Interesante la jornada de ayer en el festival de cine de
Sevilla, con dos películas escandinavas a competición en la sección Oficial que
nos confiesan que la sociedad nórdica no es tan modélica como parece. La
primera, Call Girl, del sueco Mikael Marcimain, denuncia un caso real de
prostitución a gran escala ocurrido en los setenta. Acompañada de una banda sonora que nos trae muchos recuerdos, la cinta está muy bien ambientada e
interpretada (con especial mención a Pernilla August que ya estuvo
aquí el año pasado, pero en calidad de directora de la atractiva Beyond),
pero se hace excesivamente larga para contar algo que nos suena mucho: la corrupción
política, la vista gorda de las autoridades y el terrorismo de estado cuyos dirigentes
no dudan en eliminar a su propia gente con tal de no verse salpicados. Lo mejor
de la cinta es la dualidad en el punto de vista, el de una menor que se ve envuelta
en el negocio de la carne y el del policía que investiga el caso; y el encuentro
de ambos con un final desesperanzador.
Pero el largometraje más esperado del día de ayer era el
último trabajo de Thomas Vinterberg. El realizador fundador de Dogma 95, junto
a Lars Von Trier y otros, esta vez no se sujeta a las normas de dicho
movimiento, pero utiliza alguna de sus herramientas para dirigir una estupenda
película que saca a la luz las miserias de la “civilizada” sociedad que viene
del norte. El director danés no se anda con remilgos a la hora de mostrar la
violencia que se desata en un pueblo pequeño, cuya principal afición es la caza
del venado. Allí, Lucas, uno de sus vecinos (interpretado por Mads Mikkelsen, ojo con él que se puede llevar el premio
al mejor actor), es acusado injustamente de pedofilia.
El tema de los abusos sexuales a menores no es ajeno a la filmografía de Vinterberg, ya lo trató en su excelente Celebración
(Festen, 1998) (¿la mejor película Dogma?),
pero mientras allí los abusos eran reales y descomponían una familia, aquí las
sospechas de tales actividades destrozan otra, la del falso culpable. Son las mentiras de una angelical niña —de aspecto parecido al de la diabólica Rhoda de La
Mala Semilla (The Bad Seed de
Mervyn LeRoy, 1956), más inocente que ella, pero igualmente dañina— las que provocan que Lucas sea hostigado por toda la
comunidad en lo que se asemeja a una caza sin cuartel.
Lo de la mentira infame tampoco es nuevo —nos acordamos, por ejemplo, de las dos excelentes películas de William Wyler, Esos Tres (These Three, 1936) y su remake La Calumnia (The Children Hour’s, 1961)—, pero sí la forma de enfrentarse a ello: en la música, Vinterberg usa la banda sonora no diegética, pero no abusa de ella; en la fotografía, recoge del Dogma algunas secuencias con luz real (las de las velas en el interior de la casa de campo), y no se limita a un objetivo convencional y a una fotografía cuidada, sino que lo mezcla con la violencia de una cámara en movimiento y una película de amplio grano, todo para contar esa paradoja que es la vida aparentemente pacífica de unas personas que esconden un interior violento y que esperan el fallo de alguno de sus miembros para acabar con él.
Quizás lo más destacado de la cinta lo reserve
Vinterberg para el final, una conclusión que tiene todos los ingredientes para
permanecer en la memoria y ser recordada como una de las mejores que se hayan
visto en una película. Un final con doble simbología: la del cazador cazado; la
que compara al inofensivo animal víctima de un deporte que no conoce la piedad,
con el hombre inocente víctima de la ira de otros hombres; o la que nos anuncia
que de las calumnias, aunque se haya demostrado que lo eran, siempre queda algún
rescoldo que nunca se apaga.
Ver Ficha de The Hunt.
Ambas películas las espero de hace tiempo, aunque me ha sorprendido un poco saber que no son tan originales los entre-telones de la política sueca, la corrupción es afín a toda nuestra humanidad claro, pero la prostitución siempre me ha parecido un tema muy rico y potente, por eso la espero con ansias. Que bien se disfruta en el festival, muy buenas propuestas, cesar debe morir la veo el fin de semana. Un saludo.
ResponderEliminarEspero que te guste la película de loas Taviani, yo apuesto por ella para el premio del público, ya veremos...
EliminarSigo tu información. Y de público, ¿está igual que otros años?
ResponderEliminarComo siempre, Isabel: lleno absoluto en casi todas las proyecciones.
EliminarMe dejas con las ganas de encontrarlas... ahora a ver si un día cualquiera con suerte me las topo.
ResponderEliminarabrazos
Algunas será difícil encontrarlas en las salas. Las de los directores más famosos y las que hayan conseguido más premios serán las que se distribuyan, algo bastante injusto.
EliminarUn abrazo.
Con Vinterberg tengo mis dudas. No acabo yo de cogerle el truquillo. Dear Wendy me pareció intragable y Submarino un tanto excesiva. Veremos…
ResponderEliminarEs un directo algo irregular, eso es verdad, pero aquí vuelve por el buen camino jajaja, el de "Celebración".
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ResponderEliminarMe he quedado con las ganas de ver "Call Girl", no pude ir finalmente. "The Hunt" está bien, aunque no termina de entusiasmarme. Veremos como transcurre este último día de festival.
Un saludo
"The Hunt" me sigue pareciendo la mejor de la sección Oficial (de las que he visto, claro), la película más redonda. "Call Girl" se hace algo larga.
EliminarSaludos
Su anterior película me gustó mucho, "Submarino" y a este actor, Mikkelsen, lo vi muy bien en "Flame y Citrón" de Ole Christian Madsen. El rollo "Dogma 95" dejó sus rescoldos, sin duda. Se planteó como una revolución pero yo creo que era un cine inherente a las características de esos cineastas daneses: revolución del resto hacia lo propio. Así que cualquier evolución será acorde al modelo. Y sí, estos nórdicos están todos locos: lo único modélico eran sus autos y sus celulares.
ResponderEliminarSaludos.
Lo del Dogma, como todo, tuvo su época. Precisamente ayer vi "Mifune" (Dogma 3) y me gustó bastante, pero creo que la mejor de esa tanda es la de Vinterberg: "Celebración".
EliminarSaludos.
porfavor expliquenme el final no entendi lo del disparo
ResponderEliminarBueno, lo digo al final de la reseña: de las calumnias siempre queda algún rescoldo, siempre hay gente que piensa que "si el río suena, agua lleva".
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