Sin abandonar la Sección
Oficial, aquí en el XXII Festival de Cine Europeo de Sevilla, asistimos a la
proyección de Late Shift (traducido literalmente como “Turno de
Noche”) de la directora Petra Biondina Volpe, una película suiza que es la
elegida por este país para competir en los Óscar a la mejor producción
extranjera.
La cinta transcurre
durante el turno de noche en un hospital suizo desde el punto de vista de una
enfermera, Floria (Leonie Benesch), en un día en el que han faltado sanitarias
y sólo hay dos para asistir a toda una planta. El trabajo de Floria es el
centro de atención. A pesar de los inconvenientes y el estrés, la protagonista
pone siempre su mejor cara y atiende con delicadeza a los pacientes, hasta que se
produce un error…
El filme desde el aspecto técnico es un tour de force cuando la mayoría de las tomas son planos secuencia que acompañan a Floria en su rápido caminar por los pasillos del hospital, entrando y saliendo de las habitaciones como si se tratase de un vodevil, que no lo es, en absoluto, cuando no hay ni una pizca de humor en el largometraje. No hay tiempo para eso ni para nada que no sea la continua atención a los pacientes.
Y los hay de todos los
colores: los que se quejan de todo, amargados por el grave diagnóstico de su
enfermedad —la mayoría con cáncer—; los que prácticamente están agonizando; los
que se creen que están en un hotel cuando son pacientes privados que gastan un
buen dinero para ser atendidos; pero también los hay que llevan bien su
situación, a veces terminal, con resignación y buenos modos.
Y por todos ellos tiene
que pasar Floria en lo que parece una carrera contrarreloj para poder atender a
los pacientes a tiempo, con efectividad y ternura. El espectador que sigue a
Floria se contagia del ritmo de la película y sólo descansa en una excelente
secuencia cuando Floria también lo hace mientras intenta calmar a una enferma
cantando una canción.
El mérito del filme es
de la directora —el final es maravilloso—, que critica la falta de personal y
los recortes en sanidad; pero también tiene mucho que ver en el excelente
resultado el trabajo de la actriz protagonista, que, increíblemente, no es una
enfermera, aunque lo parezca dada la soltura con la que se maneja entre
medicamentos, reanimación, medición de constantes vitales, vías intravenosas,
goteros y demás actividades.
Leonie Benesch (la vimos
hace un par de años en el festival cuando también llevó todo el peso de la
película en Sala de
profesores) es la que interpreta a Floria. Creemos
que estará seguramente en la mente del jurado como una de las aspirantes a
llevarse el premio a mejor actriz del certamen. Al parecer, la actriz tuvo que
hacer unas prácticas en un hospital suizo para observar a las enfermeras del
servicio de cirugía abdominal y ensayar los gestos técnicos (¡a toda
velocidad!) con el fin de parecer una enfermera profesional. Lo consiguió.



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