domingo, 17 de noviembre de 2024

PALMARÉS DEL XXI FESTIVAL DE CINE EUROPEO DE SEVILLA, 2024

Jornada final aquí en el XXI Festival de Cine Europeo de Sevilla 2024, un día donde la noticia estaba en el palmarés del certamen, en un reparto de premios que comentaremos más adelante. Antes decir un par de cosas sobre la última película a la que pudimos asistir:
Paul & Paulette Take a Bath (Jethro Massey, 2024), una comedia negra según anunciaba la organización que nos hizo poca gracia —lo cual no quiere decir nada porque hubo algunas risas a lo largo del metraje. Eso sí, el encuentro entre un fotógrafo y una peculiar mujer en París no levantó ni un aplauso en la proyección, no sabemos si porque el público ya andaba cansado después de una decena de días de películas o porque el largometraje aburrió más que divirtió, o por ambas cosas. El remedo de película de los buenos años de la nouvelle vague se quedó en eso, en un vago recuerdo de los filmes de Rivette, Godard o Truffaut.

Y ahora vamos por el palmarés: 

SECCIÓN OFICIAL 

Premio Giraldillo de Oro a la Mejor Película de la Sección Oficial: AND THEIR CHILDREN AFTER THEM (Ludovic y Zoran Boukherma) 

Gran Premio del Jurado de la Sección Oficial: FLOW (Gints Zilbalodis) 

Premio a la Mejor Dirección: Magnus von Horn (THE GIRL WITH THE NEEDLE) 

Premio al Mejor Guion: Sandhya Suri (SECRETOS DE UN CRIMEN) 

Premio a la Mejor Actriz: Trine Dyrholm (THE GIRL WITH THE NEEDLE) 

Premio al Mejor Actor: Paul Kircher (AND THEIR CHILDREN AFTER THEM) 

Premio al Mejor Montaje: Gints Zilbalodis (FLOW) 

Premio a la Mejor Fotografía: Michał Dymek (THE GIRL WITH THE NEEDLE) 

Premio a la Mejor Dirección Artística: Jagna Dobesz (THE GIRL WITH THE NEEDLE) 

 PUERTA AMÉRICA 

Premio Puerta América: FLOW (Gints Zilbalodis) 

LAS NUEVAS OLAS 

Premio a la Mejor Película de Las Nuevas Olas: THE FLAME OF A CANDLE (André Gil Mata) 

Mención especial del jurado de Las Nuevas Olas: PREFIRO CONDENARME (Margarita Ledo Andión) 

RAMPA 

Premio a la Mejor Película de Rampa: DROWNING DRY (Laurynas Bareiša) 

Mención especial del jurado de Rampa: Valeria Bruni Tedeschi (SOMEWHERE IN LOVE) 

Premio Jurado CampUS: Saïd Hamich Benlarbi (ACROSS THE SEA) 

ALUMBRAMIENTO 

Premio a la Mejor Película de Alumbramiento: LADS (Julien Menanteau) 

Mención especial del jurado de Alumbramiento: O VENTO ASSOBIANDO NAS GRUAS (Jeanne Waltz) 

PANORAMA ANDALUZ 

Premio Juan Antonio Bermúdez a la Mejor Película de Panorama Andaluz: LOS RESTOS DEL PASAR (Luis (Soto) Muñoz y Alfredo Picazo) 

Mención especial del jurado de Panorama Andaluz: CAJA DE RESISTENCIA (Concha Barquero Artés y Alejandro Alvarado Jódar) 

Premio Rosario Valpuesta al Mejor Cortometraje de Panorama Andaluz: TUMBAS VECINAS (José Antonio Gutiérrez Bustos) 

Premio Especial Rosario Valpuesta a la Contribución Artística: EL CAMBIO DE RUEDA (Begoña Arostegui) 

OTROS PREMIOS 

Premio AC/E a la Mejor Dirección de Película Española: Aitor Echeverría (DESMONTANDO UN ELEFANTE) 

Premio AAMMA Women in Focus: THIS LIFE OF MINE (Sophie Fillières) 

Premio Queer Ocaña a la Libertad: UN HOMBRE LIBRE (Laura Hojman) 

Premio Cinéfilos del Futuro: YOUNG HEARTS (Anthony Schatteman) 

Premio Europa Júnior: DUNIA Y EL ECO DEL TAMBOR (Marya Zarif y André Kadi) 

XVII Premio Europeo de Cine-Guion Cinematográfico Universidad de Sevilla en categoría de ficción 

Primer Premio: Y AHORA QUE DUERMES (Beatriz Hohenleiter Márquez y Mario Lerma) 

Segundo Premio: MADRE PUESTA (Álvaro del Moral Otero)

 

Jurado de la Sección Oficial con Jeremy Irons y Sir David Puttnam

La película ganadora del certamen ha sido And Their Children After Them, filme de los gemelos Ludovic y Zoran Boukherma. El largometraje retrata las vidas de un grupo de adolescentes en un valle de la Francia desindustrializada a lo largo de cuatro veranos, comenzando por el de 1992. El otro galardón cosechado por la cinta es el de mejor actor para su joven protagonista, Paul Kircher, de quien sus codirectores han destacado «su interpretación introspectiva y de una fragilidad conmovedora en esta historia de determinismo social». 

Dentro de la misma Sección Oficial, sobresale el Premio del Jurado para Flow, la excelente película de animación del director letón Gints Zilbalodis, que también se ha llevado el galardón a mejor montaje y, fuera de la Sección Oficial, el premio Puerta América. También estamos de acuerdo en la elección a mejor guion para la buena película de Sandhya Suri, Secretos de un crimen. No obstante, la gran triunfadora ha sido The Girl With the Needle, de Magnus von Horn que ha cosechado cuatro premios: Mejor director, actriz, fotografía y dirección artística. 

Del resto de apartados del palmarés, hay que resaltar el galardón obtenido por la estupenda Desmontando un elefante, premio AC/E a la mejor dirección de película española para el realizador Aitor Echeverría. 

Y eso ha sido todo por este año. Esperamos repetir en la siguiente oportunidad, en el XXII certamen que a partir de ahora comenzará a prepararse. Hasta entonces un abrazo a los lectores del blog.



sábado, 16 de noviembre de 2024

FLOW (Gints Zilbalodis, 2024)

Penúltima jornada la de ayer, aquí en el certamen de Cine Europeo en la capital de Andalucía. Pudimos ver Flow, una brillante película del director letón Gints Zilbalodis, su segunda experiencia como realizador de largometrajes de animación después de Away (2019).















Igual que en Away, donde un niño y un pájaro viajaban a través de una isla extraña para volver a casa, en Flow es un gato el que se ve envuelto en una road movie náutica cuando se produce una repentina subida de las aguas. El gato tiene que sobrevivir en una barca junto a otros cuatro animales: un lémur que colecciona diversos objetos, un capybara muy tranquilo y relajado, un perro con ganas de jugar y una especie de pájaro gigante que se convierte en el patrón de la singular embarcación.

El remedo de Arca de Noe viaja a través de un mundo onírico inundado por las aguas de un mar repleto de peces de colores donde vive un enorme animal prehistórico. Un lugar extraño hecho por el hombre, pero sin presencia humana por ninguna parte. El director se las ingenia a base de recursos cinematográficos y sonidos de los animales, sin palabras, para llevar a buen término una trama por momentos psicodélica.

El agua, la vegetación, los colores, los personajes —los animales— ligeramente pixelados son el entorno en el que se desarrolla esta excelente película para todos los públicos. Los valores que el realizador resalta en el filme son el compañerismo, la amistad, la lealtad y el trabajo en común.

Sólo queda una duda por resolver porque todo empieza cuando el gato —el autor seguro que tiene uno como mascota porque ahí están todos los gestos del felino— duerme plácidamente en un hogar abandonado por el hombre: ¿ha sido todo un sueño?






jueves, 14 de noviembre de 2024

DESMONTANDO UN ELEFANTE (Aitor Echeverría, 2024)

Pasado el ecuador del Festival de Cine Europeo de Sevilla, pudimos asistir a la proyección de dos películas con resultado desigual en las salas del Centro Comercial Nervión Plaza, donde solemos acudir. La primera, decepcionante, de la Selección EFA, la segunda, esperada en la Sección Oficial, que nos dejó con buen sabor de boca:















Tres kilómetros hasta el fin del mundo (Trei kilometri pana la capatul lumii, Emanuel Parvu, 2024) fue la cinta que elegimos ver ayer de entre las seleccionadas para los premios de la Academia de Cine Europeo (EFA). Una película rumana acerca de un joven homosexual que es atacado por los hijos del cacique de un lejano pueblo del bajo Danubio. Hasta los padres de la víctima se muestran contrarios a admitir la orientación sexual del hijo y quieren ponerle remedio. Un filme mil veces visto a estas alturas: crítica hacia la iglesia, la policía local y los supuestos valores tradicionales de una comunidad de estructura cuasi-feudal de la Europa profunda, que aún ven la homosexualidad como una enfermedad o una posesión demoníaca. Nada nuevo, por desgracia, en un largometraje con tendencia al aburrimiento.

Todo lo contrario, a lo que propone el director español Aitor Echeverría: Desmontando un elefante. Una cinta que se pasa volando mientras los excelentes actores con los que cuenta Echeverría nos introducen más y más en un drama social sobre el alcoholismo y sus consecuencias:

Marga (Emma Suárez) es una arquitecta con problemas con la bebida, su hija Blanca (Natalia de Molina) vigila muy de cerca la posible recaída de su madre mientras que su padre (Darío Grandinetti) no es capaz de afrontar la situación. La conocida metáfora del elefante en la habitación, que todos ven, pero que nadie es capaz de nombrarlo —el alcoholismo— describe muy bien lo que pasa en la gran pantalla.

Un filme que pertenece a ese género que ha dado obras maestras (Días de vino y rosas, Días sin huella, Leaving Las Vegas, etc.) y que sigue por el buen camino de aquellas, gracias, entre otras cosas, al buen hacer del duelo interpretativo entre dos buenas actrices: la excelente Emma Suárez y la sorprendente Natalia de Molina.

La segunda, de forma original, lleva el peso de la cinta cuando la película no sólo trata de la adicción de la primera, también describe otro tipo de adicción: la obsesión de la hija por estar encima de la madre, marcándola de cerca, sin dejar afrontar a Marga por sí sola el problema, mientras que Blanca perjudica su propia vida.

Otro activo de la película es la muy buena puesta en escena, mérito del director: Echeverría gestiona con criterio los primeros planos, todos con sentido dramático, e intercala secuencias de danza con Natalia de Molina mostrando muy buenas dotes para el baile, y con una coreografía en consonancia con lo que se está viviendo en la acción.





martes, 12 de noviembre de 2024

SECRETOS DE UN CRIMEN (Santosh de Sandhya Suri, 2024)

Ayer asistimos a otra proyección de la Sección Oficial, aquí en el Festival de Cine Europeo de Sevilla. Una película interesante de la directora británico-india Sandhya Suri, una realizadora de documentales, que se estrena en la ficción con Secretos de un crimen, película en la que además de ejercer como directora también es la autora del excelente guion:
















Santosh (nombre de la protagonista, la del título original del filme, intensamente interpretada por Shahana Goswami) se ha quedado viuda y gracias a la “Ley de compasión” puede heredar el cargo de su marido, policía en una zona rural del norte de la India. El primer caso importante en el que trabaja Santosh es el del asesinato y violación de una adolescente. La flamante detective trabaja a las órdenes de la carismática y veterana Sharma (Sunita Rajwar). Ambas pronto seguirán las pistas para encontrar al culpable…

Secretos de un crimen es una película de cine negro, que sigue todas las características del noir hindú, es decir, a los argumentos y estilemas propios del género se le añaden un realismo sucio, en un entorno de miseria, analfabetismo, corrupción y brutalidad policial —la realizadora no esconde nada.

La cinta queda lejos, muy lejos, del colorido y brillante cine de Bollywood para adentrarse en un ambiente asfixiante y misógino. Las castas sociales, el tremendo abismo entre ellas y la falta de imparcialidad e incluso la permisividad de las fuerzas y cuerpos de seguridad, ante los delitos de las clases más altas, es otro de los temas que trata esta buena película.

También el aprendizaje: los enormes ojos de Santosh se abren de par en par —igual que los del espectador, como si fuera uno de ellos— a medida que va conociendo el sórdido mundo en el que se ha metido, donde le han dado un poder que no sabe o no quiere utilizar, pero al que se ve abocada por su cargo. Mientras tanto Sharma le da unos consejos que son para enmarcar y resumen la película: «Hay dos tipos de “intocables” en este país, los que la gente no quiere tocar, y los que no se pueden tocar”.






lunes, 11 de noviembre de 2024

JULIE KEEPS QUIET (Julie zwijgt de Leonardo Van Dijl, 2024)

Decepcionante día de ayer, el tercero ya en el Festival de Cine Europeo de Sevilla, cuando vimos dos películas, una de la Selección EFA y otra de la Sección Oficial, ambas con un tema similar, que no nos gustaron demasiado.

Con respecto a la primera, La tutoría (Armand, Halfdan Ullmann Tondel, 2024), hay que decir que pertenece al ya grueso género escolar cuando los padres de dos alumnos son llamados a entrevistarse con la profesora de sus hijos, porque uno de ellos, presuntamente, ha abusado sexualmente del otro. Una historia con final previsible y muy teatral (aunque se basa en un guion original del propio director noruego), que transcurre en, prácticamente, un solo escenario, y con muy pocos actores. La cinta arranca bien, con una interesante propuesta, pero se pierde en diálogos planos y termina por resultar pesada. Ni siquiera los dos números de danza, que quieren aportar algo de originalidad, pero que no tienen ningún sentido, logran salvar de la mediocridad al filme escandinavo.

El segundo largometraje, el que teníamos más ganas de ver, es el que compite por el Giraldillo de Oro. Se titula Julie Keeps Quiet (Julie zwijgt, 20204) y es la ópera prima del director belga Leonardo Van Dijl. La trama describe la vida de la protagonista del título, Julie (Tessa Van den Broeck, también debutante), a la que persigue la cámara durante todo el metraje. Es una adolescente que práctica el tenis, cuyo entrenador ha sido apartado por presunto abuso y/o presión sobre una alumna, que se ha suicidado.

La cinta no termina de arrancar del todo porque Julie tampoco lo hace. Permanece callada ante las insinuaciones y sospechas que recaen sobre su antiguo instructor mientras asistimos a interminables sesiones de entrenamiento, que ocupan el noventa por cien del metraje de esta insulsa película.

Leves protestas de Julie con su nuevo monitor; acercamientos y alejamientos entre los dos por cuestiones más bien técnicas propias del deporte, pequeños éxitos y pocas cosas más es lo que sucede en una película que se debería sustentar por el interés, el que suscita la sombra de la investigación del caso anterior, pero que no lo hace por la ausencia total de tensión y acción.  







domingo, 10 de noviembre de 2024

EMILIA PÉREZ (Jacques Audiard, 2024)

Segundo día aquí en el Festival de Cine Europeo de Sevilla, y de nuevo asistimos a una proyección de la sección Selección EFA, películas que siempre tienen algo que decir, no en vano son las elegidas para los premios anuales de la European Film Academy. En este caso es el aclamado director Jacques Audiard el que presenta su nuevo proyecto: Emilia Pérez, que ansía llevarse el premio del público.


La cinta de Audiard tiene un argumento de lo más original: el jefe de un cartel (Karla Sofía Gascón) quiere desaparecer, cambiar de vida y de género. Siempre ha soñado ser una mujer y es el momento de hacerlo. Para ello contrata a la abogada penalista Rita (Zoe Saldana), que se encarga de buscar cirujano, y del nuevo lugar de residencia para los hijos del narcotraficante y de su esposa (Selena Gómez). Cuando el cambio es efectivo, la nueva mujer —la del título— no puede abandonar del todo su vida anterior, ya que echa de menos a sus hijos…

Para Jacques Audiard cada película es un desafío. Desde sus éxitos dentro del polar y del thriller, el realizador francés siempre ha optado por experimentar. Así, en su película anterior, la estupenda París, distrito 13, Audiard se refugiaba en un blanco y negro expresivo donde retrataba personajes de distintas etnias y orientaciones sexuales. En Emilia Pérez le da una vuelta de tuerca al tema de los narcos con una trama que sorprende por su originalidad.

Porque la película no es un thriller (aunque haya tiroteos), tampoco es un melodrama con protagonista transexual, ni siquiera una comedia (varios golpes hacen reír al público), en realidad es un… ¡musical! Una especie de ópera pop donde algunos números están muy bien conseguidos, como el del arranque con Zoe Saldana cantando y bailando mientras escribe el alegato final de un juicio en el ordenador; el de Selena Gómez en su dormitorio, que se transforma en una sala de baile; o aquel de la entrevista entre la abogada y el cirujano, en el que los dos personajes cantan a dúo.

Como si fuera un Jacques Demy redivivo, Audiard afronta este reto con soltura y sorprende por su éxito en Cannes donde todo el elenco femenino (las tres nombradas más Adriana Paz) compartieron el premio a mejor actriz —con récord incluido para Karla Sofía Gascón, al ser la primera mujer trans en hacerse con ese galardón—, y donde, además, el director se llevó el premio del jurado. 





sábado, 9 de noviembre de 2024

LA SEMILLA DE LA HIGUERA SAGRADA (Dane-ye anjir-e ma'abed de Mohammad Rasoulof, 2024)

Ayer arrancó el XXI Festival de Cine Europeo de Sevilla y pudimos ver una buena película coproducida por Irán, Francia y Alemania, dirigida por el realizador iraní Mohammad Rasoulof. El director se encuentra huido desde mayo de este año, después de que le cayeran ocho años de cárcel, amén de flagelación, multa y confiscación de todos sus bienes —nada nuevo, véase lo que ocurre en Irán con Yafar Panahi y otros cineastas. Rasoulof logró refugiarse en Europa en un lugar secreto y asistir a la proyección de su película en el festival de Cannes, donde se llevó varios galardones, entre ellos el Premio Especial del Jurado.














Teniendo en cuenta estos antecedentes, la cinta es un logro extraordinario dado su excelente resultado a pesar de la comprensible austeridad de su producción y lo corto de su casting. El mérito viene desde la imaginación y las acertadas ideas del director, que suplen esa falta de medios en un rodaje realizado en la más dura clandestinidad debido al argumento de la película:

Imán es un flamante juez de instrucción que vive feliz con su mujer y sus dos hijas. A la familia se le presenta un buen futuro y una vida desahogada gracias al nuevo puesto de trabajo de Imán. Sin embargo, todo comienza a torcerse cuando le fuerzan a firmar sentencias de muerte por las protestas en el país (las originadas por la muerte de una mujer al no ponerse el velo). Mientras tanto, las hijas despiertan ante tales injusticias sociales y la madre intenta tapar lo que sucede en casa. Las cosas cambian a peor cuando a Imán le desaparece la pistola que le han dado en el trabajo para protegerse de los subversivos.

Película interesante desde el punto de vista de la estructura cuando comienza con un drama de denuncia social y termina como un thriller en toda regla. El punto de giro lo marca la desaparición del arma y las sospechas que recaen en el interior de la familia. Original organización de un filme que va más allá de la lucha generacional, que se sitúa en el entorno de los disturbios producidos en un país que niega derechos a las mujeres.

Con los parvos recursos de los que dispone, Rasoulof juega con la luz y nos ofrece una iluminación mortecina en el dormitorio de los tradicionales padres, mientras que la claridad reina en el cuarto de las dos jóvenes. Si bien, la puesta en escena se muestra algo televisiva en los primeros dos tercios del filme, se le perdona debido a ese rodaje furtivo que no permite grandes aspavientos cinematográficos.

Quizás lo mejor del largometraje —porque largo es, demasiado— sea la metáfora que propone Rasoulof cuando lo que ocurre en el seno de la patriarcal familia protagonista es un remedo de lo que sucede en la totalidad del país. Así, la impactante resolución y el espléndido plano final.






martes, 5 de noviembre de 2024

XXI FESTIVAL DE CINE EUROPEO DE SEVILLA 2024

Después del relativo fracaso del año pasado, el Festival de Cine Europeo de Sevilla vuelve con los ánimos renovados, ya sin otro evento compitiendo con él, con las habituales fechas, a primeros de noviembre (del 8 al 16, ambos inclusive), con un número de películas a competición a los que nos tenía acostumbrados y con un cartel muy parecido al del año pasado.










Las novedades se encuentran tanto en la programación de las cintas a concurso y las no competitivas, como en los escenarios donde se proyectarán. Con respecto a lo segundo, este año se amplían los cines y teatros para repartirlos por toda la ciudad: Plaza de Armas. el barrio de Nervión, el cine Cervantes, por la Alameda, por la Cartuja y los cines Avenida.

Aparte de las secciones habituales (Oficial, EFA, Nuevas Olas, Panorama Andaluz, etc.), el certamen de este año presenta nuevas propuestas como la sección Rampa, lanzamiento de nuevas obras como reconocimiento del talento emergente; la sección Alumbramiento, que exhibirá películas no distribuidas en España; Puerta Europa, con películas cuya participación en el Viejo Continente es minoritaria; y Esenciales, largometrajes icónicos del cine europeo.

Como solemos hacer, nos decantaremos por elegir entre las muchas propuestas las dedicadas a dos de las secciones competitivas: La Oficial, películas que optan a llevarse el Giraldillo de Oro y la Selección de los premios anuales de la EFA (European Film Academy), con cintas que aspiran a ganar el premio del público.


Fotograma de "Desmontando a un elefante"

De la Sección Oficial, este año sobresalen los nombres de cineastas que ya han pasado por el festival como Magnus von Horn, del que vimos aquella interesante película The Here After; proyectos premiados en Cannes como Julie Keeps Quiet, filme del belga Leonardo Van Dijl; o producciones tan atractivas como la española Desmontando a un elefante, de Aitor Echeverría, duelo interpretativo entre Emma Suárez y Natalia de Molina.

De la Selección EFA siempre se espera lo mejor del festival cuando la programación está repleta de cintas ya premiadas en otros certámenes. Así, el cineasta francés Jacques Audiard —no nos olvidamos de la excelente París, distrito 13— presenta Emilia Pérez, premio del jurado en Cannes; el habitual del festival sevillano, Miguel Gomes (Las mil y una noches, Tabú), viene con Grand Tour, otra película  galardonada en Cannes; mientras que Vermiglio de Maura Delpero se hizo también con el premio del jurado, esta vez en el festival de Venecia.

Atractivo festival de cine europeo, pues, el que nos espera en los próximos días. Esperamos acertar con la selección de películas a visionar y disfrutar con ellas. En cualquier caso, prometemos hacernos eco de lo visto con reseñas de las cintas elegidas.

LEER CRÓNICA Y RESEÑAS DE LAS PELÍCULAS DEL FESTIVAL

Ver programación del festival.

Ver ediciones anteriores:








lunes, 21 de octubre de 2024

THE CRUEL SEA (Charles Frend, 1953)

Entre los reservistas voluntarios de la Segunda Guerra Mundial se encontraba el alférez de fragata Nicholas Monsarrat. Educado en Cambridge, periodista y escritor, se alistó en la armada y estuvo toda la guerra destinado en escoltas. Monsarrat llegó a ser capitán de corbeta y a mandar varios barcos. De sus experiencias en la mar escribió “The Cruel Sea”, una conocida novela que fue llevada al cine en la posguerra:


La corbeta “Compass Rose” es una unidad recién construida de la clase Flower. El mando de la nave ha sido asignado al capitán de corbeta Ericson (Jack Hawkins) de la reserva naval, procedente de la marina mercante. Su segundo es el teniente de navío Bennett (Stanley Baker), un déspota con sus subordinados, los alféreces de fragata Lockhart (Donald Sinden), Ferraby (John Stratton) y Morell (Denholm Elliott). La guerra en Francia aún no se ha desatado y los submarinos todavía no han aparecido en el Atlántico. Sólo el mar embravecido parece amenazar a la pequeña embarcación que hace aguas por todas partes, pero que resiste bien los temporales... 

Si la novela de Monsarrat es el armazón de The Cruel Sea, el alma de la película es el buen guion de Eric Ambler. De hecho, su trabajo en el libreto de la película fue reconocido con un Óscar al mejor guion adaptado. La dirección corrió a cargo de Charles Frend, un discreto realizador que procedía de la inagotable cantera de editores. La cinta se centra en el interior de la cámara de oficiales para seguir la relación que existe entre los protagonistas. La unión de los tres alféreces en contra del segundo, o el vínculo casi paternal entre el comandante y Lockhart son algunos de los puntos de interés. También lo es el cambio del comandante a partir del nuevo destino en la fragata: Ericson se deshumaniza y se transforma en un nuevo Ahab que sólo busca vengarse de lo sucedido con su querida “Compass Rose”.

La propaganda de este tipo de largometrajes desaparece en The Cruel Sea. Ya no hay discursos patrióticos ni buenas caras, sino angustia cuando se recogen cadáveres y supervivientes; y desesperación cuando la mar se muestra implacable con la pequeña corbeta a la que zarandea como una marioneta. Frend gasta metraje en mostrar al barco navegando con mar gruesa. El director quiere que el espectador sienta el agua fría y salada salpicándolo, que vea el caos en el interior de la corbeta, en las zonas “habitables”, cuando el barco se atraviesa a la mar al variar de rumbo para mantener el puesto. 




La película es, por tanto, mucho más cruda y dura que, por ejemplo, Sangre, sudor y lágrimas, y más realista que Acción en el Atlántico Norte, por citar dos películas que tratan el mismo tema. También más sutil cuando la luz del barco que se va a pique se apaga en la cara del marinero que contempla la horrible escena; o cuando el comandante cree oír en la fragata las voces desesperadas de sus hombres ahogándose en la sala de máquinas de su barco anterior. 

El realizador maneja bien el suspense en la escena del sacrificio de los náufragos, antes de que Ericson decida si lanzar las cargas de profundidad o no; y en una secuencia muy parecida a la de la citada Acción en el Atlántico Norte: los submarinos acechan y la corbeta se encuentra indefensa a la deriva, con las máquinas paradas, de noche, en mitad del océano debido a una avería. Los primeros planos expresionistas de la tripulación aguardando en silencio a la espera de que finalicen las reparaciones, o a que impacte un torpedo, son deudores de las películas de terror.

The Cruel Sea fue el largometraje británico de mayor éxito en 1953. En toda la película no se llega a ver al enemigo, ni siquiera cuando Ericson y Lockhart hunden su segundo submarino: “¿te das cuenta de que nunca hemos visto la cara del enemigo?”, le dice uno al otro cuando recogen a los supervivientes. Por fin los ven, pero el público no. El director no lo permite para tratar a los alemanes como un elemento hostil más del océano, una dificultad añadida que se suma a las aguas heladas y a los temporales. La frase con la que arranca el filme lo deja claro: “Los hombres son los héroes, las naves son las heroínas. El único villano es el mar, el mar cruel que el hombre ha vuelto aún más cruel.”



El post es un extracto corregido para la ocasión del capítulo dedicado a The Cruel Sea en mi libro: CINE Y NAVEGACIÓN. Los 7 mares en 70 películas




domingo, 6 de octubre de 2024

2 X 1: "LA BAILARINA DE LA ÓPERA" y "EL CARNET AMARILLO" (Raoul Walsh)

La bailarina de la ópera (The Red Dance, 1928) 

Nadie duda de que la mejor época en la carrera de Raoul Walsh fue aquella en la que estuvo ligado a la Warner Brothers. Antes de eso fue saltando de productora en productora sin mucho éxito. Sólo tuvo en la Fox cierta estabilidad y pudo dirigir algunas películas que ya daban muestra de su calidad, tanto en el cine mudo como en el sonoro. De ese período son las dos películas de las que vamos a hablar hoy. 

La primera de ellas, La bailarina de la ópera, es una cinta silente, un drama focalizado en la revolución rusa: Tasia (Dolores del Río) es una campesina que tiene a su padre en prisión simplemente por enseñar música; mientras que a su madre la asesinan los temibles cosacos del zar por enseñar en la escuela. Cuando Tasia conoce de casualidad al Gran Duque Eugen (Charles Farrell), se enamora de él. Un noviazgo difícil por pertenecer a dos clases diferentes, que en aquellos tiempos significaba dos bandos distintos. La pareja sólo tiene en común que a ambos los obligan a casarse con quien no quieren. La situación de los protagonistas —y la de toda Rusia— cambia cuando estalla la revuelta… 

Filme muy bien rodado por Walsh, que se luce en las secuencias de la revolución, pero también en las intimistas que encuadran a la pareja protagonista. Dolores del Río, la gran diva mexicana —con permiso de María Félix—, gesticula con vehemencia en su interpretación, algo típico del cine mudo de aquellos años, pero su presencia llena la pantalla cuando la convierten en una heroína de la revolución: La bailarina “roja” (título original del largometraje).

 

La película adapta la novela homónima de Henry L. Gates, una historia ingeniosa, que se desarrolla entre la aventura y el romance, con conspiraciones de todo tipo y protagonismo de personajes históricos (el propio Zar y su familia intervienen, igual que Rasputín, aunque no se diga su nombre), que se mezclan en una trama bien enlazada con ciertos toques de humor, pero también de tragedia. 

La cinta demuestra lo bien que se rodaba en los últimos años del período mudo, con travellings, transiciones, encuadres y buen ritmo en las escenas de acción. Aunque la película denuncia los asesinatos de las masas obreras en los primeros días de la revuelta, también pone el énfasis en la pobreza extrema de la sociedad y, en contraste, la opulencia de las clases privilegiadas. 

 

El carnet amarillo (The Yellow Ticket, 1931) 

Tres años después de La bailarina de la ópera, Raoul Walsh rueda El carnet amarillo,  de nuevo para la Fox y otra vez con un argumento que tiene que ver con la revolución rusa: 

Estamos en Rusia en 1914, en los meses previos a la Primera Guerra Mundial, la protagonista, Marya (Elissa Landy), vive en un gueto judío del que no puede salir por orden del zar. Cuando se entera de que su padre se está muriendo en prisión (fue encarcelado por no pagar unos impuestos injustos), Marya quiere viajar a San Petersburgo para visitarlo. La única solución para moverse por el país es hacerse con un carnet amarillo que distingue a las prostitutas, pero que les permite viajar con libertad. Confundida con una prostituta, Marya se las tiene que ver con el Barón Igor Andrey (Lionel Barrymore), un corrupto jefe de policía. Mientras tanto, Marya conoce al corresponsal inglés (Laurence Olivier) al que le cuenta las injusticias y los atropellos que vive la sociedad rusa en tiempos del zar. Cuando el periodista publica el artículo, tanto ella como él se sitúan en el blanco del Barón. Ni que decir tiene que cuando estalla la guerra, los acontecimientos se precipitan… 

Filme sonoro basado en la obra de teatro de Michael Morton, con una trama con muchos puntos en común con La bailarina de la ópera: además de transcurrir en la rusia previa a la revolución, la protagonista también tiene un padre injustamente encerrado que muere en la cárcel, hay un romance en el que se interpone un alto cargo del gobierno, y el final es casi igual, e, incluso, hay escenas que se repiten en una y otra cinta, como las de la prisión, seguramente para ahorrarse metros de película.

 

El carnet amarillo es un largometraje sonoro pre-code filmado con la maestría de Raoul Walsh, que experimenta con los contrapicados y la profundidad de campo. Destaca la larga secuencia entre el Barón y la protagonista que termina con un disparo al más puro estilo de Hitchcock; también vuelven a sobresalir las escenas con muchos extras, como aquellas del movimiento de tropas al declararse la guerra. 

La película tiene un magnífico reparto con el gran Lionel Barrymore haciendo uno de sus malvados personajes, y un Laurence Olivier jovencísimo, que ya brilla con una actuación sobresaliente, igual que la de la actriz y escritora Elissa Landy. Si estamos atentos, descubriremos a Boris Karloff en un pequeño papel.




domingo, 22 de septiembre de 2024

EL AUTOREMAKE EN EL CINE. CAPÍTULO III (V)

Para este viaje entre el melodrama y la comedia, Dama por un día se apoya en una correcta puesta en escena y en la excelente fotografía de Joseph Walker,[1] otro de los colaboradores habituales de Frank Capra.

La mayoría de las secuencias arrancan con planos generales de situación (3.7) para luego gestionarse con encuadres medios y americanos nada barrocos. Capra sólo se permite el lujo de un fuerte picado para resaltar el punto de giro principal de la película, cuando los mendigos le explican a Dandi el problema de Annie (3.8). En el resto del metraje, la dinámica cámara de Walker sigue los movimientos de los actores con tanta elegancia como en los dos travellings, intencionadamente similares, que acompañan a May Robson en las secuencias más dramáticas: más rápido cuando Annie entra en el hotel y se dirige a recepción para recuperar la carta de Louise, y más pausado cuando decide contar toda la verdad, casi al final de la película (3.9 y 3.10).

Con la técnica de Walker y la narrativa de Capra, con leves pinceladas, y con cierto grado de suspense, descubrimos el secreto que guarda Annie celosamente: una breve conversación con el botones, que le entrega sobres y papel con el membrete del hotel; una fotografía que da la vuelta[2] cuando se dispone a beber un trago; o un disco que todos los vecinos escuchan a la misma hora cuando ella escribe a su hija. No hace falta explicar la historia con largos diálogos, sólo tres secuencias son suficientes para plantear el drama.

Los diálogos se los reservaron Riskin y Capra para el tipo de comedia que sin querer estaban descubriendo para el cine: la screwball comedy.[3] Porque Dama por un día es un antecedente directo del género que se consagraría con películas como Sucedió una noche, todavía más exitosa que Lady for a Day.[4] La comedia “alocada”, como se conoció en España, se caracterizaba por diálogos punzantes que presidían situaciones absurdas donde el ritmo era endiabladamente rápido. 

Si la pertenencia de Dama por un día al nuevo género no está muy clara no es por la falta de frases ácidas, casi siempre surgidas del lacónico mayordomo o de los matones de Dandi cuyos apodos irónicos iban en consonancia con la personalidad de cada uno: el malhumorado Happy y el medio analfabeto Shakespeare. “Esa cabaretera no te deja pensar”, “Durante el día no pienso en ella”; “Trae mala suerte ser supersticioso”; o “Mi mujer es una maniática, no le gusta que vaya por ahí casándome con la gente”, son algunos ejemplos de los muchos que pueblan el ingenioso guion. Quizás la parte melodramática de la trama y la contención en el ritmo en algunas secuencias cómicas, es la que resta elementos para considerarla una película screwball pura, pero la utilización del diálogo como arma arrojadiza entre los personajes ya estaba ahí.

Con respecto al uso del diálogo como herramienta narrativa, el propio Capra hablaba de una revolución cuando lo defendía por encima de la acción al poco de estrenarse la película; aunque matizaba: “La acción importante no es la que sucede en pantalla, sino la que tiene lugar en la mente del público. […] Lo que necesitamos es suplir la acción esencial con diálogo que la sugiera […] La imaginación es mejor artista que el guionista o el director. Nuestro objetivo es hacer mayor uso de la imaginación por parte del público” (Freedman 1933, p.10). El cine comenzaba a superar el trauma del paso del mudo al sonoro y profesionales como Capra se estaban dando cuenta de que los diálogos no eran el fin sino un recurso más de la narrativa cinematográfica. Las talkies, donde la parte hablada era la razón de ser comercial, como una atracción más, estaban dando paso a filmes con un uso más racional de la palabra. Ahora sabemos que el director siciliano fue fundamental en ese proceso de transformación.

Capra y Riskin consiguieron estimular la imaginación del público gracias a la suya propia y al buen trabajo de todo el elenco. Con May Robson conduciendo el drama, y la banda de Dandi la comedia, todos bajo la atenta mirada de Capra, el filme resultó una perfecta mezcla entre los dos géneros. Un cuento de hadas que combinaba la fantasía con la cruda realidad de la Depresión; donde se van superando las complicaciones con elegancia y con precisión de relojero en el último minuto. Tanto que para algunos autores es la película de Capra más cercana a la perfección (Willis 1988). También era la preferida de John Ford y, en alguna ocasión, el propio Capra no dudó en confesar que era su favorita (Dalio 1944).  

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[1] Un gran profesional que acumuló numerosas patentes a lo largo de su vida, entre ellas la invención del primer zoom. Fue contratado por la Columbia en 1927 y, desde entonces hasta su retirada en 1952 fue, prácticamente, un fijo como director de fotografía de Frank Capra.

[2] Un plano calcado al que ya rodó Capra un par de años antes en The Miracle Woman cuando Barbara Stanwyck, avergonzada por ser cómplice de una estafa, da la vuelta a la fotografía de su difunto padre.

[3] El nombre viene de una jugada de béisbol donde el pitcher lanza la pelota para que gire en el sentido contrario a las agujas del reloj. Un lanzamiento especialmente propenso a las lesiones de codo. En la screwball comedy se especializaron la Paramount y la Columbia. Nació en la primera mitad de los años treinta y se extendió hasta la siguiente década para dar obras tan importantes como La Fiera de mi niña, La Pícara puritana o Historias de Filadelfia, entre muchas otras.

[4] Sucedió una noche, interpretada por Clark Gable y Claudette Colbert, ganó cinco Óscar: los que se llevaron la pareja protagonista más los obtenidos por Capra, Riskin y la Columbia.



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