El Halcón del mar (The Sea Hawk, 1940).- La situación de la Warner al
comienzo del rodaje de El halcón del mar era sensiblemente
diferente a la de cinco años atrás cuando se estrenó El capitán Blood.
En el estudio ahora reinaban dos estrellas consagradas (Errol Flynn y Olivia
de Havilland), un director que ya era el mejor de la productora (Michael
Curtiz) y un músico prodigioso: Erich Wolfgang Korngold. Tal circunstancia hizo
que Jack L. Warner se plantease la nueva producción de aventuras de una forma
también muy distinta.
En realidad la película se
concibió justo después de comprobar el éxito de El capitán Blood,
pero las complicaciones con el guión retrasaron la realización del filme.
Warner quería explotar la gallina de los huevos de oro que eran las novelas de
Sabatini y encargó a sus guionistas la adaptación de la primera novela del
célebre autor: “The Sea Hawk”. Un libro que, al igual que “The Captain Blood”,
ya se había llevado a la gran pantalla durante el período mudo (Frank Lloyd, 1924), además con
bastante más éxito. Los problemas a la hora de encontrar un adecuado
tratamiento de la historia exigieron el concurso de hasta cuatro escritores:
Robert Neville, Delmer Daves —futuro director—, y los guionistas que finalmente
aparecieron en los créditos: Howard Koth y Seton I. Miller. Después de pasar
por tantas manos, el libreto resultó completamente diferente al de la versión
silente que era bastante fiel a la obra de Sabatini. Tan distinto resultó el guión que
realmente de la novela de Sabatini sólo tomaba el nombre de la historia y poca
cosa más:
Estamos en 1585, con el
dominio mundial de España y la amenaza que representa una posible invasión de
Inglaterra por parte de la Armada Invencible. En las Islas Británicas, el
capitán Thorpe (Errol Flynn) es un corsario que pertenece a “Los halcones del
mar”, pero que prácticamente sigue las órdenes directas de la reina Isabel de
Inglaterra (Flora Robson). Thorpe acaba de apresar una galera que llevaba a
bordo al embajador español ante la reina de Inglaterra (Claude Rains) y a doña
María (Brenda Marshall). Reprendido por la reina, aunque sólo de cara a la
galería, y enamorado de doña María, Thorpe parte a una misión en Panamá para
interceptar un convoy cargado de oro. La idea es hacerse con el botín en tierra
donde nadie lo espera, pero la operación es detectada por espías de palacio y
por el embajador español. Ajeno a la conspiración, Thorpe cae en la trampa, es
apresado y conducido a galeras con su dotación. Al cabo de un tiempo sirviendo
como esclavo, Thorpe consigue escapar llevándose consigo una embarcación
española, el nombre del traidor de la corte inglesa (Henry Daniell) y las pruebas
de la invasión que se prepara contra los británicos.
La trama de Sabitini se
modificó teniendo en cuenta el contexto político de guerra mundial que se vivía
en 1940. A nadie se le escapa que el imperio español era un remedo del de
Hitler, y que el espiche final de la reina Isabel se refería a la situación
extrema que vivía Inglaterra bajo la amenaza de una inminente invasión alemana.
Por tal circunstancia, por presentar al rey Felipe II como un tirano que
ansiaba gobernar el mundo, la película fue prohibida en nuestro país. En
Estados Unidos, por entonces neutral, se cortó un plano del final en el que la
flota inglesa del siglo XVI era sustituida poco a poco por buques de guerra
contemporáneos, un claro mensaje bélico que sí se mantuvo en la versión que se
distribuyó en el Reino Unido.
Leer el especial desde el inicio.
A la censura franquista no le gustaba que los españoles fueran los villanos de las películas. Fraga, ministro de cultura, presionó para que los españoles pasaran a ser portugueses en "Queimada" con Marlon Brando. No estoy seguro pero creo que en "El hidalgo de los mares" el doblaje convirtió en franceses a los españoles, uno de ellos era Christopher Lee, por cierto.
ResponderEliminarSaludos!
Borgo.
Es cierto, una bobada porque en esa película, enseguida, los españoles se hacen aliados de los ingleses en contra de los franceses, es cuando Gregory Peck se da cuenta de que ha metido la pata y tiene que volver a recuperar el navío español que le ha regalado al cacique de turno.
EliminarSaludos.
Excelente repaso. Es lo que me gusta de tener blogs amigos y blogueros como tú. Un abrazo bucanero.
ResponderEliminarLo mismo digo, ¡menuda serie sobre músicos y música de cine te estás marcando!
EliminarAbrazos.
Al menos en el cine los héroes no son olvidados. Me queda una brizna de melancolía al pensar en este film, y hasta en su gestación, que reseñas. A veces uno del cine solo espera pasar un buen rato, y este capitán lo conseguía, y vaya si lo hacía.
ResponderEliminarSaludos.
Y no sólo un buen rato: la cantidad de veces que habré visto la película, cuando antes tenían la buena costumbre de reponerlas en la televisión.
EliminarSaludos.