lunes, 31 de julio de 2023

ESTAMBUL (Journey into Fear de Orson Welles y Norman Foster, 1943)

A principios de los años cuarenta se realizaron en Hollywood una serie de películas precursoras del ciclo negro que a su vez abarcaban varias temáticas. Desde el cine de gánsteres hasta el fantástico, pasando por el de propaganda antinazi, dichas cintas comenzaron a exhibir los códigos del noir en la puesta en escena, en la trama y en los personajes, hasta el punto de confundirse con los largometrajes que verdaderamente iniciaron y continuaron el ciclo. Uno de aquellos filmes casi negros fue Estambul. La no pertenencia de la película al género negro radica en la temática, ya que nos encontramos con una trama de espías, más propia de las cintas de propaganda bélica que de las policíacas. Sin embargo, la estética del filme se corresponde con el ciclo que estaba a punto de comenzar. También el tratamiento del guion:


El matrimonio Graham (Joseph Cotten y Ruth Warrick) se dispone a salir de Estambul para volver a Estados Unidos. Graham es un experto en armamento naval al que los nazis intentan eliminar para retrasar todo lo posible la construcción de los nuevos barcos turcos. El coronel otomano Haki (Orson Welles) alerta a Graham del peligro que corre después de que a éste lo hayan intentado asesinar en una sala de fiestas. Haki prepara un plan para enviar al ingeniero sano y salvo a Batumi, última escala del matrimonio antes de volar a América. Graham se embarcará en el “Talasia”, un carguero donde, entre otros, viaja el asesino nazi...

Realizada en 1941, cuando Estados Unidos aún no había entrado en la guerra, Estambul no fue estrenada hasta dos años más tarde, en pleno conflicto. La cinta se basa en una novela de Eric Ambler. En un principio el rol de Orson Welles iba a ser tan solo el de actor secundario, pero enseguida se le asignó la labor de productor y director.  Welles se metió de lleno en un rodaje que iba a coincidir en el tiempo con la finalización de El cuarto mandamiento y con el inicio del documental It’s all true. Atender a tantas producciones era imposible teniendo en cuenta que para filmar el documental debía trasladarse a Brasil con un equipo de la RKO. El joven cineasta no tuvo más remedio que delegar la realización de Estambul a Norman Foster, que al final figuró en los créditos como director de la película.



No obstante, la presencia de Welles en el filme es tan diáfana como barrocos son sus planos. Todo se distorsiona a partir del descubrimiento del cadáver del comerciante turco al que han asesinado los nazis. El cuerpo del finado casi se sale de pantalla mientras Joseph Cotten se agacha para comprobar si está muerto. El contrapicado es tan exagerado como el del protagonista bajando el portalón mientras en tierra le esperan los alemanes. No sólo los encuadres son de Welles sino también las luces y sombras, la profundidad de campo y un par de planos secuencias. El primero realizado con grúa, atravesando varias cubiertas para finalizar con los actores apoyados en el pasamanos; y el segundo en el interior, rodado en travelling de retroceso siguiendo a los protagonistas por los pasillos del carguero.

El largometraje es claramente de Orson Welles si uno observa la ironía típica del director al describir situaciones y personajes. El realizador retuerce los caracteres secundarios hasta convertirlos en los títeres de una especie de guiñol por el que Graham se desenvuelve como puede. Ya no son los elementos de una estructura tipo “barco de los necios”, sino caricaturas que observan la desgracia del protagonista, participando de forma pasiva en la pesadilla y burlándose del antihéroe. El propio director se mofa descaradamente del héroe cuando lo pertrecha con un paraguas y un cortaplumas, “poderoso armamento” con el que enfrentarse a los nazis. La rompedora forma de dirigir de Welles, en contraste con la narrativa clásica de Hollywood es patente en Estambul y queda claro que se debe a su personal manera de entender el cine y no a la del anodino Norman Foster.


El post es un extracto corregido para la ocasión del capítulo dedicado a Estambul en mi libro: CINE Y NAVEGACIÓN. Los 7 mares en 70 películas




28 comentarios:

  1. Efectivamente, en esta película Welles debía asumir todas las funciones, productor, guionista, director y actor, pero él ya tenía en su cabeza otro proyecto (IT’S ALL TRUE) y tras dirigir algunas escenas, delegó en su amigo Norman Foster, marcándole el estilo visual, sin duda. Tras el presuroso rodaje de su parte como actor, voló a Brasil para llevar a cabo el mencionado proyecto. La película que nos ocupa, un oscuro drama con dosis de suspense, tiene agujeros narrativos y escasa coherencia, como si en el proceso de montaje les hubiera faltado material rodado. Los puntos de interés se encuentran en la atmósfera conseguida, claustrofóbica y pesadillesca, y en angulaciones visuales de clara inspiración wellesiana.
    Un saludo.

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    1. Con respecto a la autoría de Estambul, el propio Welles siempre aseguró que era una película de Norman Foster, sin embargo en una entrevista de Andre Bazin se dejó entrever lo contrario. El crítico le preguntó sin ambages si se consideraba el director de la cinta. La respuesta de Welles no deja lugar a muchas dudas:
      “… en las cinco primeras secuencias yo estaba en el plató, decidí los ángulos del objetivo. Después de eso, a menudo decía donde debería ir la cámara. En otras palabras, jugaba en el plató, determinaba la posición de las tomas, hacía las pruebas de luz, decidía donde debería estar la cámara en tal o cual punto del dialogo, etc. En cierta forma “diseñé” la película, pero no puedo decir que la dirigí; el director fue Norman Foster.”
      Saludos.

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  2. Después de leer tu reseña, me gustaría recuperar esta película.

    Saludos.

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    1. La cinta no carece de interés. Desde que se estrenó en 1943, han circulado por las salas de cine y por la televisión varias versiones con ostensibles diferencias en cuanto a organización general (algunas con estructura lineal, otras con voice over y el consiguiente flashback) y con distintos finales.
      Saludos.

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  3. En efecto, el sello de Welles está presente desde el primer minuto.

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    1. Si persisten las dudas de su autoría, sólo hay que fijarse en la secuencia del arranque en la sala de fiestas con el número de magia, una de las aficiones de Welles desde que el propio Houdini le introdujese en el arte de la prestidigitación; o en la protagonista, su novia de entonces Dolores del Río. Y en el resto de actores, casi todos del Mercury Theatre, y casi todos pluriempleados al actuar también en El cuarto mandamiento, película que el inquieto Welles simultaneaba con Estambul.

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  4. Hola Ethan!
    La desconocía y ya estoy deseando echarle el guante. Gracias por traerla.
    Saludos!

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    1. Independientemente de la versión que veas, creo que la película te gustará y seguro que adivinas qué planos corresponden con seguridad a Welles.
      Saludos!

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  5. Magnífico Orson Welles como innovador en el manejo de la cámara. Esta película no recuerdo haberla visto. Ja,ja, para declarar que la dirigió Norman Foster, admite una intervención fundamental en la labor de dirección. Humor tenía el hombre.
    Veo que ha habido distintas versiones de la película. Se habrán hecho diversos montajes. Podría ser interesante la comparación. Me conformaré con conseguir alguna copia.
    Un beso.

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    1. Welles era todo un personaje, su ironía en la respuesta a Bazin lo dice todo.
      Es verdad que hay distintas versiones. La culpa del retraso de la producción y de los diferentes montajes y cortes, se debe al carácter singular de Welles. Antes de que lo despidieran dejó la película sin terminar y el montaje a medio hacer (igual que en El cuarto mandamiento). Aun así, la película se deja ver, no está nada mal.
      Abrazos.

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  6. Me llama bastante, no la conocía antes

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    1. Cualquier película en la que interviene Orson Welles ya es de por sí interesante. Si puedes, no dejes de verla.
      Abrazos.

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  7. Hola, ethan. Qué pena que no esté en youtube o en amazon, vi un par de escenas que salen en youtube, la tengo anotada en mi ya larga lista de pendientes, y te acuso, jeje, de ésto, si es que no puedo pasar por aquí sin que se me despierte la curiosidad.
    Un abrazo.

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    1. Me siento culpable de ser responsable de parte de tu larga lista, lo siento jajaja.
      La verdad es que he estado buscando el trailer en la red para colgarlo al final del post como suelo hacer, pero no lo he encontrado, sólo me he topado con algunos clips en youtube, que seguro que son los que tú has visto.
      Abrazos.

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  8. Esta parece ser una buena película clásica que la verdad no he tenido ocasión de ver. Ya ver estas películas depende de que algún canal clásico decida ponerlas cosa que es prácticamente el azar y la suerte. El elenco de actores y el guión parece fascinante.

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    1. La verdad es que no sé dónde se puede ver, en qué plataforma. Yo la tengo grabada desde hace tiempo de la televisión. El guion esta basado en la novela de Eric Ambler. El libro también está bien, aunque es ligeramente diferente. De Eric Ambler, escritor y guionista, hay varias obras llevadas al cine.

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  9. Es una genial película Te mando un beso.

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    1. Casi todas las películas dirigidas, producidas, escritas e interpretadas por Orson Welles son de alguna forma atractivas.
      Abrazos.

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  10. Qué apasionante y que inabarcable es la figura de Orson Welles y sus aportaciones al cine. Fíjate que he visto prácticamente todo de su filmografía (tanto como de director como de actor) y, sin embargo, "Estambul" se me resiste. Leyéndote me han entrado ganas tremendas otra vez de intentar verla. Además está Joseph Cotten, uno de mis consentidos.
    Me ha llamado la atención porque hay varias películas de Welles (como actor y como director) con temática antinazi. Recuerdo la de El extraño y también otra película que tocó hondo, Mañana es vivir de Irving Pichel, que abarca de la primera guerra mundial a la segunda.
    Beso
    Hildy

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    1. Pues mira, Estambul y El Extraño (o El extranjero) tienen más de un punto en común, sobre todo el final, ambos se sitúan en la órbita de los desenlaces de Hitchcock. La pelea en las alturas en un cornisa, la lluvia, el miedo a caer y el vértigo al mirar hacia la calle son muy reconocibles del estilo de ambos cineastas.
      La diferencia entre ambos realizadores estriba en el exagerado despiste del héroe wellesiano que deriva del expresionismo conceptual del director. Tanto la estética como la interpretación de los actores las repetirá en El tercer hombre (The Third Man, Carol Reed, 1949), de nuevo con Joseph Cotten desorientado y, sobre todo, en El Proceso (Le Proces, 1962), con Anthony Perkins superado por las circunstancias. Pero antes serán patentes en La dama de Shanghai, con el propio Welles sin saber a qué atenerse.
      Abrazos.

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  11. No recuerdo haberla visto, me la apunto junto a la reseña que haces. Ya me ha pasado el hecho de que después de leerte he visto con otro enfoque el film ;)
    Un saludo.

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    1. Pues si al final la consigues ver, nos cuentas qué te ha parecido.
      Saludos.

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  12. Recuerdo esta reseña también de tu libro. Un lujo tenerlo en casa, quedó como libro de consulta ante cualquier duda sobre cine-navegación.
    Un gusto volver a repasarla, Ethan

    Abrazos

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    1. Me parece que tenerlo de consulta es el mejor empleo para este libro.
      Abrazos.

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  13. Has despertado tanto mi interés sobre esta película, que esta noche voy a intentar localizarla en alguna plataforma, para recrearme en esos planos que nos cuentas, además de que soy un enamorado del cine de orson Welles.
    Gracias, y un abrazo.

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    1. Si logras encontrarla, espero que te guste. Ya nos contarás.
      Abrazos.

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  14. Siempre me ha llamado la atención el parecido físico con Stalin del personaje que interpreta Welles en esta película. Intencionado o no, lo cierto es que la mencionada ciudad de Batumi se encuentra en Georgia, patria chica del dictador soviético.

    Saludos.

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    1. Es verdad que el personaje que interpreta Welles tiene un aire al dictador soviético, pero no sé si lo hizo con toda la intención. A Welles le encantaba disfrazarse y caracterizarse al máximo, supongo que era una afición que venía del teatro.
      Saludos.

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