3.1.2. Un Gangster para un Milagro (Pocketful of Miracles de Frank Capra, 1961)
El cambio que
experimentó Hollywood y su sistema de producción desde el estreno de Dama por un día hasta su remake, fue tan radical como lo fue el
sufrido por Frank Capra. La Segunda Guerra Mundial lo apartó temporalmente del
cine, la ley anti-trust lo convirtió en productor independiente y la persecución
macarthista lo volvió a desterrar de
las pantallas.[1]
Desde 1951 hasta su retirada sólo realizó dos películas: Millonario de Ilusiones (A
Hole in the Head, 1959) y Un Gangster
para un Milagro, ambas bastante alejadas de sus grandes cintas de los
treinta y cuarenta.
Dos filmes en
diez años[2]. Y no porque Capra no
tuviera proyectos o ideas que llevar a cabo, sino por los continuos rechazos de
las productoras que ya no se fiaban de un director proscrito. Compañías que se
regían por diferentes criterios que los de antaño cuando lo que predominaba era
una buena historia frente a cualquier otra consideración como, por ejemplo, la
de hacerse con un reparto de altura. Capra lo explica con claridad en las
entrevistas que le hizo Richard Schickel en 1973 para la televisión, luego
resumidas en un reciente documental de TCM:[3]
“Con el auge de la televisión, las compañías despidieron a
gente, anularon contratos, etc. A William Morris y MCA, dos agencias de
talentos, se les ocurrió reunir a todos sus clientes y crear producciones
independientes financiadas por los bancos. Así nace la producción independiente
en Hollywood. Pero los bancos, antes de dejar dinero, querían saber quiénes
actuaban en las películas. Los sueldos de los actores subieron. Si un actor
gana diez veces más que un director, se cree diez veces más importante para la
película, por tanto exige parte de la película y se convierte en el verdadero
productor y eso hace que gente como yo no pueda hacer películas”.
La amarga
conclusión de Capra se refería a la intromisión de las estrellas en la producción
y dirección de los largometrajes, algo al parecer inevitable a finales de los
cincuenta. Si Frank Capra quería volver a dirigir, su única posibilidad para
seguir trabajando era someterse a las exigencias de una estrella, a los
caprichos del único aval que permitía la financiación, y además hacerlo con un
proyecto que asegurase el éxito, como por ejemplo una versión de Dama por un día. Esas fueron las razones
para que Capra se decidiera a rehacer su filme de 1933 con Glenn Ford de
protagonista.[4]
De una forma similar a Millonario de
Ilusiones,[5]
Capra tuvo que crear una productora entre el director y la estrella principal
para poder sufragar Un Gangster para un
Milagro: la empresa se llamó FranTon Productions (nombre compuesto de Frank
Capra Productions y Newton Productions, la compañía de Glenn Ford).
No era la
primera vez que Capra intentaba llevar de nuevo a la gran pantalla la historia
de “Annie Manzanas”. En 1956, cuando estuvo a punto de volver a la Columbia, ya
propuso recuperar la historia de Runyon, escrita por Riskin, pero el proyecto
no llegó a cuajar. Sólo cuando Capra firmó el contrato con la empresa de Glenn
Ford, y la Columbia vendió los derechos a United Artists,[6] se pudo comenzar el
rodaje.
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[1] Fue
acusado de comunista por su pasado con escritores progresistas como Dalton
Trumbo, por su viaje a la URSS o por su capítulo de la serie “Why We Fight”, The Battle of Russia.
[2] En ese
periodo también realizó para la televisión cuatro producciones educativas de
divulgación científica.
[3]
Entrevistas TCM: Frank Capra.
[4] Capra
había pensado en Dean Martin o Frank Sinatra para el papel, pero finalmente se
lo llevó Glenn Ford, o mejor dicho su productora.
[5]Una
experiencia previa con Frank Sinatra de protagonista que, aunque no fue tan
mala como con Glenn Ford, “porque Sinatra era un tipo listo, que le daba vía
libre a la gente que sabía lo que hacía”, tampoco fue del todo satisfactoria. Millonario de Ilusiones, producida por
la compañía independiente SinCap (Sinatra y Capra), fue escrita por Arnold
Schulman, que adaptó su propia obra de teatro, y tuvo bastante éxito. La cinta
originó una moda de comedias de padre-viudo-con-hijo como la muy similar El Noviazgo del padre de Eddie (The Courtship of Eddie’s Father de
Vincente Minnelli, 1963), precisamente con Glenn Ford en el papel estelar.
[6] UA fue la compañía que distribuyó Un Gangster para un Milagro