La segunda película de la sección oficial que hemos visto en
el festival de cine europeo de Sevilla, ha resultado ser un experimento desigual,
no del todo fallido, que por momentos arranca las risas del público.
El palestino Elia Suleiman escribe, dirige y protagoniza una
comedia surrealista al estilo de las películas de Roy Andersson (del que, por
cierto, esperamos ver aquí, en pocos días, su última propuesta). Sin apenas
palabras, el realizador árabe asiste perplejo a escenas cotidianas en diversos
países mientras espera conseguir financiación para una película; para esta
misma cinta.
Suleiman no tiene mucho éxito. Las razones por las que le
rechazan su obra tienen que ver con una trama que podría ocurrir en cualquier
país (como si Palestina no fuera cualquier país), y no lo que se supone debe acontecer en un
pueblo sometido, prácticamente en guerra. Los sucesivos productores esperan que
la cinta de un director palestino haga referencia a la intifada, a los
atentados, a la invasión hebrea, al bloqueo económico o a la reivindicación
como nación.
El cineasta, a modo de sátira, se queda perplejo con esta
situación, y con todo lo que presencia lejos de su patria; pero también en su
propia ciudad, donde sí deja algún títere con cabeza. Ahí reside lo
irregular de su obra: la crítica es parcial. El ejemplo más claro es el del
arranque. Quizás el episodio más gracioso, casi lo mejor de la película, una broma
con la religión católica de fondo. Bien, pero ¿dónde está la denuncia de la
otra parte?
Aunque la ejecución resulte algo intencionada, la idea de
partida es buena: para los habitantes de París o Nueva York, un palestino puede
sonar muy lejano, como de otro planeta. Es normal que se asocie con el
conflicto árabe-israelí, y que su presencia pueda parecer hostil o, como poco,
exótica y extraña. Sin embargo, con De repente, el paraíso, Suleiman
le da la vuelta a dicha premisa cuando se interpreta a sí mismo, desconcertado (acierta la organización del festival al compararlo con Tati o con
Buster Keaton), con la mirada impasible asegura que el mundo llamado occidental es aún más bizarro que
el de su patria.
Organizado en sketches, el largometraje toma la apariencia de falso documental y, progresivamente, distorsiona la realidad para demostrar la tesis del director. Así, se suceden las persecuciones policiales, como si fueran coreografías de un musical; o la violencia, las restricciones a la libertad, la desigualdad social y racial son tan habituales como las armas que portan los ciudadanos, igual que si fueran complementos de moda. Hasta la irónica música del final va en ese mismo camino: los locos son los otros; o, lo que es lo mismo: los palestinos son personas como todas las demás.
Organizado en sketches, el largometraje toma la apariencia de falso documental y, progresivamente, distorsiona la realidad para demostrar la tesis del director. Así, se suceden las persecuciones policiales, como si fueran coreografías de un musical; o la violencia, las restricciones a la libertad, la desigualdad social y racial son tan habituales como las armas que portan los ciudadanos, igual que si fueran complementos de moda. Hasta la irónica música del final va en ese mismo camino: los locos son los otros; o, lo que es lo mismo: los palestinos son personas como todas las demás.
Me parece buenísima la propuesta. Los palestinos son tan normales como cualquier otro pueblo y quieren vivir en paz. El problema es que hay grupos radicales con intereses económicos bien definidos , que alientan el fanatismo en segmentos de la población para acusar a Israel de TODOS los males que los mismos líderes palestinos provocan.
ResponderEliminarEthan...LA DENUNCIA está...pero por para salud del director, está valada.
Una denuncia parcial, pero bien rodada, con humor, paradójicamente, judío.
EliminarNo tenía ni idea de este cine. Interesante trailer, me la apunto.
ResponderEliminarA Tati lo empecé a tener en cuenta hace poco y he descubierto un cine completamente diferente. Veremos si éste se le parece
Abrazos Ethan!
A Tati o a Keaton se parece el personaje protagonista (todos tienen en común que eran directores además de actores de sus propias películas): un testigo impasible de lo que sucede; punto de vista cómico, ácido y surrealista.
EliminarPrimera coincidencia. Me alegro. ¿Cual fue la primera?
ResponderEliminarSeguimos, yo disfrutando.
La primera fue la película que, por ahora, más me ha gustado: "Madre" de Rodrigo Sorogoyen
EliminarSuleiman y su película se ha llevado el premio EURIMAGES a la mejor coproducción europea. ¡Enhorabuena!
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