Como
broche final al XVIII Festival de Cine Europeo de Sevilla, y mientras esperamos
el palmarés, vamos a comentar una película que ha sido recién restaurada y
presentada al certamen dentro de la retrospectiva llamada “Hacia otra historia
del cine europeo”. Una selección de películas en la que, según la organización
del festival, se pretende «proponer otra manera de pensar el legado fílmico del
continente».
La película se basa en los hechos reales acaecidos en el siglo XII en nuestro país alrededor de la figura del célebre e influyente filósofo musulmán Averroes. El estremecedor arranque, con la ejecución en la hoguera de un cristiano por la inquisición francesa, acusado de hereje al atreverse a traducir la obra de un infiel como Averroes, marca el tema de la cinta, algo que no es nada nuevo y que por desgracia todavía se mantiene presente en muchos países en nuestros días: la persecución por unos y otros de aquellos que creen en la cultura como medio para alcanzar el progreso y la justicia social.
Tales eran los principios de Averroes como juez de la corte de Al-Mansour, un cargo que le otorgaba poderes incluso por encima del califa, ya que era el único que podía controlar al gobernante en caso de corrupción o de cualquier otro delito. La relación tirante entre los dos personajes es uno de los puntos de interés de este enorme fresco sobre la ocupación árabe en Andalucía.
Aunque
quizás lo más importante sea cómo el director ha configurado una trama
alrededor del pensamiento liberal de Averroes cuando cristianos (el hijo del
ajusticiado), gitanos (los amigos del filósofo cuyo canto a la vida es mal
visto por los fundamentalistas) y musulmanes (entre ellos, los hijos de
Al-Mansour) forman una comunidad progresista y moderna encabezada por Averroes,
muy peligrosa, eso sí, para los intereses de la oposición islámica. Tanto que los
radicales logran que el califa destierre al filósofo y ordene quemar sus
libros.
El
mérito de la cinta, no obstante, no solo radica en el fondo ⸺«el pensamiento
tiene alas, nadie puede detener su vuelo», dice el lema de la película atribuido
a Averroes⸺, sino también en la forma. Así, los colores brillantes, parecidos a
los del añorado Technicolor chillón de los años sesenta, con espectaculares
mezclas de tonos cálidos y fríos en las noches andaluzas, hacen que pasemos por alto el año de su producción, a finales del siglo XX; mientras que la
estructura del filme, como un musical al estilo Bollywood, se diferencia con
toda la intención de otras superproducciones más hollywoodenses ⸺pensamos
en The Message (Moustapha Akkad, 1976), otra enorme película,
esta vez sobre la figura de Mahoma⸺, todo para que Youssef Chahine se salga con
la suya y consiga realizar una cinta con sabor oriental, que,
sorprendentemente, nace ya como un clásico sin necesidad del escrutinio del tiempo
sobre ella.
Como tantas otras joyas, tuve ocasión de verla en la Filmoteca (aunque no se trataba, claro está, de la versión restaurada que se ha podido disfrutar en Sevilla). La recuerdo como una película notable. También en la Filmo, pero ya en su nueva sede, tuve ocasión de ver una de sus primeras películas: "Estación central" (1958).
ResponderEliminarSaludos y enhorabuena por todas estas crónicas sobre el Festival.
Gracias, Juan, la verdad es que el festival es un atracón de películas, pero merece la pena porque por un lado es una adelanto al cine europeo que viene, y por otro es una oportunidad de ver películas que por desgracia no van a tener la distribución adecuada. Con respecto a Estación central, o Estación Cairo, como también se la conoce, es una maravilla de película, con Chahine de actor también.
EliminarSaludos.
Interesantísimo. Vale la pena verlo.
ResponderEliminar....
Y en cuato a los absurdos de los cristianos y los musulmanes de esa época... La iglesia católica rompió con esos absurdos y está en el siglo XXI en cambio el islamismo todavía permanece en la Edad media.
Tienes mucha razón, e incluso en algunos países están peor porque ni siquiera tienen una figura moderada y liberal como Averroes. Bbueno, a lo mejor sí la tienen, pero estará en el destierro, en la cárcel o escondida.
EliminarSaludos.