lunes, 30 de junio de 2008

BERLÍN EXPRESS (Jacques Tourneur, 1948)

En los primeros años de la posguerra, los aliados, y sobre todo Estados Unidos, necesitaban demostrar al mundo entero que no iban a permitir otro conflicto bélico. Para ello tenían que hacer creer –y creérselo ellos mismos- que las potencias vencedoras estaban más unidas que nunca. Para este propósito utilizaron diversas herramientas de propaganda, entre ellas una de las más eficaces: el cine. Así nació Berlín Express.



La cinta, desde el principio hasta el final, es una metáfora de la situación que se estaba viviendo; con una simbología demasiado explícita. Así, en el arranque, una paloma blanca es abatida de un disparo. Si por algún casual el espectador no se había dado cuenta del significado de tal escena –la paz mundial amenazada- una voz en off se encargaba de explicarlo de forma redundante. Además los personajes que se ven envueltos en la trama de espionaje son de distintas nacionalidades: un americano (Robert Ryan), una francesa (Merle Oberon), un alemán (Paul Lukas), un inglés y un ruso. Todos juntos resueltos a acabar con el enemigo común que representaba los rescoldos del régimen nazi. Las referencias a las incompatibilidades entre USA y la URSS son continuas –sobre todo al famoso veto soviético en los asuntos internacionales-, si bien el mensaje de optimismo y de entendimiento entre ellos no cesa ni un momento. Ahora sabemos lo lejos que quedaba la realidad, que en pocos años iba a levantar un telón de acero entre ellos.

Berlín Express se estructura de una forma demasiado perfecta, casi sin fisuras, lo que aumenta su artificialidad aún más. Prácticamente comienza con un documental de Frankfurt. Las ruinas de la ciudad machacada por las bombas son un aviso de lo que puede ocurrir si vuelve la inestabilidad a la zona. Enmarcando la película, el final es más de lo mismo; esta vez Berlín y sus edificios derruidos son los protagonistas de las imágenes. Pero la historia de ficción también sigue un estudiado guión. Dos viajes de tren, uno en el primer tercio y otro en el último, son el inicio de la trama y su resolución.

Hoy en día no estaríamos hablando de este largometraje sino fuera por un detalle: el realizador es Jacques Tourneur. Y es que el director impone su sello personal dentro del encorsetado mensaje que la productora quería exponer; lo cual tiene mucho más mérito. Tourneur hace gala de su habilidad para componer escenas de suspense y utiliza sus herramientas con gran maestría. El responsable de La mujer pantera o Retorno al pasado, aparece gigantesco, por encima de una trama que resulta hoy muy deteriorada por los años. Sólo hay que fijarse en dos secuencias para admirar el estilo del genial cineasta: el tiroteo en la fábrica de cerveza, donde predomina la oscuridad y sólo se adivinan los movimientos de los personajes gracias a los resplandores de los disparos; o el intento de asesinato en el expreso del título, que podemos ver en segundo plano gracias al reflejo que se produce en las ventanillas de otro tren que se cruza.

En manos de cualquier otro director Berlín Express habría sido olvidada e incluso menospreciada. Gracias a Tourneur la cinta se sitúa a gran altura y contradice a los que opinan que lo único que hace grandes a las películas son las historias que se cuentan en ellas.

Ver Ficha de Berlín Express.

3 comentarios:

  1. Querida Vivian;
    Vengo aquí porque no e atrevo a comentarte en tu última entrada; quisiera yo alimentarodios ajenos, que se me escapan y de los que además reniego. Tu comportamiento conmigo ha sido de momento exquisito, por lo que no voy a dar crédito a los comentarios insidiosos que he visto que sufres, de comentaristas, por cierto, que me son comunes.
    Venía a saludarte y a comunicarte quye he actualizado entrada. Buenas noches.

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  2. Te agradezco el voto de confianza, la verdad es que leyendo lo malísima que soy, y, sin conocerme de nada, se agradece.
    Afortunadamente la mayoría de personas que conozco en este medio nos conocen a las dos y saben quién es quién, los demás, pues cada uno que decida lo que quiera, el pensamiento, las filias y las fobias son libres.
    Lo único que lamento es el “merder” que se va a encontrar Ethan cuando vuelva. Hay que reconocer que en eso ha sido lista, ha esperado a que él no esté para poder borrar, para montar jaleo.
    En fin, que gracias de nuevo, luego con más tiempo me paso por tu blog.

    Un saludo.

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  3. Os conocéis personalmente y de ahí vienen las disputas? O es que hábéis sufrido algún que otro encontronazo literario-crítico-cinematográfico en otros foros? Sea como sea, y sin entrar en razones ni culpabilidades (dios me libre)no sé yo si merece la pena el caso; este "juego" del blog, es divertido, siempre que sirva para divertir (y no, no es una perogrullada).
    Saludos.

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