Como anunciábamos, ha sido imposible realizar la sección semanal de recomendaciones (esperemos que se resuelvan los problemas y podamos continuar con nuestro ritmo normal). Sin embargo tenemos la suerte de poder leer un estupendo post que nos ha envíado nuestro amigo y colaborador Dexter, que lo disfruten:
La sombra de Woody Allen es alargada y sobrevuela de principio a fin este 500 días juntos, simpática comedia romántica que supone el debut en el mundo del largometraje del director Marc Webb.
La opera prima de este antiguo realizador de videoclips parece ser una revisitación y conveniente puesta al día del clásico alleniano Annie Hall no solamente en sus fondos- la historia de los vaivenes sentimentales de una pareja en el transcurso de los 500 días citados en el título- sino en las formas. Webb parece alejarse por momentos de las trilladas sendas del género y dotar a su obra de cierta personalidad a base de un desarrollo que sin ser del todo original sí resulta estimulante y vistoso. En este sentido, es posible destacar algunos hallazgos narrativos y visuales salteados a lo largo y ancho del metraje y quizá se antoje un tanto artificioso el diseño de los personajes a quienes se insufla de cierto aíre supuestamente independiente e intelectual acorde con el medio urbano en el que se mueven.
Tom es un atractivo joven de Los Angeles aspirante a arquitecto que hasta que llegue su oportunidad trabaja en una agencia publicitaria rellenando tarjetas de felicitación. El chico está enamorado perdidamente de Sommer, su nueva compañera de oficina que, lamentablemente para él, no cree ni el amor eterno ni en la pareja. Con semejante sinopsis cualquiera diría que estamos ante una comedia romántica más, que al final vivirán felices y comerán perdices pero…
Es posible que 500 días juntos no sea una historia de amor a pesar de ser la típica historia de chico conoce a chica como reza el rótulo que se nos aparece a modo de prólogo justo antes de los títulos de crédito. Es posible, pero sólo es posible, tal vez el envoltorio y el celofán sólo escondan la misma historia de siempre. Que no nos engañemos, lo del “chico conoce a chica” tan viejo como el mismo tiempo siempre tiene necesariamente el mismo final. Tras el último beso, después de el the end o la bajada del telón llegan los auténticos problemas, la convivencia y la rutina, y perdonen que me ponga pragmático, también la hipoteca, los hijos o la suegra. 500 días juntos no es una película de amor, es una película sobre el amor ¿ Y quién demonios sabe qué es eso? Según la película es algo que se sabe cuando se siente, pero la definición tampoco nos saca mucho del atolladero. Demasiadas dudas y misterio en torno a este loco sentimiento… Sabe usted por ejemplo cuánto dura y si tiene fecha de caducidad como los yogures. Webb intenta responder a todas esas preguntas y más, plantea todo lo que usted siempre quiso saber sobre el amor y tal vez nunca se atrevió a preguntar. Y siento destriparles el final, pero no nos resuelve nada, acaba la película y nos quedamos como estábamos. No nos quedará otro remedio que seguir estrujándonos los sesos, a los románticos empedernidos seguir confiando en poder construir un verano sin fin para que nunca llegue el otoño; al resto aferrarse al amor o a lo que quiera que sea que estén dispuestos a dar. Mientras la cosa les funcione ¿porqué no?
Dexter.
Ver el comentario de Caperuzzita y su visión cinéfila del amor
Cierto, ha dado mucho juego en la literatura, en la pintura, en la música y, desde luego, lo ha dado y lo da en el zzine. Que se lo pregunten a aquella chica rebelde del Sur que tuvo delante y durante toda su existenzzia al pavo de su vida y sólo veía a un imbézzil de cabellera rubia y modos repipis; a Gertrud, que tanto juego nos ha dado a todos y que cambió una vida fázzil y aburrida por el conozzimiento del amor verdadero. Fíjate, Dexter, lo idiota que puede ser un aprensivo que corre por la ribera del Central Park cuando la cosa, ya no tiene remedio ni falta que le hazze a ella. Piensa en Mina, condenándose en el infierno. Recuerda un horno, patatas fritas y champagne, cuando se habla del amor pasajero en el calor sofocante del verano neoyorkino. Imagina lo que ocurre con las chicas despistadas cuando intentan hablar portugués y pierden a sus gatos en los días de lluvia.
ResponderEliminarEl amor, el amor, el amor, el amor que ha tanto juego ha dado en el zzine, casi tanto o más que la guerra. El amor y la guerra que, a vezzes, tanto se parezzen. El amor y un profesor aburrido que pierde el sentido en un aspersor de agua de un pequeño jardín; el que hazze pelear a muerte a los Rosse; el de una diva que vive con un mono y un escritor de guiones; el que mata cuando las madreselvas huelen a todo, menos a flores; el de finales estúpidos e inimaginables que capturan los puentes de un lejano condado; el que sucumbe a lo desconozzido y te deja cara de idiota, un hijo muerto y un amargo sabor de boca mientras contemplas aquella gigantesca foto en blanco y negro; el tórrido, que apaga el deseo en cubitos de hielo.
El endemoniado, el misterioso, el tranquilo, el dulzze, amargo, tierno, apasionado, complicado y extraño sentimiento del amor.
Que me lo digan a mí.
Que te lo digan a ti.
Que se lo digan a él.
Que nos lo digan a todos.
Besos, Dexter
Possdata: De qué te voy a borrar yo a tú….
Bueno, vale, que me he enrollado.
ResponderEliminarMierda !!!!! y de la peli no he dicho nada.
Vale, que iré a verla.
La ponen en los Renoires ???
Renuares....
Una buena sombra para ser cubierto la de Woody Allen. No la he visto pero seguiré tus recomendaciones. Echamos de menos las recomendaciones de la semana.
ResponderEliminarCapeeee, que gusto volver a verte por aquí. Pues sí, nadie nos puede privar de lo que un día sintieron Escarlata, Holly o Francesca. Como dijo no sé quién en no sé dónde, el amor es un asco.
ResponderEliminarY no sé si la echarán en los Renoir, en la heroíca e inmortal no la echan ahi pero somos muy raritos (¿te puedes creer que somos los únicos renoires que no dan ni una peli ni media con letrericos?) No me extrañaria que estuviera en tus Renoirs, que la peli es así muy cool y muy independiente y muy tal. Espero que te guste. Besos
Bueno, Dana, no solo la peli bebe de Woody, lo que pasa es que uno se deja llevar por la pasión y luego pasa lo que pasa. También bebe -con sus virtudes y sus defectos -de las fuentes del cine indie americano, y eso es algo que quizá me olvidé de puntualizar en el escrito. Espero que te guste a ti también la peli.
ResponderEliminarMe apetece un montón verla, pero un montón, me suena que será una de esas recomendaciones tuyas infalible, lo malo es que no sé en qué milenio podré verla... xddd y pensar que algun día soñé con ser cinéfila!
ResponderEliminarMagnífico comentario Cape como siempre! Un saludo!
ResponderEliminarBueno, Dexter, al final no la vi en el Renoir. Me hubiera gustado una sesión de ésas de las 4 de la tarde, cuando la sala está vazzía e imaginas que eres un produzztor de Hollywood en una proyezzión privada, pero las circunstanzzias siempre mandan.
ResponderEliminarCuando yo estudiaba zzine, lo llamábamos interposizzión de planos en tiempo y en espazzio, ahora se llama flasback. Me gustó el uso que de él se hazze en la peli. Esenzzialmente, porque cuando dejas una historia de amor nunca recuerdas las cosas de ZZibeles al Parque del Oeste, sino más bien como:
Me acarizzió la cara aquella tarde, no hay días, no hay horas, las aguas minerales de la Troje, las regañinas por nada, aquel beso debajo de un paragüas, todo se mezzcla, el último año antes del primero, las vezzes que pataleé, los paseos por el bosque de la periferia, qué hizze mal, por qué me lo hizzo, la cosa es una mierda, le quiero, me odia, el amor es un asco.
Y:
Yo también he bailado en ése trayezzto:
De Moncloa a Zzibeles, mientras todo el mundo me sonreía, mientras un pajarito azzul como de Blancanieves, se me posaba en los dedos de mi mano derecha.
Debe ser por eso que la peli nos gusta a todos, porque en algún momento de la misma, nos hemos visto reflejados, jocosa, triste, alegre o patéticamente.Un bonito baile el de la peli. A buen seguro que, todos, hemos bailado así en algún momento de nuestra vida (pobre del que no lo haya hecho).
Bueno, Cape, me alegro de que te gustara la peli aunque no fuera en una sala semivacia de los Renoir a las 4 de la tarde para que pudieras sentirte Norma Desmond por un día (avísame si eso que a mí me gustaría ser tu Joe Gils). Yo opino no obstante, y así creo haberlo reflejado en estas líneas que la película peca un poco de ir de chupiguay, esto es de saberse muy moderna, muy independiente y muy innovadora y esas cosas. A fin de cuentas ha triunfando en Sundance y a mi ya sabes que las películas que han triunfado en Sundance me dan más miedo que una caja de bombas.
ResponderEliminarPues con mucha precaución ¿no? Y lo digo yo que hace muchos, muchos años (amor y juventud, claro) me vi la filmografía completa de Meg Ryan. En el cine y encima pagando yo las dos entradas, por supuesto. Alguna me gustó, pero no recuerdo el título...
ResponderEliminarSaludos.