Igual que ocurrió con Moby Dick y John Huston, también había un director que se encontraba obsesionado con la idea de llevar “Lord Jim” a la gran pantalla (Richard Brooks), y también existían antecedentes en los años veinte que lo había intentado con resultados discretos (Lord Jim de Victor Fleming, 1925). Así que la historia se repetía con la misma reticencia de los grandes estudios por llevar adelante un proyecto tan complicado como ese. Sólo cuando Brooks firmó con la Columbia pudo hacer realidad su sueño. El que fuera reputado guionista, ya llevaba una década realizando películas y se enfrentó a la producción como un verdadero autor, llevando los sombreros de productor, director y escritor para embarcarse en una aventura tan intensa como el propio filme:
Jim (Peter O’Toole) es el flamante segundo comandante del “Patna”, un barco mercante que en alta mar sufre un fuerte temporal. Debido a la inutilidad del capitán, Jim se hace cargo de la situación, pero se contagia del miedo de la tripulación y finalmente salta al bote salvavidas abandonando barco y pasajeros. Apartado de la marina por los remordimientos y la sensación de culpa, Jim vaga por los puertos malayos ofreciéndose para trabajos tan peligrosos como el de llevar un cargamento de explosivos y fusiles a Patusán. Las armas son para derrocar al “General” (Eli Wallach), un tirano que trata a los nativos como esclavos en la explotación del estaño. Jim lidera la revuelta y logra restaurar la paz en el territorio. Una paz pasajera ya que Cornelius (Curd Jürgens), el lugarteniente del General, ha contratado al capitán Brown (James Mason) para acabar con Jim...
El guion de Richard Brooks es bastante fiel al libro y la estructura de la película sigue tres partes muy bien diferenciadas: la primera centrada en el “Patna”, la segunda transcurre en la jungla hasta derrotar al General, y la última narra el enfrentamiento con Brown. Aunque la cinta, salvo el primer tercio, casi no discurre en la mar, ésta se encuentra presente a lo largo de todo el metraje. El “Patna”, su acto de cobardía, persigue a Jim y es el eje que soporta al filme. De hecho, Patusán es casi un anagrama de Patna, como el propio Jim dice casi al final del largometraje. En ese poblado perdido en la jungla se acrecienta la obsesión del protagonista por expiar su culpa, más por él mismo que por el resto de la sociedad, y se evidencia lo estrecha que es la línea que discurre entre el valor y el miedo.
Una década más tarde, otra cinta volvió sobre "Lord Jim", al menos sobre una parte de ella. Me refiero, por supuesto, a Apocalipsis Now (Apocalypse Now, Francis Ford Coppola, 1979). El filme de Coppola también nació como resultado de adaptar una obra de Conrad: “El corazón de las tinieblas”, un cuento que el autor escribió de resultas de la experiencia en el Congo belga, cuando mandaba un barco fluvial y vio las atrocidades que los europeos estaban cometiendo allí. Las similitudes entre Apocalipsis Now y Lord Jim son abundantes: el remontar ese amenazante río, los horrores de la guerra, los nativos torturados y, sobre todo, los diálogos filosóficos entre el General y Jim, que recuerdan a los de Apocalipsis Now entre el coronel Kurtz y el capitán Willard.
Lord Jim fue la película más cara de Richard Brooks y también la más complicada de rodar. Lo que Brooks quería recrear era el interior de la península de Malasia donde se encuentran los mayores yacimientos de estaño del mundo. Los exteriores de Lord Jim no se filmaron en Malasia, sino en la selva de Angkor Wat, Camboya, en una época especialmente complicada para los estadounidenses dadas las malas relaciones entre los dos gobiernos, con el conflicto de Vietnam a la vuelta de la esquina. A la sensación incómoda por culpa de la tensión política, había que añadir los sobornos que tuvieron que pagar a las autoridades, y los precios elevados que exigían las empresas de servicios que se aprovechaban del aislamiento del equipo de rodaje. Mala alimentación, calor sofocante, enfermedades y picaduras de mosquitos aderezaron la difícil estancia de todo el personal. Para Peter O’Toole aquello se convirtió en “Una condenada pesadilla”.
A pesar de todo, Lord Jim fue una de las mejores películas de Richard Brooks, una cinta muy de los años sesenta por el derroche de medios para combatir a la televisión, y por el contexto social y político perfectamente reflejado en el filme: Patusán, la comunidad donde Jim restaura la paz, es muy afín a los ideales de libertad de la juventud de esos años; por otro lado, el conflicto de Vietnam, en auge en el momento del estreno de la película, se encuentra muy presente, no sólo porque se rodase allí la película, sino porque la colonización del sudeste asiático era otro de los temas tratados en el largometraje.
El post es un extracto corregido para la ocasión del capítulo dedicado a Lord Jim en mi libro: CINE Y NAVEGACIÓN. Los 7 mares en 70 películas
Solo para quienes detentan la mala costumbre de comparar libro y película (dos elementos narrativos autónomos y diferentes) esta sería una discutible adaptación de la novela de Conrad porque en su paso al cine se nos escamotean las premisas psicológicas del personaje central hasta el momento del climax a bordo del Patna en que sucumbe al miedo y se desmorona la imagen que tenía de sí mismo. A partir de ahí, el film se centra en el “perfeccionista” recorrido de Jim empeñado en reinventarse como héroe para así disolver su pecado. La puesta en escena es poderosa y acumula momentos de gran belleza, pero en el guión hay demasiadas definiciones, explicaciones, parábolas y metáforas en boca de otros personajes cuya finalidad es “ayudarnos” a comprender mejor el via crucis del torturado marino. Asimismo, el manierismo interpretativo de Peter O’Toole, tendente siempre a la sobreactuación, funciona en esta ocasión como un arma de doble filo.
ResponderEliminarGracias, Teo, has señalado bien los defectos de esta película, el exceso de diálogos para explicarnos la tortura interior del personaje y la interpretación de Peter O'Toole también excesiva a veces.
EliminarLas críticas recibidas por su trabajo en Lord Jim no fueron buenas. O’Toole estuvo de acuerdo en que su actuación podía haber sido mejor y eso que se la tomó como un reto: “Jim es un hombre con dificultad para expresarse. Es muy divertido interpretar a un personaje así. Es un desafío, un desafío real. Jim nunca habla a menos que sea absolutamente necesario…” Si atendemos a sus palabras y a las que dijo después, “fui demasiado conservador y cauteloso con el personaje”, entonces las razones de no haber cuajado una buena actuación fueron las de tomarse al pie de la letra lo de la inexpresividad del personaje.
Brooks sabe sabe sacar partido de los pasajes que convierten el film en una película de aventuras, para aligerar con ellos lo que podríamos llamar la parte más reflexiva, trasladando bastante bien el mensaje de fondo que podemos encontrar en la novela, libro que, por otra parte, me atrevo a recomendar.
ResponderEliminarLa verdad es que viendo la película se nota la complejidad de la adaptación y los problemas que tuvo que solventar Brooks para ofrecer una película que fuera comercial, y que tuviera como eje central el tortuoso camino interior del protagonista.
EliminarHola Ethan!
ResponderEliminarA medida que van pasando los años se hace mas grande esa distancia entre el cine actual y el de décadas pasadas. Este podría ser un buen ejemplo de "aquel cine" y de los estudios que han desaparecido.
Saludos!
Pues sí, y eso que en los años sesenta la competencia con la televisión fue tremenda. En esa lucha, "Lord Jim" ofrecía una estupenda fotografía en color, el formato panorámico Super Panavisión y la banda sonora de Bronislau Kaper, todo a la altura de una superproducción como esa.
EliminarNo he visto la película y me ha encantado conocer su intrahistoria a través de tu detallada reseña. La comparativa con Apocalipsis Now me ha parecido muy interesante.
ResponderEliminarUn abrazo.
Aparte de las que comento en el post, hay muchas más similitudes entre las dos películas: en Lord Jim, Cornelius es un trasunto del Arlequín de “El corazón de las tinieblas”: “Usted es extremadamente poderoso y yo increíblemente egoísta, eso me convierte en su más leal súbdito”, le dice Cornelius al General en una terrible declaración de intenciones. Cornelius se transformaría en el reportero gráfico al que da vida Dennis Hopper en el largometraje de Coppola. Ambos, Corneluis y el fotógrafo, siguen a sus líderes porque reconocen el poder que los sustenta, porque han sucumbido al terror que impone cada uno de sus jefes. Las semejanzas entre los dos filmes son tales que hasta hay recursos cinematográficos calcados cuando ambos directores utilizan el montaje paralelo para narrar el asesinato de Willard, o la tortura que sufre Jim, mientras se alternan con escenas de los nativos, bien matando una res o asistiendo a un combate boxeo.
EliminarAbrazos.
Como dice Teo arriba, no es buena costumbre comparar libros y películas. Yo puedo disfrutar de la película, aunque se parezca poco al libro, si es una buena película. Por el contrario, he visto películas muy malas que eran tan similares al libro que creo que por eso eran tan malas. película y libro son expresiones diferentes de la historia y casi siempre conviene que no se parezcan demasiado. No es bueno comparar y, sin embargo, parece que no podemos evitarlo. Siempre terminamos comentando si la adaptación es buena o mala, si nos gustó más la película o el libro... Yo entiendo por comparar el hecho de pretender que la película se parezca al libro lo más posible yen ese sentido es en el que creo que no se debe hacer la comparación.
ResponderEliminarHe visto Apocalipsis Now y he leído El corazón de las tinieblas. No se parecen demasiado, pero ambas son magníficas obras. Lord Jim no la he leído y la verdad es que no sé si allá en mi infancia vería la película de Brooks. Fueron tantas las películas vistas en aquellas tarde y noches de sábado, llenas de cine clásico en TV, que no se puede recordar todo.
Pues sí, muy bien explicado el hecho de comparar película y libro. Todos caemos en esa trampa y no nos damos cuenta de lo diferentes que son los elementos narrativos.
EliminarEn cuanto a Lord Jim y Apocalipsis Now, Joseph Conrad llevó parte de sus vivencias africanas en el Congo a la selva del sudeste asiático para recrear la segunda parte de “Lord Jim”. Cuando Coppola adaptó “El corazón de las tinieblas” y dio su visión particular de la guerra del Vietnam, en realidad hizo lo mismo que Conrad, trasladó el Congo a Asía; de ahí el parecido de su película con la de Brooks.
La película será más o menos entretenida, pero rodarla sí que fue toda una "aventura".
ResponderEliminarSaludos.
Y tanto, volviendo a las similitudes entre Lord Jim y Apocalipsis Now, incluso se realizaron sendos documentales para reflejar la otra aventura, la de filmar en la jungla una película que no parecía terminar nunca. Si Coppola estuvo a punto de perder el juicio —y de arruinarse—, casi se puede decir lo mismo del director de Lord Jim. Los cineastas que rodaron el documento estaban impresionados por el aspecto de Brooks: demacrado, medio desnudo, con su pipa y sus gafas de sol, intentando controlar a cientos de extras que hablaban media docena de dialectos, y a los que sólo podían manejar a base de silbatos. De hecho, el documental se tituló "Do it on the Whistle".
EliminarSaludos!
Lo de haber sido rodada en Camboya durante el conflicto de Vietnán es algo importantísimo, no obstante, creo que más que eso, es que los camboyanos y las empresas que le hacían la vida imposible al equipo de producción para sacar rédito de estos extranjeros, no tenían la menor idea de que un infierno, incluso, peor que el de Vietnán, estaba a punto de desatarse sobre ellos. Me refiero a Los Jemeres rojos de Pol Pot, un ser más siniestro que los malos de cualquier película.
ResponderEliminarTienes razón, Pol Pot fue un criminal de guerra, un genocida; lo que hicieron allí los Jemeres rojos es uno de los genocidios más sangrientos de la historia.
EliminarHola.
ResponderEliminarComo dicen Rosa y Teo, no hace falta comparar películas y libro.
Me ha parecido una entrada muy ilustrativa, me gustó que mencionaras al maravilloso Coppola y me parece que tanto Lord Jim como Apocalipsis Now7 Corazón de las tinieblas son una maravilla, las novelas y la adaptación, con los fallos qu eya sabemos.
Gracias por la reseña y feliz día.
Como curiosidad, de la trama de Lord Jim (novela y película), sólo la primera parte está basada en un hecho real: en julio de 1880, el “Jeddah”, de bandera británica, salió de Singapur con un millar de musulmanes con destino a la Meca. En alta mar les sorprendió un temporal y el agua comenzó a filtrarse dentro del casco debido a las embestidas de las olas. El capitán y sus oficiales abandonaron la nave en un bote salvavidas, mientras el resto de la tripulación fue recogida por otro buque y llevada a Adén (Yemen). Allí declararon que el “Jeddah” se estaba hundiendo y que los pasajeros se habían vuelto violentos. Unos días después, un barco francés se encontró con el “Jeddah” y con los peregrinos aún con vida. El barco fue remolcado hasta Adén donde poco después se celebró un juicio muy parecido al de la novela.
EliminarFeliz día a ti también.
Recuerdo esta reseña de tu libro.
ResponderEliminarEn eso de que solo 1/3 transcurre en el mar, me lleva a pensar en Fitzcarraldo, película que transcurre en la selva pero que simbólicamente es una película de río... o más bien de barco, y de locura, por supuesto
Abrazos, querido Ethan
Qué buena película Fitzcarraldo, y que buen documental de cómo se hizo la cinta, porque fue toda una aventura el rodarla.
EliminarAbrazos.
¡Hola, Ethan!
ResponderEliminarCada vez que te visito, me voy muy satisfecha con el reportaje que publicas acerca de las películas; hoy, me disculpas, pero el tiempo apremia y vendo solamente a desearte que tengas unas fiestas alegres, tranquilas, en familia y con la satisfacción de haber pasado un año en paz.
Un abrazo colmado de esperanza y felicidad.
Muchas gracias, Rud, un fuerte abrazo para ti también y que pases unas felices fiestas.
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