De vuelta a la Sección
Oficial del XXII Festival de Cine Europeo de Sevilla, y posiblemente impelidos
por la fortuna del año pasado de ver Flow,
cinta de dibujos premiada por partida doble en el festival y posteriormente
ganadora del Óscar, ayer asistimos a la proyección de A Magnificent Life,
la nueva película de animación del director francés Sylvain Chomet.
Celebrando el 130
aniversario del nacimiento de Marcel Pagnol, uno de los más grandes escritores
galos de todos los tiempos, la película es un biopic del dramaturgo, novelista
y cineasta, que comienza con Pagnol ya retirado al que una revista le invita a
escribir sobre su vida y obra. Ayudado por su otro yo del pasado, el niño
Marcel, el escritor recorre lo momentos más importantes de su vida.
Esa persecución del
pequeño Marcel por su vida de adulto es quizás lo más original de una película
que no supera —se queda lejos— a lo mejor de la filmografía anterior de Chomet,
sobre todo a su obra maestra El ilusionista (L’illusionniste,
2010), a la que recuerda con un guiño al protagonista (Tatí), que aparece en un
momento dado en el filme que nos atañe, como si fuera una suerte de cameo.
Porque A
Magnificent Life tiene un elemento costumbrista importante que a los
que no somos franceses nos impide apreciar algunos diálogos, sobre todo
aquellos que diferencian el acento parisino del marsellés, o algunos de los
chistes de personajes carismáticos como Raimu o Fernandel.
Además, los dibujos que
describen a las personalidades del teatro y del cine con los que trató Pagnol
(Raimu, Fernandel, Josette Day, Alexander Korda, etc.), y al propio
protagonista, no son de nuestro agrado cuando parecen caricaturas de su rostro andantes,
como si fueran cabezudos de una fiesta popular.
Preferimos la segunda mitad del largometraje cuando Pagnol descubre el cine mudo, y después el sonoro. A partir de aquí se intercalan entre los dibujos animados fotogramas reales de las películas escritas y/o dirigidas por Pagnol. Porque quizás lo que más nos guste de esta película sea que nos hace recordar lo excelente guionista que era Marcel Pagnol, y lo buenas que son sus películas, en especial la trilogía formada por Marius, Fanny y César.



Gracias por la reseña.
ResponderEliminarGracias a ti por el interés.
EliminarCreo que ésta no la entendería. Un beso
ResponderEliminarYo, desde luego, me perdí bastantes cosas.
EliminarAbrazos!