lunes, 23 de noviembre de 2020
EL CISNE NEGRO (The Black Swan de Henry King, 1942)
lunes, 9 de noviembre de 2020
2 X 1: “YOSHIWARA” y “WERTHER” (Max Ophüls)
Yoshiwara (1937)
En
la segunda mitad de los años treinta, el director alemán de ascendencia judía,
Max Ophüls, realizó dos películas seguidas un poco antes de exiliarse a Estados
Unidos para huir del régimen nazi. Pertenecen al grupo de cintas menos conocidas
de su filmografía, pero las recomendamos, no como rarezas, sino como verdaderas
joyas de uno de los grandes directores de la historia del cine.
Ambos filmes son adaptaciones literarias de célebres dramas, al estilo de una de sus obras importantes de dicho período pre-Hollywood, nos referimos a Amoríos (Liebelei, 1932), el largometraje que lo consagró, una adaptación de la obra de teatro de Arthur Schnitzler. Cinco años más tarde, Ophüls dirigió Yoshiwara, versión de la novela homónima de Maurice Dekobra.
Yoshiwara narra la historia de un militar ruso, que en plena guerra contra Japón se enamora de una geisha. La joven nipona es en realidad una noble caída en desgracia, pero fiel a su amor por el oficial no duda en traicionar a su país. La tragedia se ve venir y la cinta toma la forma de una ópera con muchos puntos en común con “Madame Butterfly”, solo que ahora los soldados son rusos en lugar de americanos.
En esa época, Ophüls ya era un director prestigioso, tal como demuestra el importante elenco del filme: Pierre Richard-Willm al frente del reparto, secundado de dos actores japoneses tan importantes como Sessue Hayakawa (La marca de fuego, El puente sobre el río Kwai) y Michiko Tanaka. Verdaderas estrellas del país del sol naciente, que triunfaron lejos de su patria: Hayakawa en Estados Unidos y Tanaka en Europa. Por cierto, la actriz ya había interpretado en el teatro “Madame Butterfly” (y más tarde la protagonizaría en cine).
Con la sombra de la ópera de David Belasco planeando por la cinta de Ophüls, discurre Yoshiwara, que el director germano rueda de manera más convencional, sin grandes alardes técnicos, sin los planos secuencias tan afines a su estilo. Una circunstancia que demuestra que Ophüls no solo era un realizador formalista, sino un cineasta completo que dominaba como nadie la puesta en escena, ya fuera convencional o barroca.
Werther (Le Roman de Werther, 1938)
El siguiente filme de Max
Ophüls después de Yoshiwara también es un dramón, pero mucho más
célebre. Se trataba de la adaptación del clásico de Goethe, Werther,
otra cinta de “época” que narra la historia del amor imposible entre el relator
de justicia de un pueblo y la prometida del juez. Cuando este se ausenta, los
amantes dan rienda suelta a su pasión y se prometen, entonces ella le confiesa
su compromiso con el juez. Werther asume la desgracia y no vuelve a ver a su
amante. Pero, claro, las cosas no quedarán así.
Ophüls abre el filme con buenos diálogos entre los dos amigos, Werther y el juez, que hacen referencia a la ilustración y a la revolución francesa que está por venir. Ambos son afines a las ideas progresistas antes de que el amor que sienten por la misma mujer los separe. Una vez que se confirma la ruptura, entonces el debate se extiende a otro de carácter moral cuando Werther comienza a sentir simpatía por un condenado a muerte en un caso de crimen pasional.
La cinta de Ophüls descansa otra vez en una historia de amour fou donde el director vuelve a contar de nuevo con la colaboración de Pierre Richard-Willm en el papel de Werther. Igual que en Yoshiwara, el rodaje es convencional, el Ophüls formalista tampoco se deja ver aquí, aunque sí un esbozo de lo que serán sus obras mayores: la elegancia del movimiento de la cámara, y los planos escondidos detrás de visillos y ventanas, son marca de la casa.
Tanto Yoshiwara como Werther son producciones francesas, igual que sus dos películas siguientes hasta que finalizada la década de los treinta, Ophüls fue forzado a exiliarse. Siete años después, en 1947, pudo rodar, ya asentado en Hollywood, La conquista de un reino, una cinta de aventuras que sería el preludio a maravillas de la talla de Carta de una desconocida, Atrapados o Almas desnudas.