3.2. "El gabinete
del doctor Caligari". - En 1919, cuando el movimiento
expresionista se halla en su fase expansiva de divulgación casi
institucional, aparece la primera
película que se considera expresionista pura. Dirigida por Robert Wiene,
Caligari trata de los crímenes que comete un sonámbulo de nombre
Cesare (Conradt Veidt), que se encuentra sometido a la voluntad del siniestro
doctor Caligari (Werner Krauss). Todo ello
relatado por un personaje que resulta ser paciente de un manicomio, lo
que da a la trama la ambigüedad necesaria para que parezca fruto de su
imaginación. El guión original (de Carl Mayer y Hans Janowicz) omitía este
último punto para que el resultado final fuese una metáfora de cómo el Estado
(representado por el doctor Caligari) había utilizado al pueblo alemán (Cesare)
en la 1ªGuerra Mundial.
La fuerza expresiva de la película se encuentra en todos los elementos, como antes se ha indicado, pero sobre todo en los decorados (obra de H. Warm, W. Röhrig y W. Reimann). Ellos son los responsables de una fuerte estilización escenográfica de raíz expresionista. Un ejemplo: La famosa secuencia del ataque sufrido por Jane a cargo de Cesare, y la posterior huida por los tejados. En la aproximación del asesino hacia la casa de la víctima, se presenta el decorado integrado totalmente con el personaje. De hecho, Cesare está literalmente "pegado" a las paredes mientras camina, paredes que presentan inclinaciones y ángulos imposibles. De la misma forma, cuando Cesare huye portando a su víctima por las azoteas de la ciudad, el director nos muestra unas chimeneas oblicuas, unas ventanas torcidas y unos tejados con falsa perspectiva, que continúan generando esa atmósfera inquietante.
Los personajes integrados en el decorado |
La fuerza expresiva de la película se encuentra en todos los elementos, como antes se ha indicado, pero sobre todo en los decorados (obra de H. Warm, W. Röhrig y W. Reimann). Ellos son los responsables de una fuerte estilización escenográfica de raíz expresionista. Un ejemplo: La famosa secuencia del ataque sufrido por Jane a cargo de Cesare, y la posterior huida por los tejados. En la aproximación del asesino hacia la casa de la víctima, se presenta el decorado integrado totalmente con el personaje. De hecho, Cesare está literalmente "pegado" a las paredes mientras camina, paredes que presentan inclinaciones y ángulos imposibles. De la misma forma, cuando Cesare huye portando a su víctima por las azoteas de la ciudad, el director nos muestra unas chimeneas oblicuas, unas ventanas torcidas y unos tejados con falsa perspectiva, que continúan generando esa atmósfera inquietante.
Cesare huyendo por los tejados |
Pero los demás elementos juegan también su papel a la perfección: la luminosidad espectral, presente en varias escenas, como la del asesinato de Alan a cargo de Cesare, donde la sombra de este último es la que realmente se apodera de la víctima; la inmovilidad del encuadre, como en los planos de la feria, donde las norias en movimiento, una a cada lado, no sólo enmarcan perfectamente a Caligari, sino que su movimiento centrípeto parece que lo "sujetan" en el centro de la imagen, de esta forma se aísla del resto potenciando su fuerza expresiva; la actuación de los personajes, Cesare siempre carente de personalidad, con la mirada perdida, Caligari con frecuentes sacudidas nerviosas, mientras los demás personajes parecen no tener vida propia, como Jane y el propio narrador; y la naturaleza, aquí sustituida por decorados pintados en tela que recrean un paisaje retorcido, con arboles sin hojas, caminos tortuosos que se incorporan a la angustia de Cesare, tambaleándose con su víctima en los brazos.
Las palabras "atacando" a Caligari |
Vemos, por tanto, que la "estética totalitaria", tal como la enuncia Sánchez-Biosca, funciona hasta sus últimas consecuencias, "todo signo contribuye a edificar el sentido del film"[1]. Incluida la palabra. En este caso, palabra escrita que se une a la metáfora. Nos referimos al plano en el cual Caligari se ve literalmente encerrado por las visiones de frases de distinto tamaño, que le obligan contra su voluntad a convertirse en el doctor siniestro.
Caligari causó un gran impacto sobre público y crítica. Debido a la calidad de
la película, se levantó el bloqueo que existía en Francia con respecto al cine
alemán. A partir de su exhibición se comenzó a hablar de
"Caligarismo" como un estilo concreto. Otras obras pertenecientes a
este estilo son: Genuine (1920) y Raskolnikoff (1923) ambas de Wiene, Desde
el alba a medianoche (Von Morgens
bis Mitternacht, 1920) de Karl Heinz Martin y El hombre de las figuras de cera
(Das Wachsfigurenkabinett, 1924) de Paul Leni.
[1]Sánchez-Biosca,
Vicente. Del otro lado: la metáfora. (Madrid: Col.Eutopías. 1985) pg. 71.
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Es para matarme, ethan, pero no he visto esta peli puramente expresionista, de las más famosas. La tengo aquí reservada y espero poder meterme pronto con ella. Gran resumen de este movimiento, centrándose esta vez en esta peli: uno de sus emblemas, por lo que dicen, claro, que yo no la vi…
ResponderEliminarEstupenda entrada.
Es la gran película expresionista, la que reúne todas las características del movimiento.
EliminarSaludos.
Hola Ethan! Me resultan sumamente atrayentes este tipo de películas de atmósfera siniestra y oscura; su estética, sus decorados, su modernidad ante todo es lo que más me impacta. De toda la hornada de buenas películas que nos dejó el expresionismo alemán, ésta ,que muy bien describes, es la más impresionante, para mi gusto. También me gustaría ver "Las manos de Orlac", que aunque posterior a las que mencionas, debe ser digna de ver ya que trata el tema de los trasplantes,en una época aún muy lejana a todos estos avances de la medicina. Un beso.
ResponderEliminarTodavía hoy en día sorprende por su puesta en escena y su modernidad. Toda una joya para disfrutar. Las manos de Orlac, supongo que te refieres a la de Wiene, también con Conrad Veidt, no la he visto, pero sí el remake de Karl Freund, el director expresionista, creador de la atmósfera singular del ciclo de terror de la Unversal y es una buena película.
EliminarUn beso.
Tengo muchas ganas de verla, Ethan. Solo con las dos imagenes que has incluido y con tus palabras ya tengo una idea de que esta película es necesaria para cualquier amante del cine y de este estilo en concreto. Gracias por acercarnos a ella. Abrazos.
ResponderEliminarEs de las pocas a las que se les puede otorgar el calificativo de imprescindible para cualquier cinéfilo.
EliminarUn abrazo.
La tengo en casa pero no la he visto a pesar de que le tengo ganas desde hace tiempo. Espero poder hacerle un hueco pronto.
ResponderEliminarSaludos.
Ya estas tardando jajaja. Creo que te va a impresionar.
EliminarSaludos.
Ay, Ethan. A ti. Como a mí nos gusta ver estas joyas una y otra vez. No nos cansamos. Siempre hay una vuelta de tuerca. Un plano, un detalle, un contraluz. Algo de magia impertérrita. Qué lástima no obliguen por decreto a la educación secundaria su visionado una vez a la semana. En fin, siempre nos quedarán nuestros viejos DVD,s. Gran cobertura del festival. Un abrazo
ResponderEliminarQué razón tienes. Hay ciertas películas que deberían ser obligatorias, igual que sucede con la literatura en el bachillerato. Para mí es lo mismo. Un abrazo.
EliminarEn el escritorio la tengo, esperando un rato en el que pueda disfrutar de ella sin presiones..quizá este finde, me has animado aún más. Curiosa interpretación la de tu primer párrafo..y sugestiva ;)
ResponderEliminarUn abrazo :)
Me gustaría saber qué opinas de Caligari, ya nos dirás qué te ha parecido.
EliminarUn abrazo.
Qué fantástico ensayo estás confeccionando, Ethan. Te felicito.
ResponderEliminarYo voy tomando buena nota de todo.
Un saludo
Gracias, amigo Kike.
EliminarUn saludo.
Me encanta esta película, a resaltar la estética como bien dices.
ResponderEliminarLa verdad que es un placer leerte...
Besos
Es para verla varias veces ¿verdad? Esa "estética totalitaria" es única en esta película, todos los elementos en conjunción para servir a la película en el mismo sentido.
EliminarBesos.