Un sueño americano (An American Romance, 1944)
La carrera de King Vidor, un gigante del cine norteamericano y acaso del mundial, tuvo un carácter ascendente desde que comenzó como proyeccionista en su ciudad natal hasta que llego a dirigir obras maestras como El gran desfile (The Big Parade, 1925) o …Y el mundo marcha (The Crowd, 1928), cumbres de su obra en el cine mudo, siempre con un trasfondo moral que aprendió gracias a su madre, seguidora de las teorías de la Christian Science. En los años treinta, en la época del realismo crítico, volvió a interesarse por esos temas sociales con El pan nuestro de cada día (1934), una excelente utopía donde la protagonista era una cooperativa agrícola. Alejado de estos mensajes sociopolíticos que le dieron sus mejores obras, volvió a ellos en un par de ocasiones que vamos a comentar:
En
Un sueño americano, Vidor narra la historia de un emigrante ruso
(Brian Donlevy) desde que llega a Estados Unidos hasta que se convierte en un
magnate de la industria del automóvil. El filme transcurre desde finales del
siglo XIX hasta la Segunda Guerra Mundial. Una película-río, donde el
protagonista se casa con la maestra que le enseña a leer, tiene cinco hijos y pasa
por diversos trabajos (una mina de hierro, una fábrica de acero, la producción
en serie de coches y, finalmente, la de aviones para el ejército) en los que va
ascendiendo progresivamente de categoría gracias a su esfuerzo y ambición.
En realidad es una cinta de propaganda bélica, realizada durante la guerra, pero se convierte en una de las obras más personales de Vidor, con incursiones en el tema de los sindicatos y los derechos de los trabajadores, temas afines al contexto social del momento, con un aliado como la Unión Soviética en su lucha contra los nazis. El largometraje tiene cierto aire autobiográfico, cuando los abuelos de Vidor fueron emigrantes húngaros, y además es un interesante documento sobre la fabricación del acero y la de coches y aviones en serie.
Destaca
la interpretación de Brian Donlevy, seguramente en uno de los mejores papeles
de su larga carrera, donde siempre había destacado en registros de personaje
malvado. Aquí es un ambicioso inmigrante que en su cumbre como empresario se
enfrenta a los sindicatos, donde su propio hijo es uno de los representantes de
los obreros (y el narrador de la historia). El magnate abandona su puesto
cuando se ve derrotado por los trabajadores, pero vuelve en el momento en el
que el gobierno solicita su ayuda para fabricar aeronaves.
Un sueño americano (por una vez, y sin que sirva de precedente, nos gusta más la traducción española que el título original: An American Romance) fue mutilada por la Metro debido a su larga duración y el resultado no tuvo ni buenas críticas ni éxito entre el público. Solo más tarde, cuando se pudo ver completa, se demostró que era una de las mejores cintas de King Vidor.
Esposa de guerra japonesa (Japanese War Bride, 1952)
Otra cinta de King Vidor que pasó sin pena ni gloria fue Esposa de guerra japonesa. Una cinta que vista hoy en día tiene unas cuantas virtudes y se deja ver con agrado. Película de posguerra donde Vidor se adentra en el complejo mundo de los soldados que regresan después de combatir, en este caso agravado por haber contraído matrimonio con una nativa.
La película se centra en la japonesa Tae (Shirley Yamaguchi, actriz china), flamante novia, casada con Jim, el soldado que vuelve del frente (Don Taylor), y el conflicto que surge cuando ambos tienen que vivir en la casa de los padres y del hermano del protagonista, a la sazón casado con una antigua novia de Jim. Los celos de la cuñada, antiguos amores no resueltos, y las heridas de una guerra que aún no han cicatrizado se vuelven en contra de una inadaptada Tae que, para más disgustos, se encuentra embarazada.
Un melodrama en toda regla, pues, pero matizado con los temas sociales que le interesan a Vidor, ahora sobre los problemas de la integración en la sociedad norteamericana de una mujer, antigua enemiga para algunos que han sufrido pérdidas en el conflicto. Eso sin contar lo que supone un matrimonio interracial en una sociedad tan intolerante y racista, y más en aquella época.
En realidad se trata de otro
sueño americano, esta vez truncado, donde la pareja ansía tener su hogar y
llenarlo de niños (hasta se construyen la casa con sus propias manos). De forma
tangencial se ve la mano del Vidor que tanto éxito tuvo en el periodo mudo con
este tipo de películas: aquellas en las que planteaba los problemas de una
pareja para salir adelante en un mundo lleno de prejuicios. También hay algo de
documento cuando presenta la plantación de hortalizas en California, la cosecha
y el empaquetado en la fábrica.
En el filme, sobresalen algunas secuencias muy bien filmadas por Vidor, como aquella en la que Jim vuelve a casa: el director “pierde el tiempo” en pasear al protagonista por todas las estancias, una a una, del hogar de su infancia, hasta se para en la cocina para oler el guiso de su madre que le retrotrae a una vida más feliz, la de antes de la guerra. Buena interpretación de Yamaguchi, muy sentida, y fuerte presencia del gigante, a su lado, Don Taylor (futuro director de cine), que tiene que agacharse en más de una secuencia para ponerse a la altura del resto de personajes.
La segunda no la he visto, en la primera, se nota mucho, a mi juicio el tono propagandístico del film, pero bueno, era la época que era.
ResponderEliminarEs verdad, el contexto social, en las dos películas, pero más en la primera, influye mucho en el resultado final de ambas producciones. En "Un sueño americano", el esfuerzo de guerra en la retaguardia tiene mucho peso en la historia.
EliminarDos buenos ejemplos de cómo las circunstancias excepcionales que se estaban viviendo acabaron reflejadas en la pantalla.
ResponderEliminarSaludos.
Eso es, dos películas con indudable interés cinematográfico, pero también sociológico, con aspiraciones de documental, y King Vidor era consciente de ello.
EliminarSaludos.
Buenas tardes. Gracias por darme a conocer a este director, y felicidades por tan interesante trabajo biográfico que haces de él. E imagino por las fechas que nos citas de sus películas, que tuvo que ser unos de los pioneros del cine hablado, que según tengo entendido llegó a Sevilla en 1929.
ResponderEliminarHe observado que soy seguidor suyo desde hace muchos años, y pienso, que el motivo porque dejara de visitarle tuvo que ser una avería en el ordenador que me hizo perder muchos contactos de amigos blogueros.
Un cordial saludo, y seguiré visitándole ya que el mundo del cine, me fascina.
Hola, Manuel, buenas tardes. No sabía el dato. Entonces, las talkies, como se llamaban en aquella época, llegaron dos años más tarde a Sevilla (en 1927 se estrenó "El cantor de jazz" en USA, primera película sonora). Gracias por la información, nos vemos por el blogger.
EliminarUn abrazo.
Dos películas a cual más interesantes y muy bien enlazadas con el sueño americano y con el conflicto mundial. Me gustaría encontrar la segunda como amante del buen melodrama y del exotismo que depara la cinta por los cuatros costados.
ResponderEliminarSin duda, un cineasta inolvidable.
Abrazos.
Esposa de guerra japonesa está en youtube:
Eliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=GADzBi6sqmc&t=4s
Eso sí, es versión original.
Qué decir de King Vidor, un director personal, excepcional, a la altura de los más grandes.
Abrazos.
Hola Ethan!
ResponderEliminarDesconocia ambas, tomo buena nota y se agradece el enlace de la segunda. Desde luego debió de ser un periodo muy complicado la adaptación a la vida civil de quienes regresaban del frente.
Saludos!
Fue un período sombrío, el del regreso de los combatientes, junto con la amenaza nuclear, un caldo de cultivo ideal para las tramas de las películas, en concreto los dramas como el que comentamos y, sobre todo, el cine negro.
EliminarSaludos!
Una esposa japonesa no me suena de nada, pero Un sueño americano la he visto hace años, aunque imagino que sería la versión cortada. Intentaré hacerme con la completa. King Vidor es un director que me gusta mucho. El manantial es una película que me encanta basada en una novela maravillosa.
ResponderEliminarUn beso.
Bueno, has nombrado un peliculón: "El manantial", con dos actores en estado de gracia: Gary Cooper y Patricia Neal. Aún recuerdo ese travelling vertical, con la actriz subiendo en un ascensor hasta la cima donde le espera Coop.
EliminarAbrazos.
Adoro a King Vidor y, sin embargo, estas dos películas no las he visto todavía. Siempre me gusta que de mis directores de cabecera me queden aún cosas por descubrir. Respecto a la segunda me llama mucho la atención lo tratado que ha sido el tema de americano con mujer oriental (sobre todo a raíz de la segunda guerra mundial u otras guerras como la de Corea) y la cantidad de películas maravillosas que ha dado. Siempre me gustó Sayonara, me muero del gusto viendo La colina del adiós y me pareció todo un descubrimiento Muñeca de porcelana de Frank Borzage. Más tardía pero encantadora El mundo de Suzie Wong de Richard Quine. ¿Nos hacemos un ciclo? jajajaja.
ResponderEliminarBeso
Hildy
jajajaja desde luego que daría para un ciclo. El tema de las relaciones interraciales se remonta al cine mudo con aquella película de Griffith, "Lirios rotos" (esta vez el oriental es él), o la de Fritz Lang, "Harakiri", basada en Madame Butterfly. De la posguerra, las que has nombrado (las he visto todas) entrarían de lleno en esa lista, y muchas más, claro.
EliminarAbrazos.
Pues continuando con mi profunda ignorancia sobre estos clásicos ninguno he visto. Pero siempre disfruto leyéndote y aprendiendo con tus grandes aportes, y eso contribuye a que mi ignorancia vaya disminuyendo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues me alegro de que sirvan de algo mis posts; eso me anima a seguir comentando algunas películas menos conocidas, como las que propongo hoy, pero no por ello carentes de interés.
EliminarAbrazos.
La segunda película no la he visto. Supongo que tiene puntos en común con "Sayonara". Por cierto que la película anterior de Brando -La casa de té de la luna de agosto- es recordada sobre todo por el suplicio de verlo caracterizado como un japonés. Mejor olvidarlo.
ResponderEliminarSaludos!
Borgo.
Sí tiene que ver con Sayonara, se podría decir que es una continuación cuando la película de Brando trata el problema de la imposibilidad de casarse con una japonesa mientras que la película de King Vidor arranca con la pareja ya casada y trata de los problemas en Estados Unidos, sobre todo, con la familia del americano.
EliminarSaludos.
No solo me gusta leerte
ResponderEliminarMe encanta la interacción entre tí y los que te comentan
Es muy gratificante responder a las dudas, aclarar algunos temas o simplemente comentar lo que se ha escrito de películas no demasiado conocidas. Ayuda a seguir publicando este tipo de entradas.
EliminarRecordaba vagamente la primera y no la segunda.
ResponderEliminarKing Vidor, es uno de los grandes.
Sí señor, un director magnífico, con una larga y prolífica carrera llena de películas de gran calidad.
EliminarNo he visto ninguna d e las dos. Tomó nota te mando un beso.
ResponderEliminarMerecen la pena verlas, no son lo mejor de Vidor, pero de cualquier otro director serían sus mejores películas, en especial la primera.
EliminarAbrazos.
Eso de "El pan nuestro de cada día" es algo que me interesa, como también la secuencia de las plantaciones en California. En cuanto a la película, merecordó un poco a SAYONARA, no tanto la película, sino el libro que me atrapó desde el principio.
ResponderEliminar~~~
Acabo de escribir algo en tu entrada acerca de 2001 ODISEA DEL ESPACIO, también en tu entrada acerca de INTELIGENCIA ARTIFICIAL de la que enlacé para mi artículo en tigrero
"El pan nuestro de cada día" es una utopía muy bien filmada por Vidor en plena depresión económica. Seguro que la tacharon de comunista en su día, pero no creo que vayan por ahí los tiros, sino por otro lado: el de la cooperación entre humanos para dar fruto entre todos a una empresa y salir de la miseria.
EliminarHola, Ethan.
ResponderEliminarHe estado revisando tus últimos títulos y sus reseñas y vaya catálogo. Un placer total y el convencimiento de que hoy en general, no damos la talla en porcentajes de calidad ni variación.
Un cordial saludo.
Totalmente de acuerdo contigo. Por algo se llama cine clásico. Algunas son películas eternas, que han conseguido ese adjetivo con el paso de los años, que al fin y al cabo es el mejor crítico cinematográfico.
EliminarSaludos!
King Vidor me gusta mucho.
ResponderEliminarNo he visto estas películas. Trataré de buscarlas.
Un abrazo
Vidor tiene una de las filmografías más completas y de mayor calidad (las que se han nombrado en el post y en los comentarios son algunos ejemplos, pero hay muchas más), no me extraña que te guste tanto. Las dos películas merecen la pena verlas.
EliminarAbrazos.
Dos obras que no conocía pero que tienen buena pinta. Una la he encontrado en DVD Store. Quizás no sean de lo mejor de su director, pero seguro que merecen la pena igualmente. Poco se habla de los japoneses que residían en los EEUU durante y tras a SGM.
ResponderEliminarEsa es otra historia que ha dado para unas cuantas películas: la del calvario que tuvieron que sufrir los americanos de ascendencia japonesa durante la Segunda Guerra Mundial. También hay buenos documentales.
Eliminar