Con todo el pescado vendido en el festival de Cine Europeo de
Sevilla
(mañana colgaremos el palmarés), en la jornada de cierre del certamen quisimos asistir a una película
de la recién creada sección Las Nuevas
Olas. Pretendíamos llevarnos a casa la imagen de algo hecho por la última
generación de cineastas. La experiencia fue positiva.
El segundo largometraje de Tobias Lindholm (su primera obra en solitario) sigue la estela de la película de género carcelario, R, su ópera prima, para narrar una historia que podría ser real, la del secuestro de un buque mercante en el océano Índico. Una trama de actualidad, basada en las actividades de la moderna piratería que la mayoría de los países occidentales ya han sufrido en sus carnes.
A Hijacking es un thriller, pero narrado a golpe de
documental: con cámara inquieta, sentidos primeros planos y montaje dinámico. Lindholm sabe de esto de inquietar al público,
de filmar la tensión, ya lo hemos podido comprobar en este mismo festival
cuando vimos en los créditos de The Hunt su participación junto a Thomas Vinterberg en la escritura del guión (no era la
primera vez, ya colaboró con él en Submarino).
Porque A Hijacking es una cinta de contrastes. El director danés se centra en la negociación y rueda tranquilo, en espacios amplios e iluminados cuando la acción se desarrolla en los despachos de la compañía naviera; pero se vuelve nervioso, oscuro y violento, cuando se traslada al buque secuestrado. Los actores que llevan el peso de la cinta siguen el mismo criterio: Soren Malling es Peter, el director de la empresa, un ejecutivo frío y calculador, que lleva la operación como si estuviera tratando con un cliente; Johan Philip Asbaek es Mikkel, el cocinero de abordo (un actor a seguir, que ya trabajó con Lindholm en la citada R), todo corazón y muy afectado por la situación.
Sorpresa agradable, por tanto, la de esta película danesa. Un
cine, el escandinavo, que siempre se encuentra varios pasos por delante del
nuestro. Industria poderosa ésta, con uno de los legados más importantes del
cine mundial: los Bergman, Dreyer y compañía son un ejemplo de lujo a seguir para
gente con talento como Tobias Lindholm.
Ver Ficha de A Hijacking.
Otro danés a apuntar: ¡vaya cosecha la de esta mañana! Suscribo tu último párrafo por completo, incluyendo en ese "y compañía" a Lars Von Trier, el más grande junto a esos dos nombres que pones, a Gabriel Axel, del que no sé si he oído que se va a reestrenar "El festín de Babette" en su 25 aniversario, o a Nicolas Winding Refn, el director de la reciente y estupenda "Drive".
ResponderEliminarCuidado con el ojo danés.
Saludos.
Algo de eso he oído yo también, lo de Babette me refiero, qué gran película y qué cena!!
EliminarSaludos.
Interesante. Pendiente de tu próxima entrada.
ResponderEliminarGracias y besos.
La cuelgo en breve: sorpresas en los premios
EliminarBesos
Descubrí al director leyendo sobre R pero todavía no la he podido ver, se ve muy bien, esta nueva que traes también, de Dinarmarca, Suecia, Noruega hay algunas joyitas, Dreyer y Bergman son dos gigantes. Saludos.
ResponderEliminarUn cine que siempre está en la brecha, deberíamos aprender de ellos.
EliminarSaludos.