Arsénico por compasión es sin duda una comedia singular y atípica dentro de la extensa filmografía del italo-norteamericano Frank Capra. Puede que la película incluso resulte del agrado de la incontable nómina de detractores del director, esos a quienes la sola mención de su nombre provoca la erupción de sarpullidos en sus sensibles pieles o que no hacen más que criticar y echar pestes del exacerbado idealismo que destilan fábulas contemporáneas como Juan Nadie, Caballero sin espada o la sempiterna Qué bello es vivir. Considerar a Capra un director blando, sentimental, cuando no directamente manipulador, es un tópico que ha llegado intacto hasta nuestros días y que me temo amenaza con sobrevivirnos. Lo cierto es que para muchos este director sigue siendo el gran ilusionista del Hollywood dorado, el hombre que fue capaz de ganarse con su carisma y sus películas el corazón de todo un pueblo sumido por aquel entonces en una profunda crisis económica y emocional. En una época en la que America necesitaba soñar Capra le brindo como nadie la oportunidad de hacerlo. ¿ Y qué hay de malo en hacernos soñar promoviendo además valores como la bondad, la solidaridad o el altruismo? Con la que está cayendo, quizá sean estos unos tiempos idóneos para reivindicar una obra como la de Frank Capra. Pero, eso es otro tema, creo que me estoy desviando del asunto que me trajo hasta aquí, vamos a lo nuestro.
Como empecé diciendo, en Arsénico por compasión, Capra se aleja del tono didáctico y moralizante de la generalidad de sus comedias. Aquí no hay casi rastro del famoso toque Capra que tanto irrita a algunos y muy poco del sentimentalismo que preside alguna de sus obras más emblemáticas. Sin renunciar al tono amable y familiar, el siciliano apuesta en esta ocasión por una comedia loca, surrealista incluso, negra, negrísima a veces y sobre todo tremendamente divertida. El film toma como base una pieza teatral de Joseph Kesserling que triunfó en las carteleras de Broadway a principios de la década de los cuarenta. Dicen que a la mañana siguiente de acudir a ver la representación en un teatro neoyorkino Capra se lanzó al teléfono para iniciar los trámites para la adquisición de los derechos cinematográficos de la obra. La adaptación a la gran pantalla quedó en manos de los gemelos Julius y Philip G. Epstein quienes un año más tarde tendrán el honor de rubricar el guión de la mítica Casablanca.
Setenta años despues de su estreno, Arsénico por compasión sigue conservando la frescura del primer día y manteniéndose como uno de los grandes clásicos de la comedia de todos los tiempos. Sin ser tal vez una comedia redonda, es una comedia que lo tiene todo; una ingeniosa trama, unos diálogos brillantes, una desternillante sucesión de gags, unos personajes entrañables, un ritmo endiablado, ¿qué más nos queda por pedir? Quiza que el reparto esté encabezado por ese monstruo de la interpretación llamado Cary Grant. Que Grant se movía especialmente como pez en el agua en los terrenos de la comedia era algo que ya sabíamos después de verle en cimas del género como Luna nueva o La fiera de mi niña. Esta vez, el actor tuvo que renunciar a sus habituales métodos de trabajo por exigencias del guión pues Capra quería que la suya fuese una sobreactuación a conciencia. Muy a su pesar- más tarde confesaría que no se sintió especialmente cómodo en el papel- Grant se vio obligado a dar rienda suelta a su vena más histriónica y payasa; a muchos les parecerá sin duda exagerado e irritante el repertorio de muecas y gestos que exhibe el actor durante todo el film, pero tal vez ignoren que éste se limitó a obedecer instrucciones. En cualquier caso, siempre es una gozada ver (sobre) actuar a un tipo como Cary Grant. Aquí le vemos dando vida a Mortimer Brewster, un crítico teatral de Nueva York, autor de best sellers como La Biblia del soltero que se ha pasado media vida despotricando en contra de la institución del matrimonio. Curiosamente la primera vez que en la película nos topamos con él lo hallamos en la cola de los juzgados de la ciudad la víspera de Halloween dispuesto a recoger su licencia matrimonial tras haber contraido nupcias con la bella Elaine, la mujer que ha obrado el milagro de robar su corazón. Acto seguido los recién casados se dirigen hacia la casa de las tías del novio para comunicarles la buena nueva. Tía Abby y tía Martha son dos venerables ancianitas que conviven con su hermano Teddy, un perturbado mental que se cree la reencarnación del presidente Roosvelt,y que ocultan en el sótano de su vivienda un terrible y macabro secreto, …bueno, quién dice uno dice trece. A pesar de no haberse sido invitados, acaban sumándose a la fiesta el hermano de Mortimer, un sanguinario asesino que acaba de salir de la cárcel y que presenta un parecido más que razonable con Boris Karloff, un doctor tímido y pusilánime con un parecido más que razonable a Peter Lorre, el director de un sanatorio mental y hasta la policía del barrio.
Toda esta disparatada trama tiene lugar en el apacible hogar de tía Abby y tía Martha que por cierto se sitúa en mitad de un cementerio presbiteriano fundado en el siglo XVII. Capra no renuncia en ningún momento a los orígenes teatrales del texto respetando tanto la unidad de lugar como la de tiempo. Además gran parte de los secundarios que intervienen en el film repiten los papeles que ya interpretraron sobre las tablas de Broadway. Al director le quedó la espinita de no poder contar con Boris Karloff que en la obra teatral daba vida al hermano del protagonista, ese que tanto se parecía a Boris Karloff. A cambio tuvo el placer de tener a sus órdenes al impagable Peter Lorre que aquí no silba pero casi y es de los pocos que al final se va de rositas. Que al final, quien más quien menos se queda atrapado en esta jaula de grillos y acaba creyéndose una cafetera. Por cierto, que yo ya me voy, que me reclaman para cavar una nueva exclusa para el canal de Panamá.
Caaaaaargueeeeen.
Una de las próximas películas a partir de las cuales me he propuesto escribir.
ResponderEliminarExcelente. imprescindible, diría yo.
Maravillosa desde el principio hasta el final además de desternillante. Maravilloso papel el de Cary Grant comparable al de "La fiera de mi niña" y maravillosas sus adorables y venenosas tías. Una película genial, de esas comedias que ya nunca se volverán a realizar.
ResponderEliminarMi película favorita de Frank Capra.
ResponderEliminarUna de las comedias más redondas de la historia del cine.
Genial Dexter, obra maestra absoluta
Saludos amigo!
Es una de las peliculas que mas me gustan de la historia del CINE... Cargueeeeennnnnnnnn!!!!!!!!!!!. No pude para de reir...
ResponderEliminarMe encanta esta película, que bueno que la trajiste al blog, no sé como no lo hicimos antes…
ResponderEliminarRespecto a Capra, yo sí puedo entender que haya personas a las que la moralina de algunas de sus películas les resulte algo indigesta, ya sabes, para gustos los colores, y respecto a ésta en particular, posiblemente sea una de las que más me gusta de Capra, y suscribo cada una de las palabras que le has dedicado.
Destacar, a modo de recuerdo, la escena en la que el hermano dialoga con el doctor mientras el espectador sólo ve sus sombras, rememorando esa otra peli, con doctor y creación ;)
Un beso
Espectacular película, gran post.
ResponderEliminarHace poco pensaba yo, si podía ponérsela a mis crios de 9 y 10 años, si serían capaces de disfrutarla. Tuve (tengo) mis dudas. Probablemente tenía yo esa edad cuando la vi por primera vez, pero mi educación cinematográfica fue muy distinta.
Los referentes de los crios ahora son : Buzz Ligthyear, Sreck, Wally, Spiderman, Lobezno o Anakin Skywalker...he logrado incluirles con cierto éxito los cortos de Chaplin (gracias emule), el jovencito Frankestein o Los Goonies... Pero para ellos Grant no es una garantía de disfrute como lo era y es para nosotros; para ellos el blanco y negro es un error cromático, para nosotros es fundamental sobre todo el negro de esta negrísima comedia.
La moda apunta a poner verde a Capra y a Disney (también en su día a Ford o a Hitchcock), a Spielberg. Que si los buenos sentimientos, que si el mundo feliz, que si la bondad...con tan malas noticias reales no está de más asirnos a los finales felices, a las buenas intenciones, porque en realidad existen. ¿No existen caballeros sin espada?, ¿Que son algunos cooperantes de ONGs en países del tercer mundo (casi del cuarto)?; ¿No hay respuestas solidarías como en “Que bello es vivir” donde todo el mundo reconoce y se vuelca en ayudar a quien siempre se portó bien con ellos?...Es cierto que hay muchos casos en que tales cosas no ocurren, pero a veces como en un cuento, alguna vez sucede y esa es la que nos vale.
“Arsénico …” es mi Capra preferido junto a “Un ganster para un milagro”. Gracias Dexter por traer a esas ancianitas tan adelantadas a su tiempo, entusiastas eutanasicas activas.
Yo también entiendo esa indigestión de la que hablas, Vivian. De hecho yo mismo mantengo desde siempre una relación amor / odio con una película como Qué bello es vivir que hay temporadas que aborrezco y temporadas en las que me ablanda el cuore y me parece encantadora y entrañable.
ResponderEliminarMe encanta esta película y ese ambiente a naftalina que desprende. Me gusta como describes a Capra, " El gran ilusionista de Hollywood". Y me gustan casi todas sus películas, tengo especial cariño por " Un ganster para un milagro". Me parece una película llena de momentos mágicos.
ResponderEliminarUn beso
como puedo consegir el guion teatral soy rosi de bailen
ResponderEliminarBienvenida Rosi!
ResponderEliminarPrueba con este link (está en inglés):
http://www.genericradio.com/files/ScreenGuildPlayers_461125.pdf
Saludos!
Hola!!!
ResponderEliminarAlguien me podría ayudar a conseguir el guión en castellano?
MUCHAS GRACIAS!!!!!!!