martes, 15 de septiembre de 2009

COLABORACIÓN: EL CINE NEGRO (Noël Simsolo)

Nuestra amiga Ariodante nos manda un interesante artículo sobre un género que nos apasiona. Una colaboración que nos atrae particularmente, no sólo por el tema sino porque analiza una obra que he leído y releído varias veces. El libro de Noël Simsolo, casi de cabecera, es muy recomendable; el artículo de Ariodante también. Os dejo con ella:



Noël Simsolo, (Perigueux, 1944) es todo un personaje en sí mismo: director, historiador y actor de cine, así como novelista. Su obra ensayística sobre cine se ha centrado en Hitchcock, Fuller, Jerry Lewis, Leone, y Clint Eastwood, principalmente. Vinculado a Cahiers du Cinéma, que le avala perfectamente, por ser un punto de referencia clásico sobre el universo fílmico.

Simsolo estudia el fenómeno del cine negro en su concreción y en su globalidad. Primero, en la introducción, intenta definir lo indefinible. Precisamente el cine negro es algo muy difícil de definir, porque es, como bien le llama Simsolo, como una nebulosa. Globalmente, analiza muy detalladamente los precedentes y las interconexiones con otros géneros, y sus posteriores ecos contemporáneos, y concretamente, le dedica una sección central al ciclo negro americano, donde analiza a los más importantes cineastas que lo desarrollan, y las relaciones de éstos con los autores literarios que escriben novela negra. Después consagra otras secciones a la estética del negro, analizando película por película, siempre interrelacionándolas con otras opciones góticas, western, etc. Estudia exhaustivamente los temas y a los personajes, el cine de gángsters, los detectives, las películas carcelarias, del mundo del boxeo, y toda una gama de películas no exactamente negras, pero que lindan y se entremezclan con ellas. A lo largo del libro la sombra de Fritz Lang planea y se alarga.

La parte final, concentra su mirada en el tema del macarthysmo, la persecución de los comunistas en el mundo del cine, las posiciones adoptadas por los cineastas al respecto, los que delataron, los que no lo hicieron, y aquellos que se exiliaron. Y acaba con la modernidad, viendo el por qué desaparece el cine negro, y dedicando un brevísimo capítulo final a Tarantino, por su inspiración en los motivos clásicos negros y su aglutinación con otros más novedosos y de posterior creación.

El autor comienza recordándonos que el concepto de film noir es un término inventado por los franceses que sirve de referencia para identificar un ciclo de películas rodadas en Hollywood entre los años 1944 y 1959. No es un género, propiamente, ni desarrolla una plataforma teórica. Es una nebulosa, como hemos citado más arriba. Y los críticos actualmente meten en el mismo saco thrillers, cine de gangsters, cine policíaco, suspense, investigación periodística, etc. cuando hablan de cine negro. De ahí el caos.

Hay, según Simsolo, autores incuestionables que han realizado grandes obras maestras del cine negro: Lang, Fuller, Orson Welles, Walsh, Siodmak, Premminger. Pero también directores de segunda fila han conseguido obras meritorias de serie B.

En cuanto a la estética fílmica, los rasgos distintivos son muy claros: sombras que ocultan parcialmente el decorado y rostros picados en perspectivas agudas, noches lluviosas y neblinosas, espacios cerrados, todo ello transmitiendo una sensación de inquietud. Y voces en off que nos relatan sus pensamientos recónditos. Y la amoralidad de los personajes, la naturaleza de antihéroes de sus protagonistas, la línea imprecisa que separa lo bueno de lo malo, a diferencia del cine policíaco o de gángsters, dondeestá muy claro quiénes son los buenos y los malos desde el principio. En el cine negro el protagonista tiene su propia moral, y a veces no coincide con lo que podría esperarse.

La palabra “negro” en un contexto literario y fílmico, aúna desesperación y mala suerte, lo funerario, lo sucio, la noche, y las cosas desagradables. En las revistas francesas de los años inmediatamente posteriores a la Guerra ya se empieza a hablar de cine negro. Y El Halcón Maltés, en la versión del gran John Huston se estrena en 1941, siendo considerada oficialmente (aunque no por Simsolo) la primera película negra, aunque ya hubo dos versiones anteriores, si bien suavizadas por la aplicación del Código Hays. Claro que estas normas de censura forzaron a los cineastas a buscar medios para eludirla, utilizando sombras y el sonido en off para los actos más salvajes o terroríficos, ganando calidad su cine, ya que todos los grandes directores aconsejan usar la elipse y nunca mostrar frontalmente personas, hechos o detalles terroríficos o muy violentos, sino sugerirlos. Consejo muy olvidado en el cine contemporáneo, por cierto.

Me parece un estudio muy francés –como no podía ser de otro modo, lógicamente- con su parte positiva y su negativa. Observo que a pesar de ser un estudio completísimo, y muy detallado, en mi opinión más que clarificar, crea una cierta confusión alrededor de lo que trata de esclarecer. Analizar un tipo de cine que es mayoritariamente norteamericano, Hollywood puro, desde la perspectiva del cine francés, que siempre ha querido acaparar las esencias del cine, implica partir de una base cuando menos, dudosa. Es inevitable que sus comparaciones y sus referencias se vuelvan siempre al país que originó el cine, pero en algunos casos parece que es un poco rizar el rizo.

El cine francés ha tenido sus grandes directores, René Clair, Jean Renoir, y a partir de ahí ha desarrollado un cine policíaco encomiable, y muy particular. Esto es obvio. Pero en mi opinión, sólo Jacques Tourneur ha hecho propiamente un muy buen cine negro, y no lo ha hecho en Francia, precisamente.

El cine negro, como la novela negra, que ha servido de base a tantos guiones cinematográficos, es un fenómeno americano, nos guste o no. Y creo que todo el esfuerzo de Simsolo –sin que por ello desmerezca su estupendo ensayo-, adolece de un cierto escoramiento, una inclinación a ligar al cine americano con el cine europeo, a recordarnos que los grandes cineastas de los años cuarenta y cincuenta provienen de Europa, exiliados por la Guerra, acogidos y alimentados por Hollywood, a pesar de que ellos en muchos casos han aportado una visión pesimista, negativa y francamente demoledora del país que les ha dado trabajo y fama. No quiero con esto restar méritos a cineastas que admiro profundamente, como Billy Wilder, Fritz Lang, Murnau, Siodmak, Otto Preminger y Jacques Tourneur y otros. Principalmente me parece que sus películas nos muestran una América que los americanos no estaban acostumbrados a ver. El extranjero percibe mejor cosas a las que se han acostumbrado los nativos, y por ello su crítica es necesaria. Pero por la manera en que Simsolo nos lo presenta, da una impresión quizá falsa, porque está teñida de un cierto antiamericanismo muy habitual en el intelectual francés a partir de los años cuarenta, que se siente dolido por la intervención de los EEUU en la guerra. Guerra que no pudieron ganar solos.

Es evidente que los cineastas europeos exiliados llevan en sus maletas todo el horror que han vivido en Europa, toda la desolación y la desesperanza, y al llegar a América han de trabajar duro para salir adelante, y también encuentran que aquello no es un paraíso, sino que justamente en esos años la sociedad se está reconvirtiendo, están tratando de asimilar el resultado de la guerra y la nueva situación mundial surgida. Y esa actitud les lleva a producir un cine de antihéroes, de perdedores, de dudosa moralidad, de inquietante doblez, de violencia y de situaciones muy conflictivas, que a su vez son digeridas y buscadas por un público que también está viviendo situaciones muy problemáticas tras la guerra, y cuyo concepto de la moralidad y de la naturaleza humana, tras Auschwitz, ha cambiado radicalmente.



(Esta reseña ha sido publicada previamente en Anika entre Libros: http://libros2.ciberanika.com/desktopdefault.aspx?pagina=/letras/S/p04713.ascx)


Ariodante.
Julio 2009

5 comentarios:

  1. Este libro lo tengo quemado ya de tanto subrayar y comentar. Es cierto que el autor intenta llevar a su terreno (europeo) el cine negro, pero es que sólo con los que nombras tú (Lang, Wilder, Preminger, Siodmak) hay un buen puñado de obras negras, y además casi las mejores. Por otro lado el cine negro consiguió un resurgir en Francia cuando estaba decayendo en USA. Así, Melville, el propio Dassin o Becker realizaron algunas de las mejores obras negras.
    De todas formas el amigo Simsolo no puede más que someterse al cine estadounidense y de hecho le dedica la mayor parte de la obra. Por cierto ¿de dónde se saca que el cine negro va desde el 44 al 59? Como tú bien dices hay pelis de una negrura ejemplar anteriores y posteriores.
    Saludos y enhorabuena por el artículo!

    ResponderEliminar
  2. Mi género preferido...tan preferido que a veces pienso que es el único que puedo visionar. Me encanta, precisamente por lo indefinible de su ambiente. Es algo más que cine, es una actitud frente a la vida, un romanticismo poco usual, una forma de vida con música de jazz de fondo. está reservado a esa gente que disfruta con el reflejo de un neón estropeado en el cristal de un bar a punto de cerrar o en ese solitario que se queda embobado mirando el haz de luz de una farola en la niebla. Hay pocas cosas que aprecie más que llegar del trabajo y, pasada la medianoche, disfrutar de una película de luces, sombras y una gran variedad de grises. Por ejemplo, el otro día volví a ver "Laura", de Preminger. Poca veces he dormido mejor, después de disfrutar semejante joya. El libro no lo he leído pero me lo apunto.

    ResponderEliminar
  3. Vaya, ayer puse un comentario pero por lo visto toqué la tecla equivocada y no ha salido...¡Mira que da rabia!
    Lo que comentaba es el tema de la acotación de fechas. Del 44 al 59 quiere decir: del fin de la guerra al comienzo de la década prodigiosa, o sea, los sesenta.Respeceto a ello me gustaría aclarar: esos años 44-59 serían los del cine negro clásico, puro, purísimo. Luego ha habido cine negro pero ya lastrado por la época: todo el cine de los años sesenta tiene un estigma y pocas pelis se han salvado, pasando por encima de su época y universalizándose. Y los setenta, otros que tal. Creo que sólo últimamente se están haciendo algunos films que podrían considerarse como negros, (pensemos en, por ejemplo, L.A. Confidential) aunque como es natural, aquellos años fueron especiales, tuvieron un glamour, un carisma, un no se qué que nos impactaba mucho más que otros posteriores. Al menos, yo lo veo así.

    ResponderEliminar
  4. Bueno más que cine negro posterior al 59 casi habría que hablar de anterior al 44. Pensemos, siendo puristas como el autor y centrándonos sólo en USA, en "El Halcón Maltés" ya citado y "El Último Refugio", ambas con Bogart de protagonista, "Solo se vive una vez" de Lang, "La Llave de Cristal" de Heisler, etc. Hay unas cuantas. Yo creo que incluiría al menos toda la década de los 40 (incluso la segunda mitad de los 30, distinguiendo las pelis de gangsters de las negras).
    Saludos!

    ResponderEliminar
  5. Tampoco entiendo demasiado bien esa acotación cronológica. No he leído el libro (la reseña que has transcrito es buenisima, eso sí) pero sin mayor instrucción que mi propio criterio, no creo que exista un inicio, un año referente a partir del cual poder decir que el cine negro nace como género.

    Teniendo en cuenta -como bien dices- la difusa distinción entre cine de gansters y cine negro, creo que algunos de los títulos de los años 30 que protagonizó, por ejemplo Cagney, podrían perfectamente ser un germen de lo que estamos hablando.

    De todas formas, para asegurarnos, creo que deberíamos de acudir a la fuente del género, que no es otra (máxime cuando estamos hablando del género cinematográfico más literario de todos los que puedan existir) que a la novela negra. Y ya es en la década de los 30', fianles, cuando encontramos títulos y autores representativos que serán los que, casi inmediatamente, sean llevados a la pantalla.

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...