La bailarina de la ópera (The Red Dance, 1928)
Nadie
duda de que la mejor época en la carrera de Raoul Walsh fue aquella en la que
estuvo ligado a la Warner Brothers. Antes de eso fue saltando de productora
en productora sin mucho éxito. Sólo tuvo en la Fox cierta estabilidad y pudo
dirigir algunas películas que ya daban muestra de su calidad, tanto en el cine
mudo como en el sonoro. De ese período son las dos películas de las que vamos a
hablar hoy.
La primera de ellas, La bailarina de la ópera, es una cinta silente, un drama focalizado en la revolución rusa: Tasia (Dolores del Río) es una campesina que tiene a su padre en prisión simplemente por enseñar música; mientras que a su madre la asesinan los temibles cosacos del zar por enseñar en la escuela. Cuando Tasia conoce de casualidad al Gran Duque Eugen (Charles Farrell), se enamora de él. Un noviazgo difícil por pertenecer a dos clases diferentes, que en aquellos tiempos significaba dos bandos distintos. La pareja sólo tiene en común que a ambos los obligan a casarse con quien no quieren. La situación de los protagonistas —y la de toda Rusia— cambia cuando estalla la revuelta…
Filme muy bien rodado por Walsh, que se luce en las secuencias de la revolución, pero
también en las intimistas que encuadran a la pareja protagonista. Dolores del
Río, la gran diva mexicana —con permiso de María Félix—, gesticula con
vehemencia en su interpretación, algo típico del cine mudo de aquellos años, pero
su presencia llena la pantalla cuando la convierten en una heroína de la
revolución: La bailarina “roja” (título original del largometraje).
La película adapta la novela homónima de Henry L. Gates, una historia ingeniosa, que se desarrolla entre la aventura y el romance, con conspiraciones de todo tipo y protagonismo de personajes históricos (el propio Zar y su familia intervienen, igual que Rasputín, aunque no se diga su nombre), que se mezclan en una trama bien enlazada con ciertos toques de humor, pero también de tragedia.
La cinta demuestra lo bien que se rodaba en los últimos años del período mudo, con travellings, transiciones, encuadres y buen ritmo en las escenas de acción. Aunque la película denuncia los asesinatos de las masas obreras en los primeros días de la revuelta, también pone el énfasis en la pobreza extrema de la sociedad y, en contraste, la opulencia de las clases privilegiadas.
El carnet amarillo (The Yellow Ticket, 1931)
Tres
años después de La bailarina de la ópera, Raoul Walsh rueda El
carnet amarillo, de nuevo para la
Fox y otra vez con un argumento que tiene que ver con la revolución rusa:
Estamos en Rusia en 1914, en los meses previos a la Primera Guerra Mundial, la protagonista, Marya (Elissa Landy), vive en un gueto judío del que no puede salir por orden del zar. Cuando se entera de que su padre se está muriendo en prisión (fue encarcelado por no pagar unos impuestos injustos), Marya quiere viajar a San Petersburgo para visitarlo. La única solución para moverse por el país es hacerse con un carnet amarillo que distingue a las prostitutas, pero que les permite viajar con libertad. Confundida con una prostituta, Marya se las tiene que ver con el Barón Igor Andrey (Lionel Barrymore), un corrupto jefe de policía. Mientras tanto, Marya conoce al corresponsal inglés (Laurence Olivier) al que le cuenta las injusticias y los atropellos que vive la sociedad rusa en tiempos del zar. Cuando el periodista publica el artículo, tanto ella como él se sitúan en el blanco del Barón. Ni que decir tiene que cuando estalla la guerra, los acontecimientos se precipitan…
Filme sonoro basado en la obra de teatro de Michael Morton, con una trama con muchos puntos
en común con La bailarina de la ópera: además de transcurrir en
la rusia previa a la revolución, la protagonista también tiene un padre injustamente
encerrado que muere en la cárcel, hay un romance en el que se interpone un alto
cargo del gobierno, y el final es casi igual, e, incluso, hay escenas que se
repiten en una y otra cinta, como las de la prisión, seguramente para ahorrarse
metros de película.
El carnet amarillo es un largometraje sonoro pre-code filmado con la maestría de Raoul Walsh, que experimenta con los contrapicados y la profundidad de campo. Destaca la larga secuencia entre el Barón y la protagonista que termina con un disparo al más puro estilo de Hitchcock; también vuelven a sobresalir las escenas con muchos extras, como aquellas del movimiento de tropas al declararse la guerra.
La película tiene un magnífico reparto con el gran Lionel Barrymore haciendo uno de sus malvados personajes, y un Laurence Olivier jovencísimo, que ya brilla con una actuación sobresaliente, igual que la de la actriz y escritora Elissa Landy. Si estamos atentos, descubriremos a Boris Karloff en un pequeño papel.
Dos propuestas estupendas en esa época de transición del mudo al sonoro y que se llevó a bastantes interpretes por delante.
ResponderEliminarSin duda, Raoul Walsh merece ser recordado y respetado.
Abrazos!
Es curioso lo bien que se adaptó a la nueva tecnología, al cine sonoro, la gran actriz mexicana Dolores del Río, cosa que no ocurrió, como bien mencionas, con muchas de sus colegas norteamericanas.
EliminarAbrazos!
Cine sacado de las catacumbas. :)
ResponderEliminarNi en mi época de cine-forum había visto estas películas y vi mucha cosa de coleccionista. :)
Saludos.
Sí, jajaja, son películas de hace casi un siglo, pero merece la pena verlas, aunque sólo sea por ver lo bien que se rodaba justo antes del sonoro, después llegó una especie de Edad Media en el cine con verdaderos bodrios por culpa de las exigencias del sonido, que, paradójicamente, perjudicó al movimiento de la cámara.
EliminarAbrazos!
Nunca había oído hablar ni de las películas de este director, ni de los actores protagonistas de ellas. Así que todo es cuestión de que un fin de semana, con tiempo, me ponga a buscarlas, a ver si las encuentro.
ResponderEliminarAl que si recuerdo es a Boris Karloff por su famosa película de Frankenstein, que es mucho más reciente.
Un abrazo, amigo.
Es verdad que estas dos películas son de las menos conocidas de la extensa y magnífica filmografía de Raoul Walsh, del que te recomiendo casi todas sus cintas rodadas en la Warner Brothers. En cuanto a los actores, tanto Dolores del Río como Laurence Olivier y Lionel Barrymore son ya leyendas del cine, Boris Karloff también, por supuesto.
EliminarAbrazos!
Acertadas propuestas, no solo por la calidad, que se da por supuesta tratándose de Walsh, sino por el reflejo de la transición entre dos épocas tan señaladas dentro de la historia del cine.
ResponderEliminarWalsh ya rodaba como el maestro que era, pero es cierto que se nota, sobre todo en la forma de actuar de las actrices, el cambio del mudo al sonoro.
EliminarSe ve que el comunismo ya empezaba a hacer tilín entre los artistas de la época.
ResponderEliminarY más que haría unos años después cuando fueron aliados de los norteamericanos en la Segunda Guerra Mundial.
EliminarTras leer el comentario sobre esas dos películas de Walsh que desconozco, mi reacción fue acudir a la filmografía del autor de JUNTOS HASTA LA MUERTE y aunque contabilicé haber visto veinticuatro películas de él, comprendí la inmensa laguna que aún me queda por rellenar.
ResponderEliminarUn saludo.
Sí, es que la filmografía de Walsh es tan larga como buena, sobre todo las películas que rueda para la Warner.
EliminarSaludos.
Ethannnnn, qué ganas de hacerme esta sesión doble de Raoul Walsh. Tienen ambas un montón de ingredientes que me llaman la atención. Dolores del Río, Rusia y la revolución, ¡Laurence Olivier! y, por supuesto, la manera de manejar el lenguaje cinematográfico de Walsh.
ResponderEliminarBeso
Hildy
Es verdad que tiene todos esos elementos tan atractivos a priori. Y no defrauda. También es cierto que comparadas con las mejores películas de Walsh, estas podrían ser una especie de borrador, no diría de aprendizaje porque el director ya tenía un importante bagaje.
EliminarAbrazos!
Los dos argumentos me parecen interesantes, así reseñadas son dos películas que me gustaría ver.
ResponderEliminarCurioso el cambio de nombre en el primer film. La bailarina "roja" nos sitúa mejor en el territorio de la trama.
Abrazos, Ethan amigo
Es cierto, qué manía con cambiarles el nombre a las películas, "La bailarina roja" es mucho más descriptivo, además era el título de la novela que da origen a la película.
EliminarAbrazos!
Ethan, no las conocia pero gracias por la reseña que nos dejas.
ResponderEliminarVoy a buscarla a ver si las encuentro, parecen muy buenas..
Abrazos y te dejo un besito, que tengas un feliz dia
La bailarina de la ópera la puedes ver en subtitulos en inglés aquí:
Eliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=16dBRZQITiE
Y el carnet amarillo aquí:
https://ok.ru/video/2384087943770
Abrazos!
Gracias por las reseñas. No he visto ninguna. Tomó nota. Te mando un beso.
ResponderEliminarGracias a ti por pasarte por el blog. Las películas las puedes encontrar en el comentario de más arriba.
EliminarAbrazos!
Nah las tengo que ver 🤩🤩🤩
ResponderEliminarSaludos desde Plegarias en la Noche
Hola, Tiffany, las dos películas de Walsh las tienes en la red, mira la respuesta al comentario de Liz.
EliminarAbrazos!
Me gustaría ver las dos.
ResponderEliminarGracias por compartir tus conocimientos.
Saludos.
Gracias a ti por pasarte por el blog y comentar.
EliminarSi quieres verlas, las tienes en los enlaces que le he puesto a Liz, algo más arriba.
Abrazos!
Muy de agradecer hayas puesto los enlaces de estas películas que, sin duda, serán una joya.
ResponderEliminarUn abrazo.
Feliz semana.
Pues sí, se puede decir que son rarezas en la filmografía de Raoul Walsh, sin duda pequeñas joyas para el cinéfilo.
EliminarAbrazos!
Siempre hay clásicos por descubrir. ..
ResponderEliminarGracias por compartir!
BESOS
Es verdad, nunca se acaba de descubrir nuevas películas clásicas que merecen mucho la pena ver, como estas dos joyas de Raoul Walsh.
EliminarBienvenida al blog MJ!
Abrazos!
Gracias ethan por los enlaces que dejaste para poder verla.
ResponderEliminarAbrazos y te dejo un besito, que tengas un feliz día
De nada, gracias a ti por pasar y comentar. Que las disfrutes.
EliminarAbrazos!
No conozco ninguna de las dos pero voy a ver si las encuentro. Gracias Ethan.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tienes los enlaces de las películas unos cuantos comentarios más arriba.
EliminarGracias a ti. Abrazos!
He oído hablar de la segunda peli
ResponderEliminarAunque las dos películas son bastante desconocidas, creo que la segunda, por el hecho de ser sonora y por el extraordinario elenco, es un pelín más conocida por el público.
EliminarAbrazos!
Hola, Ethan
ResponderEliminarGracias por publicar los enlaces para poder ver estas dos películas que por lo que has comentado parecen muy interesantes.
Un abrazo.
Al menos eso son: dos películas interesantes de ver dentro de una filmografía, la de Walsh, magnífica, propia de un grande del cine.
EliminarAbrazos!
Hola, Ethan.
ResponderEliminarQué tendrán los amores imposibles que se romantizan.
Quizás sea por eso, no hay nada en este mundo como que le digan a uno que algo no es posible, que lo deseará con más fuerza.
Gracias por estos dos aportes, no las he visto, pero las tendré en cuenta y he visto que has puesto link, así que no hay excusa, :)
Abrazo!
Sí, es cierto, amores imposibles, amour fou, y otros son muy propensos al romanticismo. En la primera película, más que en la segunda, hay un ejemplo claro. En realidad dos porque el que iba a ser marido de Tasia, un rudo campesino que se transforma en oficial del ejercito rojo, sigue enamorado de ella y por amor ayuda a Tasia a conseguir al que ella quiere.
EliminarAbrazos!