizar en el novedoso Cinemascope. Ambos retos los solventó con nota no sólo por su conocida habilidad para la dirección de actrices –y actores-, sino también por el perfecto manejo de la cámara y la excelente inclusión en la trama de los números musicales. Secuencias como la del segundo encuentro entre Norman y Vicki son un ejemplo de la forma personal que tenía Cukor de entender el cine. El director encadena una escena en un night club -un maravilloso travelling de ida y vuelta con James Mason buscando a la actriz y fumando como una locomotora-, con el impresionante número “The Man That Got Away”, donde Judy Garland canta con un torrente de voz y consigue llegar –en opinión de muchos- al punto más alto de su carrera.


Siempre que veo Ha Nacido una Estrella termino pensando lo mismo: “Es curioso lo que se parece Cukor a Minnelli”. Y es que hay muchos elementos en este filme que recuerdan al mejor Vincente Minnelli, y no me refiero sólo al uso del color rojo o a la brillantez de la coreografía y los decorados, sino también a la utilización del guión especular; al método de “narrar bailando”; y al tratamiento psicológico de los personajes. En el número “Born in a Trunk”, Vicki se ve a sí misma en un cine, como protagonista de una película donde canta y baila para contar la historia de su vida. Es el cine dentro del cine, pero también es una nueva forma de narrar. La secuencia sigue muy de cerca el estilo moderno que se inició con el ballet final de Un Americano en París (An American in Paris de Vincente Minnelli, 1951). Sin embargo, en el número “Someone at Last”, Cukor llega más lejos que Minnelli. Aquí Judy Garland se sirve de lámparas, plantas, mesas y demás objetos del salón de su casa para representar un viaje imaginario donde se desplaza de París a Brasil pasando por China.

La denuncia del medio que les da de comer también es otro punto en común entre los dos directores. Para Vicki el primer día en unos grandes estudios no puede ser más frustrante: a nadie parece importarle su rostro –de hecho en su primer papel insisten en que no se le vea la cara-; se pierde entre platós y pantallas donde se proyectan todo tipo de películas o queda atrapada –literalmente- por el sistema cuando se enreda en una especie de puerta giratoria. La simbología de este tipo es continua en todo el metraje, pero también lo es la semejanza o el contraste con la vida real. Así, la situación personal en aquella época de Judy Garland -consumida por las drogas- se parecía demasiado a la de Norman Maine en la ficción o, si lo vemos de otra manera, el que Judy encarne a una joven que comienza su carrera choca demasiado con el hecho de que esta película fuera la última de la actriz como protagonista, con éxito de crítica y público. La última, sí, pero también la mejor.

3 comentarios:

  1. Siento corregir el último comentario, pero "Ha nacido una estrella", de George Cukor, no es el último papel protagonista de Judy Garland. Después también hizo "Ángeles sin paraíso", de John Cassavettes, una película renegada siempre por el director por las injerencias del productor Stanley Kramer; la última de verdad fue "Podría seguir cantando", de Ronald Neame, la historia de una cantante que lucha por la custodia de sus hijos.

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  2. Tienes toda la razón, pero me refería a la última película de éxito donde ella hace de protagonista. Porque en "Vencedores o vencidos", que sí es una excelente cinta y es posterior al largometraje de Cukor, ella hace un papel secundario. Las dos que mencionas pasaron sin pena ni gloria.
    Muchas gracias por la corrección. Ahora edito el post para que quede más claro.

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  3. Como enamorada confesa de los musicales, gracias por este artículo, y por recordar este gran musical… Y como intento fallido de cinéfila, mis fobias viscerales a dos directores de culto me impiden serlo, no sabes como me ha alegrado leer esto:
    “Siempre que veo Ha Nacido una Estrella termino pensando lo mismo: “Es curioso lo que se parece Cukor a Minnelli”.
    Coincido absolutamente contigo en este punto, y me ha alegrado descubrir la coincidencia…. Otra más entre nosotros ;)

    Un beso

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