Hace poco más de
dos años anunciaba en este espacio la publicación de mi primera novela, Puentes
y Sombras, con tres entradas acerca del proceso de gestación de una novela negra. Decía, entonces, que si bien el cine era mi afición, mi pasión, la lectura
y la escritura siempre habían estado presentes en mi vida. Explicaba cómo me
decidí por crear una historia de ficción, los problemas que tuve a la hora de
escribirla y lo que me costó finalmente encontrar una editorial que estuviera
interesada en publicarla.
También contaba
cómo la trama ideada inicialmente cobró vida, cómo algunos de los personajes
tomaron la iniciativa para erigirse en principales cuando lo previsto es que
fueran protagonistas de subtramas de menor importancia. Me refería
concretamente a dos de ellos: a la subinspectora de policía, Casandra “Sam”
Torres y a su jefe, el inspector Hidalgo. La “rebelión” de estos dos
personajes, en especial del primero, transformó el libro de tal forma que Puentes
y Sombras, que en teoría sólo abordaba un caso donde un asesino en
serie trae en jaque a la ciudad entera, y en especial a un periódico donde
trabaja la protagonista de la historia (Merche), pronto evolucionó hacia un thriller donde Sam desplazó a Merche y a
cualquier otro personaje para ser la verdadera conductora de toda la trama.
Este cambio no
previsto provocó que la vida de Sam, la historia de su familia, la de su padre
policía fallecido veinte años atrás en Bilbao, se convirtiese en una de las
tramas importantes de la novela. Incapaz de explicar y resolver en Puentes
y Sombras todo lo que venía antes —y detrás— de la muerte del inspector
Eduardo Torres (el padre de Sam) decidí dejar abierta esa parte de la historia
y resolverla en una continuación, es decir, ya estaba pensando en lo que luego
fue Cenizas
para un blues.
Y aquí estamos,
con la segunda novela ya finalizada, a punto de salir a la venta con una nueva
editorial, Ediciones en Huida, para llevar a cabo este proyecto que se construye a partir de Puentes y Sombras, pero que se puede
leer de forma independiente, aunque sea recomendable abordar el díptico en su
orden de aparición.
Cenizas para un blues es, por tanto, una novela de género, mucho más negra que la primera de la serie, donde Sam, Hidalgo y Merche se enfrentan a un nuevo caso criminal, pero también al pasado, a los hechos que desembocaron en la muerte del padre de la subinspectora.
En sucesivas
entradas publicaremos un extracto del primer capítulo de Cenizas para un blues,
procurando no desvelar la trama anterior —pensamos en el que aún no ha leído Puentes
y Sombras—, ni tampoco descubrir nada que pueda perjudicar la lectura
del nuevo libro; y anunciaremos la presentación de la novela
y su salida al mercado, prevista para el 4 de marzo de 2014.
Leer las primeras páginas de "Cenizas para un blues"
Mi enhorabuena, Ethan. Seguiremos atentos para leer el primer capítulo de "Cenizas para un blues" (¡qué título tan estupendo!) Abrazos amigo.
ResponderEliminarGracias, Marcos, en unos días cuelgo un extracto del primer capítulo. El título en esta ocasión no fue el primero que se me ocurrió, pero creo que ha quedado bien de acuerdo a la trama.
EliminarUn abrazo.
Enhorabuena! buen título, buen nombre el de la editorial y seguro que buen contenido!
ResponderEliminarGracias Jordi, la editorial tiene un nombre y un logotipo muy originales.
Eliminar¡Saludos!
Espero leer pronto ese estracto del primer capítulo, y desde ya te doy la enhorabuena por esta segunda e inminente novela, cuyo título -creo habértelo escrito ya- me parece magnífico. Entre sombras y cenizas no podía sino ser puro género negro. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Juan, y pienso que sí, que la novela está en la línea del género negro clásico, más que la primera.
EliminarUn abrazo.