Sus expresivos ojos azules se han cerrado para siempre; y nos hemos quedado petrificados, sin saber como reaccionar. Dos hombres y un destino, El Golpe, El juez de la horca, El Hombre de Mackintosh, Buffallo Bill y los indios, Veredicto final, El color del dinero, Al caer el sol ... Reaccionamos; nos sumamos a los miles de admiradores, de críticos, de aficionados y amantes del cine en general que estos días han escrito acerca de su vida y de su obra. Para recordarle hemos optado (igual que hicimos con Richard Widmark) por hablar de la película que le abrió las puertas del éxito: Marcado por el odio.
Se trata del biopic de Rocky Graziano, el legendario campeón mundial de los pesos medios, nacido y criado en el Lower East Side de Nueva York, que pasó parte de su infancia y juventud en reformatorios. Sus sucesivos combates con Tony Zale por el título son todavía recordados como las mejores peleas de todos los tiempos.
La personalidad rebelde del boxeador pedía a gritos un joven actor de carácter. En un principio se pensó en James Dean para encarnar a Rocky, pero su prematura muerte le dio la oportunidad de su vida a Paul Newman. Ambos actores, que habían coincidido en el Actor’s Studio (junto a Marlon Brando) y en el casting de Al Este del Edén (East of Eden de Elia Kazan, 1955), eran los intérpretes ideales para el papel, y así lo supo ver Robert Wise.
La cinta es Paul Newman. Todo, absolutamente, se desarrolla bajo su punto de vista. Por tanto analizar la película equivale a estudiar la interpretación del carismático actor. Ésta transcurre bajo los rígidos criterios de actuación del Actor's Studio, con no pocos excesos y tics característicos de la prestigiosa academia que, sin embargo, resultaron muy adecuados, y se acoplaron perfectamente, al histrionismo que requería el personaje.
La evolución de Rocky/Newman a lo largo del metraje y de todos los secundarios junto a él –a mi entender lo más interesante del largometraje- está muy conseguida. No solo el boxeador va cambiando su forma de ser a medida que se suceden los éxitos (y algunos fracasos) si no que su mujer (deliciosa Pier Angeli), sus padres y hasta su manager cambian con el personaje central.
La película fue un éxito de crítica y público, y ganó dos oscar de la Academia (a la mejor fotografía en blanco y negro y a la mejor dirección artística). Fue el verdadero punto de inflexión en la incipiente carrera de Newman, que hasta ese momento se había dedicado más al teatro y a la televisión.
Después de su “Rocky Graziano”, los espectadores fueron acostumbrándose al andar cansino de Paul Newman, un poco encogido; a su corto pelo castaño, aclarado por los años hasta convertirse en níveo; a su mirada triste, promocionada por sus arqueadas cejas; a su mirada irónica, preludio de alguna frase inteligente; a su mirada siempre presidida por esos ojos azules que dicen que se han cerrado.
Para nosotros, los que amamos el cine, no se cerrarán nunca.
Ver Ficha de Marcado por el odio.
¡Qué jodido se queda uno cuando se le muere un ser querido!. Pues eso.
ResponderEliminarAcabo de leer algo sobre un epitafio que quería Newman que le pusieran, algo como esto: "Aqui yace Paul Newman, que murió de un ataque tras darse cuenta de que sus ojos azules se habían vuelto marrones"
ResponderEliminarYo la ví hace muchos años en un cineclub en su formato original y quedé atrapado por la gran interpretación del gran Paul Newman.No olvidemos en esta cinta a Sal Mineo,malogrado actor que se quedó para siempre en su eterna adolescencia.
ResponderEliminarPor otra parte Robert Wise es otro de los grandes,un todo terreno de los géneros.Y hablando de boxeo,su obra maestra es The Set-Up (1949).
Saludos.
Cierto, además habrían repetido colaboración James Dean y Sal Mineo.
ResponderEliminar"The Set-Up" la he visto hace muy poco y me parece excelente; muy al estilo de las películas de Fritz Lang, por el tono negro y por ese destino del que es muy difícil escapar.
Saludos.
Una reseña muy bonita, Ethan.
ResponderEliminarEl recuerdo y su presencia siempre.
Un abrazo.
Paul Newman forever. Abrazos.
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