Se trata de la ópera prima de la actriz Pernilla August. ¿Se acuerdan de ella en aquella estupenda película de Bille August, Las Mejores Intenciones, con guión de Ingmar Bergman? Seguro que lo tienen más claro si les digo que Pernilla August hizo de madre del pequeño Skywalker en la segunda trilogía de la Guerra de las Galaxias. Bueno, pues ahora se dedica a dirigir y lo hace estupendamente.
En su primera película, Pernilla August nos presenta una historia dura, durísima, sobre Leena, una mujer que no tiene más remedio que revivir su pasado cuando le comunican que su madre se está muriendo. De acuerdo a la mejor tradición del cine nórdico, la trama supone un viaje existencial hacia el pasado para superar viejos traumas de la niñez. La cinta salta en el tiempo constantemente siempre bajo el punto de vista de Leena, muy bien interpretada por Noomi Rapace, en un registro lejano al que le dio la fama (Lisbeth Salander en la trilogía Millenium).
Y es que el largometraje sueco se basa en las actuaciones de los personajes principales. Se nota la mano de la buena actriz Pernilla August en esa faceta más que en otras técnicas o de puesta en escena. La improvisación en secuencias que lo requieren, el trabajo con los niños (impresionante Tehilla Blad como Leena en la infancia) y las emociones en los rostros de todos y cada uno de los actores son buena prueba de ello. En resumen una estupenda película (cuidado que está seleccionada para los Oscar al mejor filme extranjero), eso sí, para ver con el estado de ánimo a prueba de bomba. Repito, muy buena, pero muy dura.
Ver Ficha de Beyond.
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Y vamos con la película española, una pequeña decepción por la expectación que había generado en los medios. No es de extrañar este revuelo si tenemos en cuenta que la cinta está basada en una novela, en un guión no terminado, de Rafael Azcona, posiblemente el mejor escritor de cine que ha dado nuestro país, con películas inolvidables realizadas por Berlanga, Ferreri, Trueba y tantos otros. Y quizás lo mejor de la película sea la idea y los diálogos escritos por el guionista que nos abandonó hace tres años, ahora recuperados por García Sánchez, David Trueba y Bernardo Sánchez:
El abuelo se muere a punto de cumplir cien años y se desata un caos en la vivienda de Don Fabián: El hijo (también anciano) espera la comparecencia del alcalde para que le sea otorgado un nombramiento; mientras se prepara el velatorio acude un peculiar médico, se presenta un mendigo para gorronear en el convite, un técnico para instalar una televisión que compró el finado, los de la funeraria, parientes desahuciados por la familia y un largo etcétera de personajes a cada cual más extravagante y esperpéntico.
La trama, por tanto, va en la línea de las películas que hicieron juntos Azcona y Berlanga y, aunque deberíamos analizarla por sí sola, es inevitable compararla con aquellas excelentes películas. No somos nosotros los que caemos en esa trampa (porque lo es, ninguna película hecha ahora saldría bien parada en una comparación con Placido o El Verdugo, por ejemplo), sino el propio director y el equipo de producción que ha querido situarse en esos años rodando la cinta en blanco y negro y dejando que los actores interpreten como entonces (y pasándose en la sobreactuación la mayoría de ellos, salvo quizás Silvia Marsó y una estupenda Blanca Romero).
Entonces, lo sentimos, vista la cinta y recordando aquellas otras, la película de García Sánchez no sale muy airosa. Primero, porque parece que el director ha intentado acercarse a Berlanga, en el sentido literal. Mientras el genial realizador ya desaparecido proponía una puesta en escena basada en planos secuencia generales, donde un caos perfectamente estudiado ofrecía una historia ácida, García Sánchez opta por planos medios y primeros planos, dividiendo la puesta en escena, acercándose a los actores como en una serie de televisión (de hecho muchos de los profesionales vienen de ese medio; eso tampoco ayuda) rompiendo el ritmo caótico, señal de identidad del mundo visto según los ojos de Azcona. Mientras Berlanga organizaba la secuencia en profundidad (lo que sucedía en segundo plano era casi más importante que lo que pasaba delante) García Sánchez no logra esa yuxtaposición de objetivos y decide cortar el plano y presentar la acción separada. El resultado, repetimos, es una pérdida de ritmo en muchas partes de la cinta con el riesgo de caer en el aburrimiento -en el que cae muchas veces-.
Es decir, la cinta se queda en un intento de emular aquellas geniales películas donde el humor negro y la acidez presidían la historia (aquí también la presiden, pero con menos sutileza, demasiado explícito, quizás por no tener que luchar contra la censura). También se aproxima a la trilogía de La Escopeta Nacional, en el sentido de incluir las fuerzas vivas de la ciudad de provincias y sus teje manejes de reparto de influencias (aprovechando nombramientos del alcalde falangista o la fortuna de un empresario vasco), pero solo se queda en eso, en una aproximación.
Donde sale más afortunado García Sánchez es en la simbología y en el drama. La presencia del aparato de televisión —su molesta instalación—, nos anuncia nuevos tiempos, mientras, el difunto (un republicano encubierto) representa al pasado. Tampoco es casualidad que el primer programa que sintoniza esta familia en pleno velatorio sea un documento sobre el Valle de los Caídos.
La película, por tanto, podríamos calificarla como irregular: con buenos golpes, salpicados de diálogos del mejor Azcona, pero con una puesta en escena no muy acertada y un resultado aburrido por momentos. Casi se podría aplicar el título (los muertos mejor no tocarlos) al hecho de haber adaptado una historia de Azcona sin el propio guionista supervisando el proyecto.
Ver Ficha de Los Muertos no se tocan, nene.
Bueno , pues ya vamos apuntando, Beyond.
ResponderEliminarSaludos y gracias por las crónicas.
Roy
Leemos despacio y nos lo pensamos a la hora de ir al cine.
ResponderEliminar¡Gracias por las pistas que nos das ! ;-)
Saludos
No he visto ninguna de las dos. Y apunto como Roy Bean también la de Beyond. Por lo que dices, porque me ha gustado el trailer... y porque si era la madre de Annakin, su nivel de miricloidianos (o lo que fuera aquella chorrada que le dio por meter a Lucas) era muy alto, así que la película estará bien.
ResponderEliminarUn saludo.
Gracía Sánchez, posiblemente el más berlanguiano de los directores españoles, sin duda ha cometido un error al hacer una película que recordara aquéllas otras, porque en modo alguno era posible que aguantase la comparación. Si además ha prescindido de esos significativos planos secuencia, donde Berlanga hacía coincidir en una sola escena coral varias capas narrativas, de acuerdo con las distintas vicisitudes de los personajes, le ha quitado uno de los elementos que más fuerza le daba al cine del maestro valenciano, ese caos perfectamente controlado. Coincido (esbozando una amplia sonrisa) con tu última afirmación.
ResponderEliminar"Plácido" o "El verdugo" son insuperables. Una pena que no hayan hecho justicia a Azcona. "Beyond" interesante. Un abrazo.
ResponderEliminarUna oportunidad perdida la de García Sánchez, con la expectación que había... allí estaban algunos de los mejores críticos nacionales (Oti Rodriguez Marchante muy cerca de nosotros).
ResponderEliminarIntentar emular a Berlanga apoyándose en un guión de Azcona puede parecer sencillo si el tema lo abordan cineastas españoles. Pero como bien dices, las comparaciones lo van a matar más que a ayudarle: el director habrá "mamado" mucho Azcona y Berlanga, pero el público también (o sea, tú en este caso).
ResponderEliminarSaludos.
Me sabe mal matizar lo que sigue, pero es que este director, muy majo y ocurrente (v. "Ronda del Gijón" de Marcos Ordóñez, libro delicioso sobre el que escribí en mi blog hace unos meses), en cine es un auténtico perpetrador desde los tiempos de "La corte del faraón", o sea, casi desde sus inicios más reconocibles. No se salva ni una.
ResponderEliminarDe acuerdo, de García Sánchez, de las que he visto, casi no me quedo nada más que con "La Corte del Faraón" ("Las Truchas" y "La Noche más larga" tengo entendido que merecen la pena, pero no las he visto).
ResponderEliminarSaludos!
Contando con materiales de Rafael Azcona ni García Sánchez ni J. L. Cuerda son Carlos Saura, Luís G. Berlanga y Marco Ferreri.
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