Mi nombre es Vladimir Arseniev, capitán del ejército del Zar, y puedo decir con orgullo que Dersú es mi mejor amigo. No sólo porque me haya salvado la vida varias veces, sino porque me siento unido a él, a su filosofía y a su amor por la Naturaleza. Creo que no debe existir mejor manera de acercarse a la verdad que seguir a Dersú en su sencilla interpretación de la vida. Dersú es el mejor guía que conozco.
Pero he venido aquí para dar las gracias a otra persona de rasgos orientales. Al gran director Akira Kurosawa. Gracias a él Dersú es inmortal.
El realizador japonés se embarcó en el proyecto de ilustrar mis memorias con imágenes en la gran pantalla, justo cuando pasaba por el peor momento de su carrera, cuando acababa de superar un intento de suicidio. Después de varios fracasos comerciales consiguió financiación –de la Unión Soviética- para dirigir la película que le valió el Oscar. Kurosawa se planteó un filme de aventuras, pero sin una estructura dramática convencional. Para ser fiel a mis relatos, se limitó a narrar una sucesión de episodios, algunos con gran carga emocional, y a exponer con sencillez el espíritu de Dersú, y la fuerte amistad que surgió entre el pequeño cazador y yo.
Kurosawa decidió dividir el largometraje en tres partes: coincidentes las dos primeras con las ocasiones en las que trabajé y conviví con Dersú en la taiga, y la última, con nuestra estancia en la ciudad, cuando ya formaba parte de mi familia. Todas ellas narradas a lo largo de un flash-back, con mi voz en off concisa y escasa; adecuada y sobria crónica. Tengo que decir que me gusta especialmente la definición de mi pequeño amigo que elige Kurosawa y pone en mi boca: “tenía un alma grande y limpia”.
Consecuente con la austeridad de la historia, el director empleó una técnica con predominio de los planos generales. Ideal para subrayar la autoridad de la Naturaleza y lo insignificantes que somos los humanos. En ese mismo sentido, quiso dar importancia a los elementos básicos (el agua, el fuego, el viento), los que Dersú definía como “gente de mucho poder”. De hecho mi secuencia preferida es aquella en la que ambos estuvimos a punto de perder la vida cuando nos sorprendió la noche en un lago helado. Sólo la fortaleza mental y física de Dersú pudo resolver la situación. Y su inteligencia.
Consecuente con la austeridad de la historia, el director empleó una técnica con predominio de los planos generales. Ideal para subrayar la autoridad de la Naturaleza y lo insignificantes que somos los humanos. En ese mismo sentido, quiso dar importancia a los elementos básicos (el agua, el fuego, el viento), los que Dersú definía como “gente de mucho poder”. De hecho mi secuencia preferida es aquella en la que ambos estuvimos a punto de perder la vida cuando nos sorprendió la noche en un lago helado. Sólo la fortaleza mental y física de Dersú pudo resolver la situación. Y su inteligencia.
Su habilidad como guía, explorador y rastreador era superada por su puntería. Es precisamente un certero disparo, en la escena que recuerda nuestro enfrentamiento con Amba (un enorme tigre), el que ejerce como punto de giro en la trama. A partir de ahí se precipita la decadencia de Dersú. En aquel momento no entendí el por qué de su cambio de humor. Ahora sé que mi amigo se sentía como un traidor. Que le había fallado a la Madre Naturaleza. Que había matado gente que no necesitaba para comer.
A su deterioro psíquico se le unió el físico cuando comenzó a perder la vista. Tuve que llevármelo a la ciudad. Dejarlo en el bosque habría significado su muerte. En mi casa pasamos momentos muy felices. Muy pronto se encariñó con mi hijo –al que le llamaba “pequeño capitán”- y mi mujer lo aceptó desde el primer día. Pero Dersú se consumía entre esas cuatro paredes. No entendía por qué había que pagar por la leña o el agua, por qué no podía montar su tienda en las calles o por qué no le dejaban cazar en la ciudad. Decía que no podía respirar, que echaba de menos el bosque.
Kurosawa expresó muy bien lo que sentía mi querido amigo y concluyó la película dando otra lección más de vida -como hiciera en Vivir (Ikiru, 1952) y en tantas otras cintas-. Por eso le estoy agradecido. Él supo captar la esencia de la amistad. Nunca dudé de que Akira Kurosawa fuera capaz de filmar un alma tan grande y tan limpia como la de Dersú Uzalá.
A su deterioro psíquico se le unió el físico cuando comenzó a perder la vista. Tuve que llevármelo a la ciudad. Dejarlo en el bosque habría significado su muerte. En mi casa pasamos momentos muy felices. Muy pronto se encariñó con mi hijo –al que le llamaba “pequeño capitán”- y mi mujer lo aceptó desde el primer día. Pero Dersú se consumía entre esas cuatro paredes. No entendía por qué había que pagar por la leña o el agua, por qué no podía montar su tienda en las calles o por qué no le dejaban cazar en la ciudad. Decía que no podía respirar, que echaba de menos el bosque.
Kurosawa expresó muy bien lo que sentía mi querido amigo y concluyó la película dando otra lección más de vida -como hiciera en Vivir (Ikiru, 1952) y en tantas otras cintas-. Por eso le estoy agradecido. Él supo captar la esencia de la amistad. Nunca dudé de que Akira Kurosawa fuera capaz de filmar un alma tan grande y tan limpia como la de Dersú Uzalá.
Ver Ficha de Dersu Uzala.
Lloro con esta peli. Lloro.
ResponderEliminar¡Qué peli tan bonita!
ResponderEliminarGrandísima película y gran post, querido Ethan. ¡Enhorabuena!
ResponderEliminarUn beso
Mis más sinceras felicidades por la crítica. Muy bien enfocada, muy bien trabajada en sus fuentes.
ResponderEliminarSobra decir que Dersu Uzala está entre mis películas favoritas.
Saludos.
Una película enorme, maravillosa, y una original manera de describirla.
ResponderEliminarEsta película no sólo fue la primera película que vi de Kurosawa, también fue la primera película que me enseñó que lo que yo había visto hasta entonces (esta la vi en el colegio cuando era un niño), era puro entretenimiento casual. Que el Cine era otra cosa. Y estupenda tu forma de contarlo.
ResponderEliminarSaludos.
Toda una magistral (no podía ser de otra manera viniendo de quien viene) demostración de la amistad y la grandeza del ser humano.
ResponderEliminarMe ha gsutado el enfoque de tu post.
Un saludo
Junto con la citada (e inolvidable) "Vivir" (Ikiru) uno de los Kurosawa's más sensibles y honestos.
ResponderEliminarObra maestra en forma y contenido!!
Un saludo
Huf, esta película ya son palabras mayores.
ResponderEliminarQue hermosura, que cosa mas vitalista, mas arrebatadora. Supura bondad por los cuatro costados.
Inolvidable.
Sigo siendo un perfecto ignorante de este cine y este director... A ver cuándo llega el día...
ResponderEliminarEsta es de esas películas que se te quedan grabadas para siempre, y la vi siendo aún pequeña, pero recuerdo algunas escenas como si fuese hace unas semanas. Junto con "Vivir", ambas maravillosas. Tengo que conseguir que la vea mi hijo...
ResponderEliminarMuy buen post, un saludo ;)
Obra maestra absoluta, de lo mejor que ha dado Kurosawa, que es lo mismo que decir de lo mejor que ha dado el cine. Un bellísimo canto a la amistad entre dos hombres de generaciones y de mundos muy distintos, sobrecogedora.
ResponderEliminarParece que es unánime la calificación de grandeza para una de las mejores películas de Akira Kurosawa, del cine japonés y por extensión, del cine mundial.
ResponderEliminarGracias a todos por los comentarios. Sois buena gente.
Una de mis favoritas de kurosawa ,un director que nos dio lecciones de vida en cada una de sus películas ,saludos ,gran post!
ResponderEliminarOtro excelente canto a la amistad del gran Kurosawa sazonado de una muestra pedagógica excepcional sobre el arte de vivir y aprender, lo encontramos en su "Barbarroja" (editada en dvd en España).
ResponderEliminarUna sugerente entrada sobre el muy buena gente "Derzú".
Saludos cordiales.
magnífica crítica Ethan..
ResponderEliminarObra maestra del maestro Akira..
una maravillosa historia de amistad
esta junto a Ran son mis favoritas..
saludos,felicidades por el blog
Lecciones de vida en metros de celuloíde magistrales como en esta película, Angel.
ResponderEliminarBienvenidos Mariano y Lázaro!
Que grande es esta película, aun conservo el recuerdo de haberla visto con mi padre cuando era muy pequeño y de hecho creo que todavía anda por ahí el VHS como reliquia que es.
ResponderEliminarGrande Kurosawa y gran post.
¿VHS? ¿Qué es eso? Jajaja, pues yo debo tener como cuatrocientas reliquias de esas. Todavia se ven bien (algunas). ¿Qué pasará cuando se estropee el video?
ResponderEliminarSaludos!
Una de las películas que más me impresionaron la primera vez que la vi. Hablamos de dejar relamente Impresionado.
ResponderEliminarUn abrazo, Ethan.
Si, Raúl: es de esas películas que tienes en la cabeza varios días; y Dersú es de esos personajes que te hubiera gustado conocer.
ResponderEliminarUn abrazo y enhorabuena por tus éxitos literarios.
Hola Ethan,
ResponderEliminarno, no ibas tan desencaminado, aún no he hecho ningún comentario porque estoy asumiendo el final.
Ya me contarás que te ha parecido, creo que haré una entrada.
Gracias, un beso violeta,
Maribel
Ethan.
ResponderEliminarComo aún no he visto esta película me he retrasado un tanto a la hora de hacer un comentario.
Magnífico artículo, merced a una cuidada exposición. Me ha encantado sobremanera el enfoque que le has conferido.
Un saludo cinéfilo.
Es de esas películas que no hay que dejar de ver, Dexter.
ResponderEliminarSaludos cinéfilos!