4.2. ¿A quién
le toca hacer de borracho?
4.2.1. Río Bravo
(Howard Hawks, 1959).
Ni siquiera Howard Hawks,
amparado en su independencia, fue capaz de esquivar la crisis que sacudió al
cine en la década de los 50. Ya hemos comentado que la televisión hizo mucho
daño a la industria cinematográfica, y que ésta intentó diferenciarse de la
pequeña pantalla ofreciendo un producto de gran formato y a todo color.
Megaproducciones como Tierra de faraones
(Land of the Pharaohs de Howard
Hawks, 1955) eran habituales en las salas de la época, si bien los fracasos,
cuando sucedían, eran de las mismas proporciones. Desengañado con lo mal
aceptada que fue por crítica y público su historia del faraón Keops, Hawks
decidió alejarse de la dirección durante cuatro años; tiempo que empleó en
viajar a Europa para replantearse su profesión. Al regresar a Los Ángeles tenía
unas cuantas cosas claras: ya no volvería a hacer una película histórica,
intentaría contar siempre con actores de primera línea [1] y, ante todo, daría prioridad a los personajes sobre la trama.[2] Algo que no era nada nuevo en su forma de entender el cine, pero que en cierto
sentido fue más premeditado a partir de ese periodo de reflexión. De esa toma
de conciencia habló Hawks en numerosas ocasiones:
“Ha llegado la televisión y han utilizado tantos argumentos
que la gente empieza a cansarse […]. Si conseguimos impedir que sepan de qué va
la historia, quizás consigamos mantener su interés. Y esto pasa por personajes
que den una motivación a la historia: las situaciones suceden porque el
personaje ‘cree’, no porque lo escribas tú” (Bogdanovich 2007, p.283).
Con tales premisas, intentó
llevar a cabo un viejo proyecto, una película de aventuras que se rodaría en
África, con Gary Cooper como protagonista y distribuida por la Warner Brothers.[3] Pero nada salió como estaba previsto, la producción fue cancelada y Hawks se
enfrentó a la Warner en un pleito que se saldó con una propuesta: el estudio
participaría en la financiación y distribución de la siguiente película de
Hawks, Río Bravo, un western que haría el número tres de su
carrera.[4]
El guión escrito por Jules
Furthman y Leigh Brackett narra cómo el sheriff de Río Bravo, John T. Chance
(John Wayne), tras acusar de asesinato y detener a Joe Burdette, se prepara a
rechazar el asalto a la cárcel por parte de Nathan Burdette, hermano del primero
y cacique del pueblo. Para resistir el ataque cuenta con Dude (Dean Martin), su ayudante, un borracho que ahoga sus penas en
alcohol a causa de un desengaño amoroso, y con Stumpy (Walter Brennan), un viejo tullido. Al tiempo que se prepara
el enfrentamiento, llegan a Río Bravo, Feathers
(Angie Dickinson), una jugadora de cartas perseguida por la justicia, y Wheeler
(Ward Bond), un comerciante amigo de Chance que termina por ofrecerle su ayuda.
Cuando Wheeler es asesinado por la banda de Burdette, el joven Colorado (Ricky Nelson), guardaespaldas
del comerciante, también se ofrece para ayudar al sheriff, que de nuevo rechaza
todo tipo de auxilio. Tras una escaramuza, donde Dude se deja sorprender por
los matones de Burdette, y donde Feathers y Colorado, sin el consentimiento del
sheriff, colaboran para reducir a los pistoleros, Colorado consigue ser admitido
en el grupo. El desenlace se precipita cuando de nuevo Dude cae en poder del
cacique: Burdette negocia con Chance un intercambio de prisioneros que tiene
lugar en las afueras del poblado. Es allí, durante el canje, cuando se produce
el último tiroteo que acaba con Burdette y su banda.
[1] Para Tierra de Faraones, Hawks quiso
contratar a John Wayne, pero las agencias de casting le impusieron a Jack Hawkins.
[2]
También opinaba que las escenas eran más importantes que el argumento: “Sólo
debes hacer buenas escenas. Encadenar una escena con la siguiente sin
preocuparse por la parte lógica, sin preocuparse por buscar cómo enlazarlas,
sólo que sean buenas” (Entrevistas TCM: Howard Hawks)
[3] La
película finalmente se rodó en 1962 para la Paramount y tuvo un gran éxito. Se
tituló Hatari! y fue protagonizada
por John Wayne.
[4] Los
dos anteriores fueron Río Rojo (1948)
y Río de sangre (The Big Sky, 1952), aunque Hawks también participó en la dirección
de El Forajido (The Outlaw de Howard Hughes, 1943) y en Viva Villa (Viva Villa!
de Jack Conway, 1934).
La pregunta que encabeza tu texto me ha hecho recordar a Amanece que no es poco, cuando todo el pueblo está en el pleno y se decide quién hará de borracho, de puta, etc.Ja,ja.
ResponderEliminarHay una cosa que siempre me hizo gracia respecto a Río Bravo: tal como señaló el propio Hawks en su entrevista con Peter Bogdanovich: "Gary Cooper intentaba conseguir ayuda y todo el mundo le fallaba, lo que resulta bastante estúpido, sobre todo teniendo en cuenta que, al final, era capaz de realizar el trabajo él solo. Me dije por tanto: Vamos a hacer todo lo contrario y a adoptar un punto de vista verdaderamente profesional, como se encarga de señalar Wayne cuando le ofrecen ayuda: Si son buenos, los aceptaré. Pero, si no, tendré que cuidar de ellos".
En fin, pasión de los fuertes o de los solos, que es lo mismo.
Un abrazo, amigo.
La pregunta se la hizo John Wayne a Howard Hawks cuando éste le propuso hacer "Río Lobo".
EliminarDe la entrevista con Bogdanovich, te has adelantado un poco jajaja. Efectivamente, eso fue lo que le dijo Hawks, en la siguiente entrega hacemos mención de lo que opinaba el director acerca de Solo ante el peligro y de cómo le dio la vuelta al tema en Río Bravo y en las demás películas de la serie.
Un abrazo.