miércoles, 31 de marzo de 2010

CINE FÓRUM: LA PÍCARA PURITANA (The Awful Truth de Leo McCarey, 1937)

Uno de los más importantes cambios que experimentó la industria del cine con la llegada del sonido fue la transformación de la comedia. En los años treinta, los guionistas se liberaron del corsé de los intertítulos y dieron rienda suelta a un ingenio que parecía desenfrenado. El que provocó que actores y directores fueran progresivamente apoyándose en el diálogo para conseguir que el género llegara a sus cotas más altas en la segunda mitad de la década y principios de la siguiente; era la época de la Screw Ball Comedy (nombre extraído de una famosa jugada de béisbol) o comedia alocada. Aquella que se basaba en situaciones absurdas, repletas de verborrea rápida, con réplicas y contrarréplicas cada vez más ingeniosas y divertidas. Hoy traemos al cine fórum una de sus cintas más representativas y de las de más éxito, la que le valió un Oscar a su director, el gran Leo McCarey.



La Pícara Puritana es una adaptación de la obra de teatro “The Awful Truth” de Arthur Richman, y se trata del mejor remake, con diferencia, de las cuatro versiones que se llevaron a la gran pantalla. El filme se centra en uno de los temas recurrentes de la comedia: la guerra de sexos. En este caso los contendientes son el matrimonio Warriner: Lucy (Irene Dunne) y Jerry (Cary Grant), que se disponen a divorciarse después de salir a la luz mentiras e infidelidades por ambas partes –un profesor de canto que se toma demasiadas libertades, o un falso viaje de negocios, donde el moreno de bombilla no consigue disimular que se ha escapado a otro lugar-. En ese estado de cosas, Lucy decide casarse con un pesado pretendiente, al que no quiere, pero que dispone de millones de razones –y de dólares- suficientes para convencerla. Jerry no soporta la situación y hace todo lo posible para entorpecer la relación. Sus poco eficientes, pero muy divertidas, tácticas son: los celos (fallidos, a quién se le ocurre ligar con una cabaretera); o las continuas apariciones en la antigua vivienda conyugal, motivadas por la resolución judicial de la separación que le da derecho a visitar al… ¡perro!, después de una “custodia” conseguida por Lucy in extremis.

Estructurada en sketchs, la película va in crescendo en intensidad cómica conforme las zancadillas de Jerry van surtiendo efecto. Así, una secuencia donde Lucy intenta demostrar sus dotes como cantante de ópera, es boicoteada por Jerry involuntariamente, en una de las pocas concesiones que hace McCarey al slapstick; o una habitación se convierte en la reunión improvisada de los amantes de Lucy, a medida que van llegando al piso, en otro recurso eficaz del cineasta: el vodevil.


El director consigue su propósito de magnificar el enredo cuando encuadra lo que interesa gracias a una cámara nada estática. El movimiento del objetivo enmarca la puesta en escena que parece surgir de un detallado estudio anterior; preparación que ponemos en duda debido a la conocida capacidad de improvisar de Leo McCarey. Lo que sí parece seguro es el duro trabajo en la sala de montaje, donde la sucesión de miradas y gestos ayudan, y mucho, al éxito del proyecto.

Si el realizador hace un trabajo de altura no es menos cierto que gran parte del mérito en el acabado final lo tiene la soltura en la actuación de los dos protagonistas: Irene Dunne - junto a Carole Lombard y Claudette Colbert mi trío de comediennes favorito- hace su mejor papel dentro del género. Una actriz que vale igual para un roto que para un descosido (excelente en la primera versión de Tú y Yo, esta vez un melodrama, también de McCarey) y que sale airosa del duelo interpretativo junto a una estrella como Cary Grant.
De la elegancia de Cary Grant y de su aptitud para la comedia ya se ha hablado mucho, pero en esta película está especialmente brillante en su ironía y cinismo. Además se beneficia del feeling que surgió entre él y su compañera de reparto y que propició que compartieran cartel en un total de tres películas. Junto a ellos, un elenco de secundarios donde destaca Cecil Cunningham, en el papel de la deslenguada Tía Patsy; personaje ideal para lucimiento de los guionistas –y para su desahogo cuando pueden huir de sutilezas al crear sus diálogos-, con frases que se convierten en dardos envenenados y que, generalmente, cierran la escena con alguna suerte de sentencia demoledora, pero desternillante.



Y llegó el momento de presentar la secuencia que vamos a comentar. Se trata del sketch de la venganza de Lucy. El personaje interpretado por Irene Dunne se dispone a contraatacar después de que Jerry haya boicoteado su romance millonario. Ahora es ella la que pretende arruinar la velada de compromiso de boda de su esposo. La estrategia es directa: va a hacerse pasar por la hermana de Jerry, aprovechando una de las mentiras de su marido (para justificar la voz femenina que contestó al teléfono en su habitación, Jerry le dijo a su prometida que se trataba de su hermana).

Nosotros nos callamos ya, aquí llega Jerry a la importante cita con su prometida y sus futuros suegros, todos pertenecientes a la clase social más alta de la ciudad:





La secuencia que acabamos de presenciar dura siete minutos y tiene un prólogo que incluye la llegada de Cary Grant, y se centra en las excusas (mentiras) de Jerry para explicar porqué su hermana no ha podido venir –le falta la más importante: porque no existe-. Es una introducción de lo que se avecina, una acumulación de mentiras que no traerá consecuencias muy agradables para Jerry.

El sketch realmente arranca cuando llega Lucy por sorpresa, haciéndose pasar por la hermana de Jerry. El vestido, la forma de caminar y de hablar es la propia de una profesional de la barra americana. Irene Dunne está simpatiquísima y el propio Cary Grant no puede disimular su risa en varios momentos de la secuencia.

El director plantea la puesta en escena de una forma sencilla y útil cuando la reparte en dos secciones: la de la derecha para los suegros, y la de la izquierda para Cary Grant y su novia. Será el montaje y, en alguna ocasión, el elegante movimiento de la cámara las herramientas que utilice para la unión de ambas acciones.

McCarey divide la secuencia en tres partes diferenciadas entre sí según la situación donde se encuentre Irene Dunne. En la primera, Lucy, que se ha hecho ya con los mandos de la acción, se presenta a todos los personajes y se sienta con la suegra. Como haría el mejor Chaplin, la actriz utiliza su pañuelo para poner en apuros a la lady. McCarey sigue a Lucy en su charlotada y utiliza con habilidad el montaje para unir miradas y gestos cuando ella anuncia que los dos hermanos son poco menos que alcohólicos. Es una técnica que ya no abandonará el director, y que incluso hará aumentar de frecuencia a lo largo del resto de la secuencia.

En la segunda parte, después de pedir una jarra de whisky, Lucy se coloca al lado de su hermano desmintiendo una y otra vez todo lo que cuenta Jerry. Más adelante, se sienta entre la desconcertada pareja (por si hacía falta explicitar más su intención); deja entrever cuál es su profesión: la más antigua del mundo; e insinúa que son todos unos ladrones.

Como traca final, Irene Dunne imita el baile que hemos podido presenciar en una escena muy divertida de la primera mitad de la película. Aquella en la que Cary Grant le presenta a un ligue (Joyce Compton), que sorprende con una danza escandalosa, donde un chorro de aire hace que su falda se eleve por encima de la cabeza cada vez que dice la palabra “wind”. El vuelo del vestido de Marilyn Monroe en La Tentación vive arriba queda rasante en comparación con el de Joyce.

Para rematar la faena, McCarey utiliza un guiño al espectáculo de varietés donde los falsos hermanos se despiden del “público” -con Cary Grant ya rendido- antes del definitivo fundido con el que concluye esta secuencia que espero les haya gustado.


16 comentarios:

  1. No la he visto y tengo muchas ganas de hacerlo porque adoro las comedias de Cary Grant. Creo que en esta época que repasas hoy se podría incluir, por ejemplo, una de mis películas favoritas: "La fiera de mi niña", también con Cary Grant, o "La costilla de Adán" con Spencer Tracy y Katherine Hepburn. Aún tengo que descubrir ésta que propones hoy.

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  2. Bravo. Bravo. Qué maravillosa disección. Me ha encantado tu entrada Ethan.
    La escena no tiene desperdicio. En McCarey esa denostada -para algunos- "teatralidad" no sólo resulta eficiente, sino necesaria; dado el planteamiento que hace de la historia.
    No recordaba la potencia de Irene Dunne, pero sí el elegantisimo patetismo del gran Grant en esta escena.

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  3. Yo esta no la he visto todavía. A ver si me hago con ella. Un saludo.

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  4. Hay unas cuantas secuencias tan buenas como ésta en la película de McCarey, Trecce; hay que verla, David y Marcos, es de las imprescindibles. Me alegro de que te haya gustado la secuencia y la entrada, Raúl. Es cierto lo que apuntas de la teatralidad de McCarey, en otros no está tan justificada, pero aquí lo pide la propia trama.
    Irene Dunne, en mi opinión, hace su mejor papel de comedia. Además da la impresión de que se lo está pasando estupendamente (igual que Grant). La escena a la que hacía referencia en el post, esa en la que ella actúa ante un público de cámara cantando ópera, en realidad no para de reirse de las payasadas de Cary Grant. Hay otra, a continuación de la que hemos colgado, en la que se agarra una trompa de campeonato y no veas la que lía con la policía, en la que parece una colegiala en plena gamberrada.
    De Grant sólo decir que estaba en su mejor momento, en un nivel altísimo, en el que se mantuvo muchos años.
    Saludos!

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  5. Hola! un gustazo conocer este sitio, me gustaría contarte entre los cinéfilos que integramos Mundo Cinefilia, échate un vistazo que serás muy bienvenido sobretodo porque el mundo del cine clásico aun tiene poquito lugar en él! Te esperamos!

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  6. Por cierto, Marcos, las dos películas que nombras pertenecen a la screw ball comedy, como no, y además son de las mejores; junto a ellas se me ocurren "Bola de Fuego" y "Luna Nueva" de Hawks; "Al Servicio de las Damas" de Gregory La Cava; "Medianoche" de Leisen (ya comentada por aquí); "Sucedió una noche" y "Arsénico por compasión" de Capra; "Historias de Filadelfia" de Cukor; o cualquiera de las de Preston Sturges como "Un Marido Rico", por ejemplo. Entre muchas otras, muchas...

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  7. Bienvenido Mundo Cinefilia!
    He echado un vistazo a vuestro blog y parece muy interesante. Pero no he podido inscribirme porque aunque salían los campos a rellenar, estaba en blanco lo que pedía que se rellenara en cada uno.

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  8. Yo tampoco he visto la película, pero la escena está muy bien, es divertida y Cary Grant como siempre genial. La "falsa" hermana no me gustó tanto, la supuesta novia hace muy bien sin embargo el papel de chica decentita, al igual que los padres. Otra que tengo para ver. Una última cosa: Qué malos son los doblajes! Casi hacen que se note sobreactuado por ese énfasis tan exagerado. Se nota mucho más cuando se pone a cantar y se puede oir su voz natural...

    Saludos ;)

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  9. Es verdad, es una pena que no tuviera la película en versión original, el doblaje es horrible. Además tuve que hacer un remiendo para poder subirla a la red porque la secuencia la tenía partida en dos archivos, de ahí que haya cierto desfase entre el audio y el vídeo.
    Si alguien es aficionado a trastear con el vídeo, me gustaría saber como quitar ese desfase que surge al utilizar Append Segment
    (utilizo VirtualDub, para cortar vídeos y también para unirlos, y en este caso creo que el Interleave no sirve de mucho).

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  10. Leo McCarey es uno de mis directeres favoritos de todos los tiempos.Te recomiendo el libro,el magistral ensayo de Miguel Marías,publicado por la editorial Nickelodeon,Leo McCarey.

    Magnífica reseña para una magnífica película tan elegante.

    Un saludo.

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  11. Gracias, Francisco. Tomo nota del libro (de Nickelodeon ya tengo algunos); ese va a ser el siguiente que me compre, seguro.
    Un abrazo.

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  12. ¡Qué divertida esa escena, Ethan! Me encantaría verla. Me ha gustado mucho tu entrada. Un abrazo

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  13. Es de esas películas ideales para levantar el ánimo y pasárselo bien. Un abrazo, Elvira.

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  14. Un buen día, paseando sin rumbo fijo por la red, recalé en tu blog y me llamó poderosamente la atención esta película. Ahora la he visto y no veas lo bien qué me lo he pasado. Gracias por el descubrimiento.

    Biquiños

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  15. Bienvenida LU! Me alegra saber que gracias al blog has descubierto esta maravilla. Es lo que pretendemos con este entretenimiento: que nuestros lectores se acerquen a las películas que comentamos.

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