Sin
abandonar la sección EFA, en el día de ayer asistimos a la proyección de una
cinta que también compite en el apartado de los filmes europeos cofinanciados
con el fondo EURIMAGES, aquí en el festival de cine de Sevilla. Una película que prometía por la originalidad de la
propuesta, pero que, en esta ocasión, se quedó sólo en una buena idea, a
nuestro entender mal desarrollada.
Ari Folman, el director judío de la estupenda Vals con Bashir (2008), vuelve al cine de animación con la adaptación de “The Futurological Congress”, novela del escritor polaco Stanislaw Lem (el autor de “Solaris”, entre muchos otros libros). Sí en Vals con Bashir, el realizador se apoyaba en los dibujos para narrar un excelente y muy premiado documental sobre el conflicto arabe-israelí, aquí parece que hace todo lo contrario: parte de una trama bastante interesante para no-narrar un absurdo desfile de imágenes animadas.
Y eso
que la película arranca también como un documental: La actriz Robin Wright, que
se interpreta a sí misma —¿la recuerdan como Buttercup en La Princesa Prometida (The Princess Bride de Rob Reiner, 1987)?
Si no es así, no se preocupen, ya se encargan en la cinta de que hagan memoria—,
pasa por un momento delicado en su carrera tras varios títulos para olvidar,
con 44 años, con una hija adolescente rebelde y un niño a punto de quedarse
sordo y ciego. Entre su agente (Harvey Keitel) y el productor de la Miramount
Pictures —la Paramount, claro— le proponen un contrato a perpetuidad: se someterá
a una sesión de escaneado para diseñar una actriz por ordenador, idéntica a
ella, que haga las películas que la compañía quiera para la eternidad. La
actriz acepta y su vida cambia totalmente… Su vida y la película, por
desgracia.
Una pena
porque el comienzo es prometedor, dada la ácida crítica a la estructura de
Hollywood en un guión que parecía especular y muy interesante. De hecho, las
mejores secuencias se deben a este arranque con un buen registro dramático de
Robin Wright y un siempre acertado Keitel. Pero desde la firma del contrato y
tras la sesión de escaneado, lo que viene a continuación (las dos terceras
partes de la cinta) es una sinfonía animada, onírica, delirante y sin sentido. El
filme pasa al género animado de ciencia-ficción con una especie de mundo al
estilo de Matrix (The Matrix de
Andy y Lana Wachowski, 1999), donde todo es ilusión, donde las personas se
drogan para vivir una vida que no es suya. Si bien todo vale en este género,
hay que tener algo de cuidado con la trama: a diferencia de Matrix,
aquí no se explica cómo sobrevive la gente, qué come o a qué se dedica, tal es
la paranoia del largometraje.
Ari
Folman toma nota del pasado “animado” de la protagonista de Beowulf
(Robert Zemeckis, 2007) y le da la vuelta para hacer deambular a Robin Wright por
un entorno que discurre entre el de Yellow Submarine (George Dunning,
1968) y los cartoons de Tex Avery. Convertida
en una caricatura de ella misma —nunca mejor dicho—, la nueva heroína decadente,
la Buttercup madura caída en
desgracia, ya sólo se dedica a la búsqueda de su hijo; algo que termina de
rematar la cinta hasta volver la trama no sólo absurda sino también aburrida.
Ver Ficha de The Congress.
Ethan,
ResponderEliminarNo la he visto. Por lo que nos dices es un film irregular que parte con una muy buena base. Amén de basarse en la vida de esa princesa prometida que nunca olvidaremos. Con un guión de un escritor potente.
Una pena su resultado. Ahora, me ha picado el gusanillo e intentaré verla.
Buena entrada amigo. Un abrazo, Anna
Ojo, que hay gente que le ha gustado. Si eres aficionada al cine de animación puede que te interese más. Yo la veo floja.
EliminarUn abrazo.
Había leído otra reseña de un blogger vecino que es parecida a la tuya...buen inicio o arranque, pero que la película se pierde...mmm.. no sé. Igual cae algún día (aunque tengo tantas a la cola esperando).
ResponderEliminarUn saludo.
Pues es eso: arranca bien, muy interesante, con buenas interpretaciones y luego todo eso para caer en... ¿en qué?
EliminarUn saludo.
Bueno, iba a hacer una entrada en el blog con el comentario de la película, pero repetiría lo que tú acabas de expresar muy bien en la tuya. Así que mejor me callo y te aplaudo. Sólo comentar que hubo un momento en el que estuve a punto de salirme de la sala (además al llegar tarde me tocó muy esquinado y mi butaca hacía ruido al moverse) e intenté dormirme sin resultado. ¡Qué fiasco!
ResponderEliminarjajaja ni siquiera uno puede dormirse tranquilo...
EliminarUn saludo!
Pues que pena porque "Vals con Bashir" animaba sin ninguna duda a seguir la filmografía de este director (hay una muy parecida en estética, "A scanner darkly" de Richard Linklater, que no está nada mal). Pero, chico, si sale Robin Wright... por mucho menos me he tragado yo dos horas de película.
ResponderEliminarSaludos.
No he visto la de Linklater (sólo su trilogía), pero la verdad es que la cinta de Folman atrae a los espectadores a la sala por la propuesta y los actores, pero al final la mayoría salen defraudados, esa es mi impresión.
EliminarEntiendo tu punto de vista aunque no lo comparto. Creo que si entras en la sala esperando encontrar animación y te dejas llevar por el ritmo y las emociones que transmite la película no solo saldrás con un muy buen sabor de boca sino que también sentirás que el tiempo se te ha pasado volando. Es mi experiencia personal, a pesar de haberme sentido perdida en algunos momentos no me parece que decaiga ni que defraude. Puedo decir que salí de la sala conmovida y a la vez inquieta, con una sensación de claustrofobia que solo una buena dirección puede conseguir. Le doy una buena nota salvo en esos momentos en que sí que puede parecer que se pierde, aun así me quedo con el conjunto.
ResponderEliminarBuen blog, un saludo.
Creo que es una película, como he dicho, minoritaria que puede gustar a gente muy interesada por la animación, como creo es tu caso, quizás más ideal para un corto de animación, no sé. A mí no me convenció, pero entiendo que haya gente que le guste.
EliminarMuchas gracias por tu opinión.
Saludos!
Vi esta pelicula hace un año en el festival de sitges, también pensé que empezaba bien y luego me perdí y la empecé encontrar larga y un poquito pesada, aunque no perdí las expectativas porque me gustan mucho los proyectos del director. Pero también recuerdo que al final ya entendí mejor el sentido de todos esos mundos que parecían abstractos, y me fui sabiendo que mucha gente hacia rato que había perdido el interés y no se habían dado cuenta de muchos detalles de ésas metáforas tan interesantes. Pero por lo que realmente escribo mi opinión, es porque mi visión de la peli después de un año es aún mejor... Desde que la vi me viene a menuda a la cabeza, pasan cosas que me remiten directamente a esa pelicula, y ahora entiendo mucho mejor las metáforas, y son fantasticas. es una pelicula que no tiene el fin de entretener, es más bien una obra artística, algo parecido también pasaba con Vals con Bashir, son peliculas con un mensaje muy profundo y esto cuesta, incluso experimentan con los ritmos y pautas de las peliculas. tienes que estar dispuesto a observarla y reflexionar para que te pueda gustar. os la recomiendo mucho, pero no para que la veais de noche y cansados, sino como quien pasa una tarde cultural en un museo.
ResponderEliminarMe parece muy acertado tu comentario final, parecido a lo que yo decía en la conclusión de mi crítica: es una cinta para proyectar en los museos de arte moderno...
EliminarMuchas gracias por participar en el debate.
Saludos.