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Busca tu refugio (Run for cover de Nicholas Ray, 1954) James Cagney, John Derek.
Aunque sensiblemente inferior a Johnny Guitar y a La verdadera historia de Jesse James, sus otros dos western, Busca tu refugio se trata de una interesante y personal película del autor de culto por excelencia Nicholas Ray. Es un largometraje de género de los llamados psicológicos y un western de aprendizaje, donde James Cagney es el rudo y curtido pistolero mientras que Derek (que ya trabajó con Ray en Llamad a cualquier puerta) es el joven que termina por enfrentarse a su maestro. La rebeldía de la juventud y la incomprensión por parte de los adultos son temas que interesaban y mucho al prestigioso director, tal como demostró a lo largo de su carrera en varias de sus mejores cintas.
King Kong (Ernest B. Schoedsack y Merian C. Cooper, 1933) Fay Wray, Bruce Cabot, Robert Armstrong.
Se cumple este año su 75 aniversario y sigue siendo la película mítica por antonomasia, aquella que ha pasado de generación en generación causando admiración. La idea original no proviene de la literatura como Drácula, Frankestein y otros mitos, sino de la propia industria del cine. El director y productor Merian C. Cooper y el prestigioso documentalista Ernest Schoedsack dieron vida al monstruo y salvaron a la RKO de la ruina. La historia se basa en la dualidad de la bella y la bestia. La escena final con King Kong luchando contra los aviones en la cima del mundo (The Empire State Building) ha pasado a la historia del cine. Kong despierta las simpatías del espectador que ve como se debate en un mundo extraño para él, como cualquier marginado, y que sólo lucha por su amor. "No han sido los aviones, fue la bella quien mató a la bestia" dice al final Robert Armstrong.
El Hidalgo de los Mares (Captain Horatio Hornblower de Raoul Walsh, 1951) Gregory Peck, Virginia Mayo, Christopher Lee.
El filme pertenece a la segunda etapa de Raoul Walsh dentro del género. La primera se centró básicamente en las cintas que hicieron juntos el cineasta y Errol Flynn en los años cuarenta. Por cierto, se le echa de menos en el largometraje que nos atañe, aunque es cierto que Gregory Peck está a la altura, y muy bien secundado por la “bizca” más famosa de Hollywood: Virginia Mayo. El guión era una adaptación de las tres novelas de C.S. Forester, un escritor muy conocido para los amantes de la náutica. Algo así como el Patrick O’Brian de hoy en día. De hecho sus personajes (Horatio Hornblower para Forester, Jack Aubrey para O’Brian) son comandantes de barcos de su majestad en la época de las guerras napoleónicas. No voy a caer en la tentación de comparar El hidalgo de los mares con Master and Commander de Peter Weir –aunque ya lo estoy haciendo-, sólo decir que la adaptación del director australiano es perfecta; el que lea el libro me dará la razón. Y es que la vida en una fragata inglesa de principios del XIX debía ser como se la imagina el lector y como luego la presenta en pantalla Peter Weir. Con la cinta de Walsh no ocurre lo mismo. En primer lugar se nota demasiado la unión de varios libros en un solo guión. Hay una ruptura mediada la cinta que nos hace pensar si no hubiera sido mejor haber hecho dos filmes. Y luego está la ambientación. Aunque era muy buena para la época, queda a años luz del filme de Weir. Evidentemente, en 1951, no se disponía de los mismos medios con los que se cuenta ahora. Aún así, Captain Horatio Hornblower es una película muy interesante. Con el brillante technicolor de los años cincuenta, las actuaciones de sus estrellas –y un elenco de secundarios con Christopher Lee a la cabeza-, más las impresionantes batallas navales y una historia que engancha, El Hidalgo de los mares puede ser uno de los mejores largometrajes de aventuras realizado en la época dorada del cine americano.
jueves, 26 de junio de 2008
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