lunes, 22 de junio de 2015

ESPECIAL 2 X 1: "EL CAPITÁN BLOOD" y "EL HALCÓN DEL MAR" (Michael Curtiz) (V)

El retraso en la producción de El halcón del mar no sólo fue debido al guión sino también a la fabricación del famoso estudio 21, un enorme tanque de agua en el que cabían dos barcos construidos a escala real: una galera española y un galeón inglés. Un lujo destinado a sustituir las pobres maquetas de El capitán Blood para darle mayor autenticidad a la acción, y para permitir movimientos de cámara tan complejos como el elegante travelling inicial con el que se presenta la dotación del buque pirata.


















De la misma forma, el vestuario que se encargó era el que exigía una superproducción, si bien, resultó más económico de lo previsto al aprovecharse gran parte del utilizado en La vida privada de Elisabeth y Essex (The private life of Elizabeth and Essex, Michael Curtiz, 1939) un largometraje que se desarrollaba en la misma época isabelina. Sólo faltó el color en una película que se rodó en blanco y negro precisamente para esconder entre tonos grises la artificialidad del estudio. Todos estos aspectos técnicos fueron recompensados a la hora de las cuatro nominaciones a los Óscar que se llevó el largometraje: mejor dirección artística, sonido, efectos especiales y… música.

La banda sonora de El halcón del mar es sin duda de lo más destacado de la película. El compositor alemán, Erich Wolfgang Korngold, que había conseguido toda una proeza al debutar de tan buena manera con El capitán Blood, que se había consagrado al lograr la preciada estatuilla con Robín de los bosques, y que había vuelto a las nominaciones con la citada La vida privada de Elisabeth y Essex, volvió a hacer una increíble composición con la nueva cinta de Curtiz: “…un soberbio recital de música descriptiva y un suntuoso poema sinfónico sobre el mar, los galeones, los ataques de los piratas y los grandes duelos a espada.” (Padrol 2007, pg.277). El ejemplo más claro de la excelente factura musical es el que se puede ver en la primera secuencia: pocas veces se han visto imágenes tan bien secundadas por una banda sonora.

El arranque es tan bueno que casi es contraproducente. En efecto, la batalla entre el barco de Thorpe y la galera española es la secuencia mejor rodada de toda la película lo que sin duda es un lastre para el resto del metraje. Digamos que provoca un anticlímax que no se logra superar hasta el último tercio cuando Thorpe y su dotación consiguen liberarse de su condición de galeotes y se vuelven a hacer con un navío.


Esta primera secuencia, rodada con gran verismo en el estudio 21, parece un resumen histórico de cómo los galeones llegaron a superar a las galeras y a sustituirlas a finales de siglo XVI. De hecho, los primeros eran una especie de evolución de las segundas y por eso su nombre procede de la misma raíz etimológica. Si hablamos de la época en la que se desarrolla la película, segunda mitad del siglo XVI entre la batalla de Lepanto (dominada por galeras) y la Armada Invencible (dominada por galeones), las galeras eran de mayor eslora y menor manga, con espolón en la proa y con dos palos (raramente llevaban tres) y velas latinas, a veces cuadras en el trinquete. Los galeones eran más anchos y cortos, de mayor franco bordo, con tres o cuatro palos, sin remos, con velas cuadras en el trinquete y mayor, y latinas en el mesana y contramesana que luego derivarían en cangrejas en el siglo XVIII. En los buques representados en el filme, si bien la arboladura y el trapo de la galera se corresponden con la realidad, sin embargo carece de espolón y el casco no es tan estilizado como debiera ser. Creemos, por tanto, que aunque en la película se nombre como galera se trata más bien de una galeaza; mientras que el galeón sí es bastante fiel al tipo de buque que existía en esos años. De todas formas, lo interesante de la película es que muestra la mejor maniobrabilidad del galeón con respecto a la galeaza: el buque de Thorpe le corta la proa al español, se cruza con él de vuelta encontrada, lo rodea por la popa y lo alcanza del mismo bordo hasta situarse a su altura para finalmente asaltarlo. Las galeazas tuvieron una vida efímera por esa circunstancia, por ser más lentas y de peor condición maniobrera con respecto al galeón, tal como se refleja en la cinta.

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4 comentarios:

  1. Gaans de ver ese magnífico comienzo de nuevo. Hace mucho que no veo estas películas. Tal vez, desde la infancia. Solía ver estas películas de aventuras cuando era niño. Gracias por recuperar su memoria. Abrazos Ethan.

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    1. La verdad es que es espectacular, sin efectos digitales como ahora, los dos barcos frente a frente, ocupando toda la pantalla y esa música... A ver si pongo el trailer al final del especial que supongo que contendrá parte de la escena y se podrá oir la banda sonora de Korngold.
      Abrazos.

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  2. El aporte técnico/marino de esta entrada tuya, es delicioso. Incalculable.
    En cuanto a las películas reseñadas, formando como forman parte de los albores de mi pasión por este arte, nada malo podré decir nunca de ellas... si es que acaso algo malo contuvieran.

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    1. Pues me alegro de que te haya gustado. Es verdad que las dos películas de Curtiz no tienen desperdicio. Pensemos en la influencia que tuvieron en el resto de películas del género.
      Abrazos.

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