Cumplido ya la
mitad del recorrido del festival de cine europeo que se celebra en Sevilla, ayer
fuimos testigos de dos proyecciones muy diferentes, eslovena una, italiana la
otra; de la sección EFA, la primera, de la oficial, la segunda:
Class
Enemy es una cinta que denuncia algo más que el sistema educativo
esloveno, es una película que narra como un grupo de estudiantes se rebela
contra un profesor sustituto que nada más llegar se muestra inflexible con su método
de enseñanza. El mote de “nazi” que pronto le cuelgan, y un trágico suceso del
que le culpan, provocarán que la revuelta degenere en un motín que pone al
instituto al borde del desastre.
La trama del
largometraje de Rok Bicek recuerda -y le da la vuelta- al argumento de La
Ola (Die Welle de Dennis Gansel,
2008). Mientras la película alemana parte de un profesor que pone en marcha un experimento sociológico que se va de madre, y es más simbólica que otra
cosa, Class Enemy arranca desde unos alumnos enrabietados contra su maestro
que, aunque también evoluciona mal, se presenta ante el público mucho más realista.
Para lograr ese
efecto, Bicek, el joven realizador esloveno, gestiona la puesta en escena con
brillantez al tiempo que rueda con una cámara nerviosa el buen trabajo
realizado por todos sus actores —quizás éste sea su mejor activo, teniendo en
cuenta que ninguno de los que tienen el rol de estudiantes son profesionales de
la actuación—. Consigue presentar a unos alumnos que resultan tan intolerantes
como el sistema que denuncian, aunque haya diferencia entre ellos: por un lado
se encuentran los líderes que se embarcan en esa huida hacia adelante para desahogarse,
para no enfrentarse a sus propios problemas; y por el otro, los que se mueven
por inercia, sin personalidad, y se limitan a obedecer las órdenes de los primeros.
Sólo unos pocos reflexivos o interesados, no participarán en el motín, pero tampoco
se pondrán del lado del profesor.
Al parecer la
historia se basa en la propia experiencia del director en su etapa del instituto,
de ahí el realismo de la trama y lo preocupante de la historia. Sólo decir que gustará especialmente a los que se hayan dedicado, o se dediquen, a la enseñanza.
Ver Ficha de Class Enemy.
La siguiente
cinta, la italiana Hungry Hearts, es una apuesta singular por el cine de terror
aunque no llega a cuajar del todo.
La película se presenta desde las primeras imágenes como una divertida comedia romántica cuando Jude (Adam Driver) y Mina
(Alba Rohrwacher) se conocen por casualidad en un restaurante chino de la Gran
Manzana. De hecho, la primera escena con los dos encerrados en el cuarto de baño,
es de verdad muy graciosa. Continúa la cinta como una de tantas historias de
amor que se desarrolla entre una pareja joven, en este caso un estadounidense y
una italiana, con Nueva York como telón de fondo. Sólo cuando Mina se queda
embarazada, y los dos deciden casarse y tener el hijo, las cosas empiezan a
cambiar.
La evolución es
tan brusca que pasamos de un largometraje basado en el humor a un drama teñido
de thriller psicológico que por momentos va transformándose en una película de
terror. Tanto es así que el director comienza a usar elementos clásicos para
crear la atmósfera típica del género (música, cambio de color, distorsión en la imagen con
grandes angulares), es decir, no quiere que el público se equivoque: lo del
principio fue un engaño, en realidad hay que pasar miedo; y vaya si se pasa.
Lo mejor de la
cinta es sin duda el trabajo de Adam Driver y Alba Rohrwacher. Los dos actores
nos muestran el amplio espectro de registros que dominan, desde la comedia hasta la tragedia pasando por el drama; tiene oportunidad de
hacerlo gracias a esa trama tan cambiante y, es de suponer, a la dirección de Saverio
Costanzo detrás de la cámara. No nos extrañaría
que se llevaran algún premio por tan excelsas interpretaciones.
La pega de la
película está en su conclusión. Un final que no vamos a desvelar, pero que no nos
parece apropiado, más bien lo estimamos poco justificado teniendo en cuenta
todo lo que hemos visto anteriormente. A pesar de ello, no hay duda de que la
cinta tiene su interés y gustará a los amantes del género; y a alguno, como
dice la organización del festival, le recordará a la película de Roman Polanski,
La
Semilla del Diablo.
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