Hace un par de meses la distribuidora 39 Escalones lanzaba al mercado Un Ladrón en la Alcoba; la excelente comedia de Ernst Lubitsch donde su refinado “toque” brilla con todo su esplendor. Habíamos decidido escribir sobre este conocido largometraje, pero cotilleando los extras que publicita la compañía hemos descubierto algo por lo que sentimos debilidad: el DVD contiene otra cinta del gran director berlinés. Se trata del cuento La Muñeca (Die Puppe, 1919), un mediometraje de su etapa muda.
El extra es una simpática producción basada en el relato de E.T.A. Hoffmann y, en esta ocasión, tiene casi tanto interés como la película principal. Es una pequeña joya donde el espectador podrá observar la frescura y el ingenio de Lubitsch en esa fase tan temprana del cinematógrafo.
Die Puppe narra la historia de Lancelot (Hermann Thimig), un joven al que obligan a casarse en contra de su voluntad. Después de una persecución que nos recuerda la que sufrirá Buster Keaton en sus Siete Ocasiones (Seven Chances, 1925), donde una multitud de novias le acosan sin cesar, el joven se refugia en un monasterio.
Allí, los obesos monjes están arruinados y ven al muchacho como su salvación cuando se enteran de la dote millonaria que le(s) espera si se casa. Los religiosos sólo viven para celebrar copiosos almuerzos y deciden proponerle al joven que se haga con los servicios de una muñeca mecánica para convertirla en su esposa y así poder cobrar la fortuna. Lubitsch no se detiene ante nada en esta comedia: ataca a la iglesia e introduce las fantasías sexuales cuando utiliza a la muñeca —“tan buena para los solteros y los viudos, como para los misóginos”— como posible sustituta de la mujer.
Pero ni siquiera las féminas mecánicas le dejan en paz al tímido joven. El fabricante le enseña a Lancelot todo el “muestrario”, pero se lo enseña a la vez y lo que consigue es que las muñecas vuelvan a atosigarle de nuevo. Es una escena delirante en la que Lubitsch emplea una graciosa —por simple— coreografía en una especie de salón sin muebles con juguetes esparcidos por el suelo.
La trama se enreda cuando el aprendiz del fabricante de androides rompe por descuido el robot que ha elegido el protagonista. El repelente chaval habla con el público para desahogarse de los malos tratos sufridos; y se nos antoja que Lubitsch hace un autorretrato cuando miramos su biografía y descubrimos que de pequeño fue ayudante de su tío, un sastre judío. Para evitar ser castigado, el niño propone a la modelo (Ossi Oswalda), en la que se ha basado su jefe para construir las muñecas, que suplante al robot.
A partir de aquí las situaciones cómicas son más previsibles, pero Lubitsch sigue con sus atrevidas insinuaciones sexuales cuando la falsa muñeca sale del desván y se dirige al dormitorio de su dueño. Mientras éste se cree que han sido los monjes quienes le dan permiso para que se acueste con la muñeca, la película pasa definitivamente la frontera de cinta para todos los públicos a filme de adultos.
Sólo ver el arranque de este cuento da una idea de la imaginación de Lubitsch: el propio director construye la casa de muñecas y el decorado naíf con sus manos. Será una maqueta del que luego veamos a tamaño natural, donde la luna y el sol son dibujos parecidos a los de Georges Melies; los bosques son de papel y los caballos de mentira. Algo que nos recuerda a lo que hará muchos años después Eric Rohmer en su excelente Perceval le Gallois (1978).
Todos los amantes del cine conocemos la espléndida filmografía de Ernst Lubitsch en su etapa estadounidense, pero olvidamos que cuando llegó a América ya era uno de los mejores directores de cine, con una importantísima carrera a sus espaldas. Y, prácticamente, ya tenía depurado su famoso estilo cinematográfico. Un estilo que fue adquiriendo con trabajos como Die Puppe.
Ver Ficha de La Muñeca.
jueves, 17 de febrero de 2011
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¡Increíble! Me has dejado muerto. El argumento me parece de los mejores que he leído. Madre, hasta me planteo rascar la cartera a ver si cae algo y me puedo agenciar la cinta.
ResponderEliminarPuf. Genial.
Que buena pinta, ni idea de ella, pero Lubitsch me gusta mucho, así que me informaré, a ver si veo esta y Ninotchka, que ya me vale.
ResponderEliminarQue pena para Alemania también por su cine, ¿no?, habría sido el país referente quizá, con tanto cineasta talentosísimo que tuvo que emigrar...
Un saludo :)
Ya asomaba el famoso " toque Lubtisch" pero la verdad es que aunque en Alemania era el rey de la taquilla es en los EE.UU. y con los guionistas Wilder, Brackett y Hetch con los que logra sus mejores resultados en deslumbrantes obras. Ahora que el talento y sus muchos recursos los traia ya de lejos.
ResponderEliminarNo conozco ésta pelicula pero nos la has "vendido" muy bien.
Saludos :-)
Si te ha gustado "La muñeca" tienes que ver "La princesa de las ostras", otra película de Lubitsch de esa época, yo descubrí (y disfruté)ambas en la retrospectiva que le dedicó el Zinemaldia hace ya 4 o 5 años:
ResponderEliminarhttp://desconvencida.blogspot.com/2006/09/lubitsch-1-parte.html
Uno encuentra una pequeña joya cuando menos se lo espera.
ResponderEliminarTe felicito, Ethan, por rescatar de la memoria esta pieza arqueológica del genial Lubitsch. A menudo se olvida que antes de llegar a Hollywood, donde realizó algunas de las más prodigiosas comedias de la historia del cine, el berlinés que nunca dejó de serlo había realizado ya una producción de cine silente verdaderamente extraordinaria. Tanto en Europa como en Estados Unidos. Por lo que a mí respecta, confieso sentir auténtica devoción por "El príncipe estudiante", una película que no me canso de visionar, una y otra vez.
ResponderEliminarDie Puppe… Si la he visto, no la recuerdo, francamente. De un modo u otro, ¡se trata de recuperar o descubrir un nuevo filme de Lubitsch! ¡Feliz hallazgo!
Salucines.
Pues de ésta no tenía ni el más mínimo conocimiento. Apunta grandes maneras.
ResponderEliminarIgor: la historia es de Hoffmann, un escritor cercano a Kafka del que no he leído nada.
ResponderEliminarExplorador: "Ninotchka" es una delicia de comedia, aunque Lubitsch las tiene incluso mejores. La titular del DVD, "Un Ladrón en la alcoba", no hay que perdérsela.
Abril: Que duda cabe que las mejores películas las hizo en Estados Unidos ya en el cine sonoro, pero conviene ver de dónde venía. Es como la filmografía de Hitchcock, su cine anterior es importantísimo. Pensemos que sólo con las películas que Lubitsch hizo en Alemania ya tendría suficiente para formar parte de la historia del cine: además de esta "Muñeca", se pueden citar "Madame Dubarry", "Sumurun", "La Princesa de las Ostras", "Ana Bolena",etc. Luego en Estados Unidos, en su etapa muda tenemos maravillas como "El abanico de lady Windermere", "Los peligros del flirt", "El Príncipe Estudiante",... En fin una obra en cantidad y calidad tremenda que hay que descubrir.
Desconvencida: La veré pronto, ya la tengo en la estantería junto a la "Muñeca". He leído tus resúmenes, ¡qué suerte ver esa retrospectiva!
Trecce: Tienes razón. El cine nos depara estas sorpresas.
Fernando: Es que "El Príncipe Estudiante" puede ser su mejor película muda. Para algunos lo es.
Raúl: No es que sea una obra maestra, en las condiciones y con la técnica rudimentaria de entonces es difícil que lo sea, pero derrocha ingenio, osadía y frescura.
Saludos!
Vaya una rareza!
ResponderEliminarIntentaremos conseguirla.
Saludos.
Desconocidas para mí las dos películas, Ethan, tanto "La muñeca" como "Un ladrón en la alcoba". Un saludo.
ResponderEliminarPues oye, no he visto yo esta película, y de Lubtisch he visto unas cuantas. Me encantan sus comedias, con ese toque magnífico que solo él sabía darle. De lo que tanto ha hablado la crítica y todavía no saben bien en qué consiste el famoso "toque Lubtisch", pero que da sello a casi toda su filmografía, americana o pre. A ver si me hago con esta...
ResponderEliminarSaludos!
Conozco el relato de E.T.A. Hoffmann, un escritor que merecería estar junto a los grandes del género como Poe o Lovecraft. Le fascinaban los autómatas y el doppelganger (el sosías) como temas comunes. No sabía que ese cuento había sido llevado al cine. Intentaré conseguir esa película. Borgo.
ResponderEliminarNo he visto ninguna de las dos películas pero quedan añadidas a la lista de visión obligatoria.
ResponderEliminarUn saludo.
Licantropunk: Yo la encontré por estos mundos cibernéticos hace ya tiempo.
ResponderEliminarMarcos: "Un Ladrón en la alcoba" es mucho más conocida que la "Muñeca" y desde luego mejor, pero al que le guste rebuscar en las fuentes de un director la "Muñeca" es su objetivo.
Babel: el famoso "toque" se aprecia muy bien en "Un ladrón en la alcoba", con las insinuaciones picantes, pero elegantes, entre Heerbert Marshall y Miriam Hopkins, o entre Marshall y Kay Francis. Todos están estupendos ahí.
Miquel: Yo no conocía a ese escritor hasta que me hice con la película. Lo que nos enseña el cine.
Guionista: "Un ladrón en la alcoba" la catalogaría de imprescindible, "la Muñeca" de visión recomendada para los amantes de Lubitsch y de la historia del cine.
Saludos!
La verdad es que no había oído hablar de esta peli. Pero, oye, lo semina que es E.T.A. Hoffman
ResponderEliminarDesgraciadamente salvo "Ser o no ser" y "Una mujer para dos" Ernst Lubitsh es un gran desconocido para mí.Su filmografía es tan extensa que cuando regrese al cine americano intentaré ver alguna más de sus películas.
ResponderEliminarSaludos
Creo que mi favorita de siempre de Lubitsch es "Ser o no ser". Es la que más veces he visto y siempre me hace reir.
ResponderEliminarSaludos a los dos!
Muy buena recomendación, ya que el cine mudo de Lubitsch es absolutamente imprescindible. Puedo atestiguarlo gracias a la maravilla que guardo como oro "cinéfilo" en paño de "Madame Dubarry" (1919), desde que la grabé en TVE hace ya sus buenos quinquenios.
ResponderEliminarOtra que ya he adquirido y que la veré en su momento: "Madame Dubarry"; he leído maravillas de esa peli.
ResponderEliminarSaludos, Mariano.