miércoles, 18 de junio de 2008

LA CONDESA RUSA ( The White Countess de James Ivory, 2005)

La Condesa Rusa es la última obra fruto de la legendaria colaboración entre el director estadounidense James Ivory y el productor hindú, que falleció ese año, Ismail Merchant. Sus películas siempre se han destacado por un perfecto retrato de personajes y de ambientes, aunque se me antoja que esta vez han profundizado más en ambos campos. Veamos por qué:

Primero el ambiente. Shanghai es una de las ciudades más cinéfilas que han existido. Desde Von Sternberg hasta nuestro Fernando Trueba, la capital china ha sido llevada a la gran pantalla en numerosas ocasiones. Su contexto de metrópoli cosmopolita se acentúa en los años en que se desarrolla la historia, años previos a la invasión japonesa a finales de la década de los treinta. Exiliados, diplomáticos, comerciantes y espías convivían en esa época en una especie de “Casablanca” oriental. James Ivory vuelve a presentar con minuciosidad lo que debía ser esta población prácticamente sitiada por una guerra mundial que se avecinaba y por otra civil que se estaba viviendo. Pero dicha amenaza apenas roza la trama principal. Y esta es una característica esencial en el cine de Ivory y Merchant. Recordemos Lo que queda del día (The Remains of The Day, 1993), una de las mejores cintas de ambos cineastas. Allí la guerra flotaba en el ambiente, pero apenas intervenía en el drama que se vivía en el interior de la mansión. En La condesa rusa, nos enteramos del conflicto por breves titulares en algún periódico o por comentarios sueltos, y no es hasta el final cuando la realidad estalla y se hace protagonista junto a la acción que se estaba desarrollando.

Pero la culpa de esta situación la tiene un cuidado guión. Esta vez no es Ruth Prawer Jhabvala, el pilar que faltaba para completar un triunvirato esencial en la historia del cine. Quizás por no participar la escritora india, el largometraje sea menos “literario”. Las ausencias de voz en off y de estructura narrativa por capítulos, hacen que la cinta sea sensiblemente diferente a Una habitación con vistas o a Regreso a Howards End. Pero no por ello carece de atractivo. Al revés, el dúo Ivory-Merchant, construye un microcosmos personal muy original. Cada personaje se configura en dos niveles. El primero interior, con su pasado reflejándose en el presente. Así un antiguo diplomático (Ralph Fiennes) se ha quedado ciego y posee un terrible secreto por desvelar; o una exiliada rusa (Natasha Richardson) se tiene que prostituir para sacar adelante a su familia, en otro tiempo perteneciente a la aristocracia rusa.

El segundo nivel se corresponde con la comunidad cerrada de la que forman parte, siempre ajena a la situación mundial. Algunos lo hacen por propia voluntad, como Fiennes que, desencantado de la política, se refugia en un bar de su propiedad: “The white countess”; otros no han tenido más remedio, como la condesa del título que vive con su familia en los barrios bajos. Ella más unida a la realidad, no así sus parientes que se aferran a una forma de vida que sólo existe en sus recuerdos. Ambos niveles se unen cuando los personajes se conocen y sus historias confluyen.

James Ivory, con todos estos ingredientes, dirige una película atractiva, peculiar y diferente a lo realizado hasta ahora. Resulta, sin quererlo, un particular homenaje a su compañero fallecido y mantiene su, siempre interesante, punto de vista: la historia común que construyen dos personas es más importante, prevalece y sobresale por encima de las pasadas vivencias de cada uno y de los acontecimientos del mundo que les rodea.

Ver Ficha de La Condesa Rusa.

5 comentarios:

  1. Ví esta película por casualidad en la tele y me sorprendió. Me gustó la ambientación y las historias que nos van contando. Natasha Richardson me parecía una gran actriz a la que no dieron muchos grandes papeles en el cine, aquí estaba estupenda. Y su madre, como siempre. Finnes correcto, es un actor tan frío que me hiela.

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  2. Hola Ethan,
    Tienes lo de publicar un comentario un tanto desconfigurado.

    La primera, coincido en que es una buena obra. Y la segunda, pues no la conozco. Y me ha interesado, hoy que realmente no sé qué cine mirar.
    Saludos.

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  3. Hola Ethan,
    me alegra ver que vuelves a hacer críticas de las pelis de la tele, yo ví la condesa rusa, y me gustó mucho, sobretodo la actriz, y como tú dices, la ambientación.
    Un beso violeta,
    Maribel

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  4. Isabel: Cierto que Fieness congela a sus personajes, y que la Redgrave se sale. ¿Pena lo de su hija, verdad?

    Igor: ¿Cuál es el problema de los comentarios? A lo mejor te refieres a que las dos pelis tienen enlaces diferentes, porque los post están escritos en diferentes áños. No sé.

    Maribel: Realmente no dejé de hacerlo, lo que pasa es que me vuelvo hacia la pequeña pantalla con menos frecuencia que antes.

    Saludos!

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  5. Me encantó En el valle de Elah, la de Ivory, no la he visto, un saludo.

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