domingo, 1 de diciembre de 2024

EL AUTOREMAKE EN EL CINE. CAPÍTULO III (VI)

3.1.2. Un Gangster para un Milagro (Pocketful of Miracles de Frank Capra, 1961) 

El cambio que experimentó Hollywood y su sistema de producción desde el estreno de Dama por un día hasta su remake, fue tan radical como lo fue el sufrido por Frank Capra. La Segunda Guerra Mundial lo apartó temporalmente del cine, la ley anti-trust lo convirtió en productor independiente y la persecución macarthista lo volvió a desterrar de las pantallas.[1] Desde 1951 hasta su retirada sólo realizó dos películas: Millonario de Ilusiones (A Hole in the Head, 1959) y Un Gangster para un Milagro, ambas bastante alejadas de sus grandes cintas de los treinta y cuarenta.

Dos filmes en diez años[2]. Y no porque Capra no tuviera proyectos o ideas que llevar a cabo, sino por los continuos rechazos de las productoras que ya no se fiaban de un director proscrito. Compañías que se regían por diferentes criterios que los de antaño cuando lo que predominaba era una buena historia frente a cualquier otra consideración como, por ejemplo, la de hacerse con un reparto de altura. Capra lo explica con claridad en las entrevistas que le hizo Richard Schickel en 1973 para la televisión, luego resumidas en un reciente documental de TCM:[3]

“Con el auge de la televisión, las compañías despidieron a gente, anularon contratos, etc. A William Morris y MCA, dos agencias de talentos, se les ocurrió reunir a todos sus clientes y crear producciones independientes financiadas por los bancos. Así nace la producción independiente en Hollywood. Pero los bancos, antes de dejar dinero, querían saber quiénes actuaban en las películas. Los sueldos de los actores subieron. Si un actor gana diez veces más que un director, se cree diez veces más importante para la película, por tanto exige parte de la película y se convierte en el verdadero productor y eso hace que gente como yo no pueda hacer películas”.

La amarga conclusión de Capra se refería a la intromisión de las estrellas en la producción y dirección de los largometrajes, algo al parecer inevitable a finales de los cincuenta. Si Frank Capra quería volver a dirigir, su única posibilidad para seguir trabajando era someterse a las exigencias de una estrella, a los caprichos del único aval que permitía la financiación, y además hacerlo con un proyecto que asegurase el éxito, como por ejemplo una versión de Dama por un día. Esas fueron las razones para que Capra se decidiera a rehacer su filme de 1933 con Glenn Ford de protagonista.[4] De una forma similar a Millonario de Ilusiones,[5] Capra tuvo que crear una productora entre el director y la estrella principal para poder sufragar Un Gangster para un Milagro: la empresa se llamó FranTon Productions (nombre compuesto de Frank Capra Productions y Newton Productions, la compañía de Glenn Ford).

No era la primera vez que Capra intentaba llevar de nuevo a la gran pantalla la historia de “Annie Manzanas”. En 1956, cuando estuvo a punto de volver a la Columbia, ya propuso recuperar la historia de Runyon, escrita por Riskin, pero el proyecto no llegó a cuajar. Sólo cuando Capra firmó el contrato con la empresa de Glenn Ford, y la Columbia vendió los derechos a United Artists,[6] se pudo comenzar el rodaje.

Continuará...

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[1] Fue acusado de comunista por su pasado con escritores progresistas como Dalton Trumbo, por su viaje a la URSS o por su capítulo de la serie “Why We Fight”, The Battle of Russia.

[2] En ese periodo también realizó para la televisión cuatro producciones educativas de divulgación científica.

[3] Entrevistas TCM: Frank Capra.

[4] Capra había pensado en Dean Martin o Frank Sinatra para el papel, pero finalmente se lo llevó Glenn Ford, o mejor dicho su productora.

[5]Una experiencia previa con Frank Sinatra de protagonista que, aunque no fue tan mala como con Glenn Ford, “porque Sinatra era un tipo listo, que le daba vía libre a la gente que sabía lo que hacía”, tampoco fue del todo satisfactoria. Millonario de Ilusiones, producida por la compañía independiente SinCap (Sinatra y Capra), fue escrita por Arnold Schulman, que adaptó su propia obra de teatro, y tuvo bastante éxito. La cinta originó una moda de comedias de padre-viudo-con-hijo como la muy similar El Noviazgo del padre de Eddie (The Courtship of Eddie’s Father de Vincente Minnelli, 1963), precisamente con Glenn Ford en el papel estelar.

[6] UA fue la compañía que distribuyó Un Gangster para un Milagro




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