Sin abandonar la Sección Oficial del XIII Festival de Cine
Europeo de Sevilla, ayer pudimos asistir con sorpresa a una de las cintas más
disparatadas que se han rodado en Europa en los últimos años. La
responsabilidad de tan singular obra hay que adjudicársela al director francés
Bruno Dumont.
En la costa norte de Francia, en las marismas que dan
acceso al Canal, la desaparición de varios turistas ha puesto en guardia a las
fuerzas del orden. Una pareja de policías investigan lo que podría ser un caso
de asesinatos en serie. Mientras en lo alto del acantilado disfrutan de sus
vacaciones estivales la familia Van Peteghem, a nivel del mar pescan los
mariscadores de la familia Brufort, que también dedican parte de su tiempo a dar
paseos a los turistas.
Nada extraño en una trama que podría ser convencional, sino
fuera porque la pareja de policías la forman un obeso mórbido tan inepto como
su insignificante compañero, agentes de la ley que se limitan a rodar por las
dunas y a constatar que hay un misterio que resolver; sino fuera porque la
familia Van Peteghem la forman los personajes más extravagantes que han pisado
un plató, que ni siquiera el más delirante Fellini hubiese imaginado; sino
fuera porque la familia Brufort son unos degenerados; sino fuera…
Incestos, canibalismo, travestismo, y varios “ismos” más forman parte de una absurda parodia de crítica
social (los de “arriba” y los de “abajo”), de un remedo de Romeo y Julieta
cuando la chica/chico (no se sabe bien qué es) de los Peteghem se lía con Ma
Loute, el mayor de los Brufort. Historia de amor que quiere dar sentido a una
película que si alguna vez lo tuvo, lo pierde para siempre en un momento dado
en el que la falta de gravedad suma el surrealismo a una comedia negra con
guiños a Hergé (por lo de los policías con bombín) y al citado Federico
Fellini.
Actores conocidos (Juliette Binoche, Valeria
Bruni-Tedeschi, homenajeada en el festival, Fabrice Luchini) dan rienda suelta
a la sobreactuación improvisada que por una vez se encuentra justificada. Algo
que imaginamos habrá resultado liberador para profesionales siempre ajustados a
guiones más o menos dramáticos. Argumentos que aquí brillan por su ausencia para
convertir todo en un disparate saturado de golpes (lo de los golpes es literal:
el slapstick que no falte) muy
graciosos que hacen sonoras las carcajadas de un público entregado al absurdo;
también liberado.
Muerta de envidia que estoy. Me apunto ésta ahora mismo. Tal como lo cuentas creo que me va a gustar.
ResponderEliminarEs la madre de todos los disparates, muy divertida. Desde luego, las risas están aseguradas. Por la calidad de los actores supongo que pronto llegará a las carteleras.
EliminarPues ha ganado Ma Loute. Se ha llevado el Giraldillo de Oro a la mejor película. Enhorabuena. ¡Viva la locura! También se ha llevado el premio a la mejor actriz: Raph, la chico/chica protagonista, tan disparatada como la cinta.
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