Y seguimos con colaboraciones que teníamos pendientes (perdón por el retraso, Dexter, y feliz año nuevo para ti también). Y continuamos con cine español actual. En esta ocasión nuestro querido amigo nos comenta la última cinta de Amenábar:
Por el mero hecho de que sus cinco trabajos dirigidos hasta la fecha no parecen guardar demasiada relación entre sí unos con otros, se tiende a considerar a Alejandro Amenábar como un cineasta carente de estilo, de voz y hasta de personalidad propias. Quizá quien opine de este modo lo haga fruto de la ignorancia o movido por las envidias, y sinceramente no sé que es peor. Desde sus inicios hasta ahora, Amenábar se ha revelado como un talento excepcional de nuestro cine, una "rara avis" dentro de la industria nacional no sólo en el modo de acercarse y abordar las películas sino también en la forma de rodarlas e incluso producirlas. Puede que Agora no tenga mucho que ver con la intrigante fantasía de Abre los ojos ni con el misterio fascinante que se nos proponía en Los Otros, pero sólo puede. Con cada nueva película Amenábar se crece y asume más y más retos, cada nuevo film supone un nuevo golpe de autoridad, un salto mortal hacia delante con tirabuzón y sin red. Y eso es Agora, un paso más, otra prueba superada, un nuevo peldaño de una escalera que nos conducirá hasta Dios sabe dónde. El cielo y las estrellas – nunca mejor dicho- son el límite.
En su última película Amenábar nos lleva hasta el Egipto del siglo IV para mostrarnos que, aunque hayan pasado muchos siglos, en lo básico la Humanidad tampoco es que haya evolucionado tanto. La de Hipatia de Alejandría es una historia de muerte e intolerancia, dos elementos que se repiten de manera frecuente en el cine de Amenábar. Además el joven realizador nos convierte en espectadores de primera fila de uno de los primeros enfrentamientos entre fe y razón de la historia y como se sabe este enfrentamiento es otro de los argumentos recurrentes en la filmografía amenabariana. Dudaban lógicamente entre fe y razón los personajes que rodeaban a Ramón Sampedro en Mar Adentro, pero también lo hacía el protagonista de Eduardo Noriega en Abre los ojos, por mucho que esta duda se nos presentase camuflada dentro de un ejercicio de estilo de lo más brillante por cierto.
Si en Mar Adentro la polémica venía servida de antemano debido en parte a lo espinoso de la propuesta, aquí Amenábar se encarga de distribuir carnaza suficiente para que sus detractores se lancen a degüello sin problemas. No me atrevería a calificar al director de Tesis como un cineasta incendiario, aunque puede que aquí lo haya sido, a sabiendas, claro. Porque su película critica sin ambages los fanatismos y los radicalismos, y nos habla de la inoperancia de éstos cuando se carece de armas sólidas con las que luchar, o cuando ni siquiera se tienen argumentos que rebatir. Yo me pregunto si el enrocamiento de algunos en cargar contra la película y contra su director no es en realidad una faz de ese fanatismo que denuncia la película, si Agora no será una trampa urdida por Amenábar para que quienes lanzan sus dardos envenenados contra él queden definitivamente en evidencia.
Dexter
Cada película es un mundo aparte, una propuesta a la imaginación, en cuanto a Agora pues sin duda tiene un planteamiento tecnico y artistico impecable en cuanto a la resolución final me dejo algo frío, pero quizás sea algo personal, aveces es la reaccion a los actores, la resolución del guión o simplemente un mal dia..puede que viendola otra vez ;)...
ResponderEliminarsaludos
Aprovecharé para acudir a verla ya que aún está en los cines de Aragonia. No esperaba que se mantuviera tanto en la cartelera.
ResponderEliminarYo no la he visto, Dexter, prezzisamente, por todas esas críticas de las que hablas. Supongo, que no es propio de mí el dejarme llevar por opiniones ajenas.
ResponderEliminarIgual me dejo llevar por la tuya. En el Equinozzio siguen poniéndola.
Besos
Mucha técnica, mucha escuela, pero le falta alma. Su cine es... como él mismo. Claro que todos no cuentan con la misma pasta.
ResponderEliminarLe falta emoción a la película; se ve con indiferencia, y eso que el tema tiene gancho a priori... No sé, algo falla... Técnica le sobra, de hecho, hasta alardea de ello en más de un plano. Como decía babel en su comentario, puede que le falte alma.
ResponderEliminarSaludos.
Estoy bastante en desacuerdo con la tesis que plantea Dexter. Creo que Amenábar no se puede quejar con respecto al apoyo de la crítica, que en general le ha venido respaldando -hasta ahora con Ágora, que ha empezado a flaquear-. También el apoyo del público ha sido apabullante. ¿Cuál es el problema? No se puede pretender que a todo el mundo le guste...
ResponderEliminarEn mi caso, me fascinó Tesis, Abre los ojos me sedujo y Los otros también, aunque a pesar de estar realizada de manera impecable, me pareció un camino más trillado. Con respecto a Mar adentro me llevé una gran decepción, porque me pareció como un Estrenos TV de los de antaño, con una tesis de lo más previsible -no veo ningún riesgo, defiende lo que piensa la mayoría de la gente- y un desarrollo plano. Por cierto, pocas películas de la historia reciente del cine español han contado con un respaldo más mayoritario de crítica y promoción, incluidos los parabienes de los numerosos premios Goya. ¿Cómo puede decirse que abundan los detractores, si yo apenas me atrevía a decir que no me había gustado nada la película?
Y esta última, pues mira, me ha dado pereza y ni la he visto. Por lo que he visto y leído, debe ser muy espectacular, pero no creo que me aporte nada. Está muy bien que denuncie los fanatismos religiosos y la libertad de pensamiento, pero para mí eso no es suficiente para llevarme a la sala, porque ya estoy convencido de antemano. Creo que Amenábar cada vez se arriesga menos... en estilo y en mensaje. Y desde luego no le tengo ninguna manía, me cae muy bien como persona, incluso me gusta como chico.
(Perdonad la extensión...)
Totalmente de acuerdo con Justo. No se puede quejar de los críticos ni del público. Es decir, de nada.
ResponderEliminarMe resisto a ver esta película, tengo un mal presentimiento, y eso que las demás me gustaron ("Mar Adentro" incluida, aunque no sé por qué me da que no va a envejecer bien).
Saludos!
Haces bien en no verla Ethan.......
ResponderEliminarPues a mí sí me gustó. Creo que, aunque tenga tramas previsibles (sí, es cierto) la estética cuidada y las subtramas religiosas muestran un director comprometido con un estilo histórico que en España casi ni se toca. Al menos por eso, creo que es digna de ver. Se arriesgó mucho al hacer un film histórico, real, no cómo los que se hacen en USA, leyendo los clásicos e informándose. El tema de la religión está muy bien tratado a mi parecer. No creo que se decante, aunque sabemos adónde iría, pero igualmente creo que trata a todos por igual. Nadie es bueno del todo ni lo contrario.
ResponderEliminarEn fin, para gustos hay colores. Lo que yo creo es que para ir a ver cine español Alejandro Amenábar siempre suele ser una opción acertada ;)
saludos