The Devil’s Brigade es un largometraje bélico basado en la
primera agrupación de operaciones especiales. En 1942, cuando Alemania dominaba
en todos los frentes de la Segunda Guerra Mundial, los aliados crearon esta
unidad, precedente de los famosos “Boinas verdes”. Fueron los propios nazis los
que la bautizaron como la “Brigada del Diablo” y sus misiones se centraban en
incursiones por detrás de las líneas enemigas. Digamos, algo parecido a la brigada que mandaba Brad Pitt en la más reciente Malditos Bastardos (Inglourious Bastards de Quentin Tarantino, 2009).
Andrew V.
McLaglen, un especialista en western, fue el encargado de realizar la película que nos atañe en 1968. No creo que fuera casual que La Brigada del Diablo se estrenara
un año después del éxito alcanzado por Doce del patíbulo (The Dirty
Dozen, 1967), y es que era prácticamente un remake de la célebre película de Robert Aldrich. No fue la única. La idea de reunir a un grupo de
desertores y delincuentes para formar un grupo de ataque se repitió en
innumerables ocasiones. La principal diferencia con el film que inauguró la
serie se basaba en las dificultades del coronel protagonista (William Holden)
en entrenar a soldados americanos (los indeseables) junto a una compañía
canadiense y, finalmente, reunir un grupo compacto.
La estructura de este tipo de cintas era siempre la misma: una primera
parte de adiestramiento en un campamento donde se sucedían continuos
enfrentamientos entre las tropas aliadas; y una segunda parte de acción
propiamente dicha, con los alemanes como enemigos. Con este tipo de
largometrajes se lograba entretener al público por el hecho de haberle dado la
vuelta al propio género bélico. Ya no se trataba de ver las hazañas de soldados
más o menos ejemplares; lo que primaba era presentar a unos personajes que
llegaban a ser héroes en contra de su voluntad. La desmitificación del género
causó, paradójicamente, su revitalización.
La cinta se deja ver con simpatía, pero no no nos engañemos, no llega a ser nada más que una de las incontables películas bélicas de la época, con mucha acción, actores ya en decadencia y con un director-artesano, bastante irregular por cierto, al frente del proyecto.
Cine de evasión, ideal para pasar un rato de lo más entretenido.
ResponderEliminarEso es, exactamente. Cine "palomitero" que dirían algunos.
EliminarEs una película muy deudora de "Doce del patíbulo" con muchos tópicos, como el soldado incorregible -Claude Akins- que acaba convirtiéndose en héroe. Las diferencias entre los ejércitos americano y britanico, o canadiense, estaban mejor representadas en films como "Comando en el mar de China", una gran película de Aldrich.
ResponderEliminarSaludos!
Borgo.
Buena película la de Aldrich, bastante mejor que ésta; con un final tremendo cuando no sabemos quién se ha salvado. Por cierto Cliff Robertson es protagonista tanto en "Comando en el mar de China" como en "La brigada del diablo".
EliminarSaludos
¿De modo que no es más que un entretenimiento? Bueno, no me disgusta el cine bélico pero necesito que sea interesante, sea que nos lo cuenten en clave de humor(negro) o dramático y que responda a un buen retrato de los personajes.
ResponderEliminarDoce del patíbulo sí responde a eso.Luego habría una lista de buenas historias incluso series como Bands of Brothers
Un abrazo, Ethan.
Pues sí, eso es, una especie de Doce del patíbulo, pero descafeinado, cero cero, light, o como quieras llamarlo.
EliminarAbrazos.